Partida Rol por web

El salariano señala hacia delante mientras camina.

- El ascensor - dice. - Debería llevarnos hasta las últimas plantas. Los servidores de datos estarán allí - os mira alternativamente a Mark y a ti. Sabes que tú deberías borrar los registros que tengan de ti de esos servidores, pero desconoces qué necesita tu compañero de esos datos. - Y también el batariano.

Vel'Derath. El lider de los Soles Azules en Illium. El objetivo que ha traído a Jaëto hasta este edificio y alguien a quien deberías retirar, puesto que es probable que conozca toda la información que tienen almacenada sobre tu verdadera identidad.

Llegáis hasta el ascensor sin más dificultades. Debéis moveros deprisa, pues aunque el salariano haya desactivado las alarmas de la zona, es posible que alguien encuentre los cuerpos y las reactive, o corra a otra parte del edificio para dar el aviso de intrusos.

- ¡Maldita sea! - exclama Jaëto una vez dentro del ascensor. - Debí haberlo imaginado. El acceso a los últimos pisos está restringido - señala el icono de un candado en el panel. - Rudimentario, pero efectivo - dice mientras despliega su omniherramienta para investigar el bloqueo. - Puedo hackearlo, pero llevaría algo de tiempo y tal vez activase las alarmas en todo el edificio. La otra alternativa es quedarnos dos pisos más abajo y buscar unas escaleras... - se vuelve hacia ti. Si conoce tu historial sabe perfectamente que eres un experto en infiltración, así que es obvio que prefiere contar con tu opinión en vez de decidir por si mismo.

Zane escucha las alternativas, sin llegar a convencerse demasiado por ninguna de ellas.

- No tenemos mucho tiempo – le contesta a Jaeto mientras se mete en el ascensor y desenfunda su Avenger, ya mas decidido – no creo que tarden mucho mas en darse cuenta de que estamos aquí. Si van a saltar todos estos cabrones a por mi culo prefiero que lo hagan una vez me haya cargado ese servidor y al cabrón de Vel'Derath.

Hace una breve pausa – Vamos hasta arriba – añade.

Mark se encoje de hombros y teclea algo en su omniherramienta para reforzar su armadura tecnológica.

- Hasta arriba entonces - concede. Sin embargo, en su mirada parece evidente que no aprueba la decisión, que habría preferido una entrada algo más discreta.

- Sin embargo, antes de tocar el servidor necesitaré acceso a los datos que hay en él. - Añade tajantemente. - Ese era el trato y por eso estoy aquí... Una vez obtenga la información que he venido a buscar, por mi parte puedes volar todo el edificio, pero hasta entonces tendrás que conformarte con cargarte al batariano.

Jaëto asiente conciliador.

- No te preocupes. Nadie destruirá los servidores hasta que todos tengamos lo que hemos venido a buscar. Era el trato.

Se gira hacia el ascensor y despliega su omniherramienta mientras empieza a hackear el sistema.

- Hasta el último piso, entonces... - dice mientras teclea a gran velocidad. La puerta del ascensor no tarda demasiado en  cerrarse y empezáis a ascender lentamente. - Preparaos, - avisa el salariano - no estoy seguro de que el acceso haya pasado inadvertido.

La puerta del ascensor se abre y da acceso a un amplio recibidor, completamente vacío. Al fondo del mismo, una única puerta permanece cerrada, reflejándose en el pulido suelo negro de la sala.

Zane levanta la mano con el puño cerrado, en momentos de tensión los gestos militares siempre le delataban. Dejó pasar un corto silencio mientras miraba la sala - La única razón por la cual poner una puerta a una sala vacía antes del premio final es la emboscada. Aquí hay algo. Jaëto, ¿Alguna forma de descubrirlo que no implique lanzar a alguno de vosotros dentro para ver si la sala os descuartiza? - por su tono era imposible discernir si era una broma.

Jaëto teclea algo en su omniherramienta y no tarda en aparecer a su lado la proyección holográfica de un drone de combate. La esfera levita rápidamente por encima de vosotros y se introduce en el recibidor.

Escuchas el sonido de un sistema hidráulico poniendo en marcha algún aparato y ves cómo se empieza a mover una placa de la pared. El sonido de unos disparos se escucha incluso antes de que puedas distinguir una torreta ligera asomando por el panel. El drone del salariano estalla al recibir el impacto mientras os empezáis a cubrir en el ascensor.

Mark Kane también ha desplegado su omniherramienta.

