Partida Rol por web

Joder, que tirada más buena. XD

La segunda es accidental, la correcta es la de 0.

Niego con la cabeza. La secretaria esta o no se entera o nos toma por estúpidos. ¿En qué momento hemos dicho que queremos visitar a nuestra compañera? Desde luego... joder, yo no recuerdo que tuvieran un límite horario para pagar fianzas. Más de una vez me han encerrado y han venido a pagarla a las 3, 4 o 5 de la madrugada y les han cogido la fianza.

En fin... dejemos que sigan a lo suyo. Pero me da que tendré que intervenir, al final aunque desde el otro lado yo entiendo algo de leyes.

La puerta es golpeada y un oficial entra lentamente.

- Señor Javier, lo llaman abajo – dice intentando no mirar a los presentes -

La secretaria mira a los presentes y cuando justo pasaba un oficial.

- ¡Alberto! Llama al dire por favor – dice y enseguida mira su cuaderno –

El tal Alberto no hace gesto alguno y se dirige hacia la segunda planta.

Observas como la pequeña celda va llenándose más y más, te preocupaba la hora, si seguías ahí encerrada, el sol iba a encontrarte completamente desprevenida y posiblemente te hagas polvo.

Al pedir la llamada, el director aquel pide que suban la música, haciendo acallar tus palabras, por lo que no podías hacer nada más que seguir esperando.

-Una vez la mujer llamó al "dire" Augustín se dio vuelta y caminó hacia sus compañeros, parándose frente a ellos para así cruzarse de brazos y decir en un tono jocoso.- Me sorprende que te haga caso y a mi no. Supongo que a las mujeres les gustan los más "jóvenes". -Después de aquel comentario el Malkavian soltó una pequeña carcajada algo corta para así colocarse junto al pequeño grupo que tenían, mirando hacia las escaleras por donde subió el oficial.-

-Al no confiar del todo decidí usar Sentidos Agudizados para así tener un oído más refinado, esperando que así pudiese llegar a escuchar tal vez más allá de este piso a alguna conversación del piso de arriba por si acaso tenían planeado también arrestarnos y solo nos estaban distrayendo de momento.-

Asiento a Gabriel, yo también lo he notado. En esos momentos agarro el libro y me lo guardo de nuevo bajo mi abrigo, entre mis ropas.

[Bien, de momento lo guardo, pero en cuanto acabemos con los Cainitas, se lo entregaremos al Tirano, como sugirió Alejo. Aunque, es cierto, le creía desaparecido. -miro hacia Alejo- ¿nos podrás contar luego, que pasó con él y dónde anda? Creía que por alguna misería de la vida, había vuelto al pozo. Me alegro de que no sea así]

En cuanto llaman a la puerta, vuelvo al idioma humano, y asiento al policia.

-Ahora mismo bajo, puede retirarse.

En cuanto se van, reanudo las conversaciones.

[Parece que han tenido a bien de presentarse. Quizás sepan lo que somos o quizás lo ignoren. Sea como sea, a mi la Cainita me da igual, pero los retendré tanto como queráis, hasta sacar respuestas, si es lo que deseáis]

Cojo los informes, tanto el favorable como el negativo para la liberación de Estefanía, y les guio hacia el sitio dónde nos están esperando, mientras me termino una empanadilla por el camino.

Durante la noche voy fijandome en que policias llevan las llaves de las celdas y analizo quien de todos ellos podria ser la mejor victima de una ilusión. La ilusion consistirá en que esta persona crea que la puerta este abierta y que juege con la llave hasta que crea que esta cerrada cuando realmente este abierta.

Se llama tener clase - respondo en broma mientras me aliso la ropa preparado para la siguiente conversación -. Además de un par de trucos bajo la manga y algo de saber legal.

Miro a los demás un segundo antes de hablar.

¿Alguien tiene alguna idea brillante o sencillamente trato de convencerle por las buenas?

Sin esperar a la respuesta me giro hacia la secretaria y sonrío para seguir jugando con su atención. No necesito los ojos para escuchar a mis compañeros.

El sonido de la puerta me sorprende y no puedo sino quedarme mirando al hombre que entra, a expensas que el mismo parece no dirigirnos la mirada al resto de los presentes, sólo a Javi. Su reticencia a observarnos llama mi atención, aunque rápidamente alejo esas ideas de mi cabeza pues supongo al instante que la presencia de los cainitas me ha vuelto algo susceptible.

