Partida Rol por web

Mientras Michael esta en el bar una rubia muy llamativa se le acerca y le pide que le invite un trago.

Es muy obvio que ese trago llevara o puede llevar a sexo si Michael acepta.

Nick: Todas las tiradas son un dado de 10. D10.

La dificultad es a 7 en este caso, siendo exito hacia el menor. Es el mismo sistema de la otra partida.

Suerte

Bueno, al menos ya empiezo a ver como funciona el local. No me lo están poniendo muy dificil. Ni he llegado a la barra y ya tengo a la primera leona sobre mi cuello...  Claro que si, preciosa. Dime.. ¿qué quieres tomar? la miro de arriba-abajo con una sonrisa. Espero que seas mayor de edad. No me gustan las sorpresas.

Esto no era nuevo para mi. Una super mujer a la cual no tienes ni la más remota posibilidad de que te haga caso en otro lugar salvo a este, te entra, te pide una copa, inicia una charla, te saca otra copa si ve que la charla es amena, total, el local ganará pasta por las consumiones y ella no tendrá que hacer trabajos extras. Si ve que su presa se le escapa, se insinuará. Suponiendo que el local tenga habitaciones preparadas en el mismo sitio, llevará allí a su víctima, donde le recitará la tarifa de precios y especialidades, junto con el plus de alquiler de cuartito. Sino... pues al hotel o motel más cercano, donde seguramente tengan pactado algún trato entre ellos.

Si le rechaza la oferta, otra acudirá en su lugar, haciéndole pagar por dos...

Después de un rato de frustración sin encontrar nada me levanto y me tumbo en la cama.
-AAAAARG, demasiados interrogantes, espero que tu amigo logre averiguar algo, por hoy lo único que nos queda es descansar-

La chica rubia, luego de unos minutos de conversacion vanal y vacia te invita a su apartamento en el edificio de enfrente, si quieres pasar un momento de locura que nunca olvidaras.

No puedo creer que los dos hayan fallado tan estrepitosamente.

El fallo de Nick hace que la computadora se apague y no vuelve a prender. A los ojos normales algo se daño.

Oh Cielos!! Que hiciste!!! ¿Donde tocaste?? exclamé cuando vi que el ordenador se apagaba frente a mis ojos. No puede ser que nos quedemos sin nada ahora! Yo dejé todo mi material para extraer información de los discos duros en mi domicilio... rayos! solté un bufido amargo, y me giré hacia Drake.

Perdona Nick, demasiada tensión... estoy segura de que ahí dentro tenemos algo. Pero hasta mañana no podremos hacer nada con ello me temo. Nos tocará buscar un informático que pueda sacar los datos del disco duro sin dañarlos. Espero que Mike descubra algo en el local aquel...

Me encantaría ir, preciosa, pero mis necesidades básicas ya han sido más que cubiertas hoy, pero te invitaré a otra copa más si me cuentas algo sobre este barrio, vengo a tratar de... montar un negocio y busco con quien hablar y por donde moverme.. quizás conozcas a alguien interesado, ya sabes.. algún hombre de negocios, que quiera invertir en algo no muy legal pero con bajo riesgo.. la susurré al oido, tratando de sacarla algo de información. Y si la información es buena, puedo buscar a más amigos de estos por la adicional que puedas darme más adelante. Disimuladamente la mostré el pequeño taco de billetes que le había quitado al maleante que nos quiso atracar a Fry y a mi. Luego volví a guardarlos y la miré a los ojos, esperando su respuesta.

Tenía claro donde no me iba a meter, y era en ese tipo de líos. No al menos mientras pudiese obtener la información allí mismo. Además no me gustaba la idea de ir a aquel edificio y encontrarme con una audaz trampa, donde el cliente es apaleado por dos matones y le vacían los bolsillos.

Cuando la joven ve el fajo de dinero se le hace agua la boca, y sus ojos solo dicen, money money money.

Amor mio, aqui me tienes, que tipo de negocios quieres y te ayudo a montar lo que sea.

- Mike, trae la botella de lo que el este tomando. Dice señalando al camarero el cual respondio sin problemas.

- Esta la pago yo si tu negocio vale la pena. Dime que necesitas invertir en que?

-Vaya, menudo día de mierda- digo suspirando tumbado en la cama

-Mandémoslo a alguno de los técnicos informáticos del FBI, ellos se encargarán-

Si... claro... al FBI... como si fuese tan fácil. Te recuerdo que estamos sólos en esto. Como mucho podríamos llamar al director adjunto y ver si tiene algún informático de confianza en las oficinas, pero no cuentes con ello. Creo que somos la última linea de choque, si nosotros fallamos, no quedará nada.

Sigo pensando que la mejor opción es buscar un informático que nos repare el equipo o... pffff... los datos están en el disco duro. Sólo debemos comprar un adaptador de discos duros, sacarlo del laptop y conectarlo a través del adaptador a otro ordenador. Adios, a la protección. Hola datos. sonreí para mi, orgullosa de mi idea. Aún así, deberemos esperar a mañana...

