Partida Rol por web

Los acontecimientos se iban precipitando... lo que hace unos segundos parecía ser el mejor plan posible ahora se antojaba poco menos que inviable...

Pero de igual modo, cuando una puerta se cierra, otras tantas se abren... y he aquí que la mejor alternativa se presentó ante nuestras narices sin ni siquiera buscarla. Y la clave estaba encerrada en el elfo doméstico, Nestor, y la doxy Dalia, ambas al servicio de la familia Selwyn.

Asentí a las prudentes palabras de Diana, que Nestor siguiera al convoy de vehículos, él mejor que nadie podría hacerlo sin que sospecharan lo más mínimo. Luego, con toda la información posible sobre la ubicación, efectivos, defensas, etc... podríamos organizar un asalto con las mejores perspectivas de éxito.

Y nosotros debíamos ir a la tienda del señor Selwyn. Ese era el objetivo crítico, al menos en el momento en que estábamos.

Hice una señal a Roman y a Petri de que nos siguieran, dejando pasar un par de minutos por si había ojos en la terraza del café. Ambos asintieron, tocándose levemente la punta de la nariz, con lo cual entendía que habían captado el sentido de mi señal.

Ofrecí mi brazo a la señorita Selwyn y nos pusimos en movimiento apenas tres minutos después de que los tres vehículos negros abandonaran la cafetería.

Vamos, querida... muéstrame el jardín que dices que hay en el parque...

Dije esa frase insulsa, plana y carente de interés en voz alta, pues aun estaba por ahí uno de los sicarios del tal sr Krall (y aparentemente el señor John Selwyn)...

Pasamos junto a Roman y Petri y le susurré al periodista...

Señor Glasier... esperen un par de minutos y sígannos. Les esperamos al final de la calle. No dejéis atrás a Nott, por favor... y dejad que el sicario se marche, deben creer que su plan sigue adelante, sin ningún tipo de contratiempo...

Suerte...

Francamente las palabras de Vinda Rosier habían calado como dulce néctar en la mente del joven Damina, quién analizándolas cuidadosamente se estaba percatando de que posiblemente habría más de un vampiro que aceptaría de buen grado romper con el MACUSA, cazar como los superdepredadores que eran y no alimentarse con bolsas de plástico, y quizá lo que más revuelo estaba ocasionando, mantener una alianza con los licántropos. No obstante, la joven Rosier advirtió en la mirada del joven que el asunto de conformar un consenso de asesores y dejar las viejas tradiciones atrás en cuanto al liderazgo de un antiguo podía traer controversia, al igual de que hubiese una alianza entre la comunidad vampírica y Gellert Grindelwald. Como fuese, se mantuvo callado meditando la propuesta y asintió con respeto, fraguando como lograría convencer a sus congéneres de que era la mejor opción.

- Trataré de mover hilos y ver que puedo hacer... - susurró en voz baja, mientras aguardaban a que les abriesen las puertas para acceder a la sala del cónclave - Efectivamente, ni Schiro ni Salieri merecen ser los Príncipes...

Todo se vio interrumpido por la desaparición de la espía en la sala superior, y aunque Vinda reaccionó con gran velocidad, por poco no logró impactar su hechizo, el cual hubiese dejado en muy mala tesitura a la infiltrada. Las palabras subsiguientes de la maga oscura encajaron mal en algunos de los vampiros presentes, pero realmente ninguno se expresó en contra, y es que realmente Rosier estaba en lo cierto. ¿Cómo habían permitido que se les colase una simple humana? ¿Cómo era posible que vampiros y licántropos estuviesen aliados contra natura?

Una joven rubia recién llegada fue la primera en hablar, ignorando las verdades que se habían dicho allí, para decir otras igual de ciertas.

- Damian, tengo un asunto muy serio del que hablar contigo. No puedes cruzar... aún. - le espetó sin miramientos al joven, el cual por primera vez se le vio inquieto. ¿Estaría a caso como responsable de seguridad de aquel lugar e iban a echarle una reprimenda? ¿O quizá eran otros menesteres más preocupantes?  La joven Rosier tiene permiso para acceder a la sala del cónclave, permitidle el paso ahora mismo. - terminó por decir con voz neutra y carente de empatía, siendo muy evidente para Vinda de que se trataba de la vampira más poderosa con quién se había cruzado hasta entonces, y perfilaba unos movimientos dignos de la realeza. Al instante los guardias apostados a un lado y otro de a puerta le franquearon el paso y la acompañaron al interior, seguidos por un tercer vampiro y dejando atrás a la rubia y a Damian.

En el interior de aquel recinto circular con esculturas y pilares que recordaban a la era clásica, se respiraba un ambiente mágico completamente distinto al que había en el exterior. Casi daba la impresión de que Vinda hubiese terminado de cruzar una enorme barrera mágica que impedía el acceso al interior o la salida sin una autorización expresa, y era por aquello que quizá el revuelo generado afuera con la intrusa no había ido a más.

