Partida Rol por web

-Creo que me arrepentire de hacer esto...-

Dice Carrol mientras voltea con Ouka y comienza a quitarle las cadenas de encima, despues de quitarselas, vuelve a voltear y dispara a la primera mujer que entro.

-Huye- Dice CArrol a Ouka casi en tono de orden, se notaba la tristeza en su voz entrecortada, pero de algun modo logro mantenerla firme

Arrancarle los ojos Pensó Aimi aún con la ira en la sangre sin embargo no respondió.

- ¿Quienes te atacaron entonces? - Aimi se encontraba desorientada y no entendía las explicaciones de su amiga, ¿no habían sido los Nagase? ¿Por qué los atacarían a ellos cuando se habían negado a actuar contra la familia Tanaka si solo querían protegerla? 

- Riku. - procesó de pronto ese nombre - Riku está con Carrol - no le aclaró a su amiga quien era ese chico - y con una chica loba.

Al nombrar a ese animal la imagen de la careta de zorro en la cabeza cortada del presunto asesino de su hijo volvió a su memoria y su sangre se encendió aun más, trepó a su silla y buscó una posición digna - De momento la encerraremos, ya decidiré qué hacer con ella. - respondió finalmente a la pregunta de Miki. - ¿Por qué? ¿Querías sugerir algo?

Note como el ansia combativa abandonaba mi cuerpo pco a poco. El exuberante elixir de la refriega había rejuvenecido mi espíritu como ningún truco o conjuro que hubiera usado antes, notaba el cuerpo joven y flexible, la mente rápida y despierta y un delicioso regusto en la boca.

-Esto sienta bien... -Musité entre dientes cerrando los ojos y dejándome llevar por el delicioso ruido, aromas y sensaciones que inundaban mis sentidos con fuerzas renovadas.

El susurro de fondo fué cortado de cuajo cuando una mujer y sus dos perros aparecieron por la puerta. Miki. Tanaka Miki. Su presencia era cuanto menos, imposible.

-Demasiado sensiblero para ser el señor de la oscuridad, Sebastian...- Le comenté, antes de ponerme al lado de Aimi y mirar a ambos guardianes como a los intrusos que percibía que eran. Le dirigi una mirada interrogante a la ama del lugar a la espera de cualquier gesto, el más mínimo, para hacerlos salir por los aires.

Sin embargo, mis buenas maneras de gentleman, me hicieron caer en una mala actuación y responder a Miki. Percibía el dulce latido de su corazon, amortiguado por un magnifico parachoques... Ah, que nuevas tentaciones tenía este mundo reservado para mi ahora. Ante todo un hombre de negocios, debe ver los placeres en las adversidades.

-De momento la dejaremos para que Sebastian juegue con ella un rato. Como todo niño, se cansará pronto de ella, y ya me hare cargo yo.- Comente con gesto serio.- Tu... Llegada es una grata sorpresa, desde luego. ¿Cómo es que te dieron por muerta a ti y a tus... Mas cotas? Es algo insólito que una familia de depredadores tan discretos como eran los Nagase dejase semejantes cabos sueltos. Una insólita suerte, sin duda...

-¡JA, si lo que tenias envidia, viejo, haberlo dicho antes, o no!- Dije alzando una mano.- ¡No creas que por tu generosidad, voy a prestarte lo que es mio, pero al menos la tendre en cuenta tu oferta en un futuro, si es que aun te queda vigor en la sangre para tal!- Agradeci a mi tio, a mi manera.

Pase de los nuevos actores en mi obra, ni los conocia, ni ahora era tiempo de conocerlos, aun tenia que resolver algo por mi parte, si las interrumpciones dejaban de entrometerse en ello.

Me volvi a mi querida primera esposa de sangre, Kana, y la tome de la mano, mirandola con un gesto serio.

-Kana.- La llame por su nombre, y luego mire a Maya de reojo.- Tu decides.

Ahora que la sangre y la pasion se habia enfriado y volvia pensar con naturalidad, sabia que tenia que consultar con ella el destino final de Maya, mi amor por ambas ardia con igual y diferente pasion, pero Kana era mi primera esposa de sangre, tenia que aceptar a Maya antes de que esta pudiera ser oficialmente una esposa en mi harem. Si ella decidia matarla, la mataria con mis propias manos, si decidia convertirla en una esclava, yo mismo le pondria los grilletes, si ella decidia que merecia pertenecernos a ambos, compraria dos vestidos de novia rojos para ambas.

