Partida Rol por web

La zona mas distinguida en la grada estaba ocupada por los demonios mas grandes y en el centro de ellos, en un trono de calaveras había un Gran demonio Slanesh.

Su visión era aterradora. Llevaba un séquito de esclavos a sus pies, encadenados como si fueran perros entre ellos se distinguían bárbaros, engendros, guerreros y malditos todos ellos habían sucumbido al gran demonio como representaban sus mutaciones y su terroríficas imágenes.

- ¡QUÉ COMIENCEN LOS JUEGOS! Se escuchó y un estruendoso sonido de trompetas acompañaron al griterío...

Sinceramente no creo tener el poder para detener a tantos demonios, pero conforme veamos a lo que nos enfrentamos podría intentarlo, sin embargo si puedo rezar para pedir con un ruego ayuda divina, espero que eso sirva señor Naugrim. 

Después de escuchar y responder al enano lo único que le vino a la mente fue rezar para pedir ayuda al dios Sigmar con fe y devoción hasta que escuchó a las diablesas... Sin embargo no se puso de pie hasta haber terminado y no opuso ninguna resistencia cuando le indicaron por donde caminar, porque pensaba que debía esperar el momento indicado.

Señores... por favor pase lo que pase de aquí en adelante recuerden que podríamos tener tal vez alguna esperanza mayor de sobrevivir si tratamos de mantenernos unidos el mayor tiempo posible. 

Dijo apasionadamente y con vehemencia cuando quedó encerrada en la sala enrarecida con los demás, aunque tuvo un poco de miedo por un momento... Pero entonces volvió a rezar para quitar de ella y de los demás el miedo que les impidiese reaccionar ante el terror que podían enfrentar. Posiblemente inspirar alguna proeza valerosa, digna de ser contada por parte de ellos.

No había hablado con nadie de su grupo y por la cantidad que eran, pasó de ser percibido con facilidad, pero ya formando parte del grupo los veía e inspeccionaba con cuidado; pero más cuidado de tenía de las diablesas hasta que los encerraron y luego los presentaron al coliseo de sere impios.

El moreno interrumpe su silencio - Me parece bien.- breve y escueto estaba más concentrado en lo que les podría venir encima en cualquier momento.

Henrich sabia que estaba en problemas, todos los guerreros lo sabían, era hora de usar el cerebro, pero primero debía saber exactamente cual es el juego, así que da un paso adelante de los demás y se dirige a la demonio que... de no ser por la situación, podrían ser buenos amigos.

Disculpe demonia, sé que esta situación no me favorece mucho y esperamos darle un buen espectaculo, ¿pero exactamente de que trata este juego?

Henrich intentaba sonar algo desorientado, cosa que no le gustaba mucho trabajo, ademas de mantener su eterna postura relajada.

Slanesh entonces se levantó de su imponente trono cuyo suelo estaba adornado de calaveras... Sus ojos miraron hacia las gradas dejando ver en su terrible presencia unos ojos que despedían llamaradas amarillas como las del meteorito. De repente todos caísteis inconscientes... solo escuchasteis de fondo el abucheo de aquellos seres cuyos gritos no eran humanos y que solo de oírlos os helaban la sangre pero luego oscuridad y silencio hasta que...

Os despertáis en un territorio de suelo gris ceniza y de cielo rojo os miráis unos a otros para percibir que sois todos los que estabais encerrados en las celdas de aquella prisión. Pero algo raro notáis vuestras siluetas se ven difusas borrosas como si fueseis meros espectadores del tiempo. Os tocáis para ver horrorizados que vuestras manos traspasan vuestros cuerpos como si vuestros cuerpos fuesen simples imágenes trasparentes que no tienen la solidez de antaño. Como si ahora fueseis fantasmas de este tiempo como si ya no pudiesen atacar vuestro cuerpo... Pero vuestra alma, conciencia, se siente más vulnerable que nunca y os agarráis a vuestro pasado para no perder la cordura...

(Para aquellos que saquen méritos) no solo se dan cuenta del espacio y tiempo sino también de la situación, y ven en medio un hombre joven echado sobre una cama cubierto por una sábana que aferra con sus manos hasta el cuello. Él mira al cielo como si hubiese pasado alguna experiencia traumática o de horror y la sábana le sirviera de muro contra aquello que no quiere ver. Duerme en una cama normal parece que es de algún sitio de alquiler las sábanas son de color azul y no dejan ver su cuerpo pero su rostro es el de un hombre joven.

