Partida Rol por web

Ahí como una estúpida me quedé, mirando cómo me ignoraban los nuevos huéspedes, así que me quedé cerca de Masaki.- Parece que nadie quiere aparcar su coche.- qué pena, con lo que me gustaba conducir coches de lujo... mi distracción preferida. ¡Y hacía tiempo que no teníamos amo! Me acomodé el martillo a la espalda y dije algo en voz baja al mayordomo.

- Bueno, ¿de qué querías hablar? parece que a ninguno le entusiasma la idea de que le aparque el coche.- dije encogiéndome de hombros con mi natural neutralidad.

—E-el placer es mío, señorito-sama.

Mi carita se había encendido como una bombilla mientras mi mirada se separaba de la del nuevo amito con nerviosismo. ¡Me había besado la mano! ¿Pero no sería eso acoso sexual...? Algo de eso había escuchado en la tele: ¡que un extraño te bese el primer día sin conocerte de nada es malo malo malo!

¡Ay! ¡Qué miedo!

—A la habitación más tranquila que le llevaré, jiji... ehm... *Glups*

Sienten un aura extraña en Axel. Incluso los pelos se les paran como si fuera estática.

El sonríe y luego asiente. Claro que me gustaría eso, pero primero debemos hacer lo de siempre. Empezar tranquilos y luego te daré algo increíble, una parte del tesoro. Axel te mira y notas algo extraño recorrer tu cuerpo.

Se alejan de los demás y sientes los pasos de tu ama por detrás y sientes sus manos en la espalda. Quiero ir al sótano o un lugar oscuro... Te gustaría dormir conmigo? Es que tengo miedo en las noches. Y sonríe.

Fubuko sonríe y luego te sigue por la casa, cuando están mas solos el mismo se frena. Miyoko espera, tengo que ver una cosa. Saca un pedazo de papel y lo da vueltas pero tiene cara de frustración. Esta parte del mapa es difícil..

¡Qué sensación más extraña le llegaba del nuevo amo! Pero sin duda debía ser imaginación suya... Al fin y al cabo cuando estaba cerca de hombres guapos como él, su cuerpo se volvía loco...

Entonces algo la agarró por la espalda y dio un respingo de la sorpresa.

Al darse la vuelta, la amita le sonreía amistosamente mientras le hacía aquella extraña petición. Miyako lo meditó por un segundo.

-Si ama-sama tiene miedo, no me importaría quedarme... pero mi hermanita y yo siempre hemos dormido juntas... -sus ojos chispearon con la idea que tuvo- ¿¡Le importaría que durmiésemos las tres juntitas!?

En cuanto sacó el mapita, los ojitos me hicieron chiribitas de nuevo.

—¿Qué es? ¿Qué es? ¿Qué es~? — dije mientras me pegaba a él y daba saltitos para poder cotillear un poquito —. ¿Un mapa de un tesoro pirata tal vez? jijiji. Deja que le eche un vistazo, quizá pueda ayudar, señorito-sama.

¡Arrrr, piratas! ¡A por el tesoro! jujuju.

Susurrando para que sólo Snowrella me oiga. – No dudo que lo harás igualmente. Tendrás que extremar la vigilancia podría ser que alguno de los tres intentara eliminar a los que disputan la propiedad de la casa.

– Si necesitaras ayuda avisame.

Erika asiente a lo que dices. Cuanto mas mejor y te diré algo, a veces me descontrolo por las noches y deberán atarme cuando digo, usualmente dejo cicatrices por eso. Muestras sus uñas alargada y bastantes filosas.

Miyako la miró con curiosidad y preocupación.

-¿Se descontrola? ¿Es por sonambulismo o por epilepsia? ¿Hay alguna enfermedad que debamos tener en cuenta?

Ni siquiera se preocupó en lo más mínimo por el aspecto peligroso de las uñas de la mujer, ni en la posibilidad de recibir heridas... en realidad aquello era algo que sería muy bienvenido por ella.

-De todas formas la ataremos si es lo que desea. -le surgió una sonrisa picarona- Y no se preocupe. Soy una experta con las cuerdas, a mi me encanta que me aten...

Luego le señaló el pasillo con una encantadora sonrisa, indicándole que podian seguir.

-A parte de ama-sama... ¿por qué nombre debo referirme a usted? -le preguntó con gentileza mientras doblaban una esquina y comenzaban a bajar escaleras, hacia el sótano.

