Partida Rol por web

La primeras viñetas de la publicación muestra una mañana cualquiera de Nueva York. Empieza tranquilo con las primeras luces, pero conforme pasa la mañana empieza a haber más y más gente. Las calles se congestionan y los atascos no tardan en aparecer. Vemos ahora viñetas de calles llenas de coches, gente caminando con un café en la mano y un maletín en la otra, vemos a gente joven en el metro, mirando el móvil. Más viñetas.

Vemos la vidas de bastantes personas atrapadas en su rutina. Siendo gritadas por su jefe o por un cliente maleducado. Vemos a jóvenes que han venido en busca del éxito artístico, pero mientras intentan conseguir su sueño, viven de servir cafés y bollos. Todo transcurre normal, nada es perfecto, pero funciona ( o al menos de eta manera se engañan a ellos mismos). Nos trasladamos al Bronx.

Otra viñeta dónde podemos ver el espectacular estadio de beisbol. Hoy es tarde de partido. Otras viñetas entran a jugar, dónde vemos como la gente acude al estadio. Hay policías, por lo que pudiera pasar. 

El partido comienza. Todo parece ir como la seda. Los Yankees van ganando. Hay algunos abucheos y eso provoca otros abucheos a los  primeros abucheadores. La gente está animada, el partido parece que está a punto de acabar. Un Home Run. La bola vuela hacia la otra parte del estadio. El jugador corre. Los fans se levantan de su sitio para agarrar la bola. El jugador sigue corriendo, mientras vemos una serie de viñetas que se intercalan, de cómo era su infancia y el esfuerzo que tuvo que hacer para llegar hasta dónde está hoy. La bola llega a los fans. La gente se pelea y el jugador está apunto de alcanzar la última base. El barullo se acaba cuando vemos cómo un niño con la gorra de los Yankees ha agarrado la bola. Es enfocado en pantalla mientras el jugador anota la carrera y sus compañeros van a vitorearle. Está feliz, pero entonces....

EJEM,EJEM... ¿SE ME OYE? Se puede escuchar desde el altavoz una voz ronca y al acabar de decir estas palabras se escucha un fuerte pitido. La pantalla pasa de enfocar al niño a SMAX. Uno de los más grandes villanos. Es un hombre sumamente fuerte, pero no solo eso, lo verdaderamente peligroso es su inteligencia, que rivaliza incluso con la de Professor, el líder de la X-Force. Su superpoder consiste en equilibrar su inteligencia y fuerza. Cuando quiere ser más inteligente, es menos fuerte y cuando quiere ser más fuerte ocurre lo contrario. Ha sido un excelente partido, si me permiten comentar. Su rostro enorme, feo, y mugriento cubre toda la pantalla. Con una de sus enormes manos se aparta un largo mechón blanco que le cuelga de la cabeza. Pero se acabó el recreo. Vemos varias viñetas en las que los policías son neutralizados, por matones de la banda de SMAX. Hombres vestidos con un mono que les cubre enteros, unas gafas rojas y que llevan una especie de tubo de buzo que va desde sus espaldas hasta su boca. Se cierran todas las puertas. Me temo que ahora son todos rehenes míos. El jugador de antes mira aterrorizado la pantalla y a continuación vemos una viñeta de él en una fiesta. Se culpa de lo ocurrido. Últimamente ha perdido el interés en el juego y ha centrado su atención en otros asuntos. Si se portan bien, no les haremos daño, o no mucho. Se ríe con una risa que lo invade todo. La bola que sostenía el niño se le cae al suelo. Siéntese y acabense sus sabrosos perritos, que este pequeño Coupe, no les quite el hambre. Un grupo de los muchahcos de SMAX entran al campo e instalan una máquina en el centro. Es una máquina extraña que en la base tiene una especie de líquido morado que se pega al suelo y parece ramificarse, conforme se aleja en una especie de raíces alienígenas. ¡Oh ahora es el turno de que llaméis a vuestra querida X-Force. Te dejo el resto a ti Jimmy. SMAX no para de reír. Se gira y vemos cómo se va haciendo más pequeño para salir por la puerta. Tira el microfóno al lado de Jimmy el comentarista. Pero está con el cuello torcido, tirado en su silla. SMAX sale por la puerta.

