Partida Rol por web

En ese momento, se escuchó un fuerte ruido. El coche volador, el Anubis, entro por la compuerta. Salían chispas por una de las ruedas, pero por lo demás seguía igual. En cuanto aterrizó, Dobla Destino se bajó del coche.

Iba con el traje de combate puesto, al parecer le sangraba el brazo derecho. ¿Sería la herida de una bala?

-Al parecer sois más avispados de lo que esperaba, sobretodo Arcángel. Yo también había pensado en eso. -dijo Dobla Destino mientras subía las escaleras hasta la segunda plataforma. Vio que el cajón de la cómoda estaba abierto y fue corriendo a cerrarlo.

Acto seguido fue a otro cajón un poco más lejano y sacó un de plástico y papel, como los que se utilizan en los dentistas. Dentro de él había unas pinzas quirurgicas, esterlizadas. Dobla Destino se quitó la parte de arriba del traje, dejándose la máscara, y se echó alcohol en la herida. Tenía toda la pinta de ser una herida de bala.

Luego se llevó las pinzas a la herida, y justo antes de entrar a por la bala, sus ojos emitieron un brillo. Sin dificultad, el vigilante se sacó la bala. Con un pequeño gruñido de dolor, claro. Tiró la bala encima de la mesa.

-Un regalito de la policía. -dijo señalando la bala.- He estado en la escena del crimen, bueno, lo he intentado. Mejor dicho. Está a reventar de policías y cuerpos de seguridad. No creo que podáis acercaros mucho, al menos con vuestros trajes de batalla.

Miro a cada uno, intentando adivinar qué pensaban.

-También he intentado hablar con nuestro prisionero, pero no he podido sacar nada. No atiende a razones. -dijo rascándose la barbilla (la cual estaba cubierta por la máscara, a si que solo era para parecer un poco más interesante).- Tal vez deberíais ir a investigar la escena, a ver si podéis descubrir algo. Yo... No puedo ir. Tengo más asuntos que atender, pero podemos estar en contacto. Venga va, como voto de confianza os dejo mi coche. Si le hacéis un rasguño, os tiro desde el Big Ben.

El coche de D·D hizo demasiado ruido, lo que me sacó enseguida de mi estado de relajación sin llegar a sacar nada nuevo, salvo el recuerdo de aquellas dos moles corriendo por la calle, golpeando a su paso a todo ser vivo que se encontranse en su camino. Por fortuna, todos de los suyos.

Me estiré un poco y le vi desdender de su coche, parecía que sangraba. Iba a ofrecerme a curarle aquello, pero enseguida pude comprobar que se las apañaba bien él solito.

¿No atiende a razones o no quiere atender a razones? Pregunté a D·D cuando mencionó al prisionero. Quizás un poco de mano dura le haga hablar insinué claramente que me refería a la tortura cuando dejé ver brillar parte de mi daga oculta casi en su totalidad en su funda. O quizás una promesa de otro chute de la mierda esa que se meten sirva para algo... dije con voz sinuosa.

Barajando las opciones y viendo que todos estaban cargados de buena fe y voluntad pero que a la hora de la verdad no podíamos ni hacer un simple arañazo a nuestros enemigos, comencé a pensar en el plan B: ir al escenario plagado de polis.

-No puede atender a razones, más bien. -dije contestando a Noche, mientras asentía.- Al parecer la HCM le ha afectado a la cabeza y le ha dejado peor. Solo balbucea cosas de Dios.

- ¿Has logrado averiguar su identidad y donde vive?... - Interrumpió la tenebrosa voz de Revan, dirigiéndose a Dobla Destino. - ... Tal vez en su casa podríamos encontrar alguna pista sobre para quien trabaja o quienes eran sus cómplices de anoche.

Luego miro al resto del grupo y añadió, como si fuera algo obvio:

- No creo que un drogadicto sea un genio criminal lo bastante grande como para saber ocultar pruebas y pistas con gran inteligencia, ¿no creéis?. Además, como nos lo llevamos con nosotros, la policía debería de tardar en conocer su identidad, así que su vivienda debería de estar todavía despejada.

No me sorprende, esa porquería es así, quizá en un día o dos. Si sobrevive al síndrome de abstinencia, claro está; nuestro huésped será más comunicativo, aunque que no te sorprenda si tiene lagunas mentales.

