Partida Rol por web

Verano 1065-1066

Era el final de la primavera cuando llegasteis a la alianza de Atholl, en el poblado más cercano ya os estaban esperando. Un gran recibimiento, casi parecía ser una fiesta importante en el pueblo. Ahí supisteis detalles sobre el mago Lullach y que era considerado un benefactor en la zona, algunos creyentes incluso decían que era un santo. Era un pueblo próspero comparado con otros cercanos en los que parasteis a descansar. Además la zona tenía grandes cultivos y gran actividad, tal vez debido a la estación en la que os encontrabais.

A pesar de vuestro aspecto y el Don la mayoria de habitantes se sentía cómodo estando cerca vuestro. Un guía os acompaño en dirección este, hacia la costa, el paisaje se volvía más vacio y el viento comenzaba a soplar con fuerza. Os dijo que hasta la llegada del maestro nadie vivía en esa zona o al menos desde hace mucho tiempo. Os habló de leyendas sobre los Pictos que poblaron toda esa zona, fieros guerreros que eran capaces de doblegar a sus enemigos simplemente con la fuerza de sus gritos. Ni siquiera los bárbaros que vinieron en barco de tierras lejanas fueron capaces de derrotarlos. Sigue contando estas historias mientras os muestra orgulloso una marca en el brazo proveniente de sus origenes guerreros.

Por lo poco que sabiais la Orden buscaba nuevos magos para ir a esta alianza, aunque de momento no estaba reconocida oficialmente en el Tribunal era una buena oportunidad para ampliar la influencia en una zona poco poblada. O tal cómo os dijeron, una ocasión para demostrar vuestra valía.

La alianza estaba situada cerca de un acantilado, algo apartada de los caminos principales. La mayor estructura era una torre de piedra, el sanctum del Bonisagus y tan solo os permitía el acceso a la planta inferior. Lugar donde tuvisteis vuestra primera reunión, y pocas más se dieron, al Bonisagus le gustaba llevar el control de todos los asuntos con dos ayudantes mundanos. A pesar de esa indiferencia, a vuestra llegada ya estaban preparadas varias edificaciones independientes.

Y era la magia, o más bien su ausencia, lo que más os llamaba la atención. No notabais ninguna fuerza mágica en la zona, al menos los habitantes mundanos lo agradecerían.

Una mujer serena, concienzuda, la pelirroja Caledonia parecía las más de las veces estar distraída todo el tiempo.  Su mirada siempre va y viene de cosas que le llaman la atención.    Su cuerpo refleja el que ha debido recorrer grandes distancias para sus aprendizajes y labores, para sus artes y descubrimientos, y que gusta de hacerlo. Conoce las Highlands, si, un poco, pues su pueblo de orígen no está lejos y había recorrido la zona con su parens, la migratoria Titania, esa anciana maga Merinita de la afamada Tintagel.

Caledonia tiene algo de herencia de sidhe, si, cosa que sólo cuenta a sus sodales, pero es claro que llama la atención a todos y todas; hay algo en su armonía cuerpo-alma que es sin duda feérico por naturaleza.  Es de profesión curandera, y cuenta cuentos, aunque escucha tanto como cuenta, y sabe casi tanto de la herbolaria de sus ancestras como de la medicina de Galeno, pues sin esto último no pasaba el guantelete, habían dicho los otros magos, romano-britones los bribones, de su Alianza.  Para ello tuvo que estudiar y saber leer y escribir en ese latín académico que se esforzaba esconder bajo su fuerte acento gaélico.  

Su dispersión la hace pasar de un proyecto a otro, de una idea a otra.  Quizá lo único que tiene claro que quiere hacer de largo plazo es construirse un laboratorio.  Oh, pero no un laboratorio cualquiera, no señores.   Esta maga, partera y curandera, quiere un laboratorio montado sobre un par de carromatos, los cuales pueda ir llevando de pueblo en pueblo, por los caminos, bajo el, parte disfraz, parte verdad, guiso de un carro de mercancías y otro de hierbas y curaciones.  Compra-venta y saludes, serán una cosa que haga, recorriendo en circuito aleatorio pero no por eso menos impredecible a aquellos pueblos sobre los que vela su nueva Alianza.  

