Partida Rol por web

El tiempo vuela, mientras miro a Yaeko que me ofrece ayuda, nooo pasaa nada, lo siento ya esta listo ahora mismo lo subo. Mientras cojo la bandeja y subo con una tetera para el amo.

En quien confiar, quien podra haber sido y si se hace realidad

Amo Akira, le digo mientras dejo la bandeja con el te al costado del sillon donde se habia sentado, aqui esta su te.

Luego procedo a retroceder y quedarme en las sombras por si necesitan algo mas

La velocidad con la que Yumi ha huido me parece impresionante. Me encojo de hombros, no puedo hacer nada por ella y quizás solo se encontraba en shock por la muerte del amo. Suspiro tomando una bandeja, poniendo la taza de té de passiflora para llevarla arriba.

- Aimi- sama- arriba los animos no parecen mejorar.- le he traído esto para sus nervios, espero le sea de utilidad.

Con cuidado acomodo la bandeja en la silla de la Ama para que pueda beber, cuidando de que no se derrame. Ignoro la razón de que sus animos hayan empeorado, por lo que me mantengo cerca.

La noticia había consternado a toda la familia, a mi incuído. Mamá estaba al borde de un ataque de nervios mientras el tío intentaba consolarla, Akira y Kahei hablaban y Kenji seguía desaparecido. Me acerco a mi madre y le pongo una mano en el hombro.

- Tranquila, madre. Seguramente esté encerrado con sus inventos cómo de costumbre, no tienes que preocuparte.

Akira coge le te y con una amable sonrisa responde.

- Muchas gracias por el te

Prueba le te

- Esta delicioso, muchas gracias

Entonces mira a su tio abuelo y dice:

- No se si habra sido alguien de la casa, pero al menos asi no fluira tampoco la informacion hacia afuera al menos hasta que decidamos que hacer y nos tranquilicemos.

Se pone en pie con la taza en la mano y mientras camna con ella dice:

- Creo que en la entrada podre hacer el hechizo, mientras me dirijo hacia alla podriais traerme el libro de magia llamado "protecciones y aislamientos magicos" que esta en mi escritorio?

Tío, cuida de el que no le ocurra nada y como dice Asahi suele estar en el laboratorio, Yaeko acompaña al tío y Akira por si pasa algo avisar a resto de la casa y sabes lo que te digo siempre, no dudes nunca.

Silba suavemente, arreglando los tapetes de las mesas de la cafetería que hace de entrada al edificio, cada uno decorado con un bonito jarrón y una flor en él -Mmm..Perfecto...la ama estará complacida.- Dice para sí, sonriendo un poco mientras ajusta el último tapete, levantando la mirada hacia el pasillo para descubrir a Akira saliendo hacia el exterior -Buenos días, señorito. ¿Que os place aquesta aciaga mañana?- Pregunta, permaneciendo erguido a un lado de la puerta

 Aunque mi deseo era quedarme junto a Aimi-sama, las ordenes habían sido claras. Asentí y salí de allí en dirección a la habitación de Akira. Mi forma de correr no se veía adorable y no era nada femenina, pero era totalmente eficaz. No tardé casi nada en llegar a la habitación del joven amo. El libro estaba allí a la vista  lo tomé con cuidado luego de asegurarme  de que fuese el correcto.

Alcancé a Akira casi en la entrada donde por cierto estaba Sits, parecía feliz. Ya desearía yo tener esa frialdad.

- Buenos días Sits- dije educadamente y luego le entregué el libro a Akira- aquí tiene joven amo, si necesita ayuda no dude en pedirmelo. Aunque mi magia es de tipo más ofensivo.

Miro fijamente a Tora. No me gusta recibir ordenes, y menos aun de niños como él. Estoy muy tentado de mandarle a besar la retaguardia de un elefante con diarrea, cuando me doy cuenta de que ni es el lugar ni es momento. Dejo escapar un suspiro corto y sonrio divertido.

-A tus ordenes Tora.

Señalo con el pulgar la puerta. Doy un sorbo del whisky y dejo el vaso en la mesa. Era un buen brebaje, sin duda pero para mi no sabia a gloria precisamente.

-Estare fuera. -Miro al servicio- Dejad el vaso donde esta si sois tan amables.

- Ah, mi dulce Asahi.- cojo su mano entre las mías y me la acercó a la mejilla.- tienes razón, seguro que está entre sus chismes. – le beso la mano y la suelto.
Parece que el contacto con mis seres querido consigue apaciguarme un poco.

- Gracias Yaeko.- cojo la taza de cerámico con ambas manos  y cierro los ojos para sentir el calor, es algo que siempre me había reconfortado.

Está bien familia, chicas, sits; esto no puedo salir a la luz, ¿entendido? Se nos van a echar encima las sanguijuelas de los Sora y a saber quienes más. Masataka era nuestra gran baza, debemos mantener su figura viva cuanto podamos y debemos fortalecer otra para cuando se descubra o anunciemos su defunción.

“Masataka...- pienso creyendo que puede oírme-  te echaré de menos.”

Mi hermano empieza a movilizar al personal, sonrío agradecida.

