Partida Rol por web

Montserrat

II. Nuevos encuentros

Cargando editor
20/06/2013, 19:33
Monje

Tras el repicar de los nudillos de Bertrán, unos segundos de silencio se hicieron presentes, hasta que la cerradura interior del monasterio se movió, abriendo su puerta. De su interior apareció un monje ataviado con una manta sobre su cabeza, sujetada por sus manos, pues nevaba, y era para cubrirse.

¿Qué desean? -dijo el monje mirandoos detenidamente a cada uno de vosotros-.

Cargando editor
20/06/2013, 20:10
Gonzalbo de Mur

Me adelanté, pues lo mío era la labia, para hacer las presentaciones.

-Salud, hermano. Venimos a este monasterio pidiendo asilo para mi noble señor don Bertrán Berenguer, que se encuentra de paso por aquestas tierras. Os habla Gonzalbo de Mur, su fiel servidor, y también nos acompañan el hermano Bernardo, su confesor, y Gabriel Soto, su amanuense. Mi señor don Bertrán es aficionado a la historia, y estamos recorriendo la región en busca de documentos que hablen de su tierra. Nuestro buen Gabriel es experto en aquestas lides y estaremos muy agradecidos -subrayé ese "muy", dando a entender que podrían esperar alguna satisfacción económica- si nos permitís estudiar vuestros manuscritos; y si no fuese posible, afortunados seremos por disfrutar de la compañía de santos varones como vos durante los tres días de rigor que permiten la estancia los monasterios, quedando yo a su disposición para cualquesquiera tareas en las que, sin desatender a mi señor, pueda ayudar.

Cargando editor
20/06/2013, 23:29
Hermano Bernardo

-Pax vobiscum -musitó Bernardo, algo apabullado por la verborrea de Gonzalbo.

Golpeó el suelo con los pies, se sopló en los dedos y se frotó los brazos bajo el abrigo. Lanzó una mirada miserable y elocuente al hermano portero: hace un frío terrible, por caridad deja que nos guarezcamos... aunque sólo sea mientras hablamos.

Notas de juego

¿Qué decir después de lo que ha soltado ese hombre en un momento? Callar y apoyar la jugada, eso es todo.

Cargando editor
21/06/2013, 09:05
Monje

Entiendo. Claro, pasen, pasen, no se queden ahí -decía mientras se echaba a un lado y bajaba un poco su cabeza mientras entrábais-. Entonces, una vez en el interior, el portón se cerró bruscamente, motivado por la corriente que había, y enseguida echó el cierre el monje. Mientras se adelantaba a para adentraros en lo profundo del monasterio, éste comenzó a hablar.

Pueden pasar aquí la noche -respondió-, pero lo de estudiar los manuscritos..., lo veo difícil, tendrán que hablar con el abad.

Enseguida cruzásteis un amplio patio, en el cual vísteis varios huertos, un pozo y el lugar por donde un novicio tomó la montura de Bertrán que también llegó a Montserrat y fue introducida por otra entrada lateral. Allí, además, hay varios caballos relinchando, aunque sus sonidos son apagados por el ruido de la tormenta y el crepitar constante de la pesada lluvia. El monje os condujo directamente hasta vuestros habitáculos, lugar donde dormiríais. En realidad eran celdas tal y como las de los monjes, aunque ésta era doble, con lo que cabíais todos en una.

El Abad Gregorio se pasará más tarde a daros la bienvenida en persona -comentó el monje-. Les ruego que no salgan de la habitación hasta su llegada. ¿Algo más viajeros?, pues he de retirarme.

Cargando editor
21/06/2013, 10:21
Gabriel Soto De Queiroga

 - ¿Sería mucho preguntar a que hora cenan, hermano?. - Pregunté con humildad. - Es que ha sido un viaje largo y deseamos poder saber cuando podremos unirnos a ustedes para no molestarles...

