Partida Rol por web

Escuchaba que Anja hablaba aunque estaba demasiado concentrado en la comida para enterarme de nada. 

-Que rica que está esta pata de pollo! - Exclmamé poniendome en pié justo al mismo tiempo que el sargento. Me lo quedé mirando con su cara de enfado, o tal vez verguenza. -  Eh? Me he perdido algo? - Dije mirando a unos y a otros con la pata de pollo a medio camino de la boca. 

Anja se levanta de la silla al segundo de hacerlo el sargento. A la vez que se levanta coge el bastón por uno de los extremos con las dos manos como si blandiera una espada. Cuando el sargento le da la espalda a Anja esta pronuncia las palabras en voz alta "Sargento Grim, tu ser sospechoso asesinato del templo" "los guardias cómplices poder ser libres si confesar a la autoridad" "sargento Grim, entregarse ahora sin hacer problemas".

La bárbara se prepara para el combate por si tiene que aturdir al sargento en el caso de que huya o intente poner resistencia a los tres aventureros.

al ver que se complican las cosas dejo la comida y me levanto tratando de calmar las cosas

Aunque la actitud del sargento es extraña, tampoco podemos acusarlo de asesinato así nada mas, dejemos que se defienda, que de su versión de la historia...volteo a verlo con ojos inquisidores lo escucharemos, pero no dejaremos que se vaya simplemente, por cierto, nadie dijo nada de que ustedes fueran los guardias de la historia de Anja, ustedes mismos lo han dicho, al creer que los inculpamos, así que lo escuchamos Sargento Grim.

La voz de Anja retumbó en el comedor de la posada, su voz pareció la de un rugido ante la acusación que acababa de realizar. El sargento se giró hacia ella, dio unos pasos hasta ponerse frente a frente, no había una diferencia de altura sustancial.

- Fuera de mi camino mujer. - le dice mientras le da un fuerte empujón a la bárbara, la cual no se mueve ni un centímetro. El estado físico de la mujer era mucho más notorio que el del sargento.

De los cuatro soldados presentes, uno se paró y se puso al lado del Sargento Grimm, mientras que los otros tres se quedaron sentados, con las miradas bajas y en completo silencio.

La agresión del sargento hacia Anja había hecho que el silencio se apropiase nuevamente del lugar, solo unos segundos más tarde se comenzó a escuchar un sollozo. 

Era uno de los soldados, el cual rompió en llanto, levantando la cabeza y con su dedo índice señala al Sargento.

- Fue él, lo confieso. Fue el Sargento el que mató al Señor Sokol. El quería destruir la estatua del demonio hasta reducirla a polvo, y el sargento quería venderla. El Señor Sokol terminó con una daga clavada por la espalda. Y todos pagamos por eso, encerrados durante días sin agua ni comida por la avaricia del Sargento.

Los movimientos del sargento, para estar famélico y débil, fueron más que ágiles hasta donde estaba el soldado y estampó la cabeza del mismo contra la mesa.

- No tienen nada... NADA que pruebe que fui yo. ¿A quién le van a creer? ¿A ustedes, un grupo de mediocres aventureros? ¿A él, un soldado raso en busca de reconocimiento? ¿O a un sargento como yo, con jerarquía dentro de los Black Fist? Por favor, largense, lleven con ustedes a esta escoria - dice señalando al soldado inconsciente por el golpe - y no vuelvan más, la próxima vez puede que sea menos placentera su visita. Y USTEDES - grita hacia la joven pareja encargada de la posada - NI UNA SOLA PALABRA O LA PASARÁN TRAS LAS REJAS DURANTE UN BUEN TIEMPO. 

Anja al recibir un trato machista le entraron ganas de golpear con un pueñatazo en la cara al sargento pero ya que eso podría producir consecuencias en la misión. Se tuvo que frenar en sus impulsos para mantenerse imparcial en el juicio de los oficiales del Black fist a la hora de que a ella le preguntaran su versión de lo sucedido en la misión.