Solo dos vampiros estaban allí adentro, uno de cabellos dorados que casi parecía por su porte y formas el hermano gemelo de la rubia que acababa de hablar, y a su lado, abstraído en sus pensamientos y leyendo un grimorio que sostenía entre sus manos, un tipo mucho más alto y fornido. Los tronos estaban vacíos, por lo que probablemente estarían aguardando la llegada de Salieri o Schiro para conformar el trío de antiguos.

- Bienvendida lady Rosier... - expresó con exquisito tacto y etiqueta el rubio, escrutando con la mirada a la joven - Nos alegra tenerla con nosotros en calidad de invitada, la estábamos esperando... ¿Viene para ver como se resuelve el conflicto entre Salieri y Schiro? No tema, ya está por concluir... están aquí al lado resolviendo sus diferencias con nosotros como mediadores neutrales... - y el misterioso rubio señaló una puerta en el lado opuesto por donde acababa de entrar Rosier escoltada, para al fin hacer las presentaciones. Soy el Príncipe Vecchio Fratello de Milán y éste de aquí el Príncipe Stanislav Droganov de Budapest. Hace años ya la vimos en el palacio de Versalles, cuando todavía estaba bajo la tutela del Príncipe Roland Vermillion. ¿Es cierto que se unió a la causa del mago oscuro Gellert Grindelwald? - y viendo la mirada que le dedicó al escuchar el nombre de su mentor, quedaron confirmadas las sospechas - Tranquilícese, no se le juzga ni se le juzgará por ello. Creo que de parte del Príncipe Vermillion puedo afirmar sin miedo a equivocarme que espera su regreso un día de estos para aceptarla nuevamente a la familia...

Fue entonces que intervino por primera vez el tipo de cabello negro y de gran altura, girándose sobre sí mismo para hablarle a Vinda Rosier.

- Joven dama, ¿es posible que espere nuevas de un elfo doméstico o un ente similar? Si le place, puedo permitirle la entrada y salida a este lugar sellado mágicamente... Son simples medidas de seguridad, pero no está retenida ni nada similar y es libre de marchar cuando guste...

Kabulski era el último de los mafiosos del senador que permanecía con vida, y realmente daba la sensación de estar contemplando cara a cara con la muerte por su rostro desencajado y atemorizado. Su carrera para salir del baño era inestable, tropezando y dando tumbos de lado a lado con lágrimas en los ojos, golpeando en las puertas de los cubiles y finalmente logrando abrir la puerta de salida de un empujón.

La maldición imperdonable que se le lanzó por la espalda no le impactó en la cabeza de milagro, haciendo estallar la puerta de madera y que el sujeto gritase de pavor, cubriéndose la cara con las manos por las astillas que acababan de saltar.

- JODER! NO QUIERO MORIR! NO QUIERO MORIR! - gritó completamente sobrepasado y sin capacidad de razonar, solo buscando instintivamente dar un paso más y otro para alejarse del depredador que le estaba dando caza. En el pasillo de los baños del exterior fue a cruzarse con dos tipos trajeados, otros dos mafiosos que probablemente trabajarían para el senador Walker, los cuales le detuvieron en seco para interrogarle por lo que estaba ocurriendo. Kabulsky solo trataba de revolverse, intentando liberarse del agarre de aquel par, suplicando por su vida. ¡SOLTADME! ¡DEJADME SALIR DE ESTE LUGAR! ¡ÉL ME MATARÁ! ¡NOS MATARÁ A TODOS!

Los dos mafiosos no entendían un carajo las palabras de Kabulsky ni jamás lo habían visto en ese estado, pero no le dejaron continuar avanzando, lo cual propició que Abelen saliese por la puerta del baño en pos de capturar al tipo. Los dos mafiosos trajeados le hablaron casi a la vez.

- ¿Quién coño eres tú? ¿Qué ha ocurrido ahí dentro? ¡Habla! - le espetaron con determinación, aunque rápidamente empezaron a sentir el aura mágica de Melkias llegando hasta su posición, causándoles una sensación de opresión en el pecho y malestar generalizado. Daba la impresión de que de un momento a otro soltarían a Kabulsky para que siguiese corriendo y que ellos sacarían sus pistolas para disparar al amenazante oso que se les venía.

Por otro lado, Melkias sintió que su acreditación vibraba, por lo que probablemente acababa de recibir algún mensaje. ¿De qué se trataría?

Se dispuso a llegar a la puerta que llevaba al exterior del baño, donde había otros dos idiotas, gungters de poca monta cómo ese imbecil, apuntó su varita dispuesto a incinerar los con un Findfyre.

-Findfyre-

Pero nada pasó, nada salió, encontrando una resistencia de la varita a conjurar las llamas demoníacas, pues no había de otra, tuvo que usar otro conjuro, más controlado pero igual de fuerte.

-Ignae Sphaera-

Una bola de fuego de 6 metros de diámetro envolvió a los 3 sujetos, no sabía si alcanzaría para matarlos, solo le preocupaba una cosa, ya no podría cargar con el cuerpo de Anni, con mucho dolor la tendría que dejar ahí, y salir pos su cuenta, hasta que sintió la credencial sonando, maldiciendo por lo bajo ante el mal momento para esto. 

