Partida Rol por web

Cuanto más tiempo pierda el Rey con nosotros, más sospechoso será. - sugirió Bastia al grupo al ver que ninguno sabía qué hacer exactamente en una situación como esa y que estaban empezando a repetir preguntas.

Quizá podamos discutirlo entre nosotros sin que hagamos perder más tiempo a sus majestades. - sugirió. - Salvo que a alguno se le ocurra algo que nos hayamos podido olvidar de preguntar.

- Tiene razón. Muchas gracias por su tiempo majestades. ¿A quién debemos informar de lo que vayamos averiguando? ¿A su secretario?

- Si, informen inicialmente a mi secretario. Si fuera necesario él concertara otra entrevista - contesta el rey - Gracias por su ayuda, una cosa más que le debemos a los Exploradores de Grey. - tras eso hace un gesto a su secretario que golpea la puerta levemente. Dos criados la abren desde fuera mientras el secretario os hace señas para que abandonéis el lugar.

- Por favor acompañarme, os he preparado una habitación en la planta baja, quedará a vuestra disposición para guardar equipo u otras necesidades. - comenta el secretario.

De camino a la habitación Abot intenta ponerse más o menos a la par con el secretario para comentarle discretamente

- Señor secretario, la gente guarda mucho las apariencias en presencia de sus majestades, pero suelen obviar indebidamente a los fieles servidores de los reyes, lo que a menudo os permite disponer de información privilegiada y percibir comportamientos que a otros pasarían desapercibidos. -hace una pequeña pausa- En su opinión, ¿hay algo que el rey no nos haya dicho que debiéramos tener en cuenta? ¿Quién merece menos su confianza y de quién debemos guardarnos?

El secretario piensa un rato en las palabras de Abot:

- No se me ocurre nada. Ni nadie que pueda estar detrás. Siento no ser de ayuda.

La reina escondia algo. Estaba nerviosa. - responde Varag una vez estan a solas en la habitación. - Deberíamos hablar con ella sin su marido.

El secretario tamborilea en la mesa y como si no recordará otra cosa saca una bolsa tintineante y la deja sobre la mesa.

- Si necesitáis más, hablad conmigo, pero creo que hay suficiente. Como os he dicho os hemos preparado un lugar para trabajar en el castillo, también tenéis acceso a las comidas con la guardia. Se preferís utilizar alguna de las posadas usar la bolsa. Por desgracia, dada la necesidad de discreción, no podemos daros más autoridad que la habitual de los Exploradores Grises, si alguien os niega el acceso a algo avisadme. Creo que no me queda nada pendiente...

¿Has visto algo que nos haya pasado desapercibido a los demás Varag? Yo no he notado nada... Si es así lo mejor sería que la reina nos mandara llamar a su alcoba mediante alguna doncella.

El plan era mejor en su cabeza de lo que parecía en voz alta. Si alguien los veía allí...

Aunque no sé si eso es algo demasiado comprometido o podríamos meternos en problemas.

La cocina es otro sitio que deberíamos descartar, pero creo que puede ser fácil echar un vistazo en otro momento, dado que vamos a comer con la guardia.

Por más que lo intentaba, Flogdegnurt no acababa de entender los entresijos de la etiqueta de palacio.

-No sé. Todo raro-dijo Flogdegnurt-No conozco...protocolo humano.

El goblin se quedó pensando un instante.

-Revisar la cocina máz fácil. Empezar nosotros por ahí.
 

Norm se acercó a Flog —Al menos tu conoces la palabra protoctlolo —casi se atragantó—. Yo no tengo ni idea de esto... pero creo que sí podíamos ir a ver las cocinas. De paso comer algo y ver los platos que se cocinan para los reyes. No se... igual es algo en la comida.

El humano estaba igual de perdido que el goblin. 

Tras una breve discusión y mucha indecisión el grupo decide ir a la cocina de palacio. Es una habitación muy grande dominada por una enorme mesa central llena de cosas que ocupa el centro de la habitación. Tres paredes estan totalmente recubiertas de estanterias de madera, y en la otra destacan cinco grandes fuegos Media docena de personas trabajan sin parar preparando la comida.

Una jovencita se da cuenta de la presencia del grupo y tras estudiarlos un momento se acerca a ellos.

- Buenos días exploradores. ¿Puedo ayudar en algo?. Mi nombre es Jechevery, cocinera adjunta.- en voz baja, como haciendo una confidencia añade - Mi tía es la jefa de cocina, y la verdad, no le gusta nada que husmeen desconocidos por aquí.

Buenos dias - respondió Varag sin acercarse demasiado. Las mujeres humanas nunca se encontraban demasiado cómodas en presencia del orco - Quien prepara la comida de los Reyes? Entiendo que comeran distinto que el resto del castillo

- Yo personalmente - la joven sonríe - Bajo la atenta supervisión de mi tía, por supuesto. Como marca el protocolo antes de servirla es comprobada mágicamente y por medios mundanos por el personal de seguridad. - añade tras fijarse unos segundos en las capas - Todo la revisión de seguridad se hace bajo la mirada de mi tía y Elowen, quien, si todo es correcto, se encarga de servir la comida a sus majestades.

- Puedo asegurarles que nunca nos saltamos nada del protocolo, que cumplimos perfectamente todas las medidas de seguridad, y que no hay el más mínimo riesgo con sus majestades. Permita recordarles que hace más de 60 años que no se produce un envenenamiento en esta cocina. Y aún así aquella vez fue porque la doncella que estaba liada con... - la joven continua con una detallada explicación de los hechos de 60 años antes en los que de alguna forma esta involucrada una abuela suya, o quizá una tía abuela, al grupo no le queda muy claro.

Mientras Varag conversaba con la cocinera, Flogdegnurt se puso a curiosear por la estancia, en busca de cualquier cosa que llamase su atención. Lo cierto es que se encontraba completamente perdido en aquel lugar ¿Así era como hacían la comida los humanos? Había instrumentos de cocina cuya utilidad era incapaz de adivinar y el olor que reinaba en la cocina; le resultaba bastante desagradable.
 

-No sé. Todo raro-dijo Flogdegnurt-No conozco...protocolo humano.

Suele ser similar en todas las razas, consiste en met... - Bastia se dio cuenta en ese momento que igual el goblin no estaba hablando de la típica charla de los escorpiones y los cactus y optó por callar la boca.

Estuvo en silencia mientras recibían el dinero y las indicaciones del secretario y optaban por dirigirse a las cocinas, donde una tal Jechevery parecía encargarse de los temas.

¿Elowen? ¿Quién es exactamente? - preguntó la brinchie. - Acabamos de llegar a Almahrad y ciertos nombres aún se nos escapan.

Entonces la única persona que podía envenenar las comidas era la tal Elowen. Pero Norm no sabía ni quién era. Podría envenenarla en el camino... o podría no ser nada relacionado con las comidas. No se le daba bien preguntar e investigar, sobre todo porque debía evitar que nadie se enterara de su verdadero propósito, que nadie se enterara que los reyes no tenían hijos y mandaban investigar a los exploradores grises.

Observó la cocina como si quisiera comerse toda la comida, aunque recordando que quizá causaba infertilidad, dejó de pensar en poder comérsela.