En cuánto a arrojarme desde el big ben, pues adelante doble D, yo vuelo, jejeje. Mientras no me dejes sin mis caricaturas matutinas, todo lo demás es soportable.- digo en tono de broma.

¿Les parece bien si yo conduzco? Así doble D sólo me va a culpar a mi por cualquier rayón y no los arroja a ustedes al Támesis. - digo mientras subo al coche.

Había estado bastante pensativa escuchando los comentarios del grupo. Era demasiado temprano para el sueño que tenía ya. La noche casi en vela me pasaría factura pero tendría que centrarme si quería sacar algo en claro. "Vamos, Lara. No te duermas."

- Normalmente, cuando controlas mentalmente a alguien, no necesitas usar conceptos ni religiosos ni de ningún tipo. Le das órdenes como si fuera una marioneta. Pero un buen lavado de cerebro, como los que hacen las sectas parece una opción bastante válida. - comento tras tragar el último bocado de la tostada que había estado mordisqueando distraídamente. - Por otro lado, el Cristianismo y el Islam tienen bastantes factores en común. Un culto fusionista entre ambas sería complicado pero tendría un cóctel explosivo de creencias.

Parecían todo lo organizados que un puñado de matones pueden estar pero estaba bastante claro que eran todos del mismo equipo.  - le respondí a Noche - Y no creo que nuestro nuevo "amigo" no sirva de mucho. Será poco más que un chaval que decidió que sería divertido probas esa mierda y se arruinó la vida. Puede que aprovechando que estaba más receptivo le hayan lavado el cerebro a él también pero poco más.

Sin perder más tiempo en divagaciones me dirijo al coche de Dobla Destino. Necesitamos pruebas reales, no tantas hipótesis. Las respuestas estaban allí fuera. Esperando. No había tiempo que perder.

- Me pido delante. - rio juguetona mientras abro la puerta del acompañante.

Lamentablemente, mis "habilidades" no sirven con este traje a plena luz del día. A parte de llama la atención... algo menos que vosotros, eso seguro... Dije mirando los colores tan vistosos de sus trajes. Y no tengo realmente armadura que me proteja de las balas, ni puedo volar, ni tengo un arco que lance un cable y me saque de un aprieto. Lo mío es la noche, el sigilo... Así no soy de ayuda. Me apoyé en la pared, luego saqué la daga. Y sólo llevo esta preciosidad y un par de cuchillos.. y no están hechos para dañar policías.

Era una de las cosas que tenía claras. No matar ni herir inocentes ni policías, salvo que fuese extrictamente necesario. Miré a D·D, no era la primera vez que me sentía fuera de lugar, pero en esta ocasión me sentía hasta inútil. Estúpido pasado que me hace ocultarme en las sombras y en las alcantarillas como si de un nosferatu me tratase....

Ya sé... alcantarillas... allí si podría ser útil. Quizás aparezca algo por allí... A parte de polis, aunque no suelen ser tan listos y sólo bajan a las cloacas si están seguros de que hay algo debajo. ¿Qué decís?

Iba de camino al coche, cuando me giro al escuchar a Noche.

- Oh, oh. No me parece razonable que alguien vaya solo en algún momento, por lo menos hasta que estemos seguros de qué pasa. No vaya a haber una trampa o algo. O algo peor. Una vez, encontré en una alcantarilla un equipo de atracadores que me abrazaron, presos de la emoción porque se quedaron encerrados en el laberinto de las cloacas y hacía tres semanas que no veían otro ser humano. Es mentira, me lo acabo de inventar. Pero no voy a dejar a nadie solo abajo, donde huele mal. Así que te acompaño, Noche. Puedo sentarme en tu hombro y susurrarte cosas al oído, estilo Pepito Grillo, pero igual prefieres que te cháchara, para que no te aburras. ¿Cuándo salimos?

No, no... no hace falta... Me muevo bien sola y por las alcantarillas... Respondo enseguida a Hornet, alzando mis manos y poniéndolas frente a mi, moviéndolas hacia los lados. Por primera vez mi voz parece temblar. Necesito.. silencio y sigilo allí abajo y.... Tu no eres precisamente silencioso. Me apresuré a decirle, tratando de quitarle la idea de la cabeza. Atraeríamos a la policía y.... tu don es más útil arriba, puedes ocultarte de la poli en sus ojos y acercarte y escuchar lo que hablen sin ser visto.... Le dije con un tono animado, convirtiéndole en la estrella del día. Es algo que el resto no podemos hacer... Serás más útil con ellos. Yo... agradezco tu ofrecimiento... de veras. Concluí rascándome la cabeza mientras pensaba que más podía añadir.