Mijail llegó el primer dia montado en un pequeño carro tirado por un buey, su fiel Nemesio. Era un hombre feo, no feo, muy feo. Aterrador en muchos sentidos, sin embargo al hablar con vosotros pudisteis notar que era bastante correcto y formal. Durante las comidas no rehuia las conversaciones y mas aun podía llegar a ser interesante hablar con el, pero tampoco las iniciaba.

Muchas veces se lo veía retraido pensando en sus cosas o dibujando lo que parecían mapas. Cuando no era normal verlo observando a los animales y por lo que parecía hablando con ellos.

En ocasiones salía de viaje con Nemesio. A veces dichos viajes duraban menos de un dia, otras podían alargarse hasta una semana. No daba explicaciones de donde o cuando se movia* mas sabiais que volvía.

Durante todo el trayecto Sylvanna se mantuvo alejada del grupo convertida en águila, disfrutaba de volar libre y se tomaba como un juego el seguir a sus sodales hasta la Alianza; preocupándose siempre por no dejar atrás a Otto. Aunque observó como los lugareños les trataban con afecto eso le trajo amargos recuerdos del pasado, sin embargo no lo suficientemente dolorosos como para borrar la eterna sonrisa de sus labios. En algún momento se habría posado en el carro de Mijail para descansar un poco, o incluso sobre el buey llamado Nemesio para desparasitarlo tranquilamente.

Como animal su plumaje es espléndido, la vida representación de una bestia de virtud. Con el primero con quien habló fue con Miajil al ver que este podía hablar con los animales, se acercó mirándole con curiosidad. Giraba el cuello de lado a lado en gestos bruscos, alargando mucho el cuello y desde diferentes ángulos tratando de poner en orden el extraño rostro de este; incluso una de las veces se puso de espaldas con la cabeza mirándole por entre las patas. Al observarlo cabeza abajo tampoco cambió mucho la cosa, pero poco a poco fue ganando confianza hasta que en algún momento se acercó a tocarle la cabeza con el pico para ver si le dolía o si era duro, su intención no era hacerle daño pero pudiera ser que la curiosidad de Sylvanna le causase un buen sobresalto al pobre Mijail.

Cuando llegaron a la Alianza si que aterrizó junto a ellos, paseándose como la imponente ave que era y saludándoles a todos con una voz algo aniñada. Parecía que la Bjornaer era capaz de hablar sin dificultad en su forma animal, y se sentía totalmente cómoda en esa forma. Les siguió a la torre y se posó sobre el respaldo de la silla que estaba reservada para ella, probando su calidad con algunos pequeños picotazos, mientras les escuchaba a todos charlar.

Mijail dedicó las 2 estaciones que tenia libres a explorar la zona. Conocer las gentes y a los animales de los alrededores, hacer mapas detallados con los accidentes y zonas reseñables y por ultimo a dejar "puntos de viaje rapidos" en arboles o piedras grandes.

Sylvanna aprovechó la primavera para establecerse en el bosque junto con Otto, esperaba poder calcular a cuanto tiempo de vuelo estaba de la Alianza. A pesar de que no había ningún aura en Atholl ella se seguía sintiendo más a gusto en el bosque que encerrada en las paredes de la Alianza. Buscó un buen sitio donde hacerse una pequeña choza, no necesitaba grandes lujos puesto que en forma de águila podía dormir a cubierto en cualquier nido. La idea era tener algún sitio donde poder almacenar cosas sin que se mojasen o se estropeasen demasiado. Con la ayuda de algo de magia trató de buscar una cueva creando un lecho de piedra en la entrada para tener unos buenos cimientos, cubriéndolo con tierra y plantando hierba encima para darle consistencia. Luego con algo de madera muerta haría algunos muebles precarios para el interior. Total cuando ella no estaba era Otto quien residiría allí, esperaba que en la época de celo pudiera atraer un hembra para crear su propia manada.