Pero ella decidia cual era el destino de esta tragedia.

Ouka susurra en su último esfuerzo al no entender lo que sucedía, pero es entonces que sales corriendo y alcanzas a escuchar un décil - No... - antes de escuchar las cadenas moverse. Un gruñido se escucha después y luego el sonido del cristal de la ventana rompiéndose. Al parecer, había escapado.

Miki baja la mirada apesumbrada y comienza a contar su historia - Verán, fue una bomba que dejó la entrada más o menos como la suya, luego muchos hombres entraron y hubo muertes por doquier. Eva y Robert lograron ocultarme por un tiempo pero cuando los hombres de Yamato nos habían encontrado, Akiha se encargó de que ellos creyeran que me habían asesinado para yo salvarme. Los daños a la planta física habían sido terribles pero si yo seguía viva, podríamos hacer algo. Apenas he podido salir cuando todos los hombres de Yamato se habían ido y vine a ver cómo se encontraban todos. Sé que es una actitud un tanto cobarde pero fue lo que Akiha me dijo que hiciera y que cuidara a Riku -.

Escucha a Aimi y la confusión es notoria en su rostro al escuchar el nombre de Carrol. No lo conocía y poco había escuchado hablar sobre una... ¿Chica lobo? Insólito realmente.

- Akiha podía ser bastante persuasiva, Kahei-san. Por cierto, se ve usted diferente - lo mira más detenidamente y luego suspira profundo.
 

Un misil de aquellos que dispara la bazooka de Carrol pasa justo al lado de Miki y explota contra una de las pocas columnas que quedaban en pie cercanas a la entrada principal. En ese momento, Riku aparece y retira a Miki de la trayectoria. Después de la explosión, pueden observar que todos, a excepción de Ouka, se encuentran en la primera planta.

- ¿Estás bien, Miki? - pregunta Riku preocupado.

Miki se incorpora y pregunta - Sí, creo que estoy bien, gracias - sonríe y mira a Carrol bastante sorprendida. 

-Que? MIERDA, por que demonios protegen a los invasores?... MALDITOS TRAIDORES-

Carrol dispara otra vez a la intrusa, despues sale corriendo hacia donde huyo Ouka.

-A donde vas? espera... MIERDAAAA-

Entre los intrusos y la mujer que huye, todos estaba expotando, asi que Carrol haria que explotara... LITERALMENTE

Kana ignoró por completo toda la situación que se desenvolvía a su alrededor, fijando su atención únicamente en Maya y en Sebastian. alternando sus ojos de uno o los labios de la otra. Hasta que su esposo le colocó la espada de damocles sobre la cabeza, ofreciéndole el poder de decisión sobre el destino de esa arpía.

Recordó la pasión con que Sebastian la había aceptado y por ello quiso matarla a la vez que resignarse a aceptarla, pero esa balanza se encontraba trucada desde el momento en que había intentado matar a sus amos, pues así como el corazón y la sangre de Kana pertenecían solo a uno, su lelatad y moral se encontraba también con Kahei y Aimi.

- Mi oscuro Principe, jamás aceptaré a esta bruja a tu lado, viva o muerta - confesó.

-Ya veo...- Suspire, pero un señor del mal tiene que hacer lo que tiene que hacer un señor del mal.- Ah, alla van mi sueños de trios tenebrosos y ardientes en mis noches mas frias.-Suspire llevandome una mano a la barbilla, aun bromeando, realmente dolia romper aquella fantasia.

-Querida tia Tsuki, os concedo la custodia sobre Maya.- Me gire, inclinando la cabeza con respeto a uno de los pocos familiares que no deseaba ningun mal.- Haced con ella lo que veais, solo espero que..

Y fue entonces, cuando una vez mas el foco de la atencion me fue robado, por nada menos que el pelirrojo con bazooka y con mas de un tornillo suelto. Por puro instinto, desenvaine de nuevo la espada y me coloque al lado de mi esposa de sangre pelirroja.

