Partida Rol por web

Desde luego, enfrentarse a uno de su propia raza no iba a ser como enfrentarse a algún humano enclenque o a un salariano que se rompe solo con tocarle. Drax tenía claro que aquello no se iba a lograr sin sangre, y por ello rugió y se lanzó al combate en cuanto pudo, buscando reducir la distancia que les separaba para poder emplear su cuchillo. La escopeta del enemigo atronó, y sus escudos desviaron el daño, aunque quedando muy debilitados. 

Se lanzó hacia el krogan con un rugido, tratando de alcanzarle con el cuchillo, pero no fue un buen golpe. Aquél cuchillo era demasiado pequeño como para hacer heridas significativas en la dura piel de un krogan, que de todos modos podría regenerar con facilidad el daño. 

"No puede ser, lo estoy haciendo", se repetía mentalmente una y otra vez.

No tenía ni idea de cómo había logrado burlar a los volus. Quizá ellos estuvieran despistados o quizá, por una vez, había conseguido moverse rápidamente y sin hacer ruido. En cualquier caso tenía que concentrarse en algo mucho peor que ser descubierto por un par de volus: estar en el espacio exterior aferrado a una nave solamente con unas botas metálicas.

Intentó no pensar mucho en eso, aunque la forma en que tenía que moverse a causa de la falta de gravedad ya era más que espeluznante. Continuó caminando a paso ligero para no tener que aguantar esa presión mucho tiempo más.

Eso sí: todo era precioso. Tenía el espacio al alcance de su mano. No había nada que le separara de esa infinidad, excepto su traje ambiental. Se puso a llorar en silencio, tanto por el miedo que sentía como por lo impresionante que era contemplar aquella magnificencia. Pero no podía dejar de avanzar.

El krogan de la Manada Sangrienta desenfunda una Claymore-300, apunta a Jorgal y tira del gatillo. Da de lleno en el cuerpo del krogan pero sus escudos aguantan y gracias a la inercia de su movimiento entra en combate cercano con la Manada Sangrienta. 

El vorcha decide atacarme a mi. Mis escudos aguantan el impacto, acto seguido mi biótica entra en acción con el poder de Lanzamiento e impacto sobre el vorcha.

Grupo A

El ataque de Jorgal resulta bastante menos doloroso de lo esperado para la gran y fuerte criatura por lo que parece estar en perfectas condiciones. Sin embargo los poderes bióticos del turiano pareciron hacer buena mella en el vorcha rompiendo sus escudos y haciéndolo retroceder unos pasos enfurecido.

El krogan desvió la mirada ante tal ataque y decidió abrir fuego a quemaropa contra el turiano.

Su ataque con el cuchillo no estaba resultando efectivo en absoluto, como era de esperar contra un krogan. Así que Drax, mientras veía a su compañero golpear con un proyectil biótico al vorcha, decidió seguir su ejemplo y emplear lo que le convertía en Maestro de Batalla Krogan: su biótica. Dio unos pasos atrás, como para retirarse, pero inmediatamente rugió y cargó contra su enemigo, dejando un breve rastro azul en el suelo, testigo de su movimiento en fase para golpear. 

El krogan sabía cómo defenderse de las cargas de su pueblo, pero no de la biótica, y la explosión azul le acertó de lleno. Esperaba que esta vez le hubiera hecho algo más de daño. 

El vorcha apretó los dientes y enrojeció sus ojos empuñando unos cilindros en sus muñequeras que liberó unas llamaradas contra ambos enemigos, un ataque expansivo muy dificil de equivar en un pasillo estrecho que era lo que propiamente buscaba.

Fórmula de daño:

2d6, +2 puntos por cada mejora de su arma, +1 punto de bonificador.

Impacto 1: 5 puntos de daño.

Impacto 2: 5 puntos de daño.

Impacto 3: La pieza se desvía y Zare la evita.

Impacto 4 : La piedra se devía evitando golpearse contra Zare.

Impacto 5: 5 puntos de daño. [Los escudos han caído].

Impacto 6: La piedra se desvía.

Impacto 7: 4 puntos de daño.

Impacto 8: La piedra se desvía.

Tras contener la respiración hasta el mayor límite posible para él, el quariano llegó al otro extremo de la nave...la compuerta abriendo fue un alivio...infinito, tras pasar por la camara intermedia de descontaminación las puertas se abrieron, ante el un pasillo no demasiado amplio aunque bien iluminado, una puerta quedaba en medio del mismo a la derecha...al fondo se observaba una puerta abierta que daba al puesto, según los diseños, de destrucción de asteroides...y luego en mitrad del pasillo hacia la izquierda parecía extenderse un pasillo, poco màs que los sistemas en funcionamiento es lo que oyes...pues no ves a nadie.

Veo tarde que el krogan me apunta con su escopeta y tira del gatillo. El impacto de la munición de la escopeta me lanza unos metros hacia atrás, desactivando mis escudos. Ahora soy más vulnerable a los ataques de los dos oponentes. Jorgal vuelve a realizar una Carga Biótica hacia el krogan contrario y el vorcha, que había salido volando con mi lanzamiento, se ha levantado y de sus brazos salen unas llamas que envuelven todo el pasillo. 

.-No creo que funcione pero vale la pena intentarlo.- pienso para mi mismo y concentro energía biótica para otro lanzamiento en mis manos lo lanzo realizando un giro de brazo para que al energía biótica forme una especie de taladro y atraviese la llamarada.

Grupo A

Drax notaba que poco podía hacer con su ridículo cuchillo contra un krogan, y echaba de menos como nunca su hacha de combate y su escopeta. De un salto hacia atrás puso distancia entre el enemigo y él, y, de nuevo, acudió a su poder biótico. Supo que estaba agotando la reserva, pero para eso estaba su poder, para emplearlo contra los enemigos. 

Así que el aire se llenó por un instante de fuego azul a su alrededor, mientras apuraba los últimos restos de poder biótico que le quedaban, e inmediatamente cargó, dejando un rastro de energía azul a su paso. Impactó contra el krogan emitiendo un destello y una explosión de energía, y rugió mientras se abalanzaba sobre él con las técnicas ancestrales del clan Jorgal, impactando en el centro del pecho buscando romper las costillas con el hombro.  

El corazón le latía tan deprisa que en cualquier momento le iba a explotar. Entrar en la nave fue como llegar a un santuario. Después de haberse jugado la vida allí fuera, cualquier lugar era mejor. Aunque, pensándolo con más calma, se había colado en una nave llena de enemigos... Quizá no estaba tan bien como creía.

Se pegó a una pared, notando el contacto con toda la superficie. Seguía respirando demasiado rápido de modo que intentó relajarse. Al menos, dentro de esa nave, podía moverse con más facilidad. Esquivar objetos espaciales a la velocidad de la no-gravedad era todo un reto.

Tenía que encontrar el centro de mando. Decidió ir todo recto, allá donde había una puerta abierta. Al menos sabía que eso estaría vacío... ¿no?

- Ánimo, ánimo, ánimo...- se repitió en voz baja para no desmoronarse.