Tras un sencillo trabajo que ya había realizado en multitud de ocasiones se dedico sencillamente a disfrutar y conocer el entorno. ¿quien sabe que le podrían deparar aquellos nuevo lares?.  

De todos modos su amor por el bosque le hacia querer permanecer al lado de su amigo. Visitó la Alianza algunos días por si había reunión, pero volvía para seguir recogiendo los frutos del bosque y adentrarse en sus secretos. De tanto en tanto al volver a la Alianza lo haría portando una pequeña cesta entre sus patas, con huevos frescos, moras, espárragos, setas y algo de miel para compartir con sus sodales como muestra de afecto.

De cara al futuro no se conformaría con cuidar del bosque sino que intentaría hacerlo crecer, en principio empezó a plantar arboles en dirección a la Alianza. Una vez hubiera depurado sus artes intentaría crear un hechizo que le permitiera hacer crecer los arboles en un sola noche, pero por el momento debería conformarse con usar los métodos tradicionales.

En invierno con el mal clima y pudiendo volar menos, sus visitas al bosque se reducirían, aprovechando el tiempo para estudiar en la Alianza junto al calor de la hoguera.  

Le costó tiempo acostumbrarse al aspecto de Mijail, pero los días se sucedieron y al final uno acaba acostumbrándose a cosas a las que nunca pensó que se acostumbraría. Cuando al fin inició conversaciones con él no parecía mala persona. Incluso agradable, quizás, si conseguías ignorar lo suficiente su aspecto monstruoso. No es que lo echase de menos cuando se ausentaba de la Alianza, ni que organizase una fiesta cuando lo veía regresar, pero era consciente de su utilidad y de que había opciones mucho peores como compañeros para una Alianza.

Sylvanna fue otra criatura extraña a su propia forma. Sin embargo, para él había dos cualidades que la ameritaban excepcionalmente para su interés; el hecho de que fuera una criatura afín al aire como él y que compartiera la herencia de la sangre faérica, como él otra vez. Una lástima que tardasen tanto en entablar conversación, pero con contaba con que el tiempo juntos recorriendo el bosque y coordinándose derribaran las barreras entre ambos.

Caledonia era otra criatura que compartía su herencia y al hablar con ella se podía apreciar su amplio conocimiento de plantas y animales, algo que sería muy útil. Podría decirse que agradable en general.

Le extrañó sobremanera la creación de una Alianza en un lugar sin el más mínimo rastro mágico. Dado lo limitado de su Biblioteca tan sólo les quedaría estudiar de Vis en bruto, pero hacer eso lejos de una Aura Mágica era un desperdicio absoluto… así que tocaría emplear las primeras estaciones en conocer bien la zona, encontrar Auras interesantes donde poder estudiar y Fuentes de las que poder extraer la Vis para sus progresos.

Si más de uno se dedicaban a ello seguro que podrían abarcar mucho terreno en medio año.

Era el final de la primavera de 1065 cuando llegasteis a la alianza de Atholl, en el poblado más cercano ya os estaban esperando. Un gran recibimiento, casi parecía ser una fiesta importante en el pueblo.

Así que, en el verano de 1065, mientras sus compañeros de sangre y temperamente faéricos se dedicaban a explorar y conocer el área y sus bosques, Caledonia se dedicaría a conocer a la gente y sus pueblos.  Su intención es presentarse y darse a conocer, en mostrarle a la gente en lo que se podían apoyar en ellos.  En particular preguntaría por sus dolencias, para curarlas con herbolaria u otras sabidurías de curandera.  Especial atención pondría a las embarazadas, asistiendo a algún parto difícil o situación complicada con los recién nacidos.   

Por otro lado, siempre que anda con la gente, ayudaría a que no teman y más bien sean respetuosos y tolerantes con Mijail.  Y, si Anderlius le pide ayuda para detectar algún regio o sitio con Aura Mágica en las cercanías a la Alianza, le estaría ayudando con su habilidad de second vision que es particularmente buena para detectar regios, y su conocimiento mágico básico.