Por eso al ver llorar al soldado presto atención a todo tipo de detalles por si era veraz el sentimiento de complicidad del soldado delatando al sargento o era mentira y ese soldado ocultaba más información que incriminaba injustamente al sargento.

La bárbara no pudo reaccionar a tiempo a la hora de retener al sargento para que golpeara y dejara inconsciente al soldado pero le advirtió "¡Sargento Grim, dejar golpear soldados!" "¿confiese pasar en aquel lugar y ser incriminado por soldados suyos?". Anja mantenía el bastón en sus manos esta vez sujetando lo como si llevara una lanza en posición de defensa por si recibía otra agresión del sargento y anticiparse ella al ataque en este ambiente tan hostil. Anja volvió a fijarse en la reacciones de nerviosismo y confusas que expresaba el sargento para comprobar la credibilidad de sus palabras.

Vaya, si me habia perdido algo. Vi como el sargento furioso estrellaba la cabeza del soldado que confesó contra la mesa. Vi como intentaba empujar a Anja. Me cabreó. Pase que golpease a los suyos. Pero a los mios nadie le toca un pelo. 

Me concentré y proyecté una palabra de orden imperiosa contra el sargento. 

- ¡SIENTATE! - Le grité con una voz casi ultraterrena. Como si viniese de lo mas profundo del infierno para golpearle en el pecho y no podia ser desobedecida. - Anja, atalo. - Le dije a la barbara mientras sacaba mi ballesta y le apuntaba a la cabeza con ella al sargento. -Alester, puedes ocuparte del soldado? -  

Claro

camino hacia el soldado inconsciente, lo recuesto en el suelo y comienzo a comprobar sus signos vitales, verifico que no exista algún daño interno y trato de que recobre la conciencia presionando algunos nervios en el rostro, sin embargo el golpe había sido tan fuerte, y las condiciones físicas de cansancio, hambre y sed no permitieron que este despertara.

El sargento se ve sobrepasado por la situación. Su subordinado lo había puesto en una situación más que incómoda y sabía que no podía librarse de esto.

Aún apretando la cabeza del soldado contra la mesa, y apretando los dientes, Grim escupía las palabras, con desidia y odio en cada una de ellas.

- Igan era un imbécil. Un ser despreciable que solo buscaba la redención de los dioses... JA! Como si eso le fuese a dar riquezas y buena fortuna. ¡¡ESTUVO MESES BUSCANDO ESE ENDEMONIADO LUGAR!! ¿Y para qué? Para destruir esa estatua de jade. ¿Saben cuanto sale algo como eso? Yo la hubiese destruido, pero para venderla, no para dejarla en esa mugrosa agua negra.... Pero no, el deber antes que el poder era para el mocoso Sokol. Se puso arrogante y se encerró en si mismo. Así que hice lo que tuve que hacer, cuando estaba por destruir la estatua me adelanté y lo maté. - dice mientras golpea fuertemente la mesa con su otra mano. - ¿Qué otra cosa podría haber hecho? Ese objeto es invaluable. Pero los malditos esqueletos tenían que aparecer... y toda este grupo de mariquitas salió despavorido en vez de hacerles frente, y uno solo contra tantos era algo similar a suicidarse. 

Dicho eso, suelta la cabeza del soldado y se tira pesadamente sobre una de las sillas.

- Hagan lo que tengan que hacer, no me arrepiento de lo que hice, y volveré, eventualmente, a buscar ese jade y a vivir panza arriba sin necesidad de estar desperdiciando años de mi vida en esta isla de mierda. 

Morthos sujeto las muñecas del sargento cuando esté soltó al soldado de hundirle la cabeza contra la mesa. En ese momento Anja saco la cuerda de su mochila para atarle bien las muñeca y los brazos de arriba a bajo como si llevara una camisa de fuerza.