Erika queda pensando un rato. Poseo algo parecido a una bestia dentro mío y sale cada tanto. Gente ha terminado herida y no quiero incomodarlas.

Otro nombre por el cual podía darse a conocer. Mientras mantengas respeto hacia mi, te dejare llamarme como quieras.

Mira a la Maid que se acerca y sonríe. Es un mapa de la casa pero es una parte de este. Te enseña la imagen y es un pasillo de la mansión que conocer pero hay una habitación que aparece ahí que no se encuentra en ese mismo lugar, ni siquiera existe.

Con Amo Axel en la habitacion mas grande del Este:

Una vez dentro siento una extraña sensacion que me intimida, una extraña aura que acompaña al amo me indica que no esta bien, que algo no esta bien, pero al verlo no logro dicernirlo. Cierro la puerta y me coloco tras de el.

- Permitame su chaqueta.  Digo amablemente.

Le retiro la chaqueta y la coloco en un perchero, y procedo a abrir las ventanas, y siento la brisa como inunda la habitacion de aire fresco. Eso siempre me reconforta. Al girarme levanto las sabanas para que la cama tambien se airee y las almohadas tomen cuerpo. La habitacion esta limpia asi como las sabanas pero siempre es mejor asi para una cama fresca por si desea usarla aunque es temprano, desconozco lo avatares del viaje.

- Si amo, usted sabra indicarme que es lo de siempre, dado a que antes teniamos al amo Desmond que descanse en paz, al parecer sus gustos y modales son diferentes, pero bien sabre cumplir de su agrado.

- Si necesita algo o desea que le traiga algo de comer, alguna bebida, tambien puedo prepararle un baño.

Me detengo a pocos pasos de el y espero sus ordenes, si no ire a revisar a las demas y a buscar le equipaje del amo.

- No se preocupe, estoy aquí para establecer el bien y juzgar el mal. Me aseguraré de que no se cometan tragedias.- dije de forma monótona y neutral, era mi tono natural. Dejé el martillo en un lado y me fui a aparcar los coches de los nuevos amos.

Me dirijo hacia fuera para aparcar los coches de los amos, no sin antes pedir sus llaves.- Señores, denme sus llaves para que aparque sus coches.- dije un poco más seria, al ver que me estaban ignorando y no me permitían hacer mi trabajo...

Estaba aprendiendo y muy bien la chica. Me gustas mucho, eres una buena maid y sabre recompensarte. Ahora tan solo siéntate a mi lado .

Acerca dos sillas y las pone enfrentadas. Solo tu sabrás que escondo y eso no puedes decirle a nadie. Es un secreto que debes llevarlo a la tumba. Se queda callado sin decir mas nada, esperando tu respuesta.

Miyako sonrió con picardía.

-Una ama guapísima, cariñosa, misteriosa y peligrosa. -la maid puso cara de: Oixx, ¡Qué cosita más mona! *___*, mientras se llevaba las manitas a la cara de la emoción- ¡Me encanta! -exclamó mientras la abrazaba con fuerza.

Luego siguió caminando felizmente hasta que finalmente se detuvo junto a una puerta de madera reforzada con un pequeño ventanuco de barrotes. Se parecía más a la puerta de una mazmorra que a la de una habitación.

Miyako puso la mano en el pomo y sonrió de nuevo a la amita.

-Espero que esta habitación sea de su gusto... a mí al menos me encanta, creo que es muy íntima <3 -dijo en tono amoroso mientras abría la puerta y la luz anaranjada y oscilante propia de las velas surgía desde el interior de la sala.

La joven maid se hizo a un lado para que su ama pudiese entrar la primera y observar las maravillas de la habitación... como una cama enorme, una vitrina en una pared llena de látigos, varas y esposas de diferentes tipos y tamaños, cadenas con grilletes en distintos puntos de la habitación, e incluso una cruz de madera de aspecto sospechoso... La palabra para describirla no era precisamente "íntima".

Erika ve la nueva habitación y se relame de todo lo que hay. Me encanta, sinceramente escogi bien a la maid. Llega a donde están los artículos y los inspecciona uno por uno, su maleta esta a tu izquierda .

Pensé que no me iba a divertir mucho pero parece que si, hoy de noche luego de la comida. Probaremls si están en perfectas condiciones, sino serás castigada. Dice sonriendo.