-¿Eso ha sido un intento de asesinato, o el pelirrojo suele saludar asi la gente?- Le pregunte a Kana, con una media-sonrisa en la cara.-¡Sea como sea, ha sido una entrada bastante explosiva!- Admire sin ningun pudor.

Me crucé delante de Aimi cuando el cohete cruzó la estancia para explotar mas tarde, pero pasado el peligro lo ignoré de nuevo. Sinceramente ese mocoso no valia de mucho y estaba deseando escuchar la orden de Aimi para poder hacerle desaparecer junto con Maya.

La entrada de Carrol hizo enfurecer a Aimi, era la segunda vez que ese crío destruía la entrada de la mansión. La imagen de la cabeza del pequeño Carrol bajo el agua del río que cruzaba las tierras del este de la mansión se le vino a los ojos como un flash, una memoria que por primera vez no le heló el corazón.

Recordó el sueño en la que Akiha la había atrapado y dejó que una sonrisa siniestra se dibujara en sus labios. Había perdido el norte, había aceptado a ese monstruo en SU casa, una mansión que quedaba muy lejos del control de su difunto marido y en la que únicamente había sitio para los suyos, y Carrol no era uno de ellos.

Hacía muchos años había cometido el error de perdonar su vida, de no asegurarse que el agua llegaba a inundar los pulmones, y de no eliminar su cuerpo, había cometido el error de confiar que su marido lo eliminaría para compensar la muerte de Kansai, había cometido el error de no luchar por su hija, de ser ingenua. Hoy repararía ese error.

Fijó su mirada en la traición personificada e intentó hacer uso de sus poderes, un intento frustrado por la convalecencia del combate, el dolor de sus heridas físicas y el fuerte desgaste mental de la confrontación con la matriarca Nagase. 

Agarró el brazo de su tío con fuerza, clavándole sus uñas sin querer, transmitiéndole sin habla su rabia, su odio por ese chico y sus deseos de acabar con él.

Riku observa a Carrol con atención y por tan solo un momento, respira profundo y trata de tranquilizarse, pero es entonces cuando dispara una segunda vez. Riku desvía el misil una vez más y este derriba un fragmento de pared de la entrada que seguía en pie. Mira a Aimi disculpándose, pero es entonces cuando sus ojos se vuelven intensos y furiosos.

Su voz sonaba gruesa y amenazadora, como si de una bestia se tratara - Si no te largas ahora, juro que te arrepentirás - gruñó al finalizar la frase y se paró frente a Carrol con decisión.

El chico parecía no decidirse del todo sobre qué hacer, así que bajó la bazooka y miró en dirección a la habitación de donde había salido.

Por primera vez, sintió un real temor hacia Riku. Él podía ser el legítimo dueño de toda esa mansión, pero el hecho de tener a Riku del lado de Aimi no era ventajoso para él. Corrió a perseguir a Ouka saltando por la ventana y abandonó la mansión. Ese no era el momento para su venganza, podría regresar después para completarla.

Alcanzó a Ouka, quien estaba algo lastimada por el salto y se alejaron de allí, lo más rápido que pudieron. Incluso Aimi tendría que vivir con la idea de aquel joven, resultado de una traición, aún con vida caminando y acechando siempre.

Miki se voltea hacia Riku con una sonrisa y le dice - Gracias, como siempre, me sacaste de problemas - no se le acerca porque él sigue como aquella bestia amenazadora en la cual se convertía en ocasiones y es cuando éste la mira y sus rasgos se suavizan nuevamente.

Maya aún abrazaba a su pequeña hermana, quien parecía muy débil para ponerse de pie, pero seguía con vida. Se aferró fuertemente a ella cuando Sebastian despreció su compañía y comenzó a llorar.

Riku se le acercó y dijo mirando a Aimi - Déjeme encargarme de ellas, Aimi-san. Prometo que nuestra familia no le causará más problemas - a pesar de todo, eran sus hermanas y él quería que su castigo fuera de alguien de su propia sangre. Ahora que habían perdido a Yaeko, no había nada que lo atara para no restaurar el honor de su familia.