La joven Alma no tuvo excesiva dificultad para lograr atravesar la barrera mágica que su compañero y amante Jhonatan Riley había confeccionado con múltiples hechizos para proteger la vivienda en donde se hospedaba y que habían usado horas antes los dos. No era de preveer que pudiesen haber enemigos en el interior del lugar, dado que aunque la joven aurora la había logrado traspasar, simplemente se debía a que tenía la llave para inhabilitar la mayoría de ellos y los otros respondían a hechizos como el Finite Incantatem.

Ya dentro, sintiéndose más segura y comprobando a simple vista que todo seguía igual que como lo habían dejado al partir a sus respectivas misiones, Alma se dispuso a verificar el estado de sus compañeros de escuadrón, verificando que todos ellos por el momento estaban sanos y salvos, pese a que ninguno hubiese respondido hasta entonces a los mensajes enviados minutos antes. ¿Por qué se estaban demorando tanto? ¿Estarían en una situación comprometida todos ellos que les impedía responder?

Como fuese, la idea de comunicarse con Theseus Scamander cobró fuerza en su mente y no le resultó difícil sacar de su cartera el número de contacto del auror. La estancia tenía un teléfono desde el que poder hablar con la centralita del hotel Maximillian, y desde allí era posible hablar con Thesseus sin problema. Si bien no sería una llamada segura si alguien quisiese pincharla, perfectamente podía simular hablar en clave y usar referencias para transmitirse la importancia de la información a compartir. Alma era demasiado experta en aquellas cuestiones y Thesseus era conocido precisamente por ser un gran auror analista, por lo que a la primera frase de la mujer sabría perfectamente que se trataba de alguna cuestión de relevancia.

Ya había terminado de hacer rodar con los dedos la esfera numerada del viejo teléfono, cuando alguien la sorprendió saliendo de la cocina, apuntándole con un arma de fuego y temblándole las manos, casi sin saber como se sujeta una pistola.

- No te muevas o dispararé... ¿Quién eres? ¿Por qué estás aquí? - preguntó en un tono atemorizado una mujer que superaría los cincuenta, con atuendos de ama de llaves o sirvienta. Me dijeron que nadie podría entrar... - y como una clara advertencia de sus intenciones si las respuestas no eran de su agrado, se escuchó el sonido inequívoco de cuando alguien amartilla un arma. ¿A caso estaba por disparar de un momento a otro?

Al otro lado del aparato telefónico la voz de Thesseus respondió a la llamada.

- ¿Quién es? ¿Hola?

Trataba de pensar en sus opciones, y se inclinaba por subir a un taxi y dejar encerrado adentro al mafioso restante, pero nueva información surgía en la mesa de los aurores que le harían seguir el curso de acción de estos.

Con la cartera a salvo en su propio bolsillo, ya se disponía a salir (y seguir él mismo a esos cabrones o bloquearles la salida) cuando Woodbridge se acercó a ellos con indicaciones. Gruñó por lo bajo, acostumbrado a trabajar solo o dar las órdenes él, y aunque quisiera rebatir había un plan en acción y tenían que trabajar juntos. Tampoco iba a dejar atrás a Nott, y no por lo micho que estuvo a punto de costarle el liberarlo. Así como lo liberó sin saber quién era, solo por civismo, de la misma manera lo protegería por civismo. Ya después le arruinaría la carrera "histórica" honorablemente.

Caminó, fingiendo que el día y las personas a su alrededor le eran indiferentes. Solo un hombre trabajador, tomando un café al salir de su trabajo rutinario. Apretó los puños con impotencia al ver que se iban los mafiosos, y más le valía a Woodbridge tener un plan para rastrear esos autos. Habían dejado a un matrimonio a su suerte, entre sicarios y asesinos.

Miró hacia atrás, por el rabillo del ojo, sin voltear, para asegurarse de que no le veía el mafioso restante. Tras asegurarse, y estar en el punto de encuentro, sacó una pipa y fingió que iba a encenderla, pero al cubrirse del viento con su abrigo lo que hizo fue abrir la cartera y ver, cubierto por la tela, su contenido.

Incluso para un auror experto con años y años de experiencia a cuestas como lo era el jefe Montgomery suponía todo un reto el hacer desaparecer forzadamente a tres individuos a la vez. Incluyéndose a si mismo, debía teleportar a Calvin y al mafioso petrif¡ficado, lo cual todavía le daba complejidad a una acción ya de por sí difícil, por lo que cuando apareció cerca de las puertas de entrada del MACUSA, en uno de los callejones aledaños, las consecuencias de aquel acto se hicieron notar evidenciándose que había habido problemas. El cuchillo del mafioso terminó por cercenar la yugular de Calvin, quién poniendo los ojos en blanco empezó a ahogarse en su propia sangre, para instantes después desplomarse pesadamente sin vida. El mafioso no había logrado despetrificarse durante el apparate, lo que ocasionó que su cuerpo se dislocase, quebrándose y desplazándose la columna vertebral a la altura de la cadera, momento en que quedó parapléjico de por vida de cintura para abajo y momentáneamente inconsciente. Montgomery fue el que mejor suerte tuvo, dislocándose el hombro y quedándosele momentáneamente paralizado, aunque con la atención médica oportuna recobraría su movilidad en su totalidad.