El edificio X, ha recibido la señal y el equipo principal sale al rescate. Vemos como una nave sale de la cima y sale al vuelo. Todo parece que irá bien, pero entonces.....

Una especie de robots gusanos parece haber intercedido a la X-force en medio de la ciudad. Posiblemente no lleguen a tiempo. Vosotros habéis seguido todo lo que ha ocurrido a través de una radio, cerca del estadio, en un pequeño callejón. Normalmente nunca había mucha actividad superheroica en los días de partido, seguramente los villanos y héroes se tomaran unas birras juntos mientras miran el partido. Pero vosotros nunca os habéis fiado. Siempre es mejor prevenir que curar.  Y está vez, la espera ha valido la pena. Este podría ser vuestro verdadero debut, derrotar a SMAX os daría mucho que mucho prestigio.

Calíope es una chica menuda y hermosa de rasgos aparentemente mestizos entre caucásico y latino, aunque desconoce su ascendencia biológica y no es algo que nunca le haya preocupado, ya que es feliz con sus dos padres adoptivos.

Larga melena pelirroja, cálidos ojos color aceituna y una sonrisa amable: Cal irradia afectividad.

Mide un poquito menos de 1,60 metros, con lo que resulta una chica un poco más baja de lo habitual para sus 16 años.

Aparenta una complexión delgada, que esconde un cuerpo habituado al ejercicio. Fuerte aunque no musculado. Esto hace que pese alrededor de los 48 kilos aunque su figura sea esbelta.

Pero si hay algo que destaca de Cal es su voz. Su tono habitual es suave y melódico. Se podría decir que cantarín. Sin embargo, hoy su melodiosa voz suena preocupada y alterada.

¡Chicos, tenemos que hacer algo! Escuchad lo que dice la radio: ¡esos gusanos metálicos que han atacado a los X seguro que les van a mantener entretenidos demasiado tiempo!

El locutor de radio había dado detalles de lo ocurrido en el estadio y todos habían albergado las esperanzas de que X-Force acudiera al rescate, pero cuando interrumpieron el noticiario para decir lo de los gusanos metálicos en medio de la ciudad...

Si no nos damos prisa, ese SMAX va a salirse con la suya... ¿Qué estará tramando? ¿Por qué tomar de rehenes a todo un estadio? y, sobre todo, ¿qué será esa cosa púrpura con raíces que describieron en la radio?

No hacía tanto que Cal había adquirido sus poderes, o más bien, había recibido la visita de su poderosa invitada de otro plano, y aun estaba acostumbrándose a su nueva condición. Pero después del suceso del puente de Nueva Jersey, se sentía impelida a dejarse llevar por todo aquello. Tenía miedo, pero Alecto dentro de ella sabía tomar el control y había demostrado ser muy capaz de hacer cosas increíble. De algún extraño modo, Cal era a la vez la principal fan del grupo de superpoderosos adolescentes que se hacía llamar Celestials y, también, uno de sus integrantes. Todo dependía de quien estuviera al mando, y parecía que aunque ahora era la fan la que hablaba, muy pronto la superheroina tomaría el mando.

Arcadia tenía la misma complexión y estatura que Cal. Su cabello era castaño claro y aparentemente este se iba tornando cada más cano. Mientras escuchaba la arenga de su compañera, la joven, embozada en un sudario blanco, ligeramente refulgente, había comenzado a levitar empleando sus dotes telekinétikas. El aire de la tarde y el movimiento hacían que su capucha aletease ligeramente mientras los destellos claros, redondeados por un inquietante chisporroteo negro, que eran sus ojos miraban hacia la parte superior del estadio.