- ¡Puedo ser silencioso! ¡En serio, solo tengo que hacerme minúsculo! Pero es verdad, puedo oír que dice la policía... Sigo pensando que no deberías ir sola. Arcángel conduce, y Lara ya se ha sentado en el coche. Revan, ¿puedes acompañarla tú?

- Yo estaba pensando en que, si averiguábamos la identidad del prisionero, podría ir a registrar su casa en primer lugar... - Respondió el hechicero a Hornet Knight, con tono gélido, claramente molesto porque todo el mundo le había ignorado a él y a su propuesta durante la conversación. Puede aceptar que su idea no gustase, pero al menos podrían tratarle como una persona y no como una mancha en la pared... Tal vez tendría que tomar medidas para hacerse respetar...

Si, si.. silencioso como una manada de ñus en estampida... Tranquilo Horne, conozco esa parte de la ciudad demasiado bien. Nunca he ido con compañía... me sentiría como.... en una cita. Sacudí la cabeza durante unos instantes. Luego me giré al mago.

Si, Revan... te escuché la primera vez... pero esperaba que fuese D·D quien te respondiese a eso. Al fin de cuentas, es su base y su equipo... Y los ordenadores y yo estamos reñidos.... y quien puede darte esos datos.

Las alcantarillas te llevan a lugares insospechados, llevo años moviéndome por ellas y por el metro. Sólo darme una dirección y allí estaré.

Luego me acerqué a Revan, me pegué bastante a él. ¿Qué tal se vería por la calle, a plena luz del día, con tanto móvil y cámaras, al Dúo Siniestro entrando en un portal y accediendo a una vivienda? Se podía percibir una sonrisa bajo mi máscara.

Me giré al resto. Vamos D·D. Donde está la unión de la guarida con las cloacas... No me hagas buscarla...

-Relajaos un poco. -dije levantando las manos.- Podéis dividiros en dos o tres equipos. Los tres alegres podéis coger el coche e ir a Camden Town para investigar la escena del crimen. Como civiles, como moscas o como famosos. Lo que queráis. En cuanto al Dúo siniestro...

Le di a un par de teclas en la pantalla de mi antebrazo del que salió un holograma.

-Se llama, bueno, tal y como está... Se llamaba Darren Smith. Su domicilio estaba en Belgrave Road, Número 36, Piso 3. Pensaba en ir yo, pero ya que lo propones, te dejo ir a ti. -dije mirando a Revan. Luego me giré y miré a Noche.- Y tú...

Fui rápidamente a la tercer plataforma, abrí una puerta y entré al laboratorio. Al volver a la segunda plataforma, llevaba una caja envuelta en papel de regalo y otra más pequeña y plana, esta sin papel.. 

-Esto es para ti. -dije ofreciendo el regalo.- No no, tranquila. No es una bomba. Estoy casi seguro de que te gustará. Ayer lo miraste con ansia, o eso parecía, y hoy dices... Bueno, ábrelo luego. -le di a otra tecla de la pantalla y se escuchó un ruido en la primera plataforma, la del coche.- Esa puerta de ahí te llevara a parar a un túnel metro de la linea Picadilly. En el mismo túnel, si caminas hacia el norte te encontrarás con una rendija que te llevará a las cloacas, pero supongo que ahí ya te orientas tú.

Junté las manos sobre el pecho.

-Yo me quedaré y monitorizaré desdé aquí. -abrí la caja más pequeña y se la mostré a los demás.- Son pinganillos, como los que usan los superheroes famosos. Podréis hablar conmigo en cualquier momento. ¡Venga, a qué esperáis! No hay tiempo que perder.

Dicho eso, Dobla Destino se levantó y subió a la tercera plataforma. Mientras se alejaba, los vigilantes pudieron ver como se cogía el pecho con una mano.

Entró por la puerta del laboratorio y la cerró.

Tras coger mi comunicador, me ¿Sabenl coche sin dilación. Una vez allí analizó la frecuenciacon la microcomputadora del traje y la incorporo a la red de contactos.

Una vez terminada la operación bajo las ventanillas del coche.