Aimi miró a Riku con desdén, en ese momento su mirada era difícil de cambiarla, estaba cansada, adolorida, había perdido mucha sangre, y empezaba a estar harta de ese joven.

- Mi vida no se rige por la santidad, pero mis conductas han sido siempre benévolas, siempre me he movido por un código de nobleza. Eliminar a tus enemigos no es el único modo de sobrevivir, una de cal y otra de arena. Pero está vez no, Riku Nagase, esta vez no voy a dar mi mano a torcer. Te he ofrecido asilo, te he ofrecido mi sangre, mi protección, he acogido a esa amiga tuya que acaba de largarse con... - tragó saliva airada buscando un nombre con el que referirse a Carrol pero dejó que lo evidente hablase por si solo-. No - retomó el discurso - no consiento ofrecer la mano y que me tomen el brazo, no consiento la vida de estas zorras.

Tomó aire y relajó su expresión, miró a Miki y luego volvió a poner sus ojos en el joven Nagase - Pero hoy ha sido un día largo para todos -y eso que acaba de empezar- así que tenéis hasta mañana para terminar de poneros al día, llévatelas, mañana mi tío irá a buscarlas y todo habrá acabado.

Puso su mano en el brazo de su tío y le indicó con un gesto de cabeza que quería irse - Ah, pero si por casualidad no estáis en la ciudad, no pienso tomarme la molestia de buscaros. A ninguno de los tres. 

-*Sob* Cuanta piedad, tia Aimi.- Dije por lo bajo, al borde de las lagrimas y el moqueo.- Ugh, necesito un pañuelo, pero no tengo bolsillos o espacio para portarlos. Es una noche terrible para llevar pantalones ajustados.

Despues de recuperar la compostura ante la benevolencia de mi querida tia y unico miembro que no queria matar, me volvi y me puse frente al tal Riku, con un juego de manos, saque una tarjeta dorada.

-Ten. Tengo algunos sirvientes del mal repartidos por la ciudad, este numero te pondra con el mas temible de todos, las fuerzas del mal lo conocen como... "Manager".- Me pare un momento, eche un vistazo a mi alrededor y...-¿Uh, no trueno? Hoy no es una buena noche para el teatro. A lo que iba, te ayudaran a preparar equipaje y rutas de viaje fuera de la ciudad, si tienes problemas, el te pondra en contacto conmigo. Espero que todo vaya bien, y cuida de Maya.- Volvi mi mirada hacia Maya, otorgandole mi mejor sonrisa.- Lo siento, querida, el Destino ha planeado que nos separemos. Pero mira el lado positivo, quizas nos veamos en un futuro, aunque seguramente sera para matarme y vengarte por lo ocurrido esta noche, y menos para una romantica cena con velas. Pero hey ¡Que seria la vida sin tragedia y comedia por igual!- Dicho eso, me incline y le di un beso con ternura en su mejilla, salada por las lagrimas.- Te recuperaras y seras fuerte, no por mi, sino por la memoria de tu madre y el bienestar de tu hermana.

Finalizado mi despedida a mi rival y breve amante, me puse al lado de Kana y cogiendole de la mano, la inste a que me acompañara fuera del lugar.

-Bueno, creo que esto ya esta resuelto por aqui ¿No es asi?- Dije con una gran sonrisa, mientras marchaba de ahi con mi querida esposa.- ¡Pero la noche es joven, y tengo una boda que planear con mi pelirroja favorita!¡Una boda en rojo, buajajajaja!

Miré al duo de vampiros fíjamente.

-Idos lejos. Muy lejos. Por que si os he de dar caza no habra piedra que no remueva hasta dar con vosotros, de ser necesario. Y si os encuentro...- Eché un breve vistazo a los charcos que antes fueron la familia atacante de la mansion y luego volví a mirar a Riku y Maya.- Supongo que os hacéis una idea. Y en cuanto a ese manager tuyo Sebastian... Espero por tu bien que no le tengas mucho aprecio. Va a tomarse unas vacaciones muy pronto.

Sin nada más que decir, aferró a la cabeza de familia y se marcho de la sala.

-Si quiere acompañarnos, señora Tanaka, encontraré algo de comer.-Musité como deferencia a la invitada. Quien sabe, la noche es joven.