Ese día había sido fácil tomar a Ethan. La noche anterior no había salido de patrulla y su hermano se había soltado un poco con algunos compañeros de campus, celebrando su llegada a la vida universitaria y su peculiar libertad controlada, así que Ava se topó con que la resaca había tornado a su gemelo en un blanco fácilmente abordable. Desde su muerte, en el puente, Arcadia había optado por abandonar su anterior alter ego, Potencia, así como por tomar un uniforme algo más acorde con su oscuro nuevo ser.

No acababa de saber cómo Ethan había conseguido fijarla en este mundo y ambos tenían más preguntas que respuestas sobre cómo se desarrollaría esta nueva y extraña convivencia. Él debía de estar en la oscuridad, en animación suspendida, en el otro lado, mientras ella se reconcomía pensando en toda la gente que había en el estadio y lo que entre sus gradas estaba aconteciendo.

Por un momento le asaltó la duda de si su hermano habría quedado con su madre aprovechando que era domingo, como solían hacer, pero de ser así, él no le había dejado ningún aviso, como solía hacer en una libreta que siempre guardaba en su escritorio, en el mismo cajón, ya que era la única manera que habían encontrado para comunicarse. Sea como fuere dejaría que él capease con ello, si había errado, pero Ava pensaba que los cientos de vidas apiñados en el estadio y en peligro inmediato eran bastante más importantes que una reunión de Ethan y Di.

Miró a sus compañeros cuando levitaba a dos metros sobre el recalentado pavimento.

- Cal tiene razón. Debemos actuar antes de que haya víctimas. Hay niños ahí dentro, NIÑOS.- La voz de Arcadia era cavernosa, cascada, casi un susurro, peor de vez en cuando la elevaba, emitiendo un jadeo que sonaba como si sus palabras fuesen arrancadas de su pecho con un gancho.

- Si ahí dentro solo hay peones de Smax tal vez sea preferible dividirnos para confundirlos. Yo voy a entrar desde arriba ¿Alguien necesita un empujón?- Preguntó mientras una de sus manos permanecía paralela a su cuerpo, dispuesta a desplegar sus poderes con ella para elevar a Iron Maiden, Titán o Wang en caso de que decidiesen caer desde las alturas con ella.

Menos mal estaba cerca del resto de los chicos. Me encontraba con mi hermano Elliot ya que me lo había encontrado de casualidad en la calle, estuvimos hablando y lo acompañé un rato, pero fue justo en ese momento que se iba cuando en la tienda al otro lado de la calle la gente empezaba a juntarse para mirar en la vitrina, mirando un televisor pantalla plana con algo de intensidad. No sabía que estaban viendo, pero en definitivamente tenía que ver que causaba tanta conmoción, y justo cuando me acerqué entendí el porqué: Eran imágenes del Estadio, se mostraba a un reportero escondido detrás de unos autos mientras grababa el momento exacto en que los secuaces de SMAX llegaban al lugar y empezaban a despachar a los policías y cerrar las puertas, pero sorpresivamente el reportero y el camarógrafo parecía que se ocultaron bien

Luego había imágenes de otra reportera dentro del Estadio, mostraban el pánico de la gente mientras SMAX aparecía en la pantalla y empezaba a hablar, y fue en ese momento cuando vi mi móvil, mandé un par de mensajes para saber en donde se encontraba Calíope y si estaba con los demás, y entonces empecé a correr hacia la dirección donde se encontraban. En este punto no sentía el cansancio, era un impulso que tomaba gracias a mis poderes, haciendo más fuertes mispiernas y que la energía que acumulaba por ese trabajo físico que hacía.

