Partida Rol por web

Esto definitivamente era un fenómeno natural, si, natural, pero en Arcadia!    La velocidad con la que llegó el agua y el viento, la forma en que se inundaba todo, esto sólo podía ser producto de  ¡la llegada de un hada!     Una de esas que traen tormentas de nieve, ciclones, monzones o lluvias de meteoritos.     Una de las hadas del clima estaba suelta en la península de Florida, y su primer golpe sería Miami.

O salían de ahí pronto o ...

Jefe, la inundación está llegando más allá de las llantas.  Haníbal vio como comenzaba a filtrarse algo por las orillas de su muy hermético auto fino, por lo que seguramente el agua estaba más lejos de lo que decía el chofer. 

¡Diablos!  Los autos allá adelante tenían el agua subiendo hasta las manijas de las portezuelas. 

¿Qué hacemos?

Hanibal ya sabía que tenía que hacer,pero no podía arriesgar la vida del chófer por lo que se fijo atrás si no había nadie para decir:

-Haz marcha atras,iremos por otro camino alternativo,vamos rápido!!!

Después de decir esto y una vez que nos alejáramos del atajo,me di cuenta que esa hada necesitaba enfocarse así que,le dijo al chófer:

-Déjame aquí y busca otra alternativa,yo estaré bien.

Cuando se fuera el chofer y asegurándome que no hubiera nadie en los alrededores,Hanibal comenzó a recitar un viejo canticó que había escuchado alguna vez en arkadia para atraer la atención de la hada del clima y que bajara para pelear contra el diciendo:

-Yo,Hanibal Lara,Notario y Rey de la Corte,te desafió a un duelo por el honor de Arkadia,según las viejas tradiciones no puedes negarte en este duelo,si lo haces perderás tu autoridad de causar calamidades en el mundo humano,ven y enfrentame en el duelo sagrado.

Realmente esperaba convencer a la Hada,llamándole poderosamente la atención.

Todo eso lo pensó Haníbal.  La salida, la dejada.  Pero no, estaba todo en su mente. 

¡No podemos echarnos para atrás, jefe!   El chofer, normalmente ecuánime, estaba preocupado.   Atrás, unos autos recién los habían bloqueado.  Estaban atascados.  ¡Y el agua seguía subiendo!

Por allá adelante alguna mamá con sus niños salía del auto, cargando esta al más pequeño, y el otro con el agua hasta los hombros.

¡Voy a salir!   A mover a esos idiotas hacia atrás.  -dijo la palabra, apenado contigo por decirla-   Para que salgamos todos.  Miré allá adelante.  Esa viejita no ha abierto la puerta y ya le llegó a la base del vidrio.  

¿Usted lo puede sacar jefe, al auto?   En cuanto mueva a los de atrás.   El chofer salió a hacer signos con la mano para que se echaran el resto de los autos para atrás.   Urgente.

En el pensamiento de Haníbal se habían formado sus palabras de reto al hada causante.  El wyrd relativamente alto de este changeling de corona, ¿sería suficiente como para llamarla? 

Aparcó el coche donde pudo y contempló el cielo y la algarabía de la entrada...

Jacobo reconoce a uno de los jardineros, en la entrada del hospital.  Trae unos anteojos oscuros y lleva una de las escobas de jardinería cuyo mango, sospechosamente, es similar al de las katanas que vio guardar en el lugar. 

El viento, silbaba cada vez más fuerte. 

Los efectos de la tormenta ya eran más que palpables. Las palmeras se movían al viento, y se notaba incluso que el jeep se desplazaba ligeramente. Quizás no había sido buena idea acompañar al detective. Pero, en cualquier caso, ya era tarde para echarse atrás.

No tardaron en llegar, y Anna se preguntaba qué debían hacer ahora. Nada más bajarse del vehículo, Anna reconoció a un hombre de la entrada del hospital como uno de los jardineros. Inmediatamente, se lo comentó al detective.

Hanibal estaba tan concentrado en el reto contra la hada que controlaba el clima que no escucho las palabras del chófer,si lograba atraer la atención de la hada para el combate de 1 vs 1 detendría momentáneamente la tormenta,además del Huracán que se le venía encima,los mortales no lo notarían pero si lo lograba,esta noticia se esparciría como pólvora entre la comunidad Changeling no solo de Miami,con suerte sería de toda América.

Eso haría que aumenten los intereses en Hanibal de ofrecerle el puesto de Rey en la nueva corte que se estaba formando en Miami.

Esto,lo definiría todo,sus planes,todo,este era el movimiento inicial del peón en el gran tablero invisible contra las hadas o la reina de las hadas que estaba provocando esto,y definitivamente,antes Hanibal pudo haber sido un simple peón,pero hoy demostraría que un simple peón con la motivación necesaria y los movimientos correctos pueden derrocar a un rey o una reina en este caso.

