Partida Rol por web

Más vale una buena boda que un buen entierro (I)

IV. Respuestas

Cargando editor
13/05/2014, 22:35
Natxo de Otazu

Viendo cómo el noble quiere usar la fuerza en mi contra, Preparo mi bastón para intentar desviar el golpe. A sabiendas que él era superior en combate, busco la ayuda de mis compañeros de viaje y grito con todas mis fuerzas:

 

-SOCORROOOOOOOOOOO, INTENTAN ASESINARME SOCORROOOOOOOOOOO

Cargando editor
14/05/2014, 13:31
Diego de Zúñiga

Silbó mi espada cortando el viento de aquella obscura noche en dirección al pecho del bruxo...

- Tiradas (4)

Notas de juego

Ataque al pecho (-10%).

Suerte Iñaki. Espero que no te haga falta la gastada con los lobos ;)

Cargando editor
14/05/2014, 13:50
Malena Bestregui (CI)
Sólo para el director

Notas de juego

Me he olvidado muy mucho de interpretar que llevo la cabalgadura. Supongo que no ha sido relevante de todas formas. Intentaré tenerlo en cuenta a partir de aquí.

Pobre Iñaki, nunca me ha gustado combatir con otro PJ, pero viendo la insistentes "faltas de respeto" no he tenido más remedio. Teniendo en cuenta su 40% en palos, el malus de -25% y que le quedan 3 puntos de suerte, creo que lo tiene difícil... ;S

Cargando editor
14/05/2014, 13:53
Diego de Zúñiga
Sólo para el director

Notas de juego

Corrijo: 4 puntos de suerte. Si, lo tengo todo calculado... xD

Cargando editor
14/05/2014, 14:42
Natxo de Otazu
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Usando suerte tal y como dije, saco la tirada con el -25

Cargando editor
17/05/2014, 13:34
Director

El caballero de Zúñiga no lo pensó más, no hizo falta más; su espada, envalentonada toda y como él, hizo alarde de su ímpetu y su impulsvidad, quizá no a sabiendas de las verdaderas intenciones de aquel misterioso brujo. Y el que su mano, muñeca, falanges, mango y filo (todo uno) fuéronse directos al pecho de Iñaki, el cual, sin poder parar con su bastón*, recibió un mandoble en oblicuo de izquierda a derecha con el reverso del filo y el daño fue tremendo.

Daño: 13 (sin protección): 13 puntos de daño.

Abocado a la soledad de aquella colina nocturna, el corazón de Iñaki se abrió por la acción del filo cortante, justo después de que costillas y músculos quebrasen irremediablemente. El tipo, que no soltó el bastón, no pudo completar la frase de auxilio (aunque algo emitió), y tras caer de rodillas en un primer instante, su pecho y rostro se desplomaron hacia delante, yaciendo bocabajo.

Poco quedaba de santo, por la acción de Zúñiga, en ese lugar.

Notas de juego

*: pues no lo paras, ya que no has contado el malus que especifiqué y encima te has subido puntos de suerte a la ficha...

Secuelas: Iñaki: 9: Corazón Dañado: El golpe afecta al corazón. El personaje cae inconsciente al suelo de forma automática, y morirá en 3 asaltos si no se consigue detener la enorme hemorragia que surge de su pecho.

Cargando editor
17/05/2014, 13:54
Soldados del Castillo

Fue entonces que el ballestero, justo cuando iba a ser el intercambio de guardias (que el soldado iba a llamarte), corrió hacia tí, pues vigilaba desde la puerta.

Señora Ladia, señor Euxeo -no quiso importunar al Barón, pues ya sabes cómo era su mal humor pernoctando-, ¡UNA VOZ! ¡Alguien ha gritado! ¡¡DESPIERTE!! ¡VOY A VER!

Y salió de la ermita, perdiéndose en la noche.

Cargando editor
17/05/2014, 13:56
Soldados del Castillo

El ballestero venía corriendo, y al encontrarse el panorama (tu con tu espada ensangrentada, e Iñaki yaciente) su rostro cambió, palideció, y tornóse completo de confusión... Su ballesta estaba cargada.