Me metí dentro de unos callejones, iba zigzagueando mientras las personas desde su casa, teléfonos, televisores, radio o cualquier medio de información se quedaban sin aliento mientras escuchaban y veía todo lo que sucedía en el Estadio. De vez en cuando llegaba a escuchar retazos de los televisores que llegaban hasta los callejones, pero finalmente llegué con los demás, justo cuando al parecer SMAX colocaba una especie de máquina en el centro del Estadio. Parecía que estaban todos, pero mi atención fue rápidamente a Arcadia que se elevaba en el cielo. Me escondí en un callejón anterior al que estaban, me empecé a quitar la ropa y de la mochila saqué mi traje el cual me quedaba grande, excepto cuando Encendí la Chispa, haciendo que mi cuerpo empezara a crecer, mis músculos a hincharse en una figura más musculosa y mis rasgos faciales a cambiar, convirtiéndome así en Titán.

Salí del callejón y finalmente me reuní con el grupo, y por la oferta de Arcadia sin pensarlo di un paso adelante. -Yo voy, trataré de distraer a los secuaces de SMAX, y si acaso aparece a él también. Lo mejor sería que Helios también entre con nosotros mientras Wang Shu y Iron Maiden se encargan de los secuaces de las puertas principales, y Calíope podría tratar de evacuar a los civiles que pueda, ¿Qué dicen?-

Helios con rostro severo, observó un instante a cada miembro del grupo, después de escuchar por la radio los sucesos que habían ocurrido en el Estadio.

Llevaba puesto su traje de héroe dorado y negro, unos guanteletes de metal negros cubrían sus muñecas, el pyriano era un hombre muy musculoso, de enorme estatura, pues sus dos metros diez intimidaban a cualquiera lo bastante estúpido para cruzarse en su camino, su cabello rubio dorado arrancaba destellos con el sol, sus ojos eran azules de mirada dura y acerada, para sus 18 años mortales era un joven imponente.

Parecía que Titán faltaba, y entonces lo vio aparecer por un callejón.

Helios ya había escuchado los comentarios de Calíope y Arcadia, de acudir en ayuda de aquellos civiles retenidos por SMAX, aquel insistente villano que no cesaba en sus fechorías.

El intento al parecer de Titán por realizar un plan, casi hizo a Helios lanzar una carcajada desdeñosa, pero permaneció serio, con rostro imperturbable, era cierto que Helios ayudaría a aquellos civiles, pues el pyriano era un héroe, pero Titán no era el líder del equipo.

Mientras su capa negra con el emblema de un sol dorado ondeaba al viento Helios que permanecía volando, suspendido en el aire sólo dijo-estamos perdiendo tiempo entonces, que nuestro líder se pronuncie, ayudaré a esos civiles pues no deseo mal alguno a ningún terrestre y los villanos deben ser detenido y ajusticiados, pero dejemos que Wang hable-Helios no podía olvidar el dia de su humillación por parte del oriental, y aunque las palabras del pyriano eran nobles, como su corazón, estaba resentido y celoso del líder del equipo porque el, Helios aseguraba sentirse apto para el puesto, pero ningún miembro del equipo lo respaldó aquel dia debido a su ataque de ira en el cual casi destruye a un villano-cual es tu plan Wang-dijo Helios serio y sereno pues nunca dejaba traslucir que era lo que estaba pensando el pyriano.

El sol dorado de su pecho, con fondo negro de su traje destelló por el sol mientras Helios suspendido en el aire esperaba como todos, las órdenes de su líder. 

Permanezco en silencio sin saber qué decir mientras los demás deliberan, la verdad es que no tengo ni idea de cómo afrontar esta situación y no quiero meter la pata, mejor que decidan entre ellos y simplemente me dedicaré a hacerles caso.
—P-pu...
Alcé suavemente una mano para decir algo, pero enseguida se puso a hablar Titan y se me fue la oportunidad. La verdad es que no es necesario que Arcadia me aviente, si bien no vuelo, puedo saltar fácilmente por encima de los muros del estadio, aunque el problema sería que no tendré tiempo suficiente de planear dónde aterrizar, sí, ese es un buen punto.
Y me quedo callada otro rato más.
Este traje de licra es horrendo, se me nota todo el trasero como si no estuviera llevando nada. Debería conseguirme un abrigo largo o una gabardina, o no, ya sé, podría atarme un suéter a la cintura, pero eso no me cubriría el pecho, creo que la gabardina es mejor. ¿A quién se le ocurrió vestirnos así?

