Partida Rol por web

Riku escucha las palabras de Aimi con una notoria tristeza en su rostro pero comprendía sus motivos - Como diga, Aimi-san - le dedica una respetuosa reverencia y luego mira a Maya, quien corta su muñeca para alimentar a Akiko y ayudarle a curar.

Maya solo mira a Sebastian pero sin decir una palabra. Era posible que sí regresara a tomar venganza pero por ahora les habían dado la posibilidad de escapar y no pensaba desaprovecharla, así que ella arrebató la tarjeta del manager de Sebastian de sus manos y le dijo con voz seca - Será mi último recuerdo de ti, señor de la noche - sonríe levemente y sale de la mansión con Akiko. No quería esperar que la líder Tsuki se arrepintiera de dejarla ir.

Riku mira cómo Maya se va y asiente. Él no tardaría nada en alcanzarlas. Se arrodilla frente a Yaeko y la toma entre sus brazos - Salvaré su vida pero debo hacerla mía - muerde a Yaeko hasta absorber la mayor parte de su sangre, luego se corta la muñeca y deja que unas cuantas gotas caigan dentro de su boca. Los ojos de Yaeko se abren de par en par con un brillo de color verde intenso, muy parecido al del joven vampiro. Observa a Riku confundida, como si hubiera despertado de un largo sueño y Riku muerde sus propios labios, perforándolos con sus colmillos para que aquel líquido carmesí brote de ellos. Yaeko se abalanza a besarlo con tal de beber lo más que pudiera de ese líquido que tanto ansiaba su cuerpo.

Después de un largo y sangriento beso, Yaeko se separa y Riku le sonríe mientras ella parece quedarse dormida.

- Quería salvarla y que pueda regresar algún día a su lado, Aimi-san. Algún día podrá controlarse y regresar con usted, si así lo desea - se pone de pie y le da una mirada a Kahei antes de irse. - Le prometo no ser una presa fácil, Kahei-san - a pesar de los problemas que es había ocasionado, parecía apreciar a los dos cabeza de familia.

Salió por la puerta principal con Yaeko en sus brazos y se aseguró de alcanzar a sus hermanas. Unos cuantos segundos más tarde, ya se encontraban lejos.

Liliana observó a la familia Tsuki con algo de desdén. Su amo había hecho tanto por ellos y así le pagaban, pero bueno. Eso era cosa de humanos. Con una reverencia, se despide y desaparece en una nube de humo.

Miki rió y dijo más para ella misma - Y pensar que le pedí que hiciera eso por mí - ríe y luego se gira hacia Kahei, quien le hacía una invitación directamente a ella.

- Le agradezco mucho su hospitalidad, Kahei-san y estaría encantada de aceptar su invitación - le hace una reverencia a Kahei mientras sonríe ante sus insinuaciones.

- La noche es joven y usted parece tener toda la intención de aprovecharla - ríe suavemente y se engancha al brazo de Kahei con una traviesa sonrisa.