Partida Rol por web

Por unos momentos me sorprendo por Andrey. Parece que poco a poco la gente va descubriendo sus nuevas habilidades.

Tomo altura hasta llegar a las nubes y avanzo hasta colocame encima del claro. Entonces asomo para echar un vistazo.

- Andrey. - digo con una sonrisa. ¿No decías siempre que te gustaría saber volar? - añado señalando a sus pies.

- Parece que tus deseos se hacen realidad. - comento divertida.

- Debemos darnos prisa. - digo. Me pregunto que otras sorpresas nos esperan gracias al suero.

Se notó rara cuando sus pies volvieron a tocar el suelo. Le había gustado la pequeña exhibición de vuelo y sintió pena al volver a tierra. Envidiaba a One. Mientras que él podía volar, olvidarse de los problemas mundanos y jugar con las nubes, Ivy tenía que conformarse con sortear a las personas grises con caras apáticas, sin humor, pisar cemento, tocar hormigón y ver cristaleras.

Aún seguía con los ojos fijos en el fuego y en la espada de Shara. Si eso era efecto del suero, el corazón de Ivy se emocionó bombeando sangre y martilleando bajo su pecho y ella sonrió. Estaba entusiasmada por saber cuál era el nuevo don que ella misma tendría. Pronto, todos los nuevos poderes serían desvelados y el de Shara más o menos estaba claro.

Pese a la situación y a las circunstancias, estaba ilusionada. Saber que podría tener algún poder más que el de controlar los sentimientos de la gente (el cual, muchas veces, se le antojaba estúpido) hacía que se le iluminara la cara de ilusión.

Salió de su ensimismamiento cuando vio la serpiente partida por la mitad en el suelo, fría, quieta y le dio la impresión de que tenía un aspecto más siniestro que nunca. Su boca abierta era feroz y el instante antes de que se abalanzara contra Ivy fue atroz, pero, ahora, aun muerta y mutilada, parecía que iba a echarse sobre alguien en cualquier momento.

Una vez más, siguió la estela que dejó One en el cielo y pensó que no debería vestir de esa manera. Era una clara forma de decir: “por favor, estoy aquí, atacadme”. Resopló y pensó en comentárselo, pero ya estaba bastante lejos y no quería arriesgarse a gritar, aparte de que comenzó a oler algo extraño, pero, en un principio, no le dio importancia.

-Bue…- comenzó a hablar, pero se quedó muda de inmediato. Al ver a Andrey flotar sobre el suelo, se le paró el corazón y se le pusieron los ojos como platos. No eran alucinaciones suyas, era cierto que, efectivamente, él también volaba-. Vaya…- murmuró, llena de admiración.

Volvió a sentir envidia, pero quiso disimularla, aclarándose la garganta y mirando más allá del sendero que estaban siguiendo, fingiéndose preocupada por si aparecía alguien o algún otro bicho.

Piroquinesis, volar…, enumeró su mente. ¿Qué será lo que me tiene reservado a mí el suero?, se preguntó con absoluta curiosidad.

Fue en ese momento cuando Ivy olió la carne quemada. Aspiró el aire que sus pulmones podían captar y se giró hasta dar con la fuente del olor. La serpiente estaba siendo chamuscada por pequeñas ascuas del fuego que había sido provocado por Shara.

Arrugó la nariz y siguió olfateando, como si se tratase de un animal. Todos los olores que llegaban hasta su pituitaria se le antojaban más intensos que nunca e, incluso, podía llegar a reconocer el olor de las personas que podía haber a su alrededor.

Estupendo, pensó, un tanto amargada. La gente quema cosas, puede volar, y yo, simplemente, huelo mejor. Genial, añadió, poniendo los ojos en blanco.

No dijo nada, no quiso. Le parecía que podía haber una lucha de egos en cuanto a los poderes y no se podía decir que el suyo ganara el primer puesto, por lo que quiso guardárselo, como si fuera un secreto, avergonzada.

-Continuemos- dijo, más brusca de lo que quiso en un principio-. Seguimos perdiendo el tiempo aquí- añadió y caminó por el sendero, sin dejar de pensar en el maldito suero y en el poder ridículo.

Qué bien, puedo oler, pensó. Yuju.

De repente parece que estoy suspendido en el aire, y cuando me percato y miro al suelo caigo, tropezando en parte por el asombro y cayendo al suelo. Mi mirada se dirige a One... ¿Acabo de hacer lo que creo? ¿Acaso el suero me ha dado la habildad para poder... voler?

Entonces Ivy me saca de mis pensamientos y doy un suspiro, me encuentro bastante excitado y entusiasmado con este nuevo e inesperado giro.

- Si, será mejor que nos movamos - Digo comenzando a caminar siguiendo el camino - One está ahí arriba y nosotros deberíamos comenzar a movernos. Poniéndose a la vista de todos se esta exponiendo, y cuanto menos este mejor para el y para nosotros.

Sigo caminando con la mente casi más puesta en lo que me acaba de ocurrir que en lo que realmente estoy haciendo.

Cuando pones los ojos en blanco y piensas en tu poder, inconscientemente vuelves a oler y te percatas de que notas un rastro algo débil en dirección NE de otras personas... personas que huelen diferente a tus compañeros, posiblemente sean 3 o 4...

Subes tan alto que las nubes te entorpecen y no te dejan ver nada... piensas que la mejor opción es bajar y ver que van a hacer tus compañeros...

- Demasiadas cosas están pasando en muy poco tiempo. - pienso. Será mejor ponernos en marcha cuanto antes.

Miro al grupo y asiento.

- Teneis razón. - digo. Debemos movernos.

Me giro hacia Andrey.

- Ten cuidado con donde pones tus pies. - le añado con cierta socorranería mientras le guiño un ojo. No me gustaría tener que llevarte atado con una cuerda como si fueras un globo de feria.