Rift, Hornet, suban por favor. ¿Saben lo difícil que es encontrar estacionamiento en el centro? Incluso con un coche volador no creo que logremos hacerlo con facilidad. - exclamo mientras enciendo el auto.

Por cierto, Revan y Noche, no se entretengan pláticando por el camino. - digo a modo de broma. - Ya en serio, si nos necesitan llámennos.

Revan miró unos segundos a la puerta donde había desaparecido Dobla Destino antes de dirigirse a Noche, a la que le preguntó con voz neutra, pero cortés y educada:

- ¿Vienes conmigo al domicilio del tal Darren Smith?. Creo que será una visita interesante, sobre todo si, como yo, tienes reparos en tener que quitarte la máscara para ir al otro lugar lleno de policías...

Mientras hablaba, la figura enmascarada cogió uno de los pinganillos y lo puso a la altura de la oreja. De repente el aparato pasó a través de la máscara, como si no estuviera, mientras el metal parecía ondular alrededor de la zona auditiva, y el hechicero hizo una serie de movimientos, como si acomodara el aparato a su oreja. Cuando retiró la mano, la máscara volvió a la aparente solidez habitual...

Mientras esperaba la respuesta de la justiciera, Revan miró a Arcángel y, sin hacer comentario sobre su broma, respondió:

- Lo haremos...

Una vez con el coche en marcha, desactivo mi armadura.

Rift ¿Qué ocurre con Dobla Destino? ¿Sr encuentra bien? Lo pregunto porque note que estaba agarrándose el pecho justo antes de que nos fuéramos. Si tiene algún problema serio es mejor saberlo ahora y si necesita atención médica, yo puedo costear su tratamiento. - digo en tono amable mientras programo el GPS del Anubis.

Ya tenía las señas para cruzar a las alcantarillas y poder moverme por la parte subterranea de la ciudad. Un paquete entre mis manos, el cual no hacía tic-tac, por lo tanto, debería suponer que D·D decía la verdad al respecto. Antes de abrirlo, cogí uno de esos pinganillos y lo miré antes de darle la espalda a todos y ponérmelo. Me quité la capucha y alcé la máscara desde atrás. Parte de mi pelo corto negro sobresalió por debajo y se pudo ver mi blanca piel en la zona de la oreja descubierta.

Lo siento, mejor así... Dije de espaldas a todos. Luego volví a cubrirme con la máscara y la capucha. Espero que se me oiga bien.

Me acerqué a la caja que me había dado D·D y la abrí. Mis ojos, a pesar de que nadie los podía ver, se abrieron como platos al ver su contenido. Cuando fui a levantar la cabeza para darle las gracias, le ví alejarse a otra sala. Me pareció que llevaba la mano sobre su pecho, pero en ese instante prestaba más atención a lo que tenía ante mis ojos que al lejano D·D.

Me volví hacia Revan cuando escuché sus palabras. ¿Es una cita? Le pregunté ladeando la cabeza. Vamos, te enseñaré que bonitas son las alcantarillas a estas horas del día... salvo que tengas otra forma de llegar al piso ese. Puedo rastrear las cloacas más tarde, sin tanto poli mareando el sitio y pisoteando pruebas. Le dije al mago, dispuesta a irme, cogiendo el estupendo regalo que me había hecho D·D

En la caja había:

Un arco plegado, como el de Dobla Destino*(no D·D(jeje)). Es un arco normal pero que se puede plegar y guardarlo en un bolsillo. También se puede convertir en un palo bo, para pegar un poco.

Y una pistola gancho (esta en apariencia sería más bien como un puño americano que dispara un gancho con cuerda)

"Vaya, parece que vamos a ser un equipo bien ordenado después de todo." Cojo el pinganillo y me lo coloco, comprobando que puedo oir a mis compañeros. Acto seguido, me siento tranquilamente en el coche.

- Dobla Destino se acaba de extraer una bala, no me extrañaría que está un poco hecho picadillo tras dos tiroteos en menos de 24 horas. - me pongo el cinturón y rebusco en mi bolso. Saco mis gafas de sol y me las coloco antes de salir al sol de la mañana. - Estás mucho mejor sin traje. No me gustan las máscaras, significan que ocultas algo. Es difícil confiar en alguien que ni siquiera se atreve a enseñarte su rostro. En fin, a ver si sacamos algo de la "escena del crimen". Estoy perdiendo una mañana de trabajo, así que debe ser productiva.