Cargando editor
21/06/2013, 13:48
Bertrán Berenguer

No puedo dar crédito a lo que escucho. En primer lugar les pido educación y medida y el joven comerciante de Mur se pone a soltar mentiras en la casa de Dios, luego el de Queiroga soltando impertinencias, nada más ser recibidos por nuestros huéspedes pensando únicamente en llenar el estómago. Antes de que el monje pudiera reaccionar intercedo, aclarándome la garganta de forma exagerada.

EJEM... Me adelanto unos pasos y toma la mano del monje entre las mías para agitarla levemente de arriba abajo. Muchas grácias hermano por su hospitalidad, esperaremos ansiosos la llegada del Abad para pdoer agredecerle también el trato qeu nos brindáis.

Mi intención es clara, despachar lo antes posible al monje para poder cruzar dos palabras con mis acoppañantes

Cargando editor
24/06/2013, 13:11
Monje

El monje miró sorprendido a Gabriel, girando la cabeza, subiendo sus cejas y arrancándole una pequeña sonrisilla ante tal impertinencia.

Será mejor que esperen al abad, él les dará todo detalle -dijo amablemente-. He de retirarme, que descansen.

Y una vez dentro cerro vuestra puerta y despareció por el pasillo.

Cargando editor
24/06/2013, 13:15
Don Gregorio

Al poco rato llegó un hombre de avanzada edad, cincuentón, seguramente más, ¡tremendamente viejo!. Su barba era larga, algo infrecuene y su paso era delicado. Llegaba con dos novicios, ayudándole a caminar uno de cada brazo (aunque más bien era por precaución, pues avanzaba él sólo).

Bienvenidos, viajeros -dijo tras irrumpir en vuestras celda-. Me han informado de la llegada de peregrinos, o algo parecido, al refugio de la nieve. El señor siempre provee, asi que guardados estaréis. Antes de nada... -continuó-, ¿Quiénes sóis? ¿Cuáles son vuestros nombres?

Cargando editor
24/06/2013, 13:35
Gabriel Soto De Queiroga

 Le dediqué al abad una reverencia:

 - Yo soy Gabriel Soto De Queiroga, a vuestro servicio, padre, solo un humilde viajero...

Cargando editor
24/06/2013, 18:22
Gonzalbo de Mur

-Gonzalbo de Mur, fiel escudero de don Bertrán Berenguer, para servirvos... -dije, y tomé aire para repetir las palabras que había dicho al monje de la entrada...

Notas de juego

Si nadie me lo impide (guiño guiño) le suelto la misma parrafada a este XD

Cargando editor
24/06/2013, 20:38
Bertrán Berenguer

Me adelanto con dos pasos pegándole un pequeño empujón a Gonzalbo, antes de que empiece a pecar como un diablo escupiendo mentiras.

Betrán Berenguer, a vuestro servicio. Me gustaría presentarle a mi gran amigo Bernardo, con el que seguro comparte algo más que el ábito. Le digo tomando a Bernardo por el hombro para adelantarlo. Yo respondo por esta gente, pero Bernardo habla por mí.

Cargando editor
24/06/2013, 22:57
Hermano Bernardo

-Pax et bonum, mi señor abad –saludó Bernardo cruzando las manos e inclinándose según la regla benedictina-. Somos peregrinos y humildemente os agradecemos que nos cobijéis en vuestro sagrado recinto. Deseamos... eh... –la voz de Bernardo vaciló unos momentos-. Deseamos orar ante la imagen de Nuestra Señora, para que interceda por nosotros y nos ayude en nuestra empresa. Además... este hombre... –Bernardo señaló con un gesto vago a Gabriel antes de recoger las manos torpemente-, Gabriel... es... un estudioso, y solicita permiso para visitar el Scriptorium y la biblioteca –dijo terminando de un atropellado tirón. Tras una pausa tensa, añadió-. Si consentís en ello, claro está.

Notas de juego

Lo siento mucho, pero Bernardo tiene un cierto problemilla con las mentiras. Por suerte en este caso sólo son verdades a medias xD

Cargando editor
25/06/2013, 00:00
Gonzalbo de Mur

Después del empujón de don Bertrán, me había dado cuenta de que no estaba de acuerdo en mentir a los monjes, pero cuando el hermano Bernardo siguió con el cuento que entre Gabriel y yo habíamos urdido, no pude sino sonreír para mis adentros y disimularlo lo mejor que pude; porque el propio don Bertrán había dicho que el hermano iba a hablar por él, y aquello fue como si el infanzón también hubiera mentido.

