La pierna de ella empezaba a acariciar las suyas, mientras sentía las ganas de la mujer por poseerlo, por tenerlo para ella. Disfrutaba tanto como él de aquel momento, y ambos sentía que aquella pequeña llama que empezó con un tímido beso, iba aumentando a una velocidad increíble.

Sintió las manos de ella, recorriéndolo, su gemido, que lo hizo suspirar una vez mas, y sus manos en su piel, buscando el contacto bajo la ropa. Claro, se había vestido. Nisiquiera había recordado aquello. Conforme la mujer deslizaba las manos en su definido torso, Arkin suspiró y se mordió el labio inferior. Tomó las manos de ella, de manera muy delicada, y las metió más por dentro de su camisa, invitándola a subirlas y a quitarle aquella prenda, mientras se ruborizaba un poco mas, y su cuerpo reaccionaba al cálido tacto de Illana.

Se encontraba bastante torpe en aquella situación, como si fuera novato. Como si nunca antes hubiera hecho aquello. ¿Tanto tiempo había pasado?

Dejó de besarla por un par de segundos, mirándola a los ojos, preparándose para que ella le ayudara a quitarse la camisa, ayudándola él mismo. A medida que dejaba ver su pecho desnudo, y la perfecta definición de su enorme cuerpo, el hombre deseaba mas y mas  volver a sentir los labios de ella. 

No sabía si aquello estaba bien o mal, si debía haber ido ya con Dante, pero aquella situación era irreversible. Tras que ella le ayudara a quitarse la parte de arriba de la ropa, soltó un pequeño gemido, fruto del desplazamiento de las dulces manos de la Fianna.

Illana deja que Arkin guíe sus manos a través de su torso y se estremece con cada contacto de su piel. Lo mira y no puede evitar sonreír. Al ver la expresión del licano, muerde el labio inferior de él con suavidad y pasa nuevamente a besar su cuello, modisqueando un poco a su paso y luego su torso. Sí que lo disfrutaba.

Cuando llegaba el momento en que la respiración se agitaba y los cuerpos de ambos buscaban todo el contacto posible, Illana imita el dulce gesto del licano y toma sus manos con suavidad, llevándola a la cintura de la licana y las pone sobre los pantalones cortos de ella para que él decida si bajarlos o no. Al sentirlo tan cerca, comienza a lamer su oreja y besar su cuello nuevamente. Lo deseaba y ahora él a ella y no había nada que en ese momento los pudiera separar.

Completamente absorto ante las caricias de Illana, Arkin comienza a respirar cada vez mas entrecortadamente, mientras su cuerpo arde en deseo y se le escapan un par de gemidos cuando la mujer le muerde con delicadeza el cuello. Sus manos temblaban como si fuera la primera vez que hacía aquello. Él, el guerrero, en una situación como aquella, dejándose llevar por la Fianna.

Se dejó bajar las manos, disfrutando del roce de su cálida piel. Ella le permite decidir si hacerlo o no, un gesto muy gentil de la mujer, que parecía haberse dado cuenta de lo torpe y nervioso que estaba. Tenía miedo de si en aquel instante, si se dejaba llevar del todo, pudiese convertirse en aquella bestia...

Si podía volver a despertarse, esta vez allí... Con el cadaver de la pelirroja entre sus manos.

El Garou cambió su semblante, dejando de mirarla por unos segundos, paralizado por la idea que le había cruzado la cabeza en un instante poco oportuno.

Cerró los ojos, confundido.

No.. No. Otra vez no.

Arkin niega con la cabeza, afectado por algo que la mujer probablemente no llegaría a entender. La llama de la pasión no desapareció, pero la duda se apoderó de su rostro. No quiso separarse demasiado de ella, estar tan cerca de la mujer le aportaba tranquilidad y sobre todo comprensión y cariño.

No supo que decir. Negó con la cabeza, mirando hacia abajo, hacia el suelo. Y a pesar de querer consumar aquello, tuvo temor. No sabía las consecuencias que aquello podía traer... Ni si su espíritu guerrero lo llevaría a otro nivel. Tenía que protegerla, aunque fuera de algo que solo existía en su cabeza. Decidió, tras unos segundos de confusión, explicarle lo sucedido en voz baja. Necesitaba escuchar de ella que no pasaría nada.

-No se qué puede pasar si llevamos hasta el final esto, Illana. No lo he hecho nunca en esta condición... No quiero hacerte daño.