Cuando Helios menciona a Wang mi mente regresa a la situación actual y me quedo esperando la opinión de nuestro líder, que imagino que sería lo que finalmente acabemos haciendo. El plan improvisado de Titan me parece bien, pero a saber.

Wang Shu, el asiático del grupo, guardaba silencio mientras los demás hablaban. Recapacitaba cuando los otros ardían de deseos de entrar en combate. A él le habían enseñado diferente: piensa antes de hablar, habla antes de actuar. Errar el objetivo o el golpe podía traer consecuencias peores que la inacción. Por eso Wang Shu trataba siempre de ser tan mesurado.

─Helios, haz una entrada triunfal, por la puerta principal. Que sepan a quién deben atacar. Titan, cúbrele, Helios te ayudará a localizar a los enemigos simplemente estando ahí. El resto, aprovechad la distracción para acabar con todos los sicarios de SMAX que podáis. Yo inutilizaré el artefacto─ sentenció finalmente Wang, alias Chico Dorado, líder del grupo contra su voluntad.

Y con esto esto dicho, Wang dio por zanjada la conversación. Tenían prisa, había miles de inocentes, literalmente, atrapados en una situación angustiosa y potencialmente mortífera. Se situó junto a Arcadia y extendió su mano hacia ella aceptando su ofrecimiento de transporte aéreo.

─Deposítame junto al artefacto, por favor.

Una viñeta muestra como el equipo se divide en dos. Por un lado vemos como Arcadia, Calíope y Wang Su se elevan por los aires, mientras que Titán, Iron Maiden y helios se acercan a pata hacia el interior del estadio.

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No hay mucha gente alrededor del estadio. Muchas personas se han refugiado al ver que la banda de Smax había tomado el estadio. Habéis actuado rápido y la policía a penas a empezado a llegar. Los guardias que habían apostado en la entrada ven cómo vuestro equipo se adentra por el aire, informan a través de un comunicador . Disparán, pero fallan. Han estado distraídos y por eso no os han visto ha tiempo. Os apuntan con sus armas, pero tenéis una oportunidad. Será mejor que os deis prisa. 

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Os eleváis por el aire. Notáis como sois víctimas de una primera ráfaga de disparos que fallan por los pelos. Ahora sabéis que seguramente vuestro ataque sorpresa, no es del todo sorpresa. Entráis en el espacio aéreo del campo y os disparán. Será mejor que hagáis algo si queréis salir de esta. 

Por un momento Arcadia vio la intención de Titan de elevarse con ella, sonrió para sus adentros recordando cómo solían 'volar' aprovechando sus dotes telekinéticas en el pasado, pero ya no podía engañar a nadie, aquel enamoramiento había muerto y ese sí que se había quedado en su tumba. El poco amor que de ella pudiesen raspar solo servía para recordarle quién era su hermano y cómo se seguía sacrificando por ella, para que pudiese estar allí, en ese momento, tratando de socorrer a aquellas personas atrapadas en el estadio.

Asintió al escuchar las directivas de Shu y procedió a elevar su puño, elevando con el al líder de los celestiales. Tal vez fuese un ademán innecesario, pero había una fuerza en él que ayudaba a la correcta distribución rápida de la adrenalina por su sistema.

El estadio estaba por debajo de ellos cuando los disparos comenzaron a rasgar la quietud fría de su descenso. Aquella gente contaba con su llegada desde las alturas, por supuesto, y puede que solo un exceso de confianza en su descenso pudiese romper los esquemas de aquellos tiradores. Necesitaban algún tipo de factor sorpresa o al menos una demostración de fuerza inesperada.