Casi unos segundos después apareció a su lado Riley junto al segundo de los mafiosos de la azotea, después de que su exitoso epomixie todavía ralentizase la llegada de todo aquel grupo criminal que pretendía darles caza y acribillarles. Si bien en el último instante antes de desaparecer, logró ver al líder de la banda sonriendo después de que desplazasen a un lado algunos escombros, dando la impresión de que les había reconocido. De hecho lanzó un cuchillo a través de la pequeña apertura sin intención de asesinar, si no más bien para que Jhonatan lo reconociese y lo tomase con sus manos.

Sus palabras a modo de despedida parecieron una clara provocación a los miembros del MACUSA.

- Nos veremos en el Cotton Club. El señor oscuro os espera impaciente... para dar comienzo al ritual...

No sin dificultad Montgomery y Riley accedieron a la sede del magicongreso, siendo atendidos por un par de aurores que custodiaban la entrada. En ellos se vislumbraba sorpresa ante lo que veían, un muerto y varios heridos, aunque al verificar las acreditaciones no objetaron nada para dejarles pasar, encargándose de dar aviso a algún medimago para que les echase una mano de inmediato. Nuevamente la joven aurora Porpentina Goldstein les salió al encuentro al enterarse de la llegada del jefe Montgomery y Jhonatan Riley, aunque esta vez lo hacía acompañada de Theseus Scamander, quién estaba atendiendo una llamada.

- Por las barbas de Merlín, señor Riley. ¿Va a ser la tónica habitual en usted que se aparezca en las puertas del MACUSA trayendo heridos? ¿Es posible que esté maldito y atraiga los problemas allá por donde va? ¿De qué se trata esta vez? - le expresó un tanto molesta de que siempre hubiese problemas cuando se entrecruzaban sus caminos. En eso que reconoció unos pasos por detrás y sujetándose el hombro malherido al jefe Montgomery, entendiendo que la situación era distinta a lo imaginado si iba con su jefe de escuadrón. - Disculpad, hoy estoy ya sobrepasada. Señor Montgomery, ¿se encuentra bien? ¿Puedo saber qué ha ocurrido? 

El señor Scamander tenía el rostro serio, como si no le gustase lo que escuchaba a través del teléfono, y Porpentina no tardó en advertir que algo no estaba bien, por lo que no dudó en interpelar a su camarada.

- Thesseus, ¿qué ocurre? ¿quién le llama? - indagó antes de que el grupo se movilizase a alguna sala para ser atendidos.

En respuesta solo recibió un escueto... 

- Alma Rhydderch. Al parecer está en problemas...

Antes de concretar la aparición, logré ver al mismo sujeto que intentó asesinar a Pug, el muy infeliz me sonríe y me laza una daga con una nota, si no fuera porque llevaba algo de prisa, le hubiera borrado la sonrisita de la cara con una bombarda máxima en toda la cara, pero si lo que decía la nota era cierto, de seguro volvería a verlo.

Era una verdadera lástima el pobre chico había muerto, un chiquillo de veintipocos años y mi jefe había sufrido algunas lesiones producto de la mala aparición.

Sin embargo, dentro de todo, habia tenido suerte tenía dos matones para  jugar, uno de los cuales creía que no sentiría nada de la cintura para abajo, si no lo asesinaban antes, ya me encargaría yo de demostrarle lo equivocado que estaba.

Lamentablemente, no tenía tiempo para disfrutar de mis juguetes nuevos, pues Porpentina apareció para darme lata, esta vez de manera injustificada.

Me temo que esta vez, sus acusaciones son injustificadas, todo este alboroto no es culpa mia, yo sólo fui de refuerzo, ahora, si me disculpa, creo que tengo un mensaje pendiente. - comento mientras reviso mi identifidentificación.

Por favor vean que nuestros invitados se pongan en extremo cómodos y no olviden cauterizar esa herida, no quisiera que el manco se quede dormido a media conversación. - le indico a los aurores para que pongan a buen recaudo a los prisioneros.

¡Maldición! Alma necesita respaldo. - rezongo entre dientes mientras recojo la daga y se la entrego a Porpentina, para luego acercarme al señor Montgomery y susurrar algo a su oído. - Tengo una testigo clave, necesito una escolta y una casa de seguridad, ¿Con quién debo coordinarlo? - pregunto con seriedad, sabía que no era el mejor momento pero no quería actuar a espaldas de mi jefe en especial ahora que habíamos perdido a un testigo clave.

Tan pronto recibo indicaciones cojo mi identificación y le mando un mensaje a Alma.

Voy a ir al Cotton para ayudarte, resiste. Ese vampiro y su clan se van a enterar lo que pasa cuando andan de tocanarices.