El mayordomo asiente suavemente ante la súbita inundación de gente en la cafetería, preparada con exquisito gusto, como si nada hubiera pasado. -Por supuesto señora. Ya preví eso y he obviado todo detalle fuera de lo habitual en la decoración.- Explica al interfono, con una sonrisa calmada y fría mientras hace una profunda reverencia a los amos antes de enderezarse de nuevo -Buenos días Yaeko. No ocupes tu mente en el señorito, yo me encargare de sus necesidades mientras este aquí. Y bienvenido sea señor Kahei.-

Desde la cocina empeizo a ver movimiento por la casa, qué pronto se ha levantado todo el mundo, dirijo una mirada al reloj de la pared para comprobar que no me entretenido mucho limpiando los cachivaches de la noche anterior.

Qué raro… ¿qué habrá pasado? me dirijo al salón de donde salen el amo Kahei con el amo Akira, les saludo inclinándome y luego entro al salón.

- Yumi, ¿qué ocurre aquí?

Kana reune a todo miembro de la casa que no sea mi tío, Akira y Yaeko en este salón, da igual lo que estén haciendo. Que dejen de un modo seguro todo y vengan, el que tarde mas de 5 minutos sera castigado. Ordeno de un modo severo y autoritario.

Asiento al amo tora y salgo en busca de personal.

Solo salir al pasillo encuentro a mi compañera Kansai a la que pido que me acompañen dentro como el amo Tora ordena.

Hago recuento: Kansai, Asahi, sits, yumi faltaba Kenji y Maria.

Marcho hacia el laboratorio con intención de arrastras a esos dos al salón cueste lo que cueste.

-  Sits- respondo con seriedad mirandolo directamente a los ojos con una expresión severa- tengo ordenes de Tora-sama, de no dejar solos ni al amo Kahei, ni al amo Akira. Así que si me permites seguiré haciendo mi trabajo.

No soportaba recibir nada similar a una orden por parte de alguien que no fuese un amo. Además me sentía subestimada. Bien sabía que podía proteger a ambos, incluso sin Sits ahí. Me mantuve cerca de Akira pero sin descuidar al amo Kahei a quien seguía con mis ojos.

-No era mi intención ofenderte, Yaeko- Dice, sonriendo cálidamente a la sirvienta. -Si es una orden del Señor Tora, en tal caso, por favor, continua- El moreno gira sobre su posición, ajustando un poco las sillas alrededor de las mesas. Todo debía estar perfecto para cuando abriera la cafetería, no podía darse ni el más mínimo error

EL día estaba siendo movidito, y todo por la muerte del amo. Todos los habitantes de la casa se mostraban dolidos... menos yo. Al fin y al cabo, yo ya he muerto, y tampoco es para tanto. Es más, solo es perder el cuerpo, con algunas ventajas que otras. Y hablo por experiencia propia.
Pero a ver como se lo digo a los vivos.

Supongo que en algún momento del día me cruzaré con el amo, quizá me cuente que pasó.

Tras escuchar la petición de Kana, y sin mediar palabra, me dirijo donde ella me indica.

Akira sonrie cuando recibe el libro y dice:

- Muchas gracias, ahora mejor quedos un poco apartados porque solo lo he hecho una vez este conjuro.

Coge le libro con una mano y empieza a leer ceremonialmente en una lengua bastante rara, pero sin soltar su taza de te ya que le habia gustado mucho el sabor, tras algunas palabras y algunos movimientos mas una energia de color azulada aparece rodeando la casa, finalmente cerrando el libro Akira se gira y dice:

- Bueno, ahora nadie podra salir de la casa hasta que yo lo dio

Mira a los alli presentes y dice:

- Ahora deberiamos volver a lo que andabamos haciendo

Finaliza dadno un sorbo al te y comenzando a andar

Seguia con mis cosas cuando de repente oigo una voz muy familiar al otro lado de la gruesa puerta del laboratorio. -Pasa pasa, aún no he desayunado nada. -digo sin levantar la mirada de mis papeles. -Un poco de café me iria bien. -añado pulsando un botón rojo que hay situado en la parte inferior de mi mesa que abre la puerta del laboratorio para dejar pasar a la sirvienta.

Maria accede al laboratorio, el cual ya no le impresionaba demasiado, pues no era la primera vez que lo visitaba. Se acerca a su amo con una sonrisa en su rostro y el delicioso pastel en la bandeja, la cual deja sobre una mesa liberada.

-Buenos días, amo...- Le saludo. -En seguida le traigo su café.- Sale del laboratorio y va de vuelta a la cocina. Por suerte ya tenía algo de café preparado, nada del otro mundo, pero es lo que hay. Rellena una taza y vuelve rápidamente junto a Kenji. -¿En que está trabajando actualmente?- Pregunta curiosa.

Se hace a un lado tras asentir, mirando el conjuro sin variar su expresión entre burlona y afable. Era una medida un poco extrema para su gusto, pero...¿Quién era él para quejarse, después de todo?.

Asiente de nuevo cuando Akira se dirige a él -Bien, Señorito.-