A pesar de todo, el hombre no había quitado sus manos del pantalón de ella, por ahora acariciando ahora su vientre, un poco mas arriba, ante la angustia que por unos segundos se había apoderado de Arkin.

Dante besó y bebió de su pequeña amada y fue a sus labios en donde le juró que cuando estuvieran seguros la complacería en todo, juró en su pecho, en sus labios que la colmaría de besos y que la reclamaría como suya cuando estuvieran seguros, aunque internamente no podía prometer que eso pudiera suceder, sentía incertidumbre del futuro, y se aferraba al vientre de Peyton, a su entrepierna tan blanca, se aferraba para besarla con pasión. Luego le dijo que se vistiera, que era momento de salir estaba ahí por una razón y que debían apresurarse.La ayudó a vestirse y la jaló de la nuca para besarla con pasión en sus labios rojos.

- te juro que nada te pasará...- prometió mirándola a los ojos en todo momento y acariciando su mejilla - eres mi esperanza...- besó su frente con ternura y terminó de vestirse para abrir la puerta y salir al encuentro.

La jovencita se había entregado en cuerpo y alma a su vampiro, consumando un amor por tantos años ansiado, incluso antes de que ella tuviera esa vida. besaste sus labios, y su cuerpo, sus pechos turgentes, su vientre plano , su sexo que había sido tuyo. La amabas y ella te amaba a ti, no había explicaciones para aquello, sólo saber que al fin la tenías. Habia sido tu amada, y por todos esos años, y en sus vidas, la había esperado, pero ya no se llamaba Laura, sino Temperance,  era de la misma casta de espiritista, y su alma estaba al fin en un cuerpo al cual podía amar, rogando no perderla como aquella vez, rogado no perderla como a Laura que murió mientras escapaban del vampiro que era su dueño y al cual su familia la había vendido...

año 1876...Londres.

La conociste por casualidad, era una joven de ojos verdes que te cautivaron de inmediato,y comenzaron a hablar, tú como vampiro podías causarle miedo, pero no era así, ella te calmaba y en secreto se siguieron viendo, la amabas y ella también, su nombre Laura seguía en tu mente y  tu corazón de vampiro la amaba con pasión, pero era hombre de otro, la joven sería prometida en matrimonio a un vampiro, y la noche de bodas transformada, su familia Los Brunswick eran conocidos espiritistas en el mundo de las sombras, magos con un poder extraño y misterioso y que fraguaban las alianzas así, en donde la menor de sus hijas sería cazada con este ser de las sombras.

No pudiste tolerarlo y le pediste escapar, ella dudó pero al final accedió y ambos emprendieron el difícil viaje a  Milán, ahí creyeron que estarían a salvo, en las noches tú cuidabas su sueño, y durante el día, la valiente mujer protegía el tuyo, Llegarían a Milán en donde con ayuda de amigos tuyos, se casarían en secreto. Vivirían juntos dos años, amándose y prometiéndose amor eterno, incluso cuando ella te informó que estaba en espera, ambos sintieron miedo, pero ella te pidió que en el parto la abrazaras, quería ser tuya para siempre... lástima que las historias felices no existen, porque una noche de tormenta irrumpirían en su casa cinco hombres, agarrando a Laura y jalándola, su vientre estaba ya abultado  pero a esos hombres no les importó mientras la jalaban de la cama lejos de ti, que intenta moverse,  pero te han aprisionado, Era el prometido de Laura, Jean Paul Delacroix, que te había agarrado de las manos y lanzado lejos. 

Lucharon en medio de los gritos de Laura, pero el vampiro era bestial, y pronto te tuvo inmovilizado contra la pared, con tus manos atravesadas por  estacas, no puedes liberarte, mientras ves a ese ser acercándose a tu mujer, ella intenta pelear, pero no puede hacerlo, es débil ante esos seres y el vampiro la jala con violencia de la muñeca haciéndole salir un gemido de dolor, Laura te mira, estaba llorando justo antes de que el vampiro la muerda... Muere delante de tus ojos, siendo consumida toda su sangre por ese ser... Pierdes la conciencia y tu animal interno explota... 

Cuando despiertas están los hombres cercenados, y el asesino de tu mujer decapitado, hay sangre en todas partes, pero eso no te devuelve a tu mujer, Laura se ha ido, se ha ido para siempre, así como tu hijo, hasta ese día.. hasta ese momento.