El último de los mafiosos parecía tener instrucciones de sus superiores de asegurarse de que el asistente de Lovecraft no llamase a la policía ni nada similar. Aunque trató de disimularlo, todos pudieron observar como el tipo asentía al señor Selwyn antes de que se subiese a uno de los vehículos, como mostrándole respeto y estar bajo su liderazgo, y que una vez que los Cadillac se marcharon y quedaron él y el asistente a solas en aquella concurrida avenida, sacaba una varita y realizaba un pase para borrarle la memoria. Sin duda alguna se trataba de un mago mafioso que acababa de usar un Obliviate en el nomaj, y no esperó más de medio minuto en largarse del lugar desapareciendo en un callejón cercano.

Por suerte, el elfo doméstico Néstor que antaño había sido el fiel sirviente de John Selwyn y ahora pertenecía a su hija, obedeció las instrucciones de su nueva ama y se marchó siguiendo al convoy de vehículos. Fuesen a donde fuesen, no tardarían en recibir un informe completo por su parte una vez llegasen a su destino, y por su parte, la doxy Dalia salió sobrevolando a gran velocidad presta a cumplir su misión de alertar a Emma y Kate de que sus vidas corrían peligro. ¿Lograría informales a tiempo?

El grupo terminó reuniéndose una vez el peligro de ser descubiertos desapareció, aunque Petri no muy convencido de las acciones tomadas.

- Sigo pensando que debimos capturar al último de los mafiosos y hacerle confesar todo lo que sabía. Espero que sepáis lo que hacéis porque ahora ya los hemos perdido... - expresó un tanto frustrado, sin saber que en verdad el elfo estaba siguiendo a los vehículos. - He logrado memorizar un par de las matrículas, quizá puedan darnos en comisaría alguna que otra dirección y nombre... - trató de colaborar, aunque lo más probable fuese que las matrículas fuesen falsificadas. ¿Qué hacemos entonces? ¿Cual es nuestro siguiente movimiento? - y mirando fijamente a Woodbridge, le dejó claro que no pensaban ser apartados a un lado - Ni se te ocurra dejarnos a un lado... Estamos todos metidos en esto...

Roman aprovechó para abrir disimuladamente la cartera que le había sustraído al mafioso, revelando que se trataba de un italoamericano llamado Fabio Gatto, recién llegado a EEUU hacía unos pocos meses, que trabajaba como jefe de seguridad en un Hotel cercano, el Hotel Stromboli. Tenía en la cartera varias fotografías en las que siempre aparecía al lado del que aparentaba ser un capo de la mafia, tomadas años atrás, en un fondo que recordaba a Italia y que Petri reconoció. 

- No se quién es ese tipo, pero reconozco a la perfección ese paisaje, Roman. Hablamos de Castellammare del Golfo en Sicilia. ¿No te suena ese castillo de cuando estuvimos por allá hace un par de años? Seguro que lo recuerdas... Nuestras investigaciones nos llevaron hasta allá cuando sospechábamos de la ubicación de Gellert Grindelwald en Europa... - reveló el socio de Glaser, atando indirectamente algunos cabos de sus investigaciones. ¿Por qué un mafioso habría llegado a EEUU hacía solo unos pocos meses, los mismos que hacía que no se tenía noticia de Gellert Grindelwald en Europa? ¿Podían estos mafioso estar relacionados con el mago oscuro más poderoso de todos los tiempos y estar siendo utilizados ahora para sus maléficos planes? La Mano Negra italiana jamás había sido tan poderosa antaño, pero desde hacía seis meses su influencia y poder había subido como la espuma, lo cual no eran simples casualidades. Alguien estaba moviendo los hilos del destino entre bambalinas usando a las mafias locales para lograr sus intereses...

Delante del teléfono, se mordía el labio inferior, ansiosa de poder hablar con su objetivo final, Dumbledore, así que Scamander sería solo un paso, aunque el analista quizás estaría interesado, pero su trasero remilgado no se movería de su asiento. Remilgado, era la mejor manera de describir a Thesseus Scamander, incluso era aún más estirado y melindroso de lo que podría esperarse de un ingles. 

Iba a abrir la boca cuando escucha la voz de Thesseus, la asalta el sonido de el arma. Se había distraído, debió haber revisado ese lugar, sin embargo consideró que era el mejor de los sitios, así que se giró hacía la fuente de aquella voz y se encontró a una mujer temerosa, que sostenía el arma de Jonathan. Una nomaj, definitivamente, de lo contraria la habría atacado con su varita, pero no, estaba ahí, dándole la oportunidad de actuar. 

Y para más joderla, Thesseus le habla, y para aún más joderla, como si fuese su momento, Jhonatan le habla y le dice que va al Cotton. Me cago en todas las re putas, pensó, rápidamente, mientras ideaba la forma de hacerlo todo de una sola vez y esa mujer no le disparaba. Aunque estaba la opción de lanzarle un petrificus. 

— Scamander, soy Rhydderch, dame unos segundos, tengo una nomaj apuntándome con un arma, pero dudo que sepa usarla, pero no tengo intensiones de hacerle daño, menos si estaba escondida en este lugar, dígame señora, ¿la trajeron para ser protegida, no?, soy la novia del dueño de este lugar, y para que esté aquí, debió traerle Jonathan ¿cierto?— miraba a la mujer, levantando su mano libre, debería haberla llevado a su varita, pero no lo hace, ¿compasión? de seguro. 

