Partida Rol por web

Maya observa intrigada a Sebastian cómo la ataca. Estaba algo distraída, así que por poco, recibe el golpe pero logra retirarlo con una de sus armas.

- Maya - responde y con su otra mano, dispara a Sebastian. Lo miraba con odio, sus ojos brillaban de un amarillo intensio, aunque sentía un olor a sangre venir de su boca.

El hombre no iba a permitir que se llevaran a Aimi tan fácilmente, ya que ella era la cabeza de la familia y ella era quien debía caer.

Con Akiha entreteniendo a su rival, levanta una columna y la tira hacia Aimi para arrollarla con ella. Por poco alcanza a Kana pero ella ya se había retirado.

Al escuchar la respuesta, Carrol deja caer su bazooka como si su brazo perdiera la fuerza por completo, regresa a la cama de la mujer arrastrando la bazooka por el suelo.

-Si, mi padre asi era, veia a todos como ratas o menos, incluso a mi, me encerro como una, no se por que no me mato, pero si hubiera podido lo habria hecho, nadie de mi familia hizo nada por mi, por eso ahora todos deben morir, esta rata les demostrara lo que el dolor le hace a un hombre-

No me esperaba que con los cascotes en la boca fuera capaz de atacar sin notar impedimentos, pero por lo visto era más que capaz de hacerlo. Gracias a dios, pude reaccionar a tiempo, y logré disolverme en niebla antes de recibir el golpe sónico.

-No me gustan las niñas gritonas.- Dije mientras me volvía corpóreo. Señalé al cuello de la muchacha chillona mientras que con la mano izquierda hice una equis en el cuello.- Aquí va un hechizo que me copiaron los de Square enix... ¡Mutis!

La pistolera disparaba con eficacia, disparando con suma precision, por suerte, era un vampiro, y todo el mundo sabia que los vampiros eran inmune a las balas, gracias a dios, sino en aquel momento, cuando una de sus balas me rozo el rostro y me dejo una marca sangrienta bastante turbulenta en la mejilla me hubiera desmayado. Aun asi, intente procurar sus balas, no porque tuviera miedo, sino porque no queria estropearme el peinado y traje con agujeros o manchas de sangre.

-!Maya, bonito nombre¡- Respondi, aun siguiendo danzando entre estocada y estocada, mientras evitaba sus disparos a bocajarro.-Me encanta, al igual que tu traje rojo intenso, tu peinado de chica dura, y sobre tu mirada, son como dos ascuas capaz de hervir la sangre de quien lo mire !Tengo tanta suerte de tenerte de rival¡- Dije deleitado, dedicandole mi mejor sonrisa colmilluda.

Aimi se encontraba demasiado confiada en su medio-escondite como para esperarse un ataque de tal magnitud. 

Ni siquiera vio venir la columna con la suficiente antelación para intentar algo que le evitara terminar debajo de ella.

Mordió la manga de su vestido con fuerza transmitiendo su dolor en silencio no iba a darles el gusto de oírla gritar. A diferencia de la ramera de Akiha, ella era una verdadera dama.

Riku ríe y dice - No sé si ella te lo permita, ¿Sabes? - señaló a Ouka y continuó diciendo.

- Sé que no es de mi incumbencia pero creo que la familia estará toda con Aimi si tratas de acabar con ella. Además, Sebastian se hace llamar el amo y señor igualmente. Tal vez, quiera lo mismo que tú -.

Mira a Ouka con tristeza en sus ojos y le dice - Deberías huir con ella -.

Kahei no logró evitar por completo el golpe de Akiha, aunque todo lo que logró en él fue un terrible dolor de cabeza.

Se dispone a gritar nuevamente pero el hechizo hace que su voz no salga. Debía intentar algo diferente, algo que no necesitara su voz. Sería más difícil pero debía intentarlo, así que miró fijamente a Kahei y ahora, entraría en su mente.
 

El comentario de Sebastian no había hecho mayor efecto en Maya, aunque sí había logrado sacar de ella una sonrisa. Se voltea hacia Sebastian con una cara de simpatía en su rostro, mientras sus ojos se posan en los de él y se van volviendo brillantes, con un hermoso color rosa en ellos. Junta sus manos para que sus pechos resalten un poco más y le dice - ¿Eso crees? ¿Por qué no lo demuestras? -.

El hombre sonríe al ver cómo la columna golpe a Aimi y la levanta con su poder para hacerla pedazos en el aire y dirigir las rocas a toda velocidad hacia Aimi. No podía permitir que escapara tan fácilmente.

-Todos se creen amos, pero todos moriran, en su debido momento se vera quien es el verdadero "señor", incluso tu si te metes en mi camino-

Carrol no se mueve de su lugar ni mueve su mirada de la mujer, esperaba a que pudiera reaccionar, mas para saber que estaba viva que para poder salir de ahi, en este momento nada lo sacaria de ahi, ni siquiera si su vida estaba en peligro.

