Una pregunta chorra, ¿si vamos juntos podemos conseguir los mismos beneficios que por separado? ¿o por separado se puede conseguir mas pasta?
Por separado teneis mas probabilidades de obtener mas beneficios, pero tambien mas probabilidades de cruzaros con enemigos estando solos o de llevaros mas puntos de presion policial si sacáis malas tiradas. Decidi y decidme.
Tirada: 1d10
Motivo: encuentros
Resultado: 4
Tirada: 1d10
Motivo: Resumen actividad
Resultado: 5
Podrías borrar a Pepino como asociado de mi personaje que solo me lia.
Salimos juntos. De lo que se trata es de matar moros. Si se dejan, claro.
Ok pues si salís juntos en busca de pasta haced alguno de los dos las tiradas antes indicadas. Si lo que queréis es salir en busca de un miembro en concreto de la banda de los moros, decidlo porque no se tira para obtener pasta, sino para ver si se le encuentra.
Tirada: 1d10(+1)
Motivo: resumen de actividad
Resultado: 4(+1)=5
Tirada: 1d10
Motivo: encuentros
Resultado: 9
Tirada: 1d10
Motivo: especial capo
Resultado: 3
luiggi esta en baja forma.
Tirada: 1d10
Motivo: Resúmen de actividad
Resultado: 5
Tirada: 1d10
Motivo: Encuentros
Resultado: 4
Tirada: 1d10
Motivo: Especial Asesino
Resultado: 9
Tirada: 1d10
Motivo: Resumen de actividad
Resultado: 4
Tirada: 1d10
Motivo: Encuentros
Resultado: 9
Tirada: 1d10
Motivo: Especial capos
Resultado: 9
Parece que el barrio Musulmán está mucho más tranquilo desde la última vez que te dejaste caer por aquí. Con un poco abultado fajo de billetes regresas hacia la carnicería.
No te cruzas con nadie.
Obtienes un fajo de beneficios.
Espera a que postee en tu escena de reuniones.
Una nueva jornada de distribución de drogas te deja un mísero fajo de billetes para entregar a Abdul. Sin cruzarte con nadie sospechoso regresas a la carnicería.
No te cruzas con nadie.
Obtienes un fajo de beneficios.
Espera a que postee en tu escena de reuniones.
La jornada de robos te deja un triste fajo de billetes y ningún emocionante tiroteo en plena ciudad. Algo desanimado regresas a la carnicería con el botín obtenido.
No te cruzas con nadie.
Obtienes un fajo de beneficios.
Espera a que postee en tu escena de reuniones.
Tras apenas un par de visitas a vuestros "protegidos" que os dejan un fajo de billetes en concepto de prima del seguro, os véis obligados a abandonar la zona ante la presencia policial interrogando a varias prostitutas locales sobre su relación con la familia Bacci...
No os cruzáis con nadie.
Obtienéis un fajo de beneficios.
Obtenéis un punto de presión policial.
Esperad a que postee en vuestra escena de reuniones.
Resuenan los pasos de varias personas en el párking subterráneo del centro comercial más grande de la ciudad. Un puñado de hombres avanza por entre las plazas de aparcamiento y las columnas de granito, con una chulería innata y un estilazo gángster que pa qué.
A la cabeza del grupo camina Antonio Bacci con las manos en los bolsillos de la chaqueta.
Le siguen muy de cerca dos gorilas de gran envergadura. Uno con cara de más espabilado, Luigi Manfredi.
El otro es un desconocido con cara de más mala ostia si cabe... se trata de Freddo Manfredi (primo del anterior, pero es un secreto así que chitón).
Paralelo a ellos se mueve otro grupo formado por orientales con cara de haberse tragado todas las pelis de Bruce Lee.
Un hombre vestido con una americana azul oscura, una camisa de colores a lo hawai y pantalones a juego con la americana va en el centro... se trata de Shirase.
A su izquierda va una mujer de aspecto frío, vestida de negro que cojea levemente de una pierna. Es Miho.
A su derecha un jóven con rostro menos serio y ojos inquietos. Es Fudo.
De frente a ambos grupos, aparece un tercero, conformado por hombres de aspecto árabe.
En el centro, desafiante se encuentra el ya famoso Abdul.
A un lado un tipo cubierto por un pasamontañas y que empuja un carrito de Khlav Kalash. Es Kadar.
Al otro, otro tipo que cubre su rostro con un turbante… es Sal-Hinah.
Intercambio de miradas de rigor y quizá de palabras antes de que inevitablemente hablen las compañeras de todo buen mafioso…
Podéis intercambiar palabras antes e que empicen a volar las hostias. Independientemente de ello, cada grupo, seleccionándose sólo entre los componentes del mismo, enviará mensajes para escoger objetivos y tirar tantos dados de impacto como posea una vez el grupo se haya puesto de acuerdo respecto a la distribución de objetivos.
Bien chicos, aquí están los asesinos de Pepino. Hay que matar al del carro. Tiene pinta de loca desequilibrada y me juego lo que sea a que en el carrito tiene explosivos. Dos de nosotros a por él. El otro que se encargue del matón. ¿Quién conmigo?-
- Señor Shirase, no me fío del del carrito. Seguro que lleva explosivos. Estos moros son unos fanáticos y no creo que les importe morir si nos lleva por delante. Propongo que tres de nosotros le ataquemos antes de que pueda actuar. Ya somos dos: mi hombre y yo. ¿Qué te parece que el otro hombre sea uno de los tuyos?-
Quiere que yo cargue contra el otro, el del turbante negro jefe? Comenta Freddo con gran interes por entrar en accion
- De acuerdo, Fredo. El del turbante negro, el matón, para tí. Nosotros te ayudaremos cuando acabemos con el del carrito.-
- Señor Shirase, ya habéis oído a Fredo. El se encarga del matón, el del turbante negro. Si estás de acuerdo con mi propuesta de atacar tres al asesino, dos de ustedes se pueden encargar del jefe.-
Shirase asiente a Bacci, ladea la cara hacia Fudo.
-Intenta cepillarte al del carro de un tiro.
Murmura. Luego miró a Miho y desenfundó la espada samurai, apoyándola en el hombro.
-Nadie toca a mi familia.
Dice, mirando a la oriental, con un gesto leve acarició la barbilla de la fria mujer.
-Vamos a por ese.
El japonés miró a Bacci y asintió con la cabeza, con confianza.
-Suerte. Por la familia.
- Por la familia.- respondo a mi colega Shirase mientras saco el arma y empiezo a disparar sobre el macaco del carro.
- A MI LOS ITALIANOS.-
No he marcado a los moros porque no sé en qué momento de la acción están. ¿Hay que hacer alguna tirada para disparar? Los años como capo me han hecho olvidar parte de lo que aprendí como matón.
Allí estaban todos cuando llegaron, iba a ser una reunión de lo más interesante.. Sobretodo encontrarse de nuevo con aquel que intentó matarla y que poco le faltó.
Escucha con atención a ambos jefes y mira a Shirase cuando le da una nueva orden cuando acaricia su barbilla. Asiente, se encargará de él, podrá vengarse.
Luiggi desenfunda su arma y comienza a vaciar su cargador sobre el tipo del carrito....el grito de su jefe es lo unico que este formidable y disciplinado hombre necesita para coser a tiros al moro.