¿¡QUÉ... HA... PASADO!?  ¡¡DON DIEGO!! -y al nombrarte señalaba tu espada como, si se acabara de dar cuenta (de hecho era así) que tu le habías matado-. ¡Le ha matado!

Cargando editor
17/05/2014, 13:59
Ermitaño de la Peña

¡Por el Señor! -apareció entonces el ermitaño de la Peña, con la manos entrelazadas-. Cuando vio el cuerpo de Iñaki se escandalizó. ¡La Muerte! -susurró-. ¿Qué ha hecho? -te decía-. Y entonces se santiguó varias veces, mirándote. ¡¡HA TRAÍDO LA MUERTE A ESTE SANTUARIO!!

Cargando editor
18/05/2014, 00:12
Diego de Zúñiga
Sólo para el director

Alcé la mano izquierda a modo de señal tranquilizadora ─tranquilo ballestero, el peligro ha pasado. Aquesta bestia non acecharános más bajo nuestro mesmo techo. Aseguraréme pues que non retorne del más allá ─et tras dezir aquesto dejé caer el peso de la filosa sobre el cuello del desdichado separando carne e hueso, cabeza e tronco. ─habemos de darle cristiana sepultura. ─Santigüéme tras envainar.

Nada me hubiera placido más en aquel mesmo momento que cortar la barriga del maldito campesino paleto et ver como sus tripas adornában aquel suelo obscuro y pedregoso, empero non había que pecar en exceso. Había de guardar mis bajos instintos para cuando non hubieren ojos et oídos indiscretos.

- Tiradas (1)
Cargando editor
18/05/2014, 12:48
Diego de Zúñiga
Sólo para el director

La muerte hallábase ya en aqueste santuario, ermitaño. Dormía bajo nuestro techamen et acechábamos desde las sombras. ─Me dirigí entonces al soldado del Barón ─Ballestero, avisad a don Sancho. He de explicarme ante él.

Cargando editor
18/05/2014, 16:44
Director

Notas de juego

Ladia, espero a ver qué haces para actualizar ;)

Cargando editor
20/05/2014, 14:53
Ladia De Taramundi.
Sólo para el director

Tras ser despertada por el ballestero, invierto unos pocos segundos en desperezarme, y, tras ponerme en pie, salgo al exterior, acompañada de mi esposo, y completamente intrigada por las palabras del soldado.

Cargando editor
21/05/2014, 19:43
Director

Et que mientras el de Zúñiga hablaba en medio "de la fresca" de la noche (uno dándose a razones y otro acusando poca ética), que irrumpieron en escena Ladia y su marido, Euxeo. Ambos vieron el cuerpo sin vida de Iñaki, yaciente en el suelo bocabajo (notando además que bajo él la hierba en derredor habíase impregnado de rojo furia, carmesí de hedor); aparte tenía también, aunque duela decirlo (para algunos), la cabeza separada de los hombros. Y Diego tenía su espada en la mano...

Ladia y Euxeo oían cómo el de Zúñiga pedía la intervención del barón, ordenando a su ballestero que fuera a despertarlo. Mientras, este iba a buscarlo a la carrera, el ermitaño de la peña seguía hablando, como desencajado, a Diego.

Cargando editor
21/05/2014, 19:49
Ermitaño de la Peña

¡La Muerte no se encontraba aquí! -decía como ofendido el Ermitaño-, la muerte eran las criaturas del bosque, y las he mantenido a raya durante un tiempo... Esperemos que ahora no se impregne de más muerte este lugar...

Definitivamente estaba molesto. Y en estas que regresó el barón, a paso de ganso, somnoliento, enfadado (por dicho sueño) y con una ceja más elevada que la otra. Luego miró el cadáver de Iñaki y tragó saliva, en estando delante de él.

Cargando editor
21/05/2014, 19:53
Sancho de Landarria

El ballestero debía haberle dado cuenta del suceso a don Sancho.

¡Diego! -dijo el susodicho-, ¿¡Qué habéis hecho!? ¿¡QUÉ HA PASADO!?

Notas de juego

Cuando contestes, tira Elocuencia (COM) con un malus del 10%
 

Cargando editor
22/05/2014, 20:35
Diego de Zúñiga

Inqué rodilla en el suelo cuando aparecióse, medio adormilado, el Barón. Y había enfundado la espada, de ello habíame cuidado antes de que aqueste llegara. Non convenía tentar la suerte et que su ira saliera a relucir como el filo bajo la lux de las estrellas.