(2 méritos) Más allá al norte se ve una casita construida con el característico estilo imperial de piedra reforzada con vigas de madera. Se trata de un puesto de peaje con una ventana de postigos abatidos.

(3 méritos) Al Oeste hay un edifico en llamas... Al este un acantilado que está en lo alto de un escarpado precipicio, y al sur lo que parece un recinto de Festival.

Tras un momento de sorpresa la fanática reacciona incorporándose para acercarse al hombre sobre la cama, tratando de tener contacto con él mientras que le dice:

Querido Pércival solo espero que te encuentres bien y puedas volver en buen estado o que Sigmar se apiade de ti. Lamento haberte traído tan rápido a esta trampa mortal sin darte la oportunidad de poder terminar nuestro entrenamiento marcial.

El joven escudero en cuanto te ve acercarte sube la sábana cubriéndose la cabeza a la vez que grita: 

¡NO VETE, VETE! ¡ERES UN FANTASMA! ¡NO QUIERO QUE ESTÉS AQUÍ!

Sus palabras son gritos y a la vez súplicas mientras que debajo de la sábana se ve un cuerpo que tiembla a pesar de ser un hombre adulto. Su voz es una mezcla entre miedo y llanto... 

Kaylene despertó desorientada. Miró a su alrededor y vió a sus compañeros de celda... o algo que se le parecía. Se miró a si misma para darse cuenta de que ella era igual. Su rostro esbozó una mueca de horror mientras luchaba por mantener la calma. Se sentía débil, indefensa...

Con mucho esfuerzo consiguió centrarse y observó el lugar en que se encontraban. Vio al hombre tendido en la cama y a la paladina acercarse, parecía conocerlo. Le hablaba como a un escudero. El hombre entonces gritó asustado. 

Kaylene se acercó y se arrodilló al lado de la cama junto a él. 

-Tranquilo, no debes temernos - trató de tranquilizarlo - no vamos a hacerte daño. ¿Es tu compañera? - indicó con la cabeza a Lerna - Ella está aquí para protegerte... Cuentame ¿Que ha ocurrido? ¿Que has visto que te aterra? 

Las palabras de la aprendiz sonaron melodiosas rompiendo el aire viciado de negatividad dando positivismo y esperanza en aquel desierto de cenizas cuyo horizonte se veía sin ningún astro que no fuese el rojo intenso del cielo. Poco a poco el escudero fue bajando la sábana descubriendo su rostro y mirando a la mujer que le había tranquilizado.

- Tú no eres como los otros, hay otros fantasmas que no superan la trasformación y se vuelven locos y me atacan, y quieren que pierda la cabeza... pero tú no eres así, has superado la trasformación. 

El escudero mira a los demás dejando más tiempo su mirada centrada en la paladina para luego otra vez volver a conversar con la aprendiz. Él os ha matado... la primera onda del meteorito os dejó inconsciente pero esta segunda ha hecho que vuestras almas se separen de vuestros cuerpos que ahora están inertes, muertos... Él quiere poseer vuestras almas para luego devolveros al cuerpo y que seáis para siempre sus esclavos... pero hay una forma de liberaros ayudando a vuestros amigos... como yo... Tenéis que buscar la pócima curativa que me sanará entonces cada uno de vosotros iréis recobrando vuestra humanidad, hasta que vuestras almas puedan encontrar el camino de vuelta hacia vuestro cuerpo sin ser doblegados por aquel cuyo nombre no debe de ser pronunciado.

Mira hacia los lados algo nervioso - debéis daros prisa los espíritus deambulan y saben de vuestra presencia pronto verán el camino que habéis elegido. No os dejarán que encontréis la pócima... cuanto antes lo hagáis menos problemas tendréis... 

Miráis entonces a vuestro alrededor y a la lejanía y veis todas las direcciones y sus edificios...

 ¡Hola Percibal! Muchas gracias por darnos esas indicaciones ... haré más que lo posible por conseguir mi cuerpo y regresar a verte, pero si te es posible antes de mi regreso ponerte de pie, ve al templo de Sigmar y cuenta lo que has visto, pide ayuda si hay con quien y sino regresa al feudo Mallakahay y avisa a mi padre mi deceso, te deseo el don de los dioses y sus bendiciones.   

Dijo la fanática antes de despedirse del joven y se concentró en su siguiente objetivo mientras que le agradeció su intervención a Kaylene.

Henrich se levanta un poco atontado despues de algunso minutos, sigue a todos aunque se ven algo raros, no esta seguro de que es.

¿Qué pasa aquí?

Se sacude el traje aunque la distorcion enrarece todo, no tiene idea de que pasa con esa realidad... si es que siguen en la realidad.