— Scamander necesito comunicarme cuanto antes con Dumbledore, vi un ritual de magia muy oscura y necesito que nos ayude, — seguía con el audífono pegado a la oreja, con el cuerpo tenso por si debía hacer algo más.

No tenía pensado dejarles de lado, señor Petrov, les di mi palabra. A día de hoy jamás he faltado a ella, quisiera seguir manteniendo la estadística. No obstante, les recomiendo acudir al MACUSA y esperar allí, a salvo, pues son civiles y la gente tras la que vamos han demostrado no tener escrúpulos. No me gustaría añadir a las tareas pendientes informar a sus familias de sus fallecimientos.

Pero ustedes eligen. La señorita Selwyn y un servidor salimos inmediatamente hacia la tienda de John Selwyn. Después organizaremos el rescate de Lovecraft. Tranquilos, sabremos su dirección, no se preocupen.

¿Y bien? ¿Qué han decidido? - finalicé, mostrándoles el camino por si se decidían a acompañarnos...

Montgomery esbozó un gesto amargo cuando advirtió que el mafioso acababa de cortarle la yugular a Calvin Jones. Era algo que se había temido desde que había acabado petrificado en la azotea y, finalmente, sus temores se habían hecho realidad: Calvin estaba muerto. Pese a que el muchacho no parecía saber mucho más de lo que le había revelado, Montgomery hubiera querido salvar su vida a toda costa. Ni siquiera el hecho de que no hubiera caído en manos de la mafia podía considerarse una victoria. Calvin Jones estaba muerto y eso nadie podría cambiarlo.

-Lo siento, muchacho... -masculló, entristecido.

Con el hombro disclocado y gesto de dolor, Montgomery hizo un gran esfuerzo para incorporarse y ayudándose por Goldstein para poder caminar.

-Un apparate... No ha salido bien... -dijo, mirando hacia el cadáver de Jones. Luego, señalando hacia el mafioso, añadió-: Vigilen a ese cuando despierte y no le quiten el ojo de encima. Es un mago mafioso, si no me equivoco es un integrante de la Mano Blanca. Necesito que me vea un medimago cuanto antes. No voy a quedarme de brazos cruzados -expresó, en tono gruñón.

En ese momento, echó un vistazo a su acreditación, recibiendo el mensaje de Alma Rhydderch. No estaba del todo seguro de a qué corazón se refería, pero le transmitió lo que ya sabía:

Imagino que se refiere al Cotton Club. El señor oscuro nos está esperando allí.

Estoy en la sede de MACUSA. También Riley.

Montgomery se volvió hacia su subordinado, pensando en su próximo movimiento. Necesitaban una escolta y una casa segura en la que mantener a una testigo.

-No podemos confiar en casi nadie -dijo, en tono bajo-. Avisaré a Grimmson, él servirá de escolta para la testigo. Si es que podemos contactar con él... Estaba interrogando al alcalde Hylan. Podéis utilizar mi casa como casa segura. -El jefe auror tomó de nuevo su acreditación para hablar con Grimmson, enviándole un mensaje.

Te necesitamos en la sede de MACUSA. Ha habido problemas.

Era innegable que la muerte de Anna Lonergan había afectado a Melkias, dado que tras mucho tiempo el mago oscuro había empezado a sentir algo especial por alguien. La joven rubia había demostrado ser inteligente y perspicaz, tener clase y saber desenvolverse, y ante todo había creado un vínculo muy especial entre ellos como amantes que tienen mucho feeling. Verla en aquel baño inerte y pálida fue un shock que llenó de ira e indignación a Abelen, y aquel brusco cambio se resintió en la varita de su portador, la cual inicialmente no le obedeció como tenía acostumbrado.

El fiendfyre no surgió efecto a su debido tiempo, lo cual ocasionó que uno de los tipos abriese fuego de forma indiscriminada sin darle tiempo a cubrirse o defenderse con un buen protego, y las balas no tardaron en alcanzar a Melkias, aunque por suerte fueron poco certeras y apenas le hirieron en el hombro antes de que por fin su varita se dignase a obedecer.

La bola de fuego impactó de lleno entre los tres tipos, los cuales salieron despedidos en distintas direcciones. Los dos matones que acababan de llegar al pasillo contra una y otra pared adyacentes, pero el que peor castigo recibió fue Kabulski, quién recibiendo el impacto directamente en el pecho sufrió unas quemaduras descomunales. La ropa quedó semi-calcinada casi al instante, exponiendo el pecho y abdomen con unas quemaduras de tal magnitud, que hasta las vísceras amenazaban con desparramarse.

Fue entonces que hizo acto de aparición al final del pasillo un rostro conocido, el del fiel siervo de Grindelwald Kraft, con sus atuendos de alto cargo militar. Con un leve revoloteo de su varita terminó de cortar los cuellos de los tres tipos noqueados, sentenciándolos en ese mismo instante, para hablar directamente con Melkias.