─Barón ─dixe en tono bajo, humilde et sumiso. ─Se que habede obrado mal, et que quebrantado vuestra ley dando muerte a un...  hombre... en vuestros dominios et sin vuestro consentimiento. Se que tal decisión sólo correspondo a vos, et sólo a vos, empero ha sido cuiestión de necesidad et protección.

Alcé la testa, cruzando mirada con el barón; ─Habíame tumbado en el camastro, temeroso por lo acontecido los anteriores días con el Iñaki. Había tumbado, incluso pertrechado, incapaz de dormir por la incertidumbre et el temor que aqueste me profería.

Entonces lo oí; extraños susurros en la noche, susurros en una lengua extraña jamás oída por mi. Salí al exterior y allí estaba él. ─Santigüeme antes de proseguir ─De pie, como en trance. Miraba la infinita obscuridad de la fronda mientras susurraba una especie de fechizo. Habléle entonces, intentando llamar la su antención, et aqueste respondióme con una mirada vacía, de ojos blancos et carente de alma... Mi espada entonces se alzó para poner fin a la su maldad...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pongo dificultad 01-05 porque es la única tirada de éxito posible (queda en 0% aplicando el malus).

Cargando editor
22/05/2014, 21:59
Ladia De Taramundi.

Al observar la dantesca escena que se presenta ante mí, me abrazo, rápidamente, a mi esposo, y hundo mi cara en su pecho, en un intento de ahogar el llanto que a punto está de asaltarme.

Notas de juego

Master, ¿debemos hacer alguna tirada de Irracionalidad al ver el cadaver de Iñaki?.

Cargando editor
22/05/2014, 22:05
Euxeo De Navallo (CI)

Abrazo, fuertemente, a mi esposa, mientras escucho la explicación de Don Diego, y espero a ver qué hace el Barón.

Cargando editor
23/05/2014, 20:25
Sancho de Landarria

El barón miró cómo Ladia se abrazaba a Euxeo, y luego clavó la vista en el de Zúñiga, con cara de pocos amigos. Sin duda que las palabras que había dicho don Diego le eran como si cayera la lluvia y quedárase igual. No movió el de Landarria un músculo de la su cara ni el suyo cuerpo, y quedóle a éste con la rodilla hincada en la pradera de la Peña mirándo al Señor.

Ésto no me lo esperaba -sin duda que las palabras de Diego, fueran verdad o falsedad, no las creía don Sancho-; et que aqueste hombre yaciente -miró el cadáver con dudas- extraño parecía, con las sus barbas y las sus ropas maltrechas... más su ayuda para llegar aquí resultó inestimable. Afrenta habéisnos hecho, señor Diego, et que no para mi sólo, sino también a la integridad de este grupo. ¿Qué pasará si lobos o cosas peores -et todos sabíais de qué hablaba, ya fuera aquel lobo enorme o los "muertos vivientes"- se nos encaran de nuevo? ¡LEVÁNTATE!

Fue entonces cuando emitió sus últimas palabras.

Ahora mismo, si vos, señora Ladia descansa -parecía haberse ganado un sitio en el corazón del Barón-, su buen esposo y el ballestero cavarán tumba, et enterraremos al Iñaki -la cara del ballestero era un poema...-. Mañana, como dije antes de éste desaguisado -miró a Diego como con rencor-, regresaremos; mas vos -de nuevo, al de Zúñiga-: quedaréis un tiempo a mi servicio. ¿Habéislo oido? Ya podéis dejar vuestros propósitos una temporada, que me serviréis como pago de la afrenta y la atrevida.

Sin duda que aquesta intención era indiscutible, según su tono de voz y su sacada de pecho.

Y no os atreváis a rechistar ni a importunarme de nuevo hasta que lleguemos al mio castillo -le dijo expresamente-. Et que luego se dio la vuelta y se volvió a la ermita a dormir, no sin antes mirar al ermitaño, como queriéndole decir con la  mirada que sentía todo el embrollo en aquel "santo" lugar.