Partida Rol por web

El portentoso semiorco disfrutaba de la comida. Comía con las manos pues en su tiempo en los bosques nunca había visto cubiertos, de hecho los observaba con curiosidad y veía como la mediana con sus diminutas manos los usaba con gran destreza. No estaba atento a ninguna conversación, sólo a lo que allí se cocía. Miles de cosas nunca vistas se daban cita. Un gran colofón de nuevas costumbres se descubrían ante un explorador que poco sabía de las razas más "civilizadas" o así se hacían llamar. Observaba a otros comensales comer, disfrutar de la comida sus quejas y sus conversaciones. Observaba sus modos de hábito y como bromeban entre ellos. Eso le hacía comparar sus hábitos con los que le rodeaban. Todos parecían serios y formales. Entonces se pudo fijar que cerca suya estaba una pelirroja a la cual no se había fijado antes. Su pelo parecía fruto de una herida en la cabeza. El semiorco no dejaba de mirar ese color y esos brillos. Le desconcertaba como una persona pudiese tener ese color como pelo...

Vaya parece ser que no sois tan parcos con las palabras que con las bolsas, os recuerdo que es buen momento para que me pregunteis cualquier cosa que querais saber sobre la ciudad, pero ire al grano , 

Quedense este mapa, es para ustedes, les sera de ayuda para no perderse , y os señala los puntos mas interesantes de este marcados en el mapa  y ahora iremos a lo realmente interesante tras lo que hace una pausa

Camarero una habitacion por una noche y una caja de vino corriente , para dormir caliente esta noche , apuntelo a la cuenta de esta mesa

El trovador relata las caracteristicas de la ciudad como de una historia a un publico privado se tratara con voz agradable y melodiosa y trasfondo de guia os describe la ciudad

(**** VER Mapa y relato ciudad en seccion mapas)

Pero eso noo es todo, tambien hay un gremio de aventureros que aunque pequeño os puedo marcar en el mapa para que os apunteis y busqueis trabajo

Alguna pregunta?

Al escuchar las indicaciones del bardo, Sibelius lo observa y le propone ser un informante de los acontecimientos de la ciudad.
- Disculpa joven bardo*. Nos has contado que en una época fuiste un aventurero, pero desgraciadamente tus compañeros han perecido. Te gustaría ser nuestro informante de lo que ocurre en esta ciudad. Luego hace una pequeña pausa.
- Si mis compañeros están de acuerdo con tal contratación, claro esta. Al menos así tendrás un pequeño ingreso. Que te parece?
A la vez, el Druida se imaginaba ya de que se iban a tratar los trabajos que aceptarían, al menos el, ya que no iba a trabajar para alguien que era un dictador. Sino que iba a ayudar a aquellos que trataban de ser libres.
- Ademas, muchas gracias por el mapa, nos va a ser de gran utilidad.
 

Despcionada ante el regalo de bardo me siento a escuchar lo que tenía para decir.

No es lo mismo que te lo cuenten a conseguir las cosas por tu propia mano.

Sigo balanceando mis piernas en el banco y escucho con atención la información que nos otorga aquel ex aventurero.

Fantástico. La oficina de turismo nos ha regalado un mapa de la ciudad pero seguimos sin tener cosas que destruir.

Asenoc se movía impaciente en su silla mientras comía. La especialidad de la casa parecía ser de su agrado. Un plato poco elaborado pero con un gran sabor casero.

A saber que ingredientes lleva. Igualmente carece de importancia mientras este sabroso.

Los vinos los iba probando. Algunos los apartaba con cara de asco mientras que en otros gesticulaba una mueca de aprobación.

Mis compañeros parecen tener la paciencia que me falta a mi…

El gran Ralo encogído disfrutaba la comida que le habían servido. Aunque era poca, estaba sorprendido por la forma de cocinarla. El semiorco siempre había degustado la comida cruda, algunas veces había probado la cocina a manos del druida e incluso se había aventurado en alguna ocasión en hacerla el mismo, pero nunca nada tan elaborado. Sus compañeros parecían escuchar al bardo. En especial su amigo druida que llevaba la batuta de la conversación. Todo lo que hiciese Sibelius tenía la aprobación de Ralo... pero los demás... aún tenía mucho que saber acerca de ellos...

Veo curiosa al Semiorco. Se lo notaba confuso, aunque muy concentrado con su comida. Cosa rara ya que es el único que no le esta dando atención significativa al Bardo.

Tal vez no entienda que dice. Siendo tan grande capaz su cerebro es pequeño.... las compensaciones de la vida. Pienso para mi misma mientras, disimuladamente veo debajo de la mesa con mirada picarezca la entrepierna de aquel ser.

- ¿Te gusta la comida? Esta buenísima ¿no? ¿Quiéres que te enseñe a usar los cubiertos?