Si lograba su objetivo Hanibal diría:

-No te escondas mas,Hada del clima,tienes que aceptar el contrato del desafió.

Y como bien lo decía,el título del contrato aparecían en su mente las palabras que había anotado como Notario y que uso muchas veces para cuando eran las hadas quien lo retaban a el por su puesto de rey en la corte,así que cito esas palabras del contrato gritando:

-Noblesse Obligue(Nobleza Obliga).

Este era el título del contrato el cual ninguna hada ni changeling podían romper una vez llamado al mismo,si lo rechazaba o huía de el,ya fuera un changeling o una hada,este o esta moriría por no cumplir con el contrato de desafió.

Parecía que el huracán estaba en camino y todo el mundo se estaba preparando. Bueno, todo el mundo menos la estatua/samurai, que se desmontaba como si fuera un castillo de naipes.

Cuando lanzaron la pregunta de que estaba pasando, Oleisky no supo que contestar y se mantuvo en un segundo plano. Mientras tanto pensó en la manera de irse sin ser descortés (ya que le habían curado). Pero por ahora se quedaría ya que parecía que nadie sabía lo que estaba pasando y podía ser de ayuda. De hecho se atrevió a decir -Esto... ¿puedo ayudaros en algo?-

Jacobo y Anna se acercaron al jardinero, el cual, de inicio, al acercarse puso la contramano sobre la empuñadura de su ... escoba. 

Se calmó un poco al reconocer a Jacobo, aunque sus ojos no dejaban de ver a Anna.  Ella sentía como si pudiera verle por dentro, por su verdadera faz, aquello en lo que se había convertido en Arcadia bajo la opresión y abuso de las hadas. 

No pueden pasar.  -les dijo.    No tienen permiso. 

Corto de palabras. 

¡Sabes qué hacer con esto, Shokunin ?!   ¡Estamos perdiendo al Kōkina senshi !

Se les veía desesperados.  Quien no corría por ayudar trataba de detener los pedazos de armadura de no caer al suelo.   Una regadera de metal plachado y colorido caía sobre el piso del descanso aquel. 

De alguna manera el notario sabía cómo llamarla.   Pero malhadado el día que lo hizo. 

El viento comenzó a arreciar por el tunel.   El agua entraba con más fuerza.  Comenzó a arrastrar a los autos hacia el fondo.  La gente que había salido se intentaba agarrar cómo podía de los vehículos.  Se oían gritos.  Algunos no podían e iban a la deriva por las encabritadas aguas.

El propio chofer de Haníbal se sostenía apenas de la caja de una camioneta que había estado intentando guiar hacia atrás en sus intentos de despejar el túnel. 

Y claro, el retador changeling fairest, conocedor de leyes y contratos, había invocado uno de ellos con más fuerza que sentido. 

¡SHsHsHsshhhhll!  -El agua fluía alrededor del auto.  Parado en su techo, Haníbal levantaba el puño al aire gritando ¡Noblesse Obligue!    ¡Noblesse Obligue!

¡SHsHsHlapPPPsshhhhll!  -El agua subía y arrastraría pronto a Haníbal. 

¿Para qué la había llamado?

Hanibal había logrado su objetivo la hada dejo de hacer llover en todo Miami y lo que no planifico bien fue que la misma seguiría usando sus poderes dentro del túnel,por lo que ahora debía de sostenerse por su vida,esperaba hacerlo bien,sino sería arrastrado por la corriente de agua.

Haníbal no podía saber que pasaba en el resto de Miami. Ahorita sólo tenía visión de túnel.  Y hacia el fondo de éste se arrastraba.   Iba impulsado, junto con otras personas que iban gritando o tratándose de agarrar futilmente de piezas de los autos cubriéndose hasta los vidrios.  Los vehículos tenían a gente ahí atrapada. 

Su chofer pasó impulsado por la corriente, manos agitándose sin poder sostenerse, de nada.  Pronto Haníbal oyó un ¡knock! de cabeza contra metal y el hombre se quedó quieto.   La señora que llevaba a su hijo lo perdía de vista y gritaba desesperada en medio de la cacofonía de agua.

-Claro que tenemos y podemos- replicó Jacob con suficiencia, y de un movimiento extrajo y esgrimió entre dos finos dedos el papelito con el kanji de identificación ante el jardinero/guardián.

En seguida lo volvió a guardar por si las moscas, y con la misma mano señaló a su acompañante- Y ella viene conmigo. 

Se preguntó si aquella laconicidad era por seguridad como las señas de antes o simplemente aquel jardinero era así de borde.