- ¿Se puede saber qué está haciendo, señor Abelen? El señor oscuro Gellert Grindelwald desea ver ya asesinado al traidor James Sullivan, y tengo entendido que ya ha recibido hace unos minutos la notificación de su ubicación, ¿a caso quiere perder la oportunidad de arrebatarle la vida? - mencionó bastante molesto de que Melkias estuviese "jugando" con nomajs de poca monta - Sepa que si Sullivan escapa nuevamente, nuestro señor no va a ser tan benevolente y misericordioso como con Krall el oriental. 

Tras sus palabras, Kraft empezó a deshacerse de los cuerpos con un evanesco, al tiempo que le mencionó unas últimas palabras.

- Yo me encargaré de deshacerme de todo esto. Recuerda que tenemos una reunión dentro de poco... 

La nomaj parecía francamente alterada y nerviosa, no teniendo nada claro Alma de si en cualquier momento la mujer apretaría el gatillo. Verdaderamente era una situación comprometida, más teniendo en cuenta de que estaba atendiendo una llamada importante y de que Riley iba precisamente en esos instantes a dirigirse al Cotton Club en su ayuda. ¿Y si lo estaba llevando a una trampa?

Por suerte, la atractiva aurora supo mantener la compostura y trabajar como lo que era, una verdadera profesional, por lo que continuó hablando y explicando la situación al tiempo que templaba los ánimos de aquella ama de casa sobrepasada. La melodiosa de Rhidderch voz fue calando profundamente en la fémina, la cual poco a poco fue entendiendo que no Alma era una amenaza, si no la novia de Riley y otra de sus posibles protectoras.

- No se quién es usted, pero no voy a permitir que me hagan daño por lo que sé... - expresó analizando con la vista a Alma de arriba a abajo para comprobar que no fuese armada y dispuesta a disparar si hacía algún movimiento sospechoso. Quiero creerle pero el señor Riley me aseguró que este sitio era un lugar seguro en el que nadie podría acceder sin su consentimiento. ¿Cómo es que está usted aquí? ¿Le ha dado permiso el señor Riley? Me prometió que salvaguadaría mi vida y que me llevaría al MACUSA para que me ayuden a salir de este país si colaboraba... ya le dije gran parte de lo que se y respondí íntegramente a sus preguntas... ¿qué es lo que quiere?

Las preguntas de la ama de llaves de los Waterman afluían sin control ansiando respuestas, aunque escucharle hablar de Dumbledore la relajó en extremo. Nadie que pidiese ayuda a un venerable mago como Albus Dumbledore podía ser un asesino a sueldo o similar, por lo que por primera vez bajó su arma y dejó de apuntarle directamente, lo cual suavizó la tensa situación.

Tras el interfono se siguió escuchando la voz de Scamander, y las que de lejos parecían ser las voces del jefe Montgomery y Jhonatan Riley. ¿precisamente estaban junto a Theseus? Las respuestas llegaron de inmediato.

- Tómese el tiempo necesario, señorita Rhydderch. No voy a colgar... - inició su discurso al escuchar a Alma - Entiendo, se encuentra ahora mismo en una situación un tanto delicada, con una mujer apuntándole con un arma. ¿Puedo deducir que habla del señor Riley? Precisamente él y el jefe Montgomery están aquí presentes conmigo... Quiere que les transmita algo directamente? - pero al escuchar que Alma deseaba poder tratar con Dumbledore en referencia a un ritual de magia oscura, Thesseus no pudo más que ser directo y conciso - Veré que puedo hacer. Por lo pronto aguardaré a su llegada con la testigo a proteger, confío en que sabrá solventar la situación. Le esperamos en la entrada del MACUSA. - pero por si la situación se torcía, Thesseus no colgó el teléfono en ningún momento, si no que se le escuchó hablar con Riley y Montgomery explicándoles la situación.

No solo eso, casi a la par, dos notificaciones llegaron a la acreditación. La primera por parte de Montgomery.

Imagino que se refiere al Cotton Club. El señor oscuro nos está esperando allí.

Estoy en la sede de MACUSA. También Riley.

Y tras ésta otra de Riley, quién parecía haber terminado de leer la notificación de Alma hecha con anterioridad.

Voy a ir al Cotton para ayudarte, resiste. Ese vampiro y su clan se van a enterar lo que pasa cuando andan de tocanarices.

— Lo más importante es que le diga a Riley que no vaya al Cotton, no solo por lo menos — se maldijo, todos escucharon que se presentó como la “novia”, aunque estaba lejos de serlo, sólo la amante, con mucho. Hubo un ligero rubor en las mejillas de la mujer, pero era más sencillo usar esa palabra que explicar la complicada relación que tenía con el auror. No iba a decirle que era la folliamiga, no tenía sentido. Carraspeó, la mujer aún apremiaba por respuestas mientras que Scamander estaba ahí, en el mismo país. Sí que había escalado lejos la obra de teatro montada por Gilderwold, los vampiros, los topos y traidores de MACUSA.

— ¿conoce a Dumbledore? — no le fue indiferente la forma en que la mujer reaccionó cuando Alma mencionó ese apellido — señora, si no tuviera permiso de Ripley, no hubiera podido entrar a este departamento, de hecho yo le ayude a montar todo eso — seguía sonando con suma delicadez, aunque un oyente más avezado en el conocimiento sobre las formas de Alma Rhydderch, sabría que la galesa en verdad, estaba molesta. 