Mi nombre es galadriel maese druida y me temo que os he dicho todo lo que sabia , pero si alguna vez os puedo ayudar actuo en esta taberna todas las tardes ,y si no teneis ninguna pregunta que hacerme ,me ire a disfrutar de mi premio ,aprovechad ahora que estoy sereno, porque si no teneis ninguna pregunta me retirare a empaparme en alcohol y sera demasiado tarde jejeje.Recordar os he señalado en rojo en el mapa , la asociacion de aventureros "La espada de oro" ahi podreis encontrar vuestra proxima aventura....

Salud Galadriel, chocando por última vez la copa con el bardo antes de despedirse el mismo.

Para a continuación hablar con sus compañeros.

Que miras Rahlo, meciendose su roja melena, te gusta mi pelo?

Mirando fijamente al semiorco, sus ojos verdes brillaban como si de una fiera se tratase.

Sonriendole fraternalmente, le dice, tocalo, no quema. Cogiendo un mechón de su pelo, y pasándoselo por la mano, como si este quemara realmente.

El semiorco se queda unos segundos confundido al escuchar a la pelirroja hablar, sus ojos verdes se le clavan como los de una serpiente, juguetona se mece e hipnotiza al gran guerrero que atontado la mira. Ante su pregunta mira un par de veces a los lado sin mover la cabeza y luego asiente un poco idiota, dubitativo. Más que gustar, me inquieta... pensaba para sus adentros, la chica comienza a jugar con su pelo y deja a Ralo que lo toque. Sedoso, produce cosquillas en su dura piel. Fascinado toca con dulzura el pelo.
Nunca vi nada igual... dice mirando a los ojos de la serpiente... que ser más raro... ojos verdes... como los árboles... y fuego en su pelo... ¿Será esto una profecía? pensaba mirando a la chica.
Mientras la pequeña divertida intenta dialogar con el guerrero. Cuando sale del encantamiento de aquella fascinante mujer el semiorco contesta a la niña.
No necesito cubiertos. Nunca los usé... Aunque igual, las relaciones sociales me exigen hacerlo... un segundo de duda que invade su seguridad. ¿Crees...? comienza diciendo, dejando la pregunta abierta, dando a entender a la pequeña que su opinión podría ser fundamental.

Cuando Sibelius escucha las palabras del bardo de que se retiraba, este responde.
- Muchas gracias Galadriel por la información. Cualquier cosa que te enteres por favor ven y dimela, te estaré muy agradecido. Pues una persona con tus habilidades sociales siempre son bien recibidas, o al menos eso creo yo. 
Después escucha la pequeña charla del Ralo, Kiyra y Amarilys. Estos pequeños, cuando van a crecer. Piensa mientras mueve la cabeza con la mano derecha apoyada sobre ella.
Ahora solo tenían que terminar de comer, ver si podían conseguir habitaciones ahí para quedarse un par de noches y averiguar en el sitio marcado por Galadriel que clase de misiones podrían ofrecerles.
- Ahora necesitamos un lugar donde poder hablar tranquilos. Pues aquí seguramente hay ojos y oídos que nos van a delatar.
Susurrando dice
- Que les parece si pedimos una habitación cada uno y luego nos juntamos en una de ella para hablar.

Asenoc se estaba impacientando.

La personalidad de Sibelius le parecía en exceso tranquila y precavida.

¿Hablar de que? Llevamos semanas en un barco y lo único que hemos hecho aquí es tomar una comida con un bardo que no nos ha dicho nada importante… salvo donde podemos encontrar trabajo.

¿Y tú quieres hablar? ¿En privado?

¡A nadie le importa lo que nosotros tengamos que hablar!

Asenoc se levanta de la mesa y grita…

Eh! ¡Somos aventureros en busca de trabajo!

A continuación se sienta y mira con sorna a Sibelius.

¿Ves? A nadie le importa.

Yo me voy a gremio de aventureros ya. ¿Alguien viene?

- ¡¡¡Pues claro que puedo enseñarte a usarlos. Son muy útiles, y no te quedan las manos grasosas y sucias!!! - digo alegre de poder ayudar - Mira, mira, esto se llama Cuchara... a ver, repite conmigo... CUUUU-CHAAAA-RAAA. Sirve para tomar la sopa, así. - digo mientras hago una mimíca de como se toma la sopa. - Este es un TEEE-NEEE-DORR y este otro es un CUUU-CHIII-LLLLOO, sirve para cortar, son como los dientes pero te permite meterte un pedazo de carne del tamaño adecuado. - busco en mi plato un pedazo de carne y le muestro como se hace. - Se nota que los cubiertos te quedan chiquitos con tus inmensas manos, pero ya te vas a acostumbrar... A ver, prueba, prueba!!! - le insisto con una sonrisa.

Mientras tanto el tira rayos se pone inquieto y a los gritos.

- HEEEEEEE, que estamos haciendo sobremesa. Tranquilo, recién llegamos, vamos a descansar y relajarnos un poco. ¿porqué tanto apuro?