Otoño e Invierno 1065 

La Alianza sólo tenía un par de laboratorio, algo lógico siendo tan nuevos y más preocupados por sobrevivir que por otra cosa estos primeros años.  Así, que, siendo previsora, la joven Merinita pensó usar dos estaciones para preparar su laboratorio.    En efecto, su plan era tener un laboratorio móvil, uno que pudiera ser fácilmente trasladable en un trío de carromatos como los que traían buhoneros y otros comerciantes de todo.    Es más, eso haría que parecerían y fueran.  Lo haría de tal que llevara cosas para ser desplegadas en su exterior en cualquier lugar de venta, cosas como frascos de vidrio, hierbas medicinales, alimentos, entre otras cosas, cosas que hasta podrían servir como insumos de su lab.

Primavera 1066

Caledonia, ya con mejor clima, continuaría adaptando y mejorando su laboratorio móvil Merinita.  En este caso, usando sus habilidades de encanto de hadas, conocimiento del mundo faérico, 2nda visión, sus propia herencia sidhe, el manejo del derecho Hermético y los misterios Merinitas, entre otras cosas, invitaría a un grupo de pequeños fae a vivir ahí mismo, en el carromato, aportarle insumos, y todo aunque lo usasen de vía de descanso y paso, con todas sus consecuencias para cuando algún mundano los llegara a visitar. 

Aprovechando el clima suave os dedicáis a explorar la zona cercana a la alianza, un grupo curioso con Sagittarius andando sobre el terreno acompañado de un jabalí mágico que parece tener relación con Sylvanna y su Urraca que de vez en cuando se apoya sobre su hombro. Mientras tanto la maga va volando en forma de águila, algunos días debe descansar debido al mal tiempo pero hasta las estaciones duras puede permanecer casi todo tiempo en forma animal.

Os encontráis en la costa este, toda la zona costera se compone principalmente de acantilados sin población debido a los fuertes vientos y a la escasez de recursos útiles. Hacia el sur se encuentran las tierras más pobladas y ya hacia el interior es donde encontráis las primeras zonas boscosas. Bosques vírgenes, sobre todo lo de más al norte, con muchos animales y seres faéricos. En general son bastante agresivos en su territorio y no toleran con agrado vuestra presencia. Al parecer llevan siglos con poca presencia mundana, cualquier cambio les altera. Suelen perseguir a los hombres cuando se adentran demasiado en el bosque o cazan con demasiada avidez. Algunas criaturas os relatan la presencia de magos nómadas y de rituales nocturnos, sobre todo más hacia el norte.

En cuanto a los pueblos cercanos son todos pequeños, en un radio de 2 días de viaje la reputación de la alianza todavía está presente, pero más allá se os hace complicado buscar refugio o información. La ganadería y la madera son el sustento principal de los habitantes, los cultivos tienen menos importancia que en otras regiones que conocéis, seguramente por las condiciones del terreno y el clima.

Es en las zonas boscosas donde encontráis más presencia mágica, aunque en menor medida que las de hadas; algunos animales mágicos menores, bastante vis y una fuente nueva. Uno de esos lugares os parece bastante interesante, a un día de viaje de la alianza, en una zona con poca presencia faérica. Se trata de un conjunto de grandes piedras antiguas, tras varios días de investigación interpretando símbolos y mediante magia dais con la entrada a un Regio. Tan solo hay que dar tres vueltas alrededor de una de las piedras mirando al cielo, al momento os encontráis en un lugar similar. Pero en ese Regio el conjunto de piedras está completo, hay claridad, pero el cielo permanece oscuro y estrellado. Fuera del Regio el aura de la zona es suave, pero dentro es algo mayor.

Decidís construir una pequeña cabaña cercana al lugar que está terminada al final del verano. Durante el otoño se amplia un poco para tener un campamento mínimo para pasar el invierno.