Partida Rol por web

Lo que pasó después de la destrucción de la casa es algo que nadie se podía imaginar, Rachel y Creed se llevaron a la espiritista, dejando a sus rescatistas con la rabia espumando en sus bocas, no habían podido dar con ella, aunque por lo menos habían salvado a Peyton, por lo menos Dante, aunque Peyton estaba bloqueada por algún tipo de ritual y ya no habían ancianos que pudieran liberarla, pero Dante le prometió que encontraría la forma de ayudarla, aunque el tiempo era poco, y los humanos aliados y vampiros no perdieron el tiempo y se pusieron a buscar a la joven espiritista, nuevamente los habían burlado. Pero no hubo rastros de ella, nada, por más que los licanos y los dhampiros la buscaron, fue imposible encontrarla nuevamente, incluso Gabriel no podía detectarla, menos Ilanna. Temieron que hubiera muerto, y era posible, ¿o no?

La ciudad estaba en estado de sitio  luego de los últimos incidentes, muchos civiles habían sido evacuados de la ciudad, y los que no habían decidido irse, se habían unido a los rebeldes. Por primer vez en siglos, humanos, vampiros y licanos luchaban codo a codo, aunque, los licanos debían mantener su secreto, aunque este no duraría mucho tiempo, ya muchos de los militares sabían de su existencia.

Sin embargo Rachel y Dante estaban esperando la fecha ya señalada, manteniendo a Temperance sedada, pero no contaban con una traición sin igual, O'Connel seguía sus propios principios, y sus ansias de poder  derrotar él mismo a Mammon  lo habían llevado a cometer tantos crímenes, así que en las narices de sus aliados, secuestró a Temperance, y desapareció en las sombras.

Es así que llegó la noche del tercer día desde la quema de la casona, y esa noche, todo sería distinto... esa noche marcaría el comienzo de otro universo.

O'Connel estaba en el central Park, Alexander y Jake, junto a los licanos lo habían casi cercado, y ya casi no le quedaban  refugios en la ciudad, pero ahí, un oscuro ser apareció, Russell Endington, el primer traidor, quién había vendido a la madre de Temperance, traicionado al príncipe y a Alexander.

Russell Endington tomó a Temperance,  y mientras hablaba con O'Conner de la manera de acabar con Mammon, él se giró, y atravesó el pecho del vampiro con una estaca que había ocultado entre sus ropas, Temperance cayó de rodillas, y fue cogida por los brazos por Endington.  EL vampiro no supo en que momento sucedió todo, sólo que había tenido el cuerpo de Temperance semi desnudo y disfrutando de la forma más lujuriosa de este satisfaciendo sus bajos instintos; gozando y de los intentos burdos de la joven por intentar liberarse. Pero sólo supo que de pronto todo se volvió frío, pesado, incluso para un ser como él, y la chica comenzó a temblar, a convulsionar, que terminó soltándolo. Temperance cayó al suelo, arqueando su espalda, y con los ojos blancos.

Pero en un instante dejaría de moverse, y una fuerza más allá de lo que hubiese visto antes se despertó, Temperance se alzó del suelo, con los brazos extendidos, formando una cruz, y se elevó, en medio de un torbellino de energía azulina que la comenzó a rodear. lo que el vampiro no sabía era que estaba en ese momento rodeado de fanstamas. La joven se elevaría dos metros desde el suelo, en medio de una esfera azulada.

Jake estaría con Gabriel y Alexander revisando el mapa en donde habían marcado los lugares donde habían perseguido a O'Conner, no fueron pocas veces las que se encontraron con los emisarios cainnitas, comprendiendo que algo había pasado dentro del grupo.

Gabriel estaba mirando el mapa cuando su mujer apreció a su lado y le dijo:

- Temperance... Temperance... sufre... el mal... está llegando...- era el susurro helaría la piel del espiritista, Temperance estaba en peligro, y parecía que todo se iba a desatar.
 

Lo que pasaría en la ciudad despertaría los más profundos miedos de los que recordaban lo que había sucedido hacia más de 12 años. Primero un sepulcral silencio que acalló los murmullos  de una ciudad atemorizada. Un momento en que todo se paralizó, y luego, una onda de energía que reventaría los vidrios en un kilómetro a la redonda. Lo que vendría luego, sería visto por todos, una onda de luz que cruzaría a toda la ciudad y una energía maligna que acariciaría todos los corazones, incluso los de las bestias internas de los vástagos.