Aimi intentó apartarse de esa inminente lluvia de rocas, sin embargo, su cuerpo no respondía a sus ordenes, se encontraba totalmente paralizada, no eran solo sus piernas, sino cada musculo de su cuerpo. De algún modo su mente seguía atrapada en aquella visión que Akiha le había producido aunque ya no la controlara su rival.

Puesto que no podía hacer nada más centro sus ojos en los de Yamato, desafiante, con una única idea en mente: Él pasaría primero la puerta del infierno.

Los ojos de Kana se abrieron como platos al ver la columna que había arrollado a Aimi levantarse y estallar en mil pedazos.

Pero qué cojon...incluso su mente se detuvo, no tenía tiempo de asombrarse, debía actuar, y rápido.

Palpó su muslo en busca del cuchillo que guaradba en él, corrió hacia Aimi y se interpuso entre entre ella y las rocas, interrumpiendo la trayectoria con su cuerpo, mientras que con un brazo cubrió su cabeza, con el otro intentó acertar el lanzamiento de cuchillo a Yamato.

Fue un ataque a la desesperada, pero no era el primero que realizaba en tales condiciones.

De golpe la muchachita se centro en mi y agravó mi jaqueca con un intento de posesión. Me llevé las manos a la cabeza mientras apretaba los dientes con fuerza.

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH- Abrí la boca mientras echaba el cuerpo para atrás.... Para luego hacerla caer.- TCHUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUSSSSSSSS

Me tambalee con cierta molestia mientras sacaba un pañuelo para sonarme.

-Que indecoroso por mi parte...- Una vez listo me centré en la joven a la que acometi lanzándola una javalina de luz que conjuré con una mano, tratando de ensartarla a la pared atravesándola el pecho.

Riku suspira cansado. Realmente, era tedioso hablar de ello con alguien que no aceptaba razones, así que guardó silencio, pero esta vez parecía ser Ouka la que reaccionaba, volteándose hacia ti, mirándote con una sonrisa pero con una terrible agonía notoria en su rostro.

Luego, mira a la puerta y puede ver a Riku. Sus mejillas se colorean un poco y tratas de pensar en el significado de esto, mientras en la primera planta podía escucharse una tremenda algarabía.

- ¿Estás bien? - te pregunta con voz débil, mientras levanta la mano para acariciar tu mejilla.

De repente, clavas tu mirada en sus ojos y te sientes absorbido por ellos. Todo a tu alrededor se borra y te sientes flotar. Estabas enamorado de aquella mujer y tu pasión y deseo arde por ella. Querías tenerla, hacerla tuya todas las noches y jurarle amor eterno.

De estar en privado, lo habrías hecho pero estaban en la mitad de la batalla. Sólo te importaba ella ahora.

Aimi parecía recibir el ataque inminente de Yamato pero la acción de Kana hizo que ésta recibiera la fuerza del impacto.

Yamato observa la mirada de Aimi y aunque sólo siente una leve confusión, el ataque de Kana lo toma por sorpresa y no puede evitarlo. El cuchillo se clava en su hombro y el hombre hace un leve gesto de dolor. Alguien de su reputación no podía permitirse mostrar su dolor tan abiertamente.

Mira a Maya y dice - ¿Qué esperas? ¡Deshazte de ella! - señala a Kana.

Maya no había quitado su mirada de Sebastian cuando éste parece embelesarse con la joven. Maya escucha las palabras de su padre y algo asustada, dispara hacia Kana. Sus ojos aún brillaban y Sebastian seguía mirándola de manera extraña.

Estaba por declararme a esa mujer, regalarle un anillo y prometerle filmar el Titanic con ella por un beso de sus labios. Bueno, aunque lo cierto, es que otra gran parte de mi tambien estaba por hacer lo mismo, solo que en vez de declararme queria besarla, en vez de darle un anillo de boda, queria regalarle uno vibrador, en vez de Titanic queria rodar alguna novela erotica de vampiros pasada a la gran pantalla con mucha sangre y otros fluidos, y besarla... Bueno, eso no cambiaba, solo que tambien queria besarla en otras partes, TODAS ellas."Pero estabamos en una batalla, asi que no es apropiado que haga nada de eso, verdad." Bueno, si, lo seria, pero aqui mi problema.

Hasta ahora estaba hasta las cejas del extasis que era la sangre de Kana, y ahora estaba ensimismado con la presencia de Maya. Mi cerebro ahora sentia como una batidora, trituradora y patito de goma, y en medio de todo aquel ruido y confusion, solo aparecia una palabra en mi mente "QUIERO MAS, QUIERO A MAYA."

-HISSSSSSSSSS.- Dando un salto, me lance hacia ella, dispuesto a abrazarla entre mis brazos, besarla y ya que estabamos, desnudarla, empezando por aquella chaqueta suya con ese escote tan preparado.- TE DEVORARE ENTERA, MORTAL... ¡A BESOS, MUAJAJAJAJAJA!