Apretó lo suficiente la cuerda para que pudiera respirar pero a la vez no pudiera escurrirse entre ellas por los movimientos de brazos y el tronco.

El sargento mientras confesaba el delito que había cometido le terminaron de atar con la cuerda y terminaba su confesión con un final como si el sargento estuviera seguro de poder volver a ese lugar y llevarse la estatura de jade.

Anja comento "Bien haber confesado sargento" "querer saber ahora ¿por qué faro no poder encenderse con fuego?" "hechizo o mecanismo no dejar encender faro".

El sargento ve a Anja con cara de no comprender.

- ¿Cómo que el faro no está funcionando? Si le dejamos aceite como para que funcione una semana sin inconvenientes. - comenta Grim. Su cara claramente es de confusión.

Mas antes de poder interceder nuevamente y responderle al prisionero, pueden notar como una gran luz azul comienza a filtrarse por las ventanas. Pero no es una luz común, encandila a todos apenas ingresa por los ventanales, aunque solo es un momento y después amaina su fuerza y brillo. Claramente, algo o alguien hay afuera del edificio. 

Al final era verdad que el habia asesinado al mago. Y el mago queria destruir la estatua. Sin duda era maligna. Tal vez deberiamos ir a destruirla. Esos esqueletos no eran buena cosa. 

Iba a exponer esa idea definitiva cuando un resplandor nos cegó un resplandor azulado. - ¿Que ha sido eso? - Pregunté preocupado. 

Morthos se acerca a la ventana para ver que había sido ese resplandor ingresando por la ventana.

El resto se mantiene impasible con la retención de Grim y sus soldados y no le da mayor importancia.

Arriba del faro se había formado una especie de cúpula azul, una especie de globo de luz radiante, el cual se iba resquebrajando y rompiéndose en mil pedazos. 

A medida que esto sucedía podía notarse como la llama del faro comenzaba a funcionar nuevamente, observándose una nítida y muy viva llama a pesar de que están en pleno día.

Dentro de la estancia un resplandor similar comienza a aparecer, hasta dar forma a una mujer:

En su pecho podía verse claramente el símbolo sagrado de Tyr, el espíritu no dice nada, pero con su mirada habla más de lo que su boca puede pronunciar.

Claramente ella era la responsable de que el faro estuviese descompuesto. Una forma bastante eficaz para llamar la atención de la guardia de Phlan y que se pudiese esclarecer la atrocidad que había sucedido en aquellas criptas bajo la torre donde Dagon era venerado e Igan Sokol asesinado.

Un sentimiento de satisfacción y agradecimiento recorre su cuerpo, es una sensación más que agradable, aunque saben que todavía su trabajo no ha terminado. Faltaba llevar a los soldados a la justicia y dar el reporte correspondiente.

No pasan más de unas 5 horas hasta que la vieja barcaza con el enano malhumorado aparece en el horizonte y amarra sus cuerdas al pequeño puerto.

- Veo que pudieron encender el faro. Felicitaciones - dice, aunque extrañado ve a los soldados, pero los años le han enseñado que mientras menos pregunte menos problemas va a tener a futuro.

El viaje de vuelta es silencioso, aunque pueden disfrutar más del horizonte y el paisaje en relación a cuando venían, con una incertidumbre de que se iban a encontrar.

Al llegar al puerto, el jefe de la guardia les da la bienvenida, escucha atentamente lo relatado por ustedes y manda a los soldados y al Sargento Grim a que los procesen y guarden en los calabozos de la ciudad hasta que un juicio sea llevado a cabo para disponer cual sería su sentencia.

A cada uno le da el pago correspondiente, dándoles la mayo y agradeciendo su predisposición y atención para con Phlan, como un premio extra les dice que por cuatro días podrían hacer uso de la taberna del puerto y utilizar sus habitaciones sin costo alguno.

Dicho eso, cada uno toma sus cosas y se separa hasta ver si otra aventura finalmente los acompaña y los reúne otra vez.