Luego de eso, y la polvareda que levantó, los que estuvieran cerca de la plaza podrían ver la gran esfera de luz azul que se iría cubriendo de tinieblas, el cielo se oscurecía transformándose en un cielo de tormenta Los rayos cruzaban las nueves y los iluminaban.. Igual como un huevo, la esfera ahora negra, comenzó a quebrarse, y cuando se rompió una entrada, de esta salió una gran cantidad de langostas, moscas mosquitos como si algo ahí dentro llevara milenios pudriéndose.

Toda la cuidad sería cubierta por estas plagas, pero que sólo presagiaban lo que vendría, lo que saldría de aquel agujero cuando se escuchó un terrible rugido...
 

Salieron en manada, eran perros con fauces enormes, que brillaban como brazas, eran enormes, terribles, pero no tan grandes como un licano transformado. Corrían con sus fauces abiertas, llenas de colmillos que partirían a un hombre por la mitad, No había escapatoria.. para nadie. {canes del infierno}.

Los que estaban cerca aguardaron, encogidos de hombros, esperando saber que había pasado, cuando alzaron sus cabezas, pudieron ver la gran esfera. Sólo las personas que estaban en las azoteas podían ver lo que estaba sucediendo con mayor detención, pero no podían determinar aún que estaba saliendo de ahí.

Pero esta historia no termina aquí, de al esfera, en que se había transformado el portal que Russel había abierto sin proponerselo, esperaban más horrores por salir. Primero fue un alarido, luego, los pasos que salían de aquel agujero de los avernos, y de este emergerían seres que parecían estar muertos, deambulando por el parque siguiendo a los perros, ¿cuantos eran? no se puede saber, eran muchos. Con sus cuerpos putrefactos, y aquellos colmillos llenos de saliva esperando desgarrar la carne de quienes se les cruzaran por el frente.

La puerta al infierno se había abierto, y las criaturas del primer círculo salían, pero... aquel portal estaba aún abierto, y saldrían más de él, más y más...

La gente en el festival, {incluidos todos los participantes} deben intentar escapar o pelear, aunque nadie asegura que al intentar escapar, deban enfrentarse a estas criaturas del infierno.
 

Ilanna es la única que tenía una idea de lo que estaba pasando, todo estaba en el libro Brunswick, incluso encontraría la manera de levantar el sello de Peyton, haciendo una oración en medio de símbolos  santos que se usaban para levantar bloqueos. Ahora, mientras estudiaba el  libro, se desataba el caos, y dentro de ella sabía lo que estaba pasando. Era la puerta al infierno que se había abierto, y que Temperance era el canal.

Sólo había una manera de detener aquello, pero necesitaría a otro espiritista para concretar el ritual, y claro acercarse a la fuerte del mal, mientras todas las plagas se desataban... tendrían que pensar como lograr aquello.

Todos estaban reunidos no lejos del Central Park, el último lugar donde habían logrado rastrear a O'Connel, y fueron testigos de lo que estaba pasando, de la explosión de energía y como los canes del infierno acababan con los que no lograban escapar de sus fauces.

Cubro mi rostro con un pañuelo para protegerme, y me encapucho adecuadamente. Preparo mi espada afilada, y la recubro con un liquido inflamable, de un par de botellas que descansan sujetas en mi cintura. 

-Lo que no destruyamos, debemos quemarlo. Avancemos, acabemos con esto y larguemonos. Que los perros del infierno conozcan la respuesta a su llamado

Aquella situación me superaba en mucho, y sinceramente no tenía ni la más remota idea de que podía hacer. Solo sabía que daría la vida por mi hija de ser necesario.
Sabía que no era un gran plan, pero mi única idea era llegar hasta ella. Tenía que llegar a Temperance. Miré al vampiro que había seducido tanto a la hija como a la madre. Hacía tiempo que lo había aceptado, sabía que su ayuda me era imprescindible, y que él estaba dispuesto a lo mismo que yo por salvarla.

-Tenemos que llegar a ella. Hablarle, quizás si conseguimos tranquilizarla...

No tenía ni idea de si podría volver a cerrar ese horror que había abierto, pero mi única preocupación era rescatarla sana y salva.

-¡Vamos Alexander!- Grité tratándolo por primera vez como a un ser humano.

"En mi situación... No podré hacer demasiado por ayudarles" No podía tomar su forma lupina, pero al menos tenía sus katanas. Si en un principio las cosas pintaban mal para Peyton, se oscurecieron aún más si es que era posible. Su mirada estaba clavada en todo lo que sucedía a su alrededor, una de las manos se deslizó hasta la empuñadura de cuero de su mortal arma. El blanquecino dedo acarició con mimo a su compañera, como queriendo avisarla de que no tardaría en salir para bailar. "Espero que Ilana encuentre la forma de romper mi sello... Dante... Dante me lo prometió" Por una parte se sentía "animada" a iniciar una nueva batalla, pero por otra parte estaba asustada pues no poseía ni la mitad de su verdadero poder y eso podría llevarla a una muerte casi asegurada.