-No llores... - murmura Temperance que no recuerda esa vida, y besa tus labios - es mejor vestirnos- se rie y sale de la cama para buscar algo que ponerse, la ves caminar desnuda, su cabello oscuro cubre su espalda y sus movimientos poseen la gracia de una gacela, sabes que te ama, lo sientes. Una ves vestidos salen de la habitación, debían ir hacia el lugar de encuentros.

Mientras deciden que hacer, tocan a su puerta y rompen el momento, tocan de nuevo y deben atender, Arkin se acerca y abre la puerta encontrándose con una rubia vampiresa que lo mira con desagrado de arriba hacia abajo, - los esperan abajo - les dice a ambos - por favor .. sigánme .- deben coger la ropa que había, las ropas de mucama y sirviente porque no había más y seguir a la rubia vamipiresa.

-espero que así sea... pero es momento de atender otras cosas, ahora - abre la boca el vampiro y mira a ambos, con un gesto de desaprobación, pero no pueden decidir a razón de que viene ese gesto- vamos, quedan pocas horas de noche y debemos ver que sucederá durante el día, todos querrá información...-dicho esto, el hombre se encamina hacia la puerta para abrirla, Alexander te la indica, es momento de irse.

- lo sé amor... lo sé...- te dice el fantasma - por favor,  levántate, te necesitarán mucho ahora - susurra la bella mujer cuando tocan a la puerta, era Leah que dice que los están esperando abajo, debes irte - no te dejaré solo, iré contigo - flota hacia la puerta y te mira hacia atrás invitándote a continuar con tu vida.

Edificio del Príncipe

23 de Octubre de 2013, 04:15

Fueron testigos de la destrucción y del sadismo de sus enemigos, fuerzas más allá de lo imaginable se cernían sobre la ciudad y era evidente lo que deseaban, el fin del sistema que se había creado, y con eso el fin de los  humanos, licanos y vampiros que estuvieran en contra de sus intereses. 

Aún en las mentes de muchos de ustedes estaban las imágenes sádicas de la muerte de esas pobres chichas, incluso, sobre las conciencias de ustedes estaba la culpa de sus muertes, no pudieron hacer nada, simplemente murieron para tan sólo satisfacer los deseos malignos de lo que sea que realmente estaban enfrentando.

¿se habían aliado la Orden y las garras rojas? Sí, los habían visto juntos, trabajando  aliados, o quizás es lo que alguién quiere hacerles creer. Los vampiros de la hermandad estaban asustados y se notaba en sus rostros.

Las horas pasaban, pronto sólo quedarían apenas dos horas para que amaneciera y los vampiros debieran  recluirse en las sombras, pero esta noche había sido distinta, para muchos, y la ciudad se sumía en las sombras y la desesperanza, porque en medio de las llamas y las explosiones, la idea de una nueva batalla había tomado forma y congelado los corazones de muchos, y llenado de miedo a todos porque la orden estaba más fuerte que nunca, debajo de las narices de todos habían  creado el caos del estadio, y más encima se habían confabulado con los Garras Rojas y ahora se presentaba como un enemigo formidable.

Tarmes por su parte había llegado en compañía de una preciosa mujer de cabellos rubios y mirada asesina, muchos vampiros ya la conocían y no se mostraron muy complacidos por su visita, pero Tarmes era conocido por su buen juicio y por algo la había traído a ese lugar, al vampiro le informaron que el príncipe estaba en el edificio y que pronto llegaría. Sólo era cosa de esperar.

Cada uno, lentamente fue llamado, algunos, serían salvados de sus pasiones, otros despertados de ellas, mientras que otros, serían sacados de sus pesadillas, porque esta noche, esta noche señores, todo el mundo confabulaba para que la sangre y le misterio se hicieran presentes. Miedo, si, ese era el aroma que se respiraba en todos lados. Miedo a lo que vendría y la conciencia de que todo pronto se desencadenaría en la batalla que hace 12 años había sido evitada.

El salón era bastante espacioso, estaba en el subterraneo del edificio, incluso más abajo, porque cuando descendían por el ascensor, desde el -1, podían contrar varios segundos, como si se internaran más en la tierra hasta llegar al antiguo metro de New York. Cruzaban un pasillo oscuro y con fuerte olor a humedad hasta las entrañas de la hermandad, que se encontraba detrás de una puerta con runas en torno a ella. La puerta se abría y  los llevaba a ese lugar. Una bóveda de cinco metros de ancho por unos 9 de largo, adornada como una iglesia, con bancos y un altar en donde había una cruz curioso siendo ese lugar un lugar de condenados. 