Alguno se atreve a soltar una mirada de desprecio ,como si los aventureros no estuveieran bien vistos o tal vez sea por la salida de tono molesta, para los demas comensales , el caso es que siguen su comida y los aventureros hacen un poco de sobremesa para descansar del viaje, pagan, y se fuman un cigarro tranquilos a la puerta del establecimiento ,despues dan un paseo lento atraves de la ciudad con el mapa hasta la casa marcada en rojo en el.

Hasta una casa pequeña, con un cartel colgado por 2 cadenas que reza "La espada de oro" -Gremio de aventurero. Hay una pequeña cola que termina en un orco grande ,con hacha de doble hoja a la espalda , escupe al suelo cuando os ve y os señala a su espalda para señalar que es el ultimo de una cola pequeña y va antes de vosotros

El semiorco miraba alucinando con la pequeña mocosa. Sé... no pudo terminar la frase, la chica insistió tanto que tuvo que seguirle la corriente. Se habrá pensado que no sé hablar... pensaba distraído ante las lecciones insulsas de la mediana. Una vez acabó pudo acompañar a sus compañeros al sitio que tanto prometía...

Al estar llegando a la pequeña casa, Sibelius se detiene y lo observa a Asenoc.
- Ya que estabas tan apurado de venir a este lugar, te dejare hablar a ti. Tratare de mantenerme a un costado. Luego hace una pausa. No vas a estallar como lo haces con frecuencia.
Ahora estaban en un pueblo hostil, y por ahora no necesitaban hacerse de ningún enemigo sin necesidad.
Después observa a Amarilys.
- Manten tus manos en su lugar. Con un tono serio pero tranquilo. 
El druida sabía reconocer las habilidades de la mediana, y seguramente en algún momento les serían de gran utilidad.
 

Maldita sea. Sabía que no iba a ser fácil… ¡pero esto es absurdo!
¿De donde demonios han salido tantos aventureros?

Al menos estamos un paso más cerca de nuestro objetivo.

Te agradezco el honor querido Sibelius pero mi fuerte no es ser simpático y agradable. Esa parte te la dejo a ti. Solo te pido que seamos precisos y eficientes. Odio perder el tiempo.

Me sitúo detrás del orco pensando cómo podríamos acelerar esto sin provocar un incidente…
Le hago una señal a Amarilys para que se acerque…

¿Se te ocurre como podemos acelerar esto o esperamos nuestro turno?

Kiyra observaba las reacciones de sus compañeros, pensando en que eran un poco infantiles, no obstante le divertian las rarezas de cada uno de ellos.

Manteniendose en la cola, con sus compañeros, espera su turno pàra ingresar en el gremio.

Ellos forman un grupo poderoso y seguramente serán admitidos sin problemas.

De repente Asenoc y Amaralys llaman su atención, al posicionarse cerca del desatento orco,

Cuando llegamos al gremio quedo pasmada viendo al inmenso orco frente a nosotros. Cuando logro recobrar la compostura y unir nuevamente mis maxilares me acerco a Ralo y le pido que se agache y le digo susurrando.

- Te quitaron el puesto... Ese orco es mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, pero muchisisisisisisisisimo más feo que vos. 

Sigo con el grupo en la cola y hago un leve pucherito cuando Sibelius me dice que guarde mis manos y no haga nada, poniéndole mis más inmensos y tristes ojos de gato con botas.

Pero al menos alguien me entendía, sabía lo que era la aventura y la adrenalina. Cuando Asenoc se me acerca y me pregunta que podemos hacer miles de ideas aparecen frente a mis ojos... podría robarle a alguien de la cola e incriminar a otro para que se peleen y nosotros avanzar más rápido... podría esconderme y tirarle una piedra al orco en un ángulo que piense fue uno de los de adelante... podría hacerme la víctima gritando que le robaron a mi abuelo y que algunos aventureros vayan a investigar.... y muchas más... pero de repente aparece nuevamente la advertencia de Sibelius.

Agacho la cabeza y comienzo a hacer dibujitos en el piso con la punta de mi bota.

- Sì, tengo un montón.... Pero el señor Sibelius me dijo que no haga nada y me quede quieta... - digo con la voz más típica de un niño después que los padres lo han retado por mandarse una macana.

Los aventureros aguardan cola , hasta que una semiorca con gafas les atiende

Bienvenidos a la espada de oro , mi nombre es Robustiana, esta es una organizacion que proporciona misiones a aventureros , acambio de una contraprestacion economica, para solicitar aventuras necesito que me digan los siguientes datos, para cursar el contrato:

Nombre del grupo mercenario, nombre y seudonimo de cada uno de vosotros, capacidades de cada uno de vosotros y una modalidad de pase de mision para el grupo : hay tres tipos oro, plata y bronce cada una proporciona mas facilidades por parte de la espada de oro a la hora de resolver la mision y su precio a pagar a la es un 7, 5 y 2 porcien del botin encontrado respectivamente