- ¡Maldita sea! - exclama. - Al parecer saltó la alarma cuando subimos a este piso con el ascensor. La mitad de los mercenarios de este edificio están viniendo hacia aquí, mientras que el resto bloquean las salidas... - Aunque no diga nada más, su opinión queda perfectamente patente en su rostro. Estamos jodidos...

De repente, las puertas del ascensor comienzan a cerrarse.

- ¡Hay que salir de aquí antes de que nos lleven a otra planta! - dice el humano mientras agarra una de las puertas para evitar que se cierre. Pero la torreta en el recibidor no parece quereros poner las cosas muy fáciles.

- Mierda... - Zane sacó su Avenger con una mano mientras activaba los escudos con la otra - Estaba siendo demasiado fácil... - Cogió el fusil y apuntó a la torreta/ascensor*. Un suspiro sugirió que se relajaba, como en una especie de calma ante, o antes, de la tempestad, mirando fijamente el objetivo con los dos ojos - Vosotros dos, detrás mío. Intentad que no os maten. Cogeremos esa información y saldremos como podamos. 

No hay forma de frenar el ascensor disparando desde el exterior, así que saltas a la sala apuntando a la torreta seguida de cerca por el salariano y por Mark Kane. Afortunadamente, te mueves lo suficientemente rápido como para que la ametralladora pesada dispare al interior del ascensor, errando su objetivo y dándote tiempo a disparar.

Jaëto teclea en su omniherramienta mientras te sigue.

- Hay más accesos a esta sala tras varios paneles. Los Soles Azules no tardarán en llegar aquí aunque bloqueemos el ascensor. - Informa. A su lado el humano está sobrecargando el motor del ascensor para que no baje, pero las palabras del salariano no parecen mejorar su moral, precisamente.

- Señor Clark, nosotros los retendremos aquí, pero usted deberá acabar con Vel'Delrath solo. Esta planta es su despacho personal, así que estoy seguro de que se encuentra tras esa puerta.

Zane no habla, sino que está totalmente concentrado en la torreta. Salta a la sala, se coloca durante un segundo y dispara.

Justo detrás de ti, Jaëto sobrecarga los escudos de la torreta en el mismo instante en que tú aprietas el gatillo. La ráfaga del Avenger impacta de lleno en la torreta desprotegida que se desactiva con una pequeña explosión. El panel que la cubría se cierra nuevamente, dejando la habitación completamente vacía a la vista.

- No subirán por el ascensor - dice el humano un momento después. - Sin embargo, hay unas escaleras ocultas tras esos dos paneles - añade señalando a ambos lados de la habitación.

Mira a Jaëto, preocupado por su sugerencia de cubrir ellos la retaguardia.

- De acuerdo, nosotros impediremos que lleguen hasta aquí. - Se vuelve hacia ti. - Tu acaba con ese batariano, pero avísame antes de destruir los servidores... Necesito información que guardan ahí.

Zane asiente - Bien, te avisaré... Si tenemos tiempo. Aguantad lo que podais - dice cogiendo con fuerza su avenger y dándose la vuelta. Con unas cuantas zancadas largas llega a la puerta y apoya la espalda contra la pared de al lado - Bien - dice para sí mismo mientras suspira intentando relajarse - 1, 2 y ... 3 - Con un gesto rápido abre la puerta y mira dentro, apuntando con su arma.

Un largo pasillo se extiende ante ti, recorrido por gruesos tubos por los que discurren cables de datos que te aseguran que los servidores informáticos de la célula de los Soles Azules no estarán muy lejos de aquí. A uno de los lados del pasillo hay una pequeña puerta, aparentemente protegida por una potente cerradura electrónica.

Al fondo del pasillo ves cómo desemboca en una amplia sala, recubierta de la misma forma que el recibidor que acabas de abandonar. Escuchas un sonido metálico que proviene de ella, un golpe seco, como un objeto pesado golpeando el suelo.

- Date prisa y cierra la puerta - te insta Mark desde atrás. - Nosotros te cubriremos, tú acaba con el batariano.

Entras en el pasillo y te pegas a la pared. La puerta se cierra detrás de ti y escuchas como uno de tus compañeros activa el cierre electrónico para bloquearla en caso de que alguno de los Soles Azules consiga superarles. Eso te dará más tiempo si alguien se acerca por detrás, pero también te deja encerrado con lo que quiera que se encuentra al fondo del pasillo.