Mientras observaba la situación, Arcadia desplazó su mano hacia atrás, tratando de mantener a Shu a una cierta distancia para protegerle en caso de que algo saliese mal, y se dispuso a crear un señor boquete descendiendo de cabeza, cerca de aquella cosa que habían plantado en el centro del estadio a la que Wang quería llegar, tratando de elevar un muro de fuerza a su alrededor lo suficientemente fuerte como para elevar el terreno a su alrededor, fabricando una improvisada defensa, tras la que quedarse mientras trataban de alcanzar su objetivo.

Pues vamos allá... ¡Adelante Celestials!

Y con esas palabras de ánimo, la fan del supergrupo se hizo a un lado para dejar a Alecto tomar el control. 

Ese gesto hubiese pasado totalmente desapercibido en el exterior si no hubiese ido acompañado de una vistosa transformación.

De las clavículas de Cal comenzaron a surgir dos protuberancias que cubrían sus homóplatos a medida que se extendían desplegando unas carnosas alas parecidas a las de un murciélago. Su piel comenzó a adquirir un tono azul grisáceo iridiscente a la luz, lo que le confería cierto aspecto mineral. Sus extremidades adquirieron grosor y sus manos y pies se fueron transformando en garras que recordaban vagamente a aves de presa. Del final de su columna vertebral surgió una larga cola. Sus ojos comenzaron a brillar enteramente rojizos.

Lo único que permaneció intacto fue su melena rojiza.

¡Comienza la Cacería! - Exclamó. Pero su voz sonaba más gutural que antes, más antigua. Incluso en la forma en que pronunció la palabra Cacería se pudo percibir un sentido primigenio, casi ritual.

Y de una sacudida, inició el vuelo, pesado en apariencia, pero ágil en sus movimientos.

Junto a Wang Shu y Arcadia, se adentraron en el estadio directamente aterrizando en su centro. Durante su vuelo pudieron  observar la disposición de los secuaces. Eran muchos. Más de los que habían pensado en un primer momento.

El poder que desató Arcadia les proporcionó una barrera defensiva desde la que actuar y Alecto supo que si querían obtener cierta ventaja debían anticiparse al enemigo. Y probablemente ella era la única del grupo capaz de hacer aquello.

Concentrando su poder telepático y esforzándose en ello hizo un sondeo general por todo el estadio. Debía desechar rápidamente las mentes gritando asustadas para poder centrarse en las de los secuaces organizando el ataque. Saltando de mente en mente con su poder desatado rastreó la información útil. Aquella información sobre cómo se organizaban los enemigos, por donde atacaran, cual era su táctica e, incluso,  si tenía suerte, quizás accedese a la mente del propio SMAX o de alguno de sus tenientes que tuviera información de cuál era el verdadero plan o cómo y para qué funcionaba aquella máquina alienígena.

Alecto en combate era una guerrera vengadora, pero también sabía sacar ventaja táctica de sus poderes.

Consigues silenciar las molestas voces, te concentras y consigues meterte en la mente en un cabecilla de los secuaces de SMAX. Unas imágenes te golpean y ves un barrio pobre. Una bomba en el coche. El bautizo de un niño. El funeral de un joven. Tras unas imágenes aleatorias consigues algo que te interesa. Puedes ver cómo los secuaces no sabía mucho del plan. Solo sabían que tenían que retener a los rehénes lo máximo. También sabes que SMAX se ha rodeado de gente muy extraña en los bajos fondos. Ya no consigues más info, pero consigues aturdirle. Pasas tu control a otros secuaces. Es un grupo pequeño, al lado, en uno de los palcos. Tienes una buena oportunidad de atacar. 