¿Alguien sabe dónde estamos? ¿Quién es él?
 

Al parecer señores hemos muerto y nos hemos transformado en una especie de fantasmas, el demonio quiere poseer nuestras almas para luego devolvernos al cuerpo como sus esclavos... parece que hay una forma de liberarnos ayudando a nuestros amigos... como él... 

Entonces la paladín trata de despedirse de Percibal, su escudero para continuar explicando a los demás: 

Tenemos que buscar la pócima curativa que le sanará entonces cada uno de nosotros iremos recobrando nuestra humanidad. Hasta que nuestras almas puedan encontrar el camino de vuelta hacia nuestro cuerpo sin ser doblegados por aquel cuyo nombre no debe de ser pronunciado.

Ese chico es o era mi escudero y debe estar en el mundo etéreo recuperándose dentro del templo de Sigmar, donde lo dejé antes de dirigirme a las cloacas de la ciudad... Cuando sucedió... podría ser que ayudándolo nos ayudemos... pero debemos tener sumo cuidado con los espíritus que deambulan y saben de nuestra presencia. 

Tu vista se nubla y un flasazo te devuelve cierta nitidez para ver que la escena en la que te encuentras ha cambiado drasticamente.

Te encuentras en un callejón, al fondo de el suenan varias voces, una mujer profiere gritos ensordecidos, como si le tapasen la boca y un hombre, murmura en alto que deje de resistirse, que solo será un momento.

Recuperas un poco más de nitidez y puedes distinguir a dos cuerpos, uno encima del otro, por el tamaño y las formas puedes distinguir a un hombre corpulento sobre una mujer. La está violando, es obvio.

Antes de que puedas reaccionar, una sombra oscura pone una mano sobre tu hombro.

- Bonita escena, ¿eh? - te dice al oído - Esa mujer debería ser más respetuosa, sus gritos me parecen molestos, ¿no crees que necesita algo de ayuda para consumar su acto?

¡Oh Sigmar!, dios de la justicia y la batalla permíteme regresar de vuelta al lado luminoso a este ser. Nuestro reciente amigo o perecer honorable formando parte de tus fieles seguidores y no formando parte de las huestes de tu detestable enemigo... ¡la oscuridad!  

Entonces la fanática de Sigmar enarbola su arma con la forma etérea que dispone, y se lanza contra la sombra que en otro momento fue su compañero y trata de animar y motivar con eso al resto para que se les una.

Empiezo a proyectar la imagen en la fanática en ella proyecto la forma en que está desnuda atada a la cama, ve mi cuerpo desnudo acercarse con mi gran falo erguido. Me acerco a aquellas nalgas abiertas y atadas por cuerdas a los postes de la cama para que no se pudiese mover... Mi glande hinchado y rojo empiezo a restregarlo por los labios de la vagina de la fanática mientras le hablo... ¿qué se siente al ser atada? ¿No estas disfrutando de los placeres mundanos? Esto es lo que te pierdes por seguir la luz...

Mientras le hablo sigo restregando hasta humedecerlo y miro al rostro de la fanática para ver si cambia de parecer... ¿es qué no deseas ser penetrada?

Miré aquella escena horrorizada y justo cuando iba a reaccionar noto una presencia maligna tras de mí, un susurro que me da consejos malignos. Aquella pobre muchacha estaba a punto de ser violada en un callejón, y su única esperanza eran sus gritos pero aquella sombra maligna quería apagar el único medio que tenía para liberarse de las garras de su agresor.

No... dije en un susurro para después envalentonar más mi voz en busca de una aprobación que solo podía encontrar en mi interior. - Tú no eres así... la locura te está consumiendo, no puedes dejar que ella te domine debes de luchar contra estos pensamientos... debes de rechazarlos... yo sé que tú puedes no dejes que el mal se apodere de ti... No quiero que esa mujer sufra ¡Libérala! ¡Tú puedes! 

Cada una vio como sus compañeros se transformaban en sombras y luchaban contra ellas con el poder de la mente. Metiéndose en sus pensamientos y excitándolas con sus ideas más abyectas para que su alma se corrompiera. Pero al final venció la luz, el bien, y con estoicismo Naugrim, Lerna y Kaylene lograron que sus compañeros regresaran a la luz y fuesen liberados de ser sombras. Debido a ello el primero en regresar fue el enano y a continuación Lerna y Kaylene que regresaron al mundo mortal y recobraron todas sus posesiones justo en el lugar donde le había afectado el gran meteorito.