[- Existe la posibilidad de que sepan qué somos y también que estamos aquí, y dada la calma quiero suponer que estos vampiros se distancian en sus modos con los de la Universidad- comento a nuestro compañero mientras doy algunas miradas a la puerta-. Como mencionamos hoy, la cainita es lo de menos y poco importará su tozudez si el Sol llega. Lo que me importa ahora es acompañarte, Kushiel, pues prefiero no dejarte solo hasta tanto podamos dejar ese libro en manos del Tirano- agrego con seriedad y cierta preocupación en mi rostro.]

Mis hombros giran un momento una vez intento relajar los músculos, y acomodo el saco y reviso el nudo de la corbata para cerciorarme el aspecto que llevo... cosas que responden más a los modos de Gabriel que a los míos; y seguidamente, sigo a Javi una vez sale de la habitación.

Los vampiros que estaban esperando solucionar el inconveniente con su compañera, Estefania, pudieron observar como algunos oficiales hacen el típico saludo policial a un hombre de mediana edad, que iba bajando las escaleras con sus gafas de sol puestas y una sonrisa en la cara.

Iba acompañado por un grupo bastante pintoresco de personas que no parecían ser miembros de las fuerzas policiales.

-¿La familia todo bien?

Le digo a uno de los policias, mientras desciendo hacia el encuentro, que me saludan con mi sonrisa, dándole una palmada en el hombro. Mi mano se cuela en uno de mis bolsillos, mientras me saco un caramelo de menta, que me llevo a la boca, al aproximarme al gentío.

Tras contar a los reunidos, extiendo las manos a modo de bienvenida, mientras señalo unas empanadillas:

-Bienvenidos señores, ¿quieren una empanadilla? ¿Un caramelo quizás?, ¿no? Bueno... ¿qué les trae a ésta humilde comisaria?

Saco otro de los caramelos, uno de piña. ¿Será el futuro? Me lo dejo en la mano, mientras me apoyo en una de las mesas cómo si fuera una barra de bar. Inclinando la cabeza un poco para verles por encima de las gafas bien, sólo espero a ver cómo deciden afrontar ésto, mientras observo el futuro del caramelo y su vínculo con las no-vidas de los presentes.

-Al ver a aquel grupo llegar ya algo me parecía extraño, cuando se trataba de "el dire" me imaginaba a un hombre más viejo y rechoncho con papada, pelo canoso y tal vez carismático, no al típico sujeto el cual usa lentes de sol de noche, y esta vez de forma literal. Pero lo que más me descolocaba era ver a aquel grupo-

-Pero quien había captado mi atención era en la mujer del grupo, una mujer hermosa la cual parecía simplemente llamar la atención de todos en el lugar, o tal vez era yo quien pensaba eso. Cuando escuché la voz del sujeto con lentes de sol parpadeé y mi atención fue hacia el, guardando silencio ante el ofrecimiento de la empanadilla y el caramelo, hasta que finalmente llegaron al asunto más importante.- Venimos a pagar la fianza de una amiga, Estefania Romualdo. Espero que eso no sea algún inconveniente. -Hablaba Augustín con una voz firme y cordial pero con ese tono calmado.-

Una cínica sonrisa aparece en mi cara ante la presencia de el director. Parece un tipo joven, que seguramente haya llegado a su puesto por logros personales y no por años de experiencia. Y no defrauda, ofreciendo empanadillas y caramelos, buscando ganarse el aprecio, hacer olvidar que es un policía. Él es el poli bueno, pero espero que la poli mala no sea la recepcionista, porque lo hace de pena.

Por fin, llegamos al punto importante y Agustín contesta, mientras yo siento con la cabeza. Así es, y es la primera vez que veo a la policía con tantas objeciones para cobrar su dinero y dejar a la gente seguir con su vida. Sin duda nuestra amiga está aquí por un error, y deben dejar que se vaya una vez paguemos la fianza, ¿o me equivoco? Igual en Buenos Aires las leyes no son como en el resto del mundo.

Igual en Buenos Aires las leyes no son como en el resto del mundo

Danna da un paso adelante y se coloca al lado de Javi. Habla en tono suave, conciliador. Su acento denota claramente que no es de Buenos Aires (y posiblemente tampoco de ningún país cercano) pero su español es refinado, como de la alta sociedad.

-En absoluto. Estoy segura de que si todo está en orden no habrá ningún problema. Qué modales los míos, permítanme que me presente. Soy Danna Zambrano, quizás les suene más el nombre de mi marido, Óscar Zambrano. Antes de que lo pregunten, no, no soy policía. -sonríe- Sólo estoy aquí intentando ayudar a un buen amigo -pone la mano en el hombro de Javi mientras dice ésto-

-Lo sucedido en la feria de antiguedades ha sido una desgracia horrible, dice mientras sacude la cabeza y su voz se apaga un poco. Su... amiga estaba por allí, no es cierto? Tanto la policía como los altos cargos de la ciudad estamos muy interesados en solucionar todo este horrible incidente cuanto antes. Si ella, o alguno de ustedes, sabe algo... bueno, digamos que seguro alguien encontrará una buena forma de agradecérselo.