Una alfombra roja cubría el pasillo interior y todo estaba lleno de velas y candelabros que iluminaban el lugar entre el rojo y dorado de las cortinas y cenefas que adornaban entre los pilares. Ante el altar había un pulpito desde donde se hablaba a los asistentes.

Uno a uno van llegando, primero Alexander Maxwell junto al cazador de nombre Jake Storm, luego lo sigue el lider licano Dante y su pupila Peyton, por otra entrada llegan Arkin, junto a Illana y más atrás, Leah y el cazador Gabriel, ya estaban ahí Tarmes y su compañera cazadora, al final llegan Alexander junto a Temperance, la vasalla del príncipe. Ahora, todos reunidos junto a otros vampiros darían inicio al concilio de las sombras.

El príncipe se apartó de  su maestro y fue hacia aquel púlpito en donde se puso delante para hablar al fin...

- hermanos y aliados... esta noche nuestros enemigos han dado muestra de su poder  y de su crueldad, ya me han llegado los informes de lo que sucedió, pero no son claros, y los he congregado porque es evidente que la guerra se avecina, que lo que hace doce años quedó atrás, ahora ha vuelto... debemos estar atentos, y preparados a lo que viene - habla con gran fuerza y mira a su hermano que estaba en compañía de aquella cazadora, pero se fija mejor en Temperance que estaba del brazo del vampiro.

- ahora deseo saber que saben, que tomen la palabra y hablen... el desconocimiento es nuestro gran enemigo - miró con especial interés a la cazadora compañera de Tarmes.

-la chica que está con ese vampiro Longinus, es Temperance - te susurra en el oído O'Connell, viendo con desagrado a Temperance que estaba del brazo de Longinus, un vampiro que no habías visto antes en el edificio del príncipe.

También ves a una cazadora en ese lugar, además de Jake, y Leah, estaba estaba al lado de un vampiro, su rubia cabellera era inconfundible, su nombre era Valeria Adler, sigue siendo tan atractiva como siempre, con su traje de cuero cubriéndola por completo y el látigo que usa en torno a su cuerpo y que más de una vez te puso en aprietos cuando te interpusiste en su trabajo, era extraño verla  ahí, junto a tantos vampiro.

Temperance parece distraída, pero cuando el príncipe habla, ella levanta su vista y lo queda mirando con ternura, como si de un amigo se tratase, sin soltar el brazo del vampiro Longinus, que le muestra mucho afecto, acariciando su mejilla, parecían un par de enamorado a decir verdad...

Llegas y al entrar puedes sentir las cosas distintas, es todo tu cuerpo el que reacciona a las presencias, ese lugar estaba lleno de fantasmas, pero tu amada iba a tu lado, sin embargo, del otro lado de la habitación, puedes ver a una persona distinta, su aura brilla, y es encantadora, la muchacha, muy joven, estaba del brazo de un vampiro,  y el no perdía de vista sus gestos, como un enamorado, incluso cuando el príncipe habla.

También ves a una cazadora en ese lugar, además de Jake, y Leah, estaba estaba al lado de un vampiro, su rubia cabellera era inconfundible, su nombre era Valeria Adler, sigue siendo tan atractiva como siempre, con su traje de cuero cubriéndola por completo y el látigo que usa en torno a su cuerpo y que más de una vez te puso en aprietos cuando te interpusiste en su trabajo, era extraño verla  ahí, junto a tantos vampiro.

- nosotros estuvimos dentro - exclamó el licano dando un paso delante - los Berkeser atacaron a los que entramos, por lo que dijo mi hijo, pero estaban Angelic y Jeremy, esbirros de la orden y no parecieron muy preocupados por el berkeser, sino de hacer ese rito que no les funcionó, es un hecho que están unidos - exclama con fuerza.

