Partida Rol por web

Oido cocina Primo....Tu toma lo tuyo....El enorme italiano lanza dos sablazos de su poderosa katana sobre su objetivo.

Continúa el festival de balazos, tajos y ciudadanos tirados por los suelos lloriqueando porque se han hecho caquita encima con tanto mafiante suelto por el lugar.

Al frente, tomando cobertura tras una columna, Antonio Bacci abre fuego con su ametralladora Thompson contra Abdul, acertándole tan sólo un tiro en el chaleco antibalas y haciéndole tres agujeros de ventilación al carrito de Khlav Kalash que permanecía volcado en el suelo.

Fiel a la Familia, Luiggi asoma tras otra columna y abre fuego con su automática contra el Jeque árabe, pegándole un tiro en la rodilla derecha y reventándole la puerta al coche de algún pringado.

Rugen ahora las ametralladoras de los moracos, con Abdul acribillando la columna en la que se oculta Bacci, haciendo blanco en tres ocasiones, despedazando así el chaleco antibalas del Capo italiano, y de paso su pecho.

Sal-Hinah hace lo propio descargando plomo contra la columna donde se oculta Luiggi, impactándole en el chaleco antibalas un tiro y dejándole el cráneo fino tras acertarle dos tiros más.

Mientras los musulmanes recargan sus armas, Miho y Freddo, que se habían ocultado tras los coches de los flancos después de sus garrafales fallos, saltan de nuevo a la acción, y así vemos a la japonesa recoger a la carrera la katana de su difunto jefe con el fin de vengarlo… fallando ambos golpes contra un hábil Sal-Hinah, que parece bailar breake dance para esquivar las estocadas.

Sin embargo Freddo se le acerca por el otro flanco y le pega un buen tajo con su enorme katana, rajándole la chepa tras fallar su otro ataque.

Y con dos nuevos palomos desplumados, continúa la masacre en el párking subterráneo del centro comercial, con los seguratas acojonados echando patas en lugar de intervenir, los clientes acurrucados como autistas tras los vehículos aparcados y Abdul espetando un arrogante “Rendíos”, a los últimos miembros con vida de las familias italiana y japonesa.

Van cayendo poco a poco los de su bando, pero ya parece que sus ataques hacia los moros están causando efecto, no hay que parar, hay que matarlos a todos.

- Encárgate del del turbante.. yo voy a por el jefe, de esta no sale vivo - dice a Freddo, el cansancio ya estaba haciendo mella pero aún tenía que demostrar su valor como asesina.

La chinita sangraba por la herida anterior y doy unos pasos hacia ella colocándole mi ametralladora en la cabeza

Saluda al Dodo de mi parte

Ratttatatatatatataa

Los sesos de Miho se encuentran ahora desperdigados por el piso en una repugnante escena de serieB

Sal Hinah, ¿Estás bien?

Liquida a ese Freddy, estos italianos no saben cuando rendirse... ainss....

 ¿Entonces, estoy muerto? Era de esperar. Si no me mataba ese maldito moro lo habría hecho otro malhechor de alguna banda rival, la poli o cualquier desgraciado que ni siquiera supiera quién soy. Pobre Enriqueta, seguro que la lasaña que ha preparado se queda fría, sin aprovechar a nadie. Y Luigi también ha caído. ¡ Qué buen compañero ha sido! Ojalá Fredo pueda vengarnos.

- ¡ Vamos Fredo, vénganos con mi Thompson!. ¡Coff, coff, aaggg!-

Freddo ve a su primo y a su jefe morir y esto hace que sus ojos se inyecten en sangre, la que correra del moraco este...Rezale a tu dios porque te reunes con el ya. Tras esto Freddo lanza un par de tajos con su katana terribles.

Hagase y obedecase

Apunto hacia esa cara de reciente incoorporacón de los italianos y descargo mi metralleta

¡Bang, bang!, ¡ratatatata!, ¡tus muertos!, ¡los tuyos!.... y así durante un buen rato hasta que Miho se abalanza sobre Abdul y le atraviesa de lado a lado con la brillante katana de Shirase… y dijo el moraco antes de morir… “Saluda al Dodo de mi parte”, y enchufándole la ametralladora en la cabeza, le vuela la chola en un multikill de lo más molón.

Simultáneamente a esto, Sal-Hinah acribilla a Freddo, pero el nerviosismo le hace fallar casi todos sus disparos excepto uno, que le perfora a la mole de músculos el hombro izquierdo.

Y la cara del musulmán es un poema cuando el Spaguetti-Hulk se le echa encima haciendo girar enorme katana como un poseso, finalizando el movimiento con la cabeza del matón árabe rodando por el suelo del párking, momentos antes de ser aplastada por el enorme pie del italiano.