La mano que aún pendía subió hasta el cuello, no estaba el collar... No, se lo había dado a la morena poco antes de mandarla correr ¿Se había equivocado? ¿Hubieran sido distintas las cosas de haberla mantenido junto a ella? No lo sabía, pero en todo momento la había intentado mantener segura y protegida.- Gaia... Mantenla segura hasta que la encontremos.-Musitó para ella a la par que bajaba la mano y tomaba aire lentamente. Tras eso se giró un poco en busca de una mirada conocida, quería sentirse arropada o "protegida" después de todo. En otra situación quizás sería la más lanzada de todas, pero en la que se encontraba en ese instante... No era la mejor para lanzarse a lo loco y sin pensar.

La sensación en los corazones era terrible, el infierno se estaba desatando, y el cielo oscuro, se encapotaba de maldad sobre la cabeza de todos, sobre la ciudad que pronto se volvería en un paisaje  yerro, desprovisto de cualquier tipo de vida, si no lograban detener lo que estaba pasando, como hace 12 años. Era un mal sueño, un terrible sueño.

Ilanna aparecía,  corría con el libro entre sus brazos, y entre sus  hojas estaba la respuesta, debían llegar dos espiritistas y cerrar el portal, ella sabía como hacerlo, pero para eso,debían llegar hasta donde estaba Temperance, antes de que el mal se desatara. Unos Rayos de luz salieron desde el centro de aquella esfera hasta el cielo, anunciando que poco tiempo tenían.

La licana abrió el libro, y tocó a Peyton, recitando unas palabras que había leído, y un destello azul surgió entre Peyton e Ilanna, le peliroja le dijo que debió haber roto el sello, o eso esperaba, sólo había que comprobarlo. Dante abraza a Peyton y besa sus cabellos, era hora de ir.

Los humanos fueron los primeros en salir corriendo, los soldados usando armas,  despedazaban a los demonios, eran muchos, pero para los vehículos de asalto podían detenerlos, Etienne se detuvo y les dijo a los cazadores para que fueran con ellos, Alexander  jaló a Jake, y lo subió al  vehículo, deberían avanzar y matar a los demonios.

Dante se giró hacia Ilanna y a Gabriel - ustedes son los únicos con el poder de detener esto, confiamos en ustedes -   se transformó en un lobo y esperó que Arkin  fue donde Ilanna y la besó profundamente en los labios, transformándose también en licano, y saliendo tras de Dante, ambos iban a los lados de los vehículos, masacrando a los perros del infierno que iban saliendo desde el enjambre de maldad que se había desatado. 

Illana gruñó con ira al ver que Rache se escapó de sus garras y no pudo más que ver la casa estallar. Tres días habían pasado y el caos y la oscuridad se habían desatado. Podía sentir las voces de su gente, luchando valientemente por contenerlo, pero no podían hacerlo. Sea lo que fuere, era más grande que todos ellos.

La licana se aferró al libro y buscaba desesperada en sus pasajes la respuesta para esto y para el bloqueo de Peyton. Se acercó a su hermana y comenzó a recitar las palabras que el libro de los Brunswick dictaba para ella. Logró dar con el adecuado y una luz de color azul se desprendió de ella. Una extraña calidez sentía entre su mano y la piel de Peyton, pero parecía que estaba hecho. Sólo quedaba confiar en lo ocurrido.

La otra parte no le sería tan sencilla y era posible que no sobreviviera. Sus poderes espirituales no eran tan fuertes como los de Gissiel. ¿Y si fallaba? No podía fallar. Su tribu había confiado en ella y los caídos la acompañaban en la travesía.

Dante anunciaba la partida de las comitivas e Illana sólo acata en mirar a Arkin. La última vez tuvieron suerte pero ¿Esta vez la tendrán también? En su mirada había duda, temor... Pero únicamente de ser separada de su prometido. Cuando él se acerca a ella, le dice en una voz suave que sólo él puede escuchar - Debemos cumplir con nuestro destino. Si este es un adiós, búscame al partir. Estaré esperando por ti... - lo besa profundamente y deja que se marche. Una lágrima estuvo por salir pero la valiente licana la detuvo. Era el momento de mostrar su valía como líder de los Fianna.

Gabriel sería su compañero en esta, la última oportunidad de evitar un desastre. Lo mira y cierra el libro, después de memorizar la ubicación del ritual y toda la información necesaria para él. Luego, se le acerca al humano y le dice - Debemos avanzar. Debemos alcanzar a Temperance cuanto antes. ¿Tienes alguna idea? Yo podría escalar, pero no sé qué puedes hacer - dice con un tono gentil y honestidad. Aún recordaba la discusión que habían tenido con él, pero debía dejar eso atrás y comenzar a valorar sus capacidades por encima de sus ideas.