PNJ reunidos

Dante Stahlhamdske   Líder Licano Fenrir	Temperance Brunwick   Vasalla del Príncipe	Maxwell O'Connor   antiguo vampiro y sire de Tarmes y del Príncipe	Alexander Hartfield   Príncipe de New York	Valeria Adler   Cazadora Independiente	Leah Adams   Aprendiz de cazador.	Amber Louise   Vampiresa de la orden y secretaria

Al enterarme de que mi hermano estaba bien suelto un resoplido de alivio. Por un momento pensé que había caído en batalla. Esa hubiera sido la mayor de las pérdidas, pero por suerte el Príncipe aún estaba entre nosotros. - Por lo que se, queda más que claro que los Garras Rojas y la Orden trabajan juntos, cooperan para nuestra destrucción y sus fines. Debemos encontrar un modo de destruirlos a ambos. Separarlos sería la mejor opción, pero para ello necesitamos información. - Dije con voz convincente delante de todos los presentes. - Es por eso que esta noche he traído a alguien a quien posiblemente más de uno de ustedes conozca, es la cazadora Valeria Adler. Al parecer estaba en la escena de los sucesos, y además posee información valiosa sobre ambas organizaciones. - Entonces me giré para mirar a mi rubia acompañante, le dirigí una cálida sonrisa antes de invitarla a hablar. - De modo que Valeria, si eres tan amable, cuéntanos lo que sabes. - Indique con la mano, con un movimiento amplio y circular para señalar a todos los presentes, introduciendo así las palabras de la cazadora.

La cazadora levanta las cejas, y da un paso hacia el frente, su escultural cuerpo es más que observado por algunos, pero ella parece inmune a esas miradas, más por costumbre que cualquier otra cosa.

- pues estaba dentro del estadio antes de que todo empezara, y vi como esos vampiros mataron a dos de las chicas, mientras tenían a dos hombres,no sé que pretendían pero se parecía mucho a un ritual de búsqueda aunque es obvio que no lo lograron, no pudieron matar  a la tercera chica - habla con ligereza y gran confianza - creo saber donde está la cueva de la orden y quién está detrás de la orden, la cara que se oculta en las sombras... está en algún lugar de Queen, pero no he podido localizarlo con exactitud, pero es mucho más de lo que se ha hecho en estos años - suelta la chica, y se escucha un murmullo de escándalo entre los vampiros, que la siguen viendo  como una humana más.

Iba a hablar, replicar, a decir que aquel Fianna renegado apareció justo antes de que una de aquellas moles los atacara desde un vehículo. Iba a comentar con todo lujo de detalles su llegada hasta el príncipe: El resto ya él lo sabía.

Pero alguien se le adelantó. Otro chupasangre, por supuesto: ¿Cuantos Garous habían allí? Estaban en desventaja, había que decir.

No le costó nada silenciarse, y escuchar al hombre. Cuando nombró a la cazadora, y la idea que había tenido, pensó en que aquel hombre o era muy valiente, o había perdido totalmente la cabeza. ¿Una cazadora en una reunión de vampiros y hombres lobo? ¿En serio?

Escuchó todo lo que tenía que decir la mujer, enarcando una ceja. ¿Porqué iba tan de suficiencia? Una cosa era ser una humana inocente, y otra creerse la leche por destruir a aquellos que intentan protegerla.  Arkin conocía perfectamente las historias de muchos Garous que murieron a manos de cazadores.

Pero no era el momento de rabiar, no: Si estaba allí sería por algo. Pese a la poca confianza que le transmitía, le hizo pensar. Habló en voz alta.

-No tenemos tiempo de estar separándolos mientras ellos siguen matando gente y convirtiéndolos en bestias enormes con un potencial increible de destrucción. Están muriendo inocentes y morirán mas si tratamos de separarlos. Los Garras Rojas y la Orden ahora son uno, y estarán comunicados. Si un lugar cae, el otro no se va a quedar de brazos cruzados. De hecho es posible que hayan dividido los integrantes entre sus dos refugios. No seamos tan insensatos de creer que dividirlos será fácil. Solo tenemos una oportunidad.

Se giró hacia Illana, con bastante discrecion y le dijo algo, tras callar.

Illana estaba a su lado, así que se giró hacia ella, tras inspeccionar todo el lugar.

-¿Como sigues? - Le preguntó en voz baja. Sabía como había quedado aquello en el último momento: La pregunta iba no solo por la herida que tenía. Iba con un deje de preocupación por las repercusiones de lo que le había dicho antes de que tocaran a la puerta.

Tras ello, centrado en la conversación, le pregunto.

-¿Crees que es una buena idea traer a una cazadora aquí? No es que tenga nada contra los humanos, de hecho tenemos buen trato y muchos no merecen morir, está claro. Pero ella nos destruye a nosotros. Esto no me gusta, no me gusta nada.