Notas de juego

Qué crack el hermano Bernardo, no me lo esperaba XD

Cargando editor
25/06/2013, 13:37
Don Gregorio

Viendo el episodio del empujón (porque el abad era viejo, pero no tonto), así como la enorme cicatriz que portaba Berenguer que no hacía sino dudar al abad en sus pensamientos, éste comenzó a negar con la cabeza

No es muy común que viajeros bien instruidos paren aquí, en medio de la tormenta, a visitar mi biblioteca -respuso con sabiduría mientras los dos novicios se miraban extrañados-, pues nuestros libros no tienen la importancia suficiente como para obviar una gran ventisca y tormenta, las cuáles que bien podrían haberles matado de frío o dejarles enterrados bajo la nieve...

Estaba claro que parecía sospechar profundamente, o al menos no se fiaba del todo.

Con sumo gusto le ofreceré una pequeña visita al... hermano Bernardo -e hizo un gesto de descaro como desechando la posibilidad al resto del grupo ¿qué diantres harían con los libros?-. Y decidme, ¿a dónde íbais? ¿Veníais al pueblo de Montserrat?

Notas de juego

Habléis lo que hablés, en el próximo post tirada de Elocuencia (COM)

Cargando editor
25/06/2013, 15:06
Gonzalbo de Mur

Ya que todos habíamos participado de la mentira, me dispuse a continuar la trola... pero luego, observando a don Bertrán, intenté limitarme a contar las verdades que no pusieran en peligro nuestra investigación. Así pues, aunque en cualquier otra situación habría despachado el asunto en un momento con mi natural labia, quise ceñirme a la voluntad de don Bertrán para no enojarle, pues para mí era importante que él me aceptara.

-La verdad, padre abad, es que yo me encontraba en mi ruta habitual, recorriendo los pueblos de la comarca para hacer tratos con los ganaderos, pues en mi familia somos tratantes de ganado; mas Dios me dio un corazón guerrero, y esperando que el Altísimo me enviara alguna señal acerca de mis marciales anhelos, dispuse pertrecharme a la manera de los soldados, por ver si en mi viaje hallaba razón para seguir el camino del noble arte militar. Y he aquí que di con don Bertrán, a quien me ofrecí como escudero. Ciertamente el frío es la razón más poderosa para solicitar vuestro asilo, mas a sabiendas de que aqueste bendito monasterio alberga, como tantos otros, una biblioteca, y siendo nuestro compañero Gabriel estudioso de antiguos legajos, era para él buena la ocasión de mirarlos y ver en ello alguna relación con la muerte de... eh, quiero decir...

Estaba claro que lo mío no eran las verdades. Me había perdido en un bosque de palabras y medias verdades y al final había soltado justamente lo único que no había que decir bajo ningún concepto. Mi cara de bobo debía ser bastante cómica en ese momento, al menos para los novicios.

- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Toma pifia! mecagoen... He representado la pifia en el mensaje.

Cargando editor
27/06/2013, 09:53
Don Gregorio

Ya... -dijo el Abad arqueando una ceja casi inconscientemente-. Veo que poco o nada confiáis en nos cuando aún os ofrecemos asilo, lo cual sin duda es una ofensa para este santo monasterio, y para un servidor en su cargo.

Luego miro a los otros tres restantes, a sabiendas que el de Mur le estaba mientiendo (o al menos que todas sus palabras no eran visíblemente verídicas).

¿Me va a decir alguno de ustedes qué han venido a hacer aquí? -les preguntó finalmente mientras los novicios miraban con deseo a ver qué respondían los otros-.

Cargando editor
27/06/2013, 14:18
Bertrán Berenguer

A Bertrán se le estaban empezando a mover las tripas al escuchar tantas mentiras o medias verdades, el remordimiento taladraba su mente, se imaginaba ardiendo en las cavernas del infierno, mentir en la casa de Dios, prácticamente le estaban entrando ganas de devolver el almuerzo.