Aquel jardinero miraba muy fijamente a la oscura, con suspicacia. Tanto que se la hizo sentirse incómoda. Ella, por su parte, notaba una extraña sensación. Algo le decía que aquel hombre había pasado por una experiencia similar a la de ella. Que era lo mismo que ella.

Por algún motivo, el hombre se negaba a permitirles pasar. Al oír aquello, Anna frunció el ceño y miró al detective, aguardando su reacción. Por suerte, tenía una forma de identificarse, con lo que no debería haber problemas, en principio. La chica volvió la vista al jardinero, preguntándose cómo reaccionaría.

Hanibal solo podía esperar a su fin,no había forma de salvarse de esta,estaba seguro que moriría de esta manera y lo peor era que la Hada no cumplía con el desafio,dado que usaba sus poderes para hacerle frente.

Pero,¿que podía hacer?,no sabía esto.

Se dejo ir por la corriente.

La muerte una vieja amiga,estaría de nuevo cerca.

Oleisky se quedo mirando extrañado mientras intentaba ayudarles imitándoles. -Pues no tengo ni idea.- dijo mientras pensaba algo.

¿Por qué se estaría deshaciendo el samurái? ¿Qué había pasado? Había empezado a pasar cuando se lo habían metido en la bodega. Sería algo de la bodega. El samurái parecía reaccionar vibrando a las cosas, habría algo en la bodega... - El Kōkina- dijo intentando imitar las palabras de los jardineros -se ha comenzado a desmontar al meterlo en la bodega. Igual es mejor sacarlo fuera otra vez.- Mientras hablaba miraba a su alrededor buscando algo que pudiera haber causado esa “vibración”.

La señora que tejía tranquilamente en la banca atrás de Anna y Jacobo guardó algo en su bolsillo.    -Está bien, señora.  Vienen del Jardín.-   El hombre dejó de sostener un amuleto en su cuello, y se relajó.   De haber llegado Anna sola, o no haber enseñado el kanji correcto a tiempo, ahorita quiensabe qué estarían pasando aquel par de changelings. 

Pueden subir.  4to piso.  Matsuhara está limpiando los pisos allá.  Él los llevará. 

Capa de seguridad sobre capa de seguridad. 

Algo les decía que no se trataba de juegos esto.  

La lluvia comenzaba a golpear más fuerte los techos transparentes del lobby, cuando Jacobo y Anna atravezaron aquel espacio y se dirigieron a los elevadores.   *Pling*   Piso 4to.   Habían llegado.   La luz se filtraba por las ventanas, cada vez más tenue a pesar de la hora. 

Un hombre con rostro hapa trapeaba sistemáticamente un piso que ya estaba limpio. 

Afuera, sonaban ambulancias entrando con cierta frecuencia.  Parecía un día movido.   

¿Ese pensamiento sombrío llamó al cemento que golpeó su cabeza?   Thonkk.    Todo se puso de negro como pensaba.  

El agua lo arrastró un rato más.  El agua entraba por su nariz, llegaba a su garganta y sus pulmones.   Su chofer y él eran arrastrados como troncos en aguas negras como su suerte.  

¡Allá!  -una joven de cabello crespado cruzó a nado el río improvisado.   ¡Hay dos!    Lo sostuvo con una profesionalidad que hubiera impresionado a Hanìbal de haber estado consciente.   Levantó su cabeza, evitó que entrara más agua.   Lo llevó a un joven en shorts que estiró la mano libre mientras la otra sujetaba un poste.   La rescatista echó a nadar vigorosa hasta el pobre chofer cuya inmaculada camisa blanca estaba manchada ya de sangre y lodo. 

¡Vamos!  ¡Llama a la ambulancia!  Sobre el islote de pasto y flores en que se había convertido la jardinería del túnel les dieron respiración de boca a boca.   ¡Cuahj! -saltó el agua liberando su esófago y traquea.   ¡Flougsh!  Vaciaron más agua.  

Haníbal y su chofer recobraban la conciencia y veían luces y pelo mojado y sonrisas de quienes los rodeaban. 

Ya pronto viene una ambulancia.  Aguanten. 

Oleisky se dio cabal cuenta de que no era nada más que el tiempo.  Inexorable.  Infinito.

El samurai venía de otra época, tan lejana, de otro lugar, tan alejado.   Hacía mucha falta algo más para mantener a alguien en un tiempo y lugar tan distintos.  Sentido, honor, un señor al que servir, un pueblo al que defender.  

Él, como marchito, podría hacerle un jury-rig a la armadura, y dejarla funcionando durante un tiempo, pero no serviría en el largo plazo, no sin ese hueco de sentido o destino o sheer supervivencia que fuera llenado. 

A la vez, mientras pensaba esto, sentía la conexión con Anna y Jacobo, las vidas de changelings que se encuentra, vibrando como quantum entanglements.