Me levanto y me siento con las piernas cruzadas mientras la observo fijamente y en silencio, como si fuera un búo 

Lo siento palomita. Veo la codicia en tus ojos sonreí. Además prefiero trabajar sólo con hombres. Digamos que vosotras, siempre lograis manipularme y acabo perdiendo la cabeza por una cara bonita, como la tuya. La respondí con tono amable y en parte seductor. Pero si tienes respuestas, yo tengo preguntas...

Digamos que... si quisiera buscarme un socio por esta parte de la ciudad, alguien... influyente y con dos pelotas la susurré. ¿Por quién debería preguntar? Digamos que busco a alguien como... el dueño de este local... sabe como duplicar sus beneficios, jugando con el margen de la legalidad. ¿Qué valiente lleva semejante maravilla? ¿Qué tipo de empleados escoge? Los camareros por ejemplo...  ¿de donde salen? Debo conocer a mis posibles socios antes de proponerles algo. Cualquier cosa que no me guste, hará que me retire por donde vine... ¿cómo soluciona los problemas con sus empleados? ¿eh? bajé la voz acercándome a aquella mujer, la cual hizo lo propio. No solo así estaría seguro de que no nos iban a escuchar muchos más oidos, sino que parecería que realmente estaba interesado en ella y pasaría más desapercibido.

Continué un rato largo, tratando de sacarla toda la información que pude, sin darla demasiado sobre "mi negocio", salvo que era algo rápido, con un riesgo leve, pero con beneficios considerables y que, cuanto más se repitiese, el riesgo aumentaría. Debía mantener el interés y el misterio si quería lograr algo. Además, cabía la enorme posibilidad de que aquella hermosa mujer, tan sólo estuviese pendiente de mi cartera y que toda la información que me diese sobre el tema fuese erronea.

La joven un poco mas desanimada.

- Pues en ese caso tendras que hablar con Ferdi, ya que estas muy misterioso y no creo que poder ayudarte. Ferdi es el dueño del local.

- Mike, Ferdi esta en su oficina?

El barman asiente.

- Vamos grandote, sigueme que te llevo.

Luego de pasar por algunos pasillos internos del bar donde puedes ver algun visitante drogandose o teniendo sexo, llegan a una puerta cerrada custodiada por un tipo de bastante musculos, de tez oscura y lentes de sol.

- Es de confianza, viene por negocios.

El hombre los deja pasar de mala gana.

- Ferdi cariño como estas. Este buen hombre de aqui quieres hacer negocios contigo.

La joven se sienta en el escritorio.

El hombre te mira de arriba abajo y le da una palmada en el culo a la chiquilla que probablemente no tenga 15 años que estaba en sofa medio desnuda. Con un ademan de su mano la chica recoge la blusa y se tapa para salir disparada por la puerta.

- Humm, uju.

Te sigue mirando y se acerca a la rubia que se ha puesto palida.

- Ya hablaremos tu y yo luego. Mientras le aprieta un cachete.

Con desprecio sacude su mano para que salga de la oficina y una vez que la puerta ha cerrado el hombre saca su pistola y la deja sobre la mesa fuera del alcance de Michael.

- Tienes 5 minutos antes de que te vuele la cabeza, de que negocios se trata.

El hombre esta mas molesto por la interrupcion que tu presencia es si. Su actitud de machote no es infundada, se nota que esta dispuesto a disparar si no eres convincente.
 

Todas las opciones que discutieron son viables.

Si vuelven al FBI contacten a Fitzpatrick directamente.

Espero por su direccion de acciones.

Sentí nauseas al ver a la pequeña medio desnuda en aquella habitación. Estaba claro que algo debía hacer allí, aunque no fuese el trato que esperaba.

Vaya! Veo que tiene buen gusto con las mujeres. miraba el trasero de la rubia explosiva mientras lo sacaba contoneándose de la habitación. Luego me giré a aquel tipo, sonriendo. Me gusta tu estilo. Duro, serio, rápido, sin rodeos... vi que el arma no estaba a mi alcance. No le apartaba la mirada, siempre a sus ojos, buscando su debilidad. Pero la pregunta no es correcta. Me temo que no eliges tu, amigo. Elijo yo. apoyé ambas manos en la mesa, acerqué mi cara a la suya, mi gesto era serio, seguía sin apartar mis ojos de los suyos. Necesito a un tipo que esté a la altura del negocio, que realmente tenga dos pelotas, para poder retorcérselas si me falla. Levanté mi mano derecha y gesticulé como si estuviese apretándole los huevos a alguien. Luego me alejé de él, apartándome de la mesa, caminando hacia el lado opuesto a donde había dejado aquel tipo el arma. Haciéndole girar a la par conmigo. Creo que sabes bien a lo que me refiero. No me gustaría nada, asociarme con alguien que... al primer signo de peligro.. decida venderme a los federales, me acerqué a un estante y cogí uno de sus adornos para mirarlo. Me puse de perfil a él, sosteniendo el adorno con mi mano izquierda, continuaba hablado serio y seguro. Volví a mirarle a los ojos. Con esa pose era imposible que le lanzase el objeto y le diese. No he llegado hasta aquí por fiarme de cualquiera. Dicho esto... mi rostro reflejó una sonrisa, aunque no precisamente amigable. ¿Crees que estás a la altura o tendré que meterte una bala en la cabeza? dije mientras colocaba sobre mi brazo izquierdo el cañón de mi arma, apuntando directamente a aquel hijo de puta.