-Bueno, está decidido.-

Con el asunto ya resuelto pude ver a Wang alzarse con Arcadia, y así fue como mientras Helios iría volando a su propio ritmo, así que volteé para ver a Iron Maiden mirándola con una sonrisa divertida y algo burlona. -Veamos bien llega primero.- Y así, con un suave brillo que empezaba a cubrir mi cuerpo empecé a correr por el callejón, donde de pronto salté en medio de la carrera de pared en pared, impulsándome para seguir subiendo en ese callejón, y al llegar al final de este, elevado por varios metros encima del suelo y apunto de llegar a la esquina apoyé ambas piernas, y de un salto impresionante, llegando a causar una pequeña grieta en la pared salí despedido hacia el tejado de los edificios del frente en lugar de seguir hacia el callejón que había al otro lado de la calle.

En este momento no era Evan, ahora era Titán, aquel joven y apuesto héroe que ganaba fans con ese gran carisma y su sonrisa que no tenía miedo con mostrarse algo egocéntrico o que tratara de lucirse en las peleas. En mitad del aire di una voltereta, cayendo de pie sobre el tejado y manteniendo así el momentum de aquel salto, empezando a correr y dar aquellos saltos como algún campeón olímpico mientras me dirigía hasta el estadio.

Al llegar pude ver como Wang, Arcadia y Calíope tenían ciertos problemas, dejando que los secuaces de SMAX estuvieran distraídos con dispararles, pero entonces lo vi actuar despacio, como si acaso se detuvieran o les costara dispararsus armas, para luego ver a Calíope y ver lo que estaba haciendo. En eso salté hasta la entrada del estadio donde se encontraban unos secuaces para evitar que nadie irrumpiera adentro, dejándome ver frente a ellos sin ninguna pizca de precaución. -¡Muy bien! Esto es lo que haremos. Ustedes bajan sus armas, las arrojan lejos y se tiran al suelo. Los Policías los van a esposar y entonces van a terminar en la cárcel sin algunos huesos rotos gracias a mi o mis amigos, ¿Que dicen? ¿Es un trato?-

Entrada triunfal. En cierto modo habían eclipsado a Helios una vez más. Aquellos anodinos secuaces de SMAX trataron de acertar a los héroes en movimiento, pero era un blanco difícil y Wang sintió los disparos pasar cerca, pero ninguno les impactó. El descenso abrupto acabó en un poderoso golpe contra el suelo. El asiático aterrizó como un gato, amortiguando la caída con su puño izquierdo, envuelto en llamativos diseños geométricos que danzaban lentamente, un hechizo menor de protección.

Wang se irguió en toda su estatura, que no era demasiada, mientras las defensas alzadas por su compañera de vuelo se hacían cargo de desviar los proyectiles que seguían lanzándoles los secuaces. Sin ni pizca de preocupación por aquello en los ojos, el chico dorado observó su nuevo reto: el artefacto.

Aquella cosa era preocupante, tanto por su naturaleza como por su potencial destructivo. Algo así, tan extraño, tan preocupantemente situado como una bomba de relojería en medio del lugar al que estás amenazando, no podía ser inocuo. Wang no pensaba tratarlo como tal. Iba a desactivarlo. O tal vez no hiciera falta. Fuera lo que fuera que hiciera, había lugares donde no haría ningún daño.

Concentrando su poder, el líder del grupo comenzó a brillar, sus ojos se transformaron en un sólido dorado y refulgente y en torno ante él la realidad pareció resquebrajarse, reflejarse, amortiguarse. En un instante Wang había convocado la mística dimensión espejo, donde el mundo real no podía afectar a nada en su interior... y viceversa.

Haces uso de tu poder y te envuelves junto al objeto en otra dimensión. Pero entonces, la realidad en la que te encuentras ahora mismo se resquebraja. Vuelves a estar en el campo y vemos en una sucesión rápida de viñetas cómo el objeto adquiere una especie de briilo que te absorbe. El resto no ve nada extraño, excepto cómo te quedas anonadado delante del extraño artefacto.

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Abre los ojos, Wang Su. Todo se ha vuelto oscuro. Delante tuya no ves la máquina morada. Tus compañeros parecen alejarse en la inmensidad de la noche. Comienza a nevar ligeramente. Sientes frío y como tu cabeza pesa. Es cómo si estuvieras en un sueño. 