El sonido de la puerta cerrándose hizo que Zane desviara los ojos hacia allá un momento, suspirando justo después y sujetando su arma con fuerza. La única salida había sido siempre hacia adelante, y esta vez no iba a ser diferente. Con la espalda pegada a la pared, se dirigió sigilosamente hacia el final del pasillo, con cuidado de cualquier trampa o torreta que pudiera haber en el camino

Atraviesas el pasillo pasando de largo de la pequeña puerta central. A tu espalda escuchas disparos y explosiones que te dan a entender que el combate en el recibidor ya ha comenzado. Te preguntas un momento qué tal le irá al salariano y a su compañero, defendiendo una sala sin ningún tipo de cobertura. Lo más probable es que tú te hubieras parapetado junto a una de las puertas, intentando retener a los Soles Azules en la escalera de acceso a la sala. Pero, ¿cuánto tiempo lograrán aguantar así?

Dejas de preocuparte por ellos, porque ahora mismo tu propia vida puede estar amenazada. Avanzas con cuidado, pegado a la pared y vigilando dónde apoyas el pie por si hay alguna trampa en el suelo. Sin embargo no parece que sea así, pues llegas a la sala sin dificultad.

La sala a la que llegas es bastante más grande que el recibidor. Un enorme despacho con una mesa similar a la de una sala de juntas, rodeada de 12 cómodas sillas para reuniones. Al fondo, junto a unos amplios ventanales desde los que se divisa gran parte de la ciudad, hay un escritorio con los paneles de varios ordenadores. Tras él hay un batariano que te mira confiado.

- ¡Ah! Pase, señor Mason. Póngase cómodo... - dice sonriendo. - Conociendo su historial, no me sorprende que haya llegado hasta aquí. Sabía que estaba sobre su pista cuando envié a mi hombre a seguirle, aunque he de reconocer que por un momento consiguió despistarme. Esperaba que le hubiera matado, sin embargo sólo le dejó inconsciente en la calle. Dígame, ¿se ha vuelto un blando después de todo o tan solo pretendía desconcertarme?

Se apoya encima de la mesa y no ves que lleve ningún arma, aunque no dudas de que puede tener escondida cualquier cosa tras el escritorio.

Zane dirige una mirada rápida hacia todos los rincones de la sala: bajo la mesa, entre las sillas, o las paredes... en cualquier lugar puede haber un pequeño droide o un francotirador bien escondido. La presencia tranquila del batariano le asusta por un momento, pero rápidamente reacciona apuntándole con su avenger.

- Estoy cómodo - su tono vira entre la orden y el desprecio -, pero tengo un dedo muy nervioso. Levántate de la mesa y dime qué quieres de mi, antes de que no pueda controlarlo y te dispare.

El salariano ignora el fusil de asalto que le apunta, como si fuera un juguete completamente incapaz de dañarlo.

- ¿Qué quiero de ti? - pregunta con una sonrisa lupina. Sus cuatro ojos no dejan de observarte, poníendote ligeramente nervioso, más aún cuando hace caso omiso de tu amenaza. - Dinero, por supuesto. - No te sorprende su respuesta. Perro batariano. - Los Soles Azules han puesto precio a tu cabeza, así que de una forma u otra podré cobrarlo... Sin embargo, tal vez tengas una oferta mejor que realizar. Digamos cien mil créditos.

Miras a tu alrededor, buscando trampas y evitando por un instante que vea tu expresión. No parece que haya ningún sitio donde esconderse, aunque recuerdas el panel del recibidor tras el ascensor, perfectamente camuflado ocultando una torreta de vigilancia. Las paredes de esta sala están formadas por ese mismo tipo de paneles modulares, así que realmente podría haber cualquier cosa tras ellos.

- ¡Oh! Baje ese rifle... No podrá alcanzarme aunque quiera... - Señala en frente de él y por primera vez te fijas en el reflejo de un cristal de seguridad reforzado que rodea a su escritorio. Desde luego, tu Avenger no será capaz de perforar ese material blindado, así que no te sorprende que se encuentre tan confiado en su sillón.

Un suspiro de decepción se escapa entre los labios de Zane, que mira a su contrincante mientras murmura - Maldito salariano.... Por eso estabas tan tranquilo, cabrón - Los paneles de los lados hacen que Zane no baje el Avenger ni la guardia, aunque su postura parece relajarse un poco mientras mira a su contrincante a los ojos - Muy listo - dice señalando por un momento el cristal con el cañón de su arma - Aunque claro, es obvio que uno no llega a tu posición siendo un gilipollas. - Zane sonríe, dejando unos segundos de silencio - Y si eres lo suficientemente listo para encontrarme, también lo eres para saber que no tengo ni siquiera cien créditos. Así que pasemos de la parte en la que tú magnánimamente decides que puedo pagarte haciendo algún trabajillo para ti en vez de con dinero y vayamos a lo importante. ¿Qué quieres?