La charla, los gestos, coger el objeto, fue todo una estrategia para mantenerle distraido lo suficiente como para que no le viese sacar su arma y dejarle lo suficientemente mal colocado como para poder agarrar la suya de la mesa y dispararle.

Ahora que tengo toda tu atención, no grites. No te muevas y las manos donde las vea. Te aseguro que las balas ganarían esa carrera. Y yo si tengo pelotas para disparar, sobre todo a alguien que me amenaza gratuitamente. Sin apartar la vista del capullo aquel, dejo el adorno sobre la primera superficie que en cuentro, sosteniendo a continuación mi arma con ambas manos. Ahora aléjate del arma y túmbate en el suelo, con las manos hacia arriba, despacio... se me puede escapar el dedo y darle al gatillo sin querer. Sería una pena. Por el tono de voz, se notaba que estaba disfrutando con ello. ¿Ves que fácil es cuando se obedece? Si apartarme de él, me acerqué a la puerta y le heché el pestillo. Ahora que estamos solos...

Me acerqué a él, pon tus manos en la espalda... le dije... luego le agarré una de sus manos, luxando su muñeca. Ejercí un poco de presión.. veo que sientes el dolor.. puede ser peor.. le dije mientras le clavaba mis rodillas, una en la espalda y otra en la cabeza, manteniendo la presión en su brazo con mis muslos. Con mi mano derecha, le puse el cañón de mi arma en la cabeza. Y ahora, amigo mío, vamos a hablar un rato muy largo. Y me vas a contar lo que quiero saber... ¿de quien es este antro? le apretó la muñeca levemente, ejerciendole un agudo dolor. No eres tan listo como para llevarlo tu. Me pregunto que pensará su dueño si se entera de que te traes a niñas pequeñas al local y te dedicas a hacer cositas con ellas... ¿Qué clase de hombre toca a una niña así? le escupió con asco en la cabeza.

(*) La postura sería esa, salvo que en lugar de tener el pulgar a lo alto.. lleva un arma y está apuntando a la cabeza del capullo. Una vez así sujeto, no puede escapar. El que está encima puede destrozarle el brazo. Normalmente con esta postura se cachea al individuo y luego se le engrilleta para poder realizar su traslado.
 

El hombre responde con la voz arrugada por la rodilla en el cuello.

- Martina Satelli, es la dueña.

- Maldito imbecil. Sueltame...

El hombre trata de safarse pero lo tienes bien agarrado.

¿No te enseñó tu mamá que NUNCA debes insultar a alguien que te está apuntando con una pistola a la cabeza? le volví a apretar un poco la muñeca, disfrutando del sufrimiento que le estaba provocando. Si te sigues moviendo así, lo más fácil es que te rompas algo. Le dije con desprecio. Pero sigamos charlando, ¿quieres? Adam no se equivocaba, esa mujer era la dueña de esto. Pero.. ¿como una distiguinda abogada dejaría que se la vinculase con este local tan facilmente?

Bien Ferdi, vamos bien... no me gusta hacer negocios con mujeres, me hubiese gustado más un nombre masculino, dime... ¿tienes alguno que creas que puede ser un buen inversor para mi negocio? Ya sabes.. con dos pelotas y algo de cabeza. Esperé que me diese su respuesta antes de continuar con el interrogatorio.

Muy bien, chico listo... a ver si me puedes responder a esto.. necesitaré gente de confianza para montar mi negocio, y ya no hablo de socios, hablo de los que están más abajo. Mis chicos vendrán en cuanto les llame, pero necesitaré a alguno que conozca la zona... ¿cómo los captais? Y nada de mentiras, o te romperé la muñeca para empezar dije luxándole nuevamente dicha parte, pero ejeciendo más presión. Ferdi podía notar en la voz del tipo que estaba sobre él que estaba disfrutando con todo esto.

Si... acerqué un poco mi boca a su oido. Se lo que piensas. "Es un puto loco y un sádico". .... Y no te equivocas. le susurré.

¿Sabes lo que hacemos a los perros traidores o a los polis que husmean en mis asuntos en otros lugares? Mis chicos me los traen, tengo... un lugar especial para ellos... Le digo pasándole el cañon de la pistola por la cara. Nunca sabes como va a reaccionar nadie frente al dolor. He visto a hombres llorar de miedo tras realizarles un leve corte con una navaja... y otros aguantar hasta la amputación de un dedo y dos... Cuentame que haceis aquí con esa escoria, Ferdi... mi voz sonaba insinuante, casi como si la situación y el dolor ajeno, me excitasen. Volví a acercar mi cara al oido de aquel tipo. Vamos Ferdi, no seas tímido... creo que no te gustaría probar el trato tan exclusivo que les doy en tus propias carnes. le volví a susurrar, mis palabras, mi voz, denotaban las ganas que tenía realmente de romper y cortar la carne de aquel desgraciado.