Los matones de la muerta parecen dudar ante tus palabras. Os ve a los tres cómo vais a por ellos sin miedo y hacen un pequeño calcúlo mental. Son más, pero vosotros parecéis más poderosos. Miran si ven rastro de la policía, pero lso que estaban, los han conseguido movilizar y aún no han llegado los refuerzos.  Bajan un poco las armas, uno incluso las tira y empieza a huir. Sus compañeros le gritan, pero no les hace caso. Escucháis un estruendo proveniente del estadio, mejor actuar lo más rápido posible. 

Todos habían ya entrado al estadio, unos de un modo y otros de otro, por mi parte yo tenía mi forma de hacer las cosas, respetaría la decisión de Wang y su plan pero no estaba conforme con que fuese nuestro líder.

Volé no obstante bajo, lo suficiente para que no me vieran, no para evitar los disparos de los matones de SMAX , pues era invulnerable a cualquier daño, sino porque quería sorprender a todos con mi entrada al Estadio, luego bajé de forma elegante cuando estaba a unos metros de la puerta y comencé a girar en vuelo sobre mi mismo con la intención de hacer un túnel con mi superfuerza ya que debido a mi invulneravilidad, no recibiría daños o si acaso serían superficiales.

El plan era crear un túnel el la tierra y aparecer en la entrada del estadio, y desde alli interceptar a todos los secuaces de SMAX que pudiera, luego, como los otros miembros del equipo estarían ocupados, buscaría a SMAX, no podía dejarlo escapar.

Wang se encontraba a la vez asustado, enfadado y con sentimiento de culpa¹ por lo que acababa de pasar: había caído en una trampa para superhéroes. Sus poderes habían desatado algún tipo de control mental. Debía concentrarse, debía ser capaz de afectar nuevamente al mundo real. Aquella situación precisaba concentración, conectar su yo interno con el exterior, controlar los propios sentidos, la propia mente. Iba a abandonar todo influjo externo y centrarse en sus misma esencia, eso haría. Llevaba toda la vida meditando, sentado en sus propias piernas en la posición del loto. Aquella situación no era tan diferente... salvo por los miles de espectadores cuya vida pendía de un hilo, claro...

Alzas el hielo y caes sobre los villanos como una taladradora, consiguis quitaros de encima a los secuaces. Salen volando a varias partes y cuando chocan con el suelo se quedan inconscientes. Empiezas a girar, pero a penas consigues taladrar. Veis como unas especies de raíces frioleras recorren todo el suelo. Dichas raíces tienen como origen el centro del estadio...

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Iron Maiden llega hasta donde estás y te ofrece una mano para incorporarte. Helios, Estas tenido en el suelo. No estás herido, pero tu plan no ha salido. Aun así Iron Maiden parece emocionada.m ¡Guau,Helios! Eso ha sido brutal. Ya me dirás cómo lo has hecho. La joven te sonríe,pero levanta la mirada y se pone otra vez sería. ¡Vamos, el resto estarán esperando! Creo... Creo que, una vez dentro deberíamos separarnos, que cada uno coja una salida a las gradas  y ayude a acabar con esos matones de pacotilla. 

Consigues aniquilar tu ego durante unos instantes y conectar con todo lo que te rodea. Vemos una viñeta que se fija en tu cara y después, como se va desvaneciendo esa realidad falsa que te rodea, pero el sentimiento de culpa. El pensar que tus a,ogros te necesitan y las miles de personas... 

Sigues rodeado de la oscuridad, cada vez hay más nieve. Sientes culpa,muero no sabes por qué. Ves algunas siluetas de personas, pero sus figuras enseguida se desvanecen. No sabes quién eres, no sabes qué haces aquí. Hace frío, mucho frío. Cada vez hay más nieve. Todo parece perdido... Ves una pequeña luz a la distancia, una luz que te llama. Una luz acogedora, una luz de esperanza.