- One, ¿que ves ahí arriba? - añado por el comunicador mientras avanzo a la par de Ivy.

Casi cerraba los ojos o los mantenía entreabiertos al notar todos los olores tan intensos. De hecho, intuía que podría captar el olor de cualquier persona a una distancia kilométrica.

Genial, soy un jodido perro, pensó, amargada, imaginándose la escena en un aeropuerto y ella inclinándose sobre las maletas para detectar los alijos de droga y a sus traficantes. Asco de vida, añadió, arrugando la nariz.

Se le antojó que más que un don era una maldición pues, se notaba su perfume demasiado fuerte, cuando hasta hacía unos minutos le encantaba y había sido su perfume desde los 16 años, cuando recibió aquellas muestras en una tienda por una promoción o algo así. Todos los olores especiales, de la comida, los que atraían recuerdos y demás, ¿Cambiarían? ¿Empezaría a aborrecerlos? 

Mierda.

Sacudió la cabeza, sin embargo,  cuando captó el olor de otras personas. Frunció el ceño y alzó la mano para indicar que se detuvieran todos. Miró hacia el cielo, esperando ver a One para que también bajara.

-One, baja- musitó por el comunicador, aunque se le hacía raro: parecía que hablaba sola-. Es importante.

Miró a su alrededor, dando un giro sobre sus propios talones y alzó la mirada hacia sus compañeros.

-Hay alguien- susurró, aún con el ceño fruncido-. Varias personas. No estoy segura de cuántas, pero más de dos- informó, y señaló con el mentón la dirección de donde provenía el olor.

Se mordió los labios y los ojos se le oscurecieron.

Cobardes, pensó, dirigiéndose a aquella dirección sin esperar el beneplácito de nadie. Sucios cobardes.

Anduvo por entre la maleza, intuyendo que los demás la seguirían, aunque nadie tenía por qué seguir a una inconsciente, y aspiró el aire para cerciorarse de que, lo que había olido en un primer momento, era cierto. No estaban solos allí.

Asiento a las palabras de Ivy.

- Vaya, ahora tenemos un sabueso en el grupo. - pienso divertida. Un sabueso que puede manipular los sentimientos de la gente. Me pregunto que más sorpresas nos deparará este suero.

- Hagámoslo en silencio. - susurro. No debemos alertar de nuestra presencia.

- Andrey, ¿crees que podrías volar de nuevo?

- Si cada uno de vosotros. - digo señalando a One y Andrey. puede llevar a una de nosotras.- añado señalandonos a Ivy y a mi. Podríamos acercarnos a ellos sin temor a ser oidos.

- Ojalá tuvieramos equipos de camuflaje. - digo. Facilitaría nuestra labor de infiltración.

One desciende, frustrado.
- La selva es demasiado densa, no he conseguido divisar nada. en cuanto a transportar gente, puedo hacerlo pero solo un rato. Shara es la lider. Hare lo que propones. Andrey tambien puede volar???genial, asi no me sentire tan solo ahi arriba!

- Ivy. - le digo. ¿Ese nuevo don tuyo te permite saber a que distancia aproximadamente están los otros? - pregunto casi con un tono de suplica. Facilitaría enormemente las cosas.

Dicho esto miro el suelo por si hubiera alguna huella que me permita saber algo más sobre nuestros inminentes oponentes.

Sonrío a las palabras de One... volar... alucina. Miro a Shara un poco temeroso.

- No se si podré hacerlo, de hecho no se ni como hacer lo de volar, pero puedo intentarlo.

Miro a One entonces., 

- Amigo, me parece que tendrás que darme algunas clases de esto, tu ya lo tienes dominado Digo riendo. Entonces miro a Ivy... ¿Y tu? Realmente puedes sentir a la gente, ¿sin verla? Vaya, es alucinante lo de este suero. No se que es mejor, si poder volar o poder estar siempre alerta de forma natural; a saber que más podemos hacer.

Chicos, creo que tendremos que ayudarnos a descubrir nuestros poderes... estoy muy ilusionado. Sonrío y estiro mis brazos, me siento como si fuera capaz de todo.

Esconderos, voy a llamar la atención de esa gente. Cubridme si salen y me quieren disparar... ¿vale? Digo guiñando un ojo para todos. Entonces me adelanto a todos esperando que se escondan y comienzo a hablar en voz alta.

¡¡¡ Se que estáis por aquí. Salid a buscarme. Me envía Juan, he venido a hacer negocios con vosotros !!!

Sigo adelantándome por el camino ahora con las manos en alto. Se que si me capturan por lo que sea, podré liberarme sin problemas de las ataduras. Además el resto tiene habilidades que pueden usar a distancia cosa de la que yo carezco, si alguien se tiene que arriesgar. Soy Yo. Espero que no te moleste este avance sin preguntar, pero tengo miedo de que si os intento elevar... no aguante y caigamos los dos.

- Pero que... - digo pero antes de poder reaccionar Andrey ha empezado a andar y gritar. Se ha vuelto loco. - pienso. Después ajustaré cuentas con el. Parece que se ha olvidado que estoy al mando.

No obstante no me queda otra que hacer lo que ha dicho así que me aparto del camino indicando a Ivy y One que hagan lo mismo y me escondo en la espesura de la selva mientras intento mantener el Claymore a una altura por debajo de mis hombros de forma que no puedan ver el reflejo del acero mientras rodeo a Andrey con la intención de salir a la espalda de nuestros enemigos.

- Atentos. Cubrid a Andrey.. - susurro por el comunicador.

Camino lento, con cuidado de no parecer una amenaza, al fin y al cabo el traje ayuda a que no piensen que soy algún tipo de miliciano o guerrillero que quiera joderles.