— entonces debo llevarla a MACUSA, será mejor que Riley se comunique con ella, parece solo confiar en él, para poder sacarla de aquí e ir, hay mucho que hacer pero me alegra que estes aquí, Scamander — era sincera, ya asumiendo la nueva misión, esperaba que no la hubieran seguido, por lo menos los vampiros no lo harían, pero si sus secuaces. Cabía la posibilidad de que movieran toda la operación a otro lado. 

— Jefe — esperaba que pudiera escucharla — Abelen puede seguir en el Cotton, le avisé lo que estaba pasando, pero no he recibido información de él,— podría agregar que el muy cretino llevó a su novia y comprometió la misión, pero no lo hizo, había que solucionar primero los problemas y luego cortar cabezas. 

Las palabras de Theseus Scamander no auguraban nada bueno, aunque allí seguía inmerso en la conversación telefónica mientras que Porpentina Goldstein se hacía cargo de los mafiosos apresados, los cuales sin duda alguna serían interrogados una vez sus vidas estuviesen fuera de peligro. La mirada triste de la aurora denotó que no se alegraba de la muerte de Clavin Jones, pero ahora ya poco más se podía hacer, por lo que ordenó a un par de agentes de seguridad que se llevasen el cuerpo a la morgue del MACUSA para realizarle una más que probable autopsia.

Todavía no empezaban a moverse cuando nuevamente volvió a intervenir el señor Scamander, esta vez repitiendo algunas de las frases de su interlocutora para hacérselas constar al jefe Montgomery y a Jhonatan. Poco a poco iban recabando más información de lo que estaba sucediendo, y es que Alma no estaba en el Cotton Club en aquellos instantes, si no por la conversación que se suscitó, se sobreentendía que estaba en el apartamento de Riley con la testigo. Si había logrado salir airosa de aquel siniestro lugar con un pentagrama de magia oscura custodiado por vampiros y los magos oscuros leales de Grindelwald, ¿cómo es que seguía estando en problemas¿ ¿A caso la habian seguido o quiza...?

- Tómese el tiempo necesario, señorita Rhydderch. No voy a colgar... - inició su discurso al escuchar las palabras de Alma - Entiendo... Se encuentra ahora mismo en una situación un tanto delicada, con una mujer apuntándole con un arma de fuego. Ajam... ¿Puedo deducir que habla del señor Riley? Precisamente él y el jefe Montgomery están aquí presentes conmigo... ¿Quiere que les transmita algo directamente? - pero al escuchar que Alma deseaba apremiantemente poder tratar con Dumbledore en referencia a un ritual de magia oscura, Theseus no pudo más que ser directo y conciso con su persona- ¿Con Dumbledore? Veré que puedo hacer. Por lo pronto aguardaré a su llegada con la testigo a proteger, confío en que sabrá solventar la situación. Le esperamos en la entrada del MACUSA.

Tras aquello, Scamander se dirigió a los dos miembros del escuadrón Montgomery presentes.

- No entiendo bien que está sucediendo, pero creo que nos deben una buena explicación. señores. - y tras sus palabras, tanto él como la joven Goldstein esperaron a que ambos les resumiesen la situación o tomarían medidas al respecto - ¿Magia negra? ¿Vampiros? ¿Testigos relevantes que proteger? ¿Mafiosos apresados y varios muertos? ¿Comunicarse directamente con Dumbledore? Parece que no hablamos de nimiedades...

Está en el apartamento, pensé que estaba en el Cotton Club. Al parecer la cacería de vampiros puede esperar. - pienso mientras relajo mi postura y observo a Scamander.

La mujer se llama Mathilda y es una testigo importante, es lo único que diré de momento, pues tengo órdenes de no revelar información a nadie que no sea mi superior directo.

Así que, si puede pedirle a Alma que baje la varita y le explique a la señora Mathilda que en breve estaré allí con su escolta, se lo voy a agradecer mucho señor Scamander.

Cualquier consulta adicional, deberá conseguir autorización previa del señor Montgomery aquí presente. Y, desde ya aclaro que soy un paranoico reconocido y que mi apartamento cuenta con toda clase de protecciones mágicas, por si alguien tiene la idea de aparecerse allí, incluyendo el encantamiento Fidelius. - digo con absoluta seriedad para desanimar a nadie de intentar ir por la testigo.

-No podemos decirle más, Scamander. Es confidencial -declaró Montgomery, con un gesto dolorido, dado que seguía teniendo el hombro dislocado-. Lo que está pasando en Nueva York es mucho más grave de lo que parece, y no sería prudente hablar de más. Como sabrá, ayer mismo se nos coló un mafioso haciéndose pasar por Dodge. Comprenderá que queramos ser cautos.

El jefe auror le dirigió una mirada a Goldstein, imaginando que la auror pondría menos impedimentos que Scamander.

-¿Dónde está Woodbridge? Necesito que me trate un medimago cuanto antes -indicó, en tono grave-. No quiero perderme el interrogatorio a esos dos -señaló con un gesto de cabeza a los dos mafiosos apresados.