Estefania ve a sus compañeros y hace el esfuerzo de lanzar un mensaje mental.

-*Ya era hora que llegarais, cabrones, estaba apunto de prenderle fuego a todo*

Como táctica dilatoria me parece vergonzosa, pero eso no es lo que más me preocupa.

Un agradecimiento extraño empezar por darle una habitación de la que no pueda salir con libertad - comento -. Pero su oferta me reporta un par de dudas.

Primero. Toda persona tiene derecho a obtener información sobre su propia detención en el momento de que esta se produzca y en ningún caso se puede privar a una persona de libertad sin haber obtenido los cargos adecuados. Esto no es Estados Unidos, aquí no se puede retener a un negro por si acaso y salirse de rositas. Por tanto, el policía que realizó la detención tiene que haber establecido ya los cargos que se le imputan. Nadie ha querido explicarnos los cargos bajo los que está encerrada nuestra amiga, ese es una falta muy grave cuando se habla con el abogado de una acusada. De hecho, tan grave como para invalidar cualquier detención, ya que se estarían conculcando los derechos fundamentales del detenido y todo el proceso posterior sería fruto del árbol prohibido. ¿A qué se debe esa horrible falta de deontología?

Segundo. Salvo en los casos de sospecha de delitos de sangre cuando se sospeche que dicha persona sigue siendo un peligro para la sociedad o un claro riesgo de fuga apoyado en antecedentes previos o conocimiento de la capacidad del detenido de establecerse en otro país con similares capacidades económicas, por ejemplo, que tenga una casa y una cuenta bancaria en dicho país, no se puede denegar la fianza. Dicha fianza, además, deberá poder ser entregada en el lugar de detención de la acusada y dicho proceso debe ser facilitado por las autoridades. ¿Está la policía negando sus derechos legales a mi cliente?

Lo pregunto por ayudar a nuestras fuerzas de seguridad, no quisiera que se dudase de su profesionalidad.

Danna suspira y hace como si rezase algún tipo de antigua oración, aunque en realidad habla a sus hermanos. Sospecha que los cainitas sólo están presentando una fachada de diálogo y que realmente están impacientes por liberar a su compañera. Es posible que al final el enfrentamiento sea inevitable.

-[Cuantas más oportunidades les das más te decepcionan... estad atentos, igual la "solución" de Korhalaiel es la que tendremos que aplicar. Nunca pienso en la violencia como la primera respuesta a un problema, pero no parece que tengan realmente ganas de colaborar]
 

La mujer suspira y se masajea las sienes como si llevara demasiado tiempo sin dormir. Entona unas frases en un idioma extraño, como si rezase una antigua oración familiar.

-Me parece que no me han entendido. Esto no es un asunto oficial, sino una oferta particular de ayuda. ¿O acaso se piensan que el jefe de policía en persona baja a ver a cada prisionero y a asegurarse de que lo liberan?

-No sé si se han dado cuenta, pero la escena de la feria de antiguedades tiene a toda la ciudad sumida en el caos. Todas las fuerzas del orden están movilizadas y tardarán mucho en volver a la normalidad. Se han hecho detenciones y se han tomado medidas precipitadas, claro está, pero creo que las circunstancias han sido suficientemente graves como para esas actuaciones tan bruscas. La ciudad al completo, no sólo la policía, lamenta si se han inflingido los derechos de alguien, pero la situación les ha sobrepasado y más vale pecar por exceso que permitir que este caos se extienda por otras zonas de la población.

Mira directamente al hombre que ha hablado sobre los derechos de la detenida.

-Mi... nuestra intención no es más que ayudar, si la prisionera o alguno de ustedes tiene algo que aportar, se puede arreglar este asunto extraoficialmente, y más rápido de lo normal. Si no quieren y desean usar la ley al pie de la letra, perfecto, pero sepan que como ya he dicho las autoridades están colapsadas, y nadie va a moverse de aquí en horas, o en días -hace una pausa y aumenta el tono de voz en estas últimas palabras, de un modo nada sutil- hasta que las fuerzas de la ley recuperen el control y puedan ponerse con los papeleos correspondientes.

-A menos que encontremos otro modo de acelerar las cosas, claro.