Derrumbado y muerto de vergüenza comienzo a hablar. No es mentira que teníamos pensado visitar el monasterio... Pero una razón más poderosa nos ha dado aún más fuerza. Nos envía el padre de Eric... (aquí hago una pausa para ver que cara pone) Temíamos ser rechazados por tratar de inmiscuirnos en los asuntos de vuestro monasterio, por favor disculpad su temor que los ha llevado a la mentira y a mí por no detenerla, pero nuestra intención es buena. Creame por favor, solo venimos a tratar de calmar la preocupación de un padre por la muerte de su hijo.

 

- Tiradas (1)
Cargando editor
27/06/2013, 17:27
Don Gregorio

Dominique... -dijo pensando mientras fijó su miraba en la pata de la cama, mirada perdida-. El abad creyó un poco más las palabras del de Berenguer, aunque tenía sus dudas (¿sería quizá por esa horrible cicatriz en su c¿ara?). ¿Acaso sois vosostros familia del muchacho...? Si lo que queréis es hacerse saber a su padre, supongo que sabra que ha muerto... Si quiere, podéis traerle para que vea dónde se encuentra enterrado su hijo: en el cementerio local, tras los muros del monasterio, junto a otros hermanos. Pobre chico... Tan lleno él de pecados... ¡tan lleno!

Notas de juego

Nos envía el padre de Eric... (aquí hago una pausa para ver que cara pone) Temíamos ser

*Querrás decir... Dominique! XD (de todas formas, el Abad Gregorio te ha entendido).

Cargando editor
28/06/2013, 01:59
Bertrán Berenguer

De hecho, la intención de su padre era venir él mismo al monasterio, pero... bajo la cabeza solemne Al no poder hacer tal cosa nos encargó personalmente que fuésemos en su lugar. Os estaríamos muy agradecidos y en deuda con vos y este monasterio si nos permitiese saber más del muchacho, cómo vivía, cómo se comportaba....

Una mirada hacia Bernardo pedía a gritos su intervención, sin duda el monje sabría encontrar la palabras que el noble no era capaz de formular

Notas de juego

Sí, cagada mía, querría haber puesto Dominique

Cargando editor
29/06/2013, 01:31
Hermano Bernardo

-Lo que mi señor Bertrán quiere deciros, Padre Abad –terció Bernardo-, es que si bien veníamos en devota peregrinación, un terrible encuentro nos aconteció por el camino, y ahora se suma a nuestros objetos el cristiano deber de cumplir la última voluntad de un difunto. Veréis –la mención al fallecimiento parecía haber captado la atención del abad, y Bernardo comenzó su explicación-. Conocimos al padre del novicio Dominique durante sus últimas horas en la tierra, y de su propia boca supimos la malhadada historia de su hijo. Tal vez nublado por el dolor, el hombre pensaba que algo terrible debía haber acontecido al joven para hacerle perder la lucidez de la manera en que lo hizo, y con sus últimos alientos nos encareció que iluminásemos lo ocurrido a su retoño.

“Debéis saber, Padre Abad, que una espantosa coincidencia en la aciaga suerte de padre e hijo me ha hecho concebir estremecedoras ideas –continuó, bajando la voz-. Ruego a Dios que me halle en un craso error, pero he tenido acceso a los sumarios de varias pesquisas y juicios llevados a término por la Santa Inquisición, y armado con ese conocimiento del Enemigo y sus artimañas, que en mi alma pesan como una losa, alcanzo a sospechar que alguna maldad anduviese rondando vuestro monasterio. Llegamos a vos como perros que ladran avisando al pastor de la presencia de una alimaña que amenaza su rebaño.

“Vos, Padre Abad, diligente pastor de esta congregación –dijo, uniendo sus manos en gesto de súplica-, ¿ignoraréis el aviso de los canes? ¿No buscaréis las huellas de la alimaña? ¿No aprovecharéis las cualidades de vuestros perros para encontrarla y combatirla, como el Rey David?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Jopé. Después del pedazo de discurso, fallo la tirada... :(