Partida Rol por web

Hola amor,bienvenida a la isla perdida de nuestro paraiso.

Abrí los ojos apenas amaneció, había dormido poco y nada pero lo cierto era que tampoco sentía deseos de dormir más. Había de escaparme pronto para verle y no sería fácil siendo que el palacio estaba siendo tan vigilado gracias a que el odioso de mi hermano le había dicho a padre de mi última escapada a la playa. Pero me escaparía igual, les gustase o no. Era mi única escapatoria para olvidarme de que pronto me harían casar con el ser más vil y despreciable de todo el reino. Al menos el mar me devolvía la tranquilidad, la paz. Las doncellas me vistieron de inmediato, mentí que desayunaría con padre para que ella dispusieran todo; mi hermano estaba lejos, de viaje en alguna enseñanza de esas de caballeros y madre estaba cada día más loca. Apenas desaparecieron las doncellas, me fui hacia donde estaban mis dos guardias. Para que me vieran la cara y no me extrañaran.

-Que nadie me moleste, me duele la cabeza y no desayunaré-mentí y volví a cerrar la puerta.

Enseguida encontré los pasadizos secretos que había descubierto junto con mi madre siendo muy niña pero ella había olvidado gracias a su locura y aunque daban justo a un lugar medio feo y tétrico de la playa, era mejor que quedarme encerrada. Luego de caminar un largo rato, un poco a obscuras, por fin vislumbré una lucecilla, aunque también estaba obscuro, ya podía sentir la brisa del mar. Ojalá tuviera suerte y me ahogara esta vez.

La noche esta presidida por la luna llena y un cielo estrellado,todo reflejado en un mar en calma.

Al ver aquel cielo, sabía por qué había tenido que salir del castillo, era simplemente precioso. Salí del túnel y me senté en la arena, mirando todo y nada, simplemente respirando suavemente y con paz, como no podía hacerlo nunca en casa. Cerré los ojos, podría haber dormido allí, si no fuera porque uno es la hija de un rey a la que cualquiera puede intentar hacerle daño.

-¿te has perdido?- oyes una voz,al abrir los ojos le ves

Te miro confundida durante unos segundos, al poco rato me doy cuenta que como sea, eres un extraño; que pudiste haberme reconocido y miro en todas direcciones por si vienes con alguien más y corro peligro pero mentalmente me obligo a mantener la calma.

-¿Te parece que lo estoy?-pregunto mirándote a los ojos con un toque de temor pero también de insolencia.

-no sé. ¿lo estas?- te miro divertido,me ves solo.O no te reconozco,o no le doy importancia quién eres.-¿puedo sentarme contigo a ver esta preciosa vista?,puedes decir que no,y me iré.....-

Por fin luego de un rato sonrío y asiento.

-Puedes sentarte, el mundo no es mío-miro con melancolía al mar.-Aunque me encantaría que lo fuera... ¿Cómo te llamas?

Pero antes que me contestes, te digo mi nombre y extiendo mi mano hacia ti.

-Soy Mel... Al menos así me dicen en casa-sonrío amargamente.

-mi nombre es Josu...asi me dicen por aqui.- guiño un ojo con sonrisa sincera.-¿que te aflije?-

-Josu...-repetí en voz queda.-Bonito nombre.

Luego bajé la vista ante su pregunta.

-Muchas cosas y una en especial-posé mi mano en la arena y dibujé algo sin sentido con mi dedo.-¿Conoces al rey? Es mi padre, piensa casarme con alguien a quien nunca he visto... Y ahora mismo deben andar buscándome como locos en palacio.

-¿que clase de rey haría eso a su propia hija? con un diamante como tú,si y fuera rey...nunca te casaría con alguien por obligación....sino con alguien que te merezca de verdad...señorita Mel,no soy ni principe ni noble,solo un poeta de corazón sensible que se enamora de la belleza...En el mundo de mis poesias tu historia sería digna de contar con un final más apropiado para un ser tan bello como vos.-

-Mi padre, Josu... Dice que es lo mejor para todos, no sabe que me condenaría a una tristeza de por vida. Es una pena que no seas mi padre...-pero no era eso lo que quería decirte.-Es una pena que no seas el rey o un noble, ¿sabes? Tienes mucho más corazón que cualquiera de ellos y eso es más loable.

Te miro a los ojos con interés, parece ser que has despertado algo en mí y de pronto imagino, sin quererlo, sin proponérmelo, un futuro a tu lado.

-Es una desgracia que no sea uno de tus poemas...

-Ya lo eres,en mi imaginación,en mi corazón,........un poema no solo hay que plasmarlo con pluma y papel,la poesia esta en todas partes.Yo afortunado de mi la veo y la plasmo en papel haciendola entendible para las personas....pero solo hay que saber mirar.- te sonrio amablemente con ojos bidrosos de emoción.

Sentí que hablabas en serio, quizás era una locura pero de pronto supe que si me lo pedías dejaría todo para ir contigo, a donde fuera; así fuera una cabaña a orillas del mar. Aunque para eso tuvieramos que huir de todos y de todo. Volví mi rostro a ti y descubrí en ellos el brillo que quizás ya había en los míos, no pude pensar, simplemente seguí a mi corazón y acerqué mis labios a los tuyos; sin saber exactamente cómo era.

Quizás habías besado a muchas, princesa o no, ingenuas o no, pero simplemente me dejé llevar por esa sensación de necesitar sentir tu aliento cerca del mío. Pero cuando recapacité, me retiré enseguida con el rostro enrojecido y un ligero temblor.

-Lo siento..., yo... No quiero ofenderte-dije tontamente.

-Tranquila,la unica ofensa sería reprimir tus sentimientos.¿es la primera vez que te dejas llevar por tus sentimientos?-
pregunto con cierta preocupación en mi rostro.

Mi rostro estaba enrojecido por completo y tuve que suspirar un par de veces antes de poder responderte.

-Es la primera vez que beso unos labios... Es la primera vez que me atrevo a tanto. Aunque no sea la primera vez que mis sentimientos van tan lejos, pues el estar aquí, se lo debo precisamente a ello-respondí y era verdad porque alejarme de palacio, había sido precisamente siguiendo mis sentimientos.

Te miro a los ojos y puedes ver en ellos deseos que no viste cuando me miraste por primera vez.

-Puedo enseñarte si lo deseas,puedo enseñarte a usar tus sentimientos de guia para tu vida,refinar y acondicionar tus deseos para que consigas tus metas....- me acerco a tu cara,en la mia se refleja una sonrisa sincera.

Debía estar volviéndome loca, era la única explicación para estar allí contigo, un extraño al que había besado y al que no temía, si mi padre me hubiera visto, seguramente hubiera muerto en el acto pero con tu rostro tan cerca, no podía pensar.

-¿Enseñarme?-pregunté sonriendo también.-Te arriesgas a muchas al estar siquiera en el mismo lugar que yo... Temor por ti y por lo que pueda ocurrirte pero...-no sabía cómo decirte aquello.-Pero, Josu, das nuevas esperanzas a mi vida y creo que aceptaré tu ayuda.

Te ofrezco la mano para que la cojas y la llevo a mi corazón....notas mis latidos-pum,pum.pum,pum.- acompaño el sonido con la boca.-¿lo sientes?-

Sonreí tontamente ante tu osadía pero luego escuché con atención, mi respiración dejó de ser normal pero la sonrisa continuaba allí.

-Sí-respondí mirándote a los ojos.-Fuerte y claro...