Tu primer día hacia la empresa de Kai. De nuevo, vuelves a tus orígenes. Aunque en un lugar diferente.
Estáis en el coche, bebiendo café de los vasos de plástico. Muy americanizado, por supuesto. Y por fin llegáis. Tu jefe te espera y te recibe, tras el deseo de suerte de Kai.
Te da un beso y marcha hacia su lugar. Con una sonrisa, a pesar de su disgusto.
Comienza una nueva forma de vida.
Vamos de camino a la empresa.
En realidad estoy bastante nerviosa, no sé si habré tomado la decisión correcta...
De todas formas, solo voy a trabajar, me dan igual las oscuridades que pueda tener Saito. Es su vida personal, no profesional.
En el caso de que lo sea, no dejaré que me caiga encima.
Hablo con Kai por el camino y luego, al llegar a la empresa, nos separamos.
Me despido con un beso y marcho a trabajar.
Espero instrucciones para ponerme a ello cuanto antes.
Rápidamente, te asignan un puesto de trabajo.
Es un piso inferior. Entra la luz del sol en una amplia sala. Muchísimos ordenadores, donde cada uno tiene su cubículo. Mesas de proyectos en mitad de la gran habitación.
Conversaciones, normales gritos de frustración... La vida que conlleva tu trabajo.
Pronto tienes tu mesa y algunos post-its en la mesa.
¡Bienvenida! Noob! No te dejes asustar, newbie!
Observo el lugar, muy diferente a lo de la otra empresa.
Pero no está mal.
Sonrío al ver los post-it, y los dejo ahí. Son cuquis, me gusta que me reciban de este modo futuros compañeros.
Espero caerles bien...
Me pongo a trabajar, saludo a compañeros cuando tengo libre.
El primer día siempre es más duro.
Todos te saludan amablemente.
Algunos incluso se asoman de vez en cuando, arriesgandose a ser pillados. Escuchas cuchicheos. Sabes exactamente cuando parecen malintencionados y cuando no.
Y en este caso, no lo es.
Todos te miran, eres como el juguete nuevo. Incluso cuando vas a un descanso para estirar las piernas, te encuentras un café en tu mesa, recién preparado y calentito.
Escucho los cuchicheos, que no son desagradables.
Sonrío y de vez en cuando miro a mis compañeros de reojo. Parecen interesados en conocerme, y yo también lo estoy en conocerles.
Salgo un momento a estirar las piernas y me encuentro con un café.
Sonrío abiertamente y miro alrededor.
-Gracias.-Digo en voz alta, mirando el vaso, riendo y encogiéndome de hombros. A lo mejor me escuchan, a lo mejor no.
Cuando dices gracias, escuchas que a varias voces se les escapa:
- ¡De nada! - y al momento, una especie de quejido por haber metido la pata. El resto es un silencio tenso.
Comienzo a reírme al escuchar eso.
Miro a mis compañeros, cogiendo el café.
-No muerdo, ¿sabéis?-Les digo con simpatía y una enorme sonrisa en mi rostro.
Nadie contesta, pues en ese momento, otra voz a tu espalda lo hace.
- Eso está bien, no morderse entre compañeros es una buena idea. - te responde Saito, que ha aparecido de una forma bastante silenciosa.
Frunzo los labios y miro hacia otro lado.
Pero bueno, no tiene por que pasar nada.
Decido mirar hacia mi ordenador puesto que no veo a Saito. ¿Qué hago ahora?
Mejor seguir trabajando, sí.
Además, he avanzado bastante, no he parado en toda la mañana.
- Creo que puede hacer una pausa, señorita Nagasawa. Veo que está trabajando duro. - te dice, y espera a que le mires para hablarte con una sonrisa. - ¿Qué tal su primer día?
Miro a Saito cuando me dice eso y le sonrío.
Me encojo de hombros.
-Bastante bien. Productivo.
- Eso me alegra. Sus compañeros son muy variopintos, pero son unos entusiastas. Mire, hasta ya le han servido el café. - te dice, sonriendo y fijándose en el vaso. - Es una especie de marca de salutación. Creo que se sentirá cómoda aquí.
-Sí, parecen muy agradables.-Respondo, manteniendo la sonrisa. ¿Satulación? Suena a saludo, y por el contexto debe referirse a eso.-Estoy muy cómoda, y trabajo muy a gusto.
- Eso es lo primero para mí. No la distraigo más, tiene mucha vida social que hacer... o intentar hacer. Suerte con ellos. - te dice, mirando a vuestro alrededor como si hubiera monstruos o extraños seres a vuestro alrededor.
Y en silencio, saludando a más trabajadores, se retira.
Agito la mano como señal de despedida.
Me pregunto a qué se referirá Kai con que no es trigo limpio. A mí no me lo parece. Aunque los trabajadores parecen algo intimidados, en parte.
Continúo trabajando.
Sigues picando código, rabiando ante un pequeño proyecto que te han encomendado para ponerte a prueba.
Y de pronto, alguien se asoma a tu hombro para mirar tu monitor.
Parece muy curioso por leer lo que escribes.
I+I
Vaya... sí que es difícil esto.
Intento esforzarme mucho, pero la visita de Saito me ha desconcentrado un poco.
Mientras tanto, alguien se pone a mi espalda.
Me giro algo sorprendida.
Motivo: I+I (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (7 dados): 10, 4, 3, 1, 7, 5, 4
Éxitos: 1
Es un muchacho, por lo que puedes ver.
Alza un dedo y señala varios puntos en la pantalla.
- Tienes algunos bugs* por ahí. - te explica, y sonríe. Una sonrisa de un segundo, después, vuelve a estar serio.
*bugs: errores en el código.
Miro al muchacho, que me señala los fallos.
Frunzo los labios y los miro.
-Ag...-Me quejo. Estoy distraída, no me puedo concentrar bien. Intento corregirlos, ahora que sé que están mal.