Sonrío casi rozando con la goteante punta del sable mi rostro.

-¿Aparte de de abrirme paso a sangre y fuego? Soy un cazador y se como moverme por este tipo de lugares, en medio de la lucha rastreando a mi presa.  Y si no... puedo confiar en mi esposa, ella guiarnos hacia donde "ellos" se encuentran, y orientarnos en medio del camino.

Confía en nosotros, a como nosotros confiamos en ti.

Illana sonríe complacida. Su espíritu parecía alto nuevamente, lo cual la hacía inmensamente feliz. Era un momento arduo, pero lamentarse por ello no solucionaría nada. Debían hacerlo. Debían salvar a Temperance.

- Entonces vamos. Enséñenme el camino - aferra el libro a su pecho y sus ojos se tornan de color amarillo. Trata de posicionar el libro en un lugar en que no pudiera perderlo, así tomara su forma Crinos y después de eso, el tamaño de la licana crece considerablemente.

No sabía si tendría que luchar, pero no podía darle tregua al enemigo y así era más rápida y más veloz. El poder de los croatanos estaba con ella. Su cuerpo se cubrió de una melena rojiza y sus ojos brillaban con gran intensidad. Hizo una seña con su cabeza a Gabriel y su esposa para que se adelantaran y mostraran el camino que debían tomar.

Ilanna se estaba transformando cuando el rugido de un motor y las ruedas que se pararon a escasos centímetros de Gabriel, el jeep militar era conducido por Alexandra. El jeep era descapotable, serían atacados sin problemas, pero también podrían luchar sin  los  inconvenientes de una cabina. 

- ey, arriba - les dice, no queda más que subirse y partir hacia el centro del infierno.  Arkin estaba con Dante, en la vanguardia, Jake con los militares y Peyton que ahora podría transformarse, o eso parecía ser si el ritual de Ilanna había funcionado, debería decidir qué camino tomar.

Illana era la última en subirse, así que esperaría, pero se aseguraría de poder tener un lugar donde atacar con libertad y llevar el libro sin ponerlo en peligro. En ese libro estaba la última esperanza de salvación que tenían, al igual que la única esperanza para Temperance.

Observó a Gabriel y con una señal de la cabeza, le indicó que subiera junto con su esposa. Sólo sus hermanos podían hablar con ella estando en Crinos, pero su control seguía siendo perfecto.

- Esto es por ti, Gissiel... -.

Cuando aquella calidez le inundó pudo sentir un gran alivio, todavía no era seguro que hubiera funcionado, pero algo dentro de ella le decía que era así. Nuevamente enfundó las katanas y miró a Ilana con una media sonrisa.- Gracias... Lana.-Bajó la mirada hacia las manos y las observó en silencio ¿Sería capaz de transformarse? ¿Al fin el sello estaría roto? Lo necesitaba y deseaba, ella quería ayudarles y no ser otra carga más. Era cierto que con las armas era buena, pero su rapidez o movilidad había sido reducida al quedar sellada y eso la hacía torpe.

Cuando Dante se acercó a ella esta le correspondió, sus brazos lo rodearon y su frente quedó pegada al pecho.- Ten cuidado... Te lo suplico.-Susurró poco antes de separarse y verlo irse con Arkin. Al sentir el sonido del Jet se giró un poco y observó a los que estaban en él.- Veamos si funcionó el ritual...-La opción más fácil era la de subirse al automóvil, pero cuantos más fuesen dentro menos espacio abría y el movimiento de los golpes serían reducidos.- Cualquier cosa.. Avísame.-Le dije poco antes de darle mis Katanas para que cuidase de ellas o las usase si es que era necesario, tras eso dio unos cuantos pasos hacia adelante y dejó que su bestia interior despertase de ese largo sueño.

"Es momento..." Todo su cuerpo rodeó de esa agradable sensación y tras eso su delicada fisionomía pasó a ser la de una bestia, apoyándose perfectamente alzó la cabeza y soltó un aullido, al fin podía vengarse. Y esta vez no sería como cuando la atraparon, no se dejaría llevar por la rabia o la ira.

Tomando impulso salió por delante, yendo hacia donde habían quedado.

¿Yo ya no hice post? :O

Haciendo con la cabeza y subo sin problemas. Volteo a ver el camino frente a nosotros, y a mi mujer.

-Sin embargo... creo que en algún punto debemos separarnos. Divididos podemos ser más efectivos. Hasta cierto punto.