Partida Rol por web

Motel Gore Zero

5.- La Base Militar Secreta

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04/05/2014, 22:12
Señó Direstó

El presupuesto para esta magna superproducción se agota. Como la paciencia del espectador. Y no es una cuestión de romper la cuarta pared, sino una impresión que le da a uno en la retina cuando observa como se resuelve el ataque de los frikis vivientes.

La Horda Freak se revuelve como un sólo ser, mostrándose en un plano que se eleva desde el nivel del suelo lo descomunal de su tamaño. Cambio a un primer plano de Asiaalgo Antesdeirme, mirando fíjamente a cámara, haciendo como que mira a la horda. Vuelta a un plano americano de los freaks avanzando, todo atrezados y enrabolando sus armas de gomaespuma. Plano de detalle de los ojos de nuestro héroe, sus pupilas crecen por la tensión. Plano posterior de la marabunta de inadaptados, que corren sobre una figura que se intuye, muy vagamente, que es la del protagonista de la escena. La cámara se aleja, suena una melodía triste, y en un desenfocado progresivo se deja entrever un apalizamiento skin por parte de los letales fans hacia el pobre desgraciado mencionado en la segunda toma.

Seguidamente, la Horda Freak se revuelve como un sólo ser, mostrándose en un plano que se eleva desde el nivel del suelo lo descomunal de su tamaño. Cambio a un primer plano de PerroZumbao, mirando fíjamente a cámara, haciendo como que mira a la horda. Vuelta a un plano americano de los freaks avanzando, todo atrezados y enrabolando sus armas de gomaespuma. Plano de detalle de los ojos de nuestro héroe, sus pupilas crecen por la tensión. Plano posterior de la marabunta de inadaptados, que corren sobre una figura que se intuye, muy vagamente, que es la del protagonista de la escena. La cámara se aleja, suena una melodía triste, y en un desenfocado progresivo se deja entrever un apalizamiento skin por parte de los letales fans hacia el pobre desgraciado mencionado en la segunda toma de esta secuencia.

Después, la Horda Freak se revuelve como un sólo ser, mostrándose en un plano que se eleva desde el nivel del suelo lo descomunal de su tamaño. Cambio a un primer plano de Dimite, mirando fíjamente a cámara, haciendo como que mira a la horda. Vuelta a un plano americano de los freaks avanzando, todo atrezados y enrabolando sus armas de gomaespuma. Plano de detalle de los ojos de nuestro héroe, sus pupilas crecen por la tensión. Plano posterior de la marabunta de inadaptados, que corren sobre una figura que se intuye, muy vagamente, que es la del protagonista de la escena. La cámara se aleja, suena una melodía triste, y en un desenfocado progresivo se deja entrever un apalizamiento skin por parte de los letales fans hacia el pobre desgraciado mencionado en la segunda toma de esta secuencia.

Más adelante, la Horda Freak se revuelve como un sólo ser, mostrándose en un plano que se eleva desde el nivel del suelo lo descomunal de su tamaño. Cambio a un primer plano de Mr Popper, mirando fíjamente a cámara, haciendo como que mira a la horda. Vuelta a un plano americano de los freaks avanzando, todo atrezados y enrabolando sus armas de gomaespuma. Plano de detalle de los ojos de nuestro héroe, sus pupilas crecen por la tensión. Plano posterior de la marabunta de inadaptados, que corren sobre una figura que se intuye, muy vagamente, que es la del protagonista de la escena. La cámara se aleja, suena una melodía triste, y en un desenfocado progresivo se deja entrever un apalizamiento skin por parte de los letales fans hacia el pobre desgraciado mencionado en la segunda toma de esta secuencia.

Consiguientemente, la Horda Freak se revuelve como un sólo ser, mostrándose en un plano que se eleva desde el nivel del suelo lo descomunal de su tamaño. Cambio a un primer plano de Ayquesubnormá, mirando fíjamente a cámara, haciendo como que mira a la horda. Vuelta a un plano americano de los freaks avanzando, todo atrezados y enrabolando sus armas de gomaespuma. Plano de detalle de los ojos de nuestro héroe, sus pupilas crecen por la tensión. Plano posterior de la marabunta de inadaptados, que corren sobre una figura que se intuye, muy vagamente, que es la del protagonista de la escena. La cámara se aleja, suena una melodía triste, y en un desenfocado progresivo se deja entrever un apalizamiento skin por parte de los letales fans hacia el pobre desgraciado mencionado en la segunda toma de esta secuencia.

En otro orden de cosas, la Horda Freak se revuelve como un sólo ser, mostrándose en un plano que se eleva desde el nivel del suelo lo descomunal de su tamaño. Cambio a un primer plano de Poto, mirando fíjamente a cámara, haciendo como que mira a la horda. Vuelta a un plano americano de los freaks avanzando, todo atrezados y enrabolando sus armas de gomaespuma. Plano de detalle de los ojos de nuestro héroe, sus pupilas crecen por la tensión. Plano posterior de la marabunta de inadaptados, que corren sobre una figura que se intuye, muy vagamente, que es la del protagonista de la escena. La cámara se aleja, suena una melodía triste, y en un desenfocado progresivo se deja entrever un apalizamiento skin por parte de los letales fans hacia el pobre desgraciado mencionado en la segunda toma de esta secuencia.

Sorprendentemente, la Horda Freak se revuelve como un sólo ser, mostrándose en un plano que se eleva desde el nivel del suelo lo descomunal de su tamaño. Cambio a un primer plano de Yeremysuputamadreenbicletabuscapisoenalcobendas, mirando fíjamente a cámara, haciendo como que mira a la horda. Vuelta a un plano americano de los freaks avanzando, todo atrezados y enrabolando sus armas de gomaespuma. Plano de detalle de los ojos de nuestro héroe, sus pupilas crecen por la tensión. Plano posterior de la marabunta de inadaptados, que corren sobre una figura que se intuye, muy vagamente, que es la del protagonista de la escena. La cámara se aleja, suena una melodía triste, y en un desenfocado progresivo se deja entrever un apalizamiento skin por parte de los letales fans hacia el pobre desgraciado mencionado en la segunda toma de esta secuencia.

No obstante, la Horda Freak se revuelve como un sólo ser, mostrándose en un plano que se eleva desde el nivel del suelo lo descomunal de su tamaño. Cambio a un primer plano de LlamameSusisiquieres, mirando fíjamente a cámara, haciendo como que mira a la horda. Vuelta a un plano americano de los freaks avanzando, todo atrezados y enrabolando sus armas de gomaespuma. Plano de detalle de los ojos de nuestro héroe, sus pupilas crecen por la tensión. Plano posterior de la marabunta de inadaptados, que corren sobre una figura que se intuye, muy vagamente, que es la del protagonista de la escena. La cámara se aleja, suena una melodía triste, y en un desenfocado progresivo se deja entrever un apalizamiento skin por parte de los letales fans hacia el pobre desgraciado mencionado en la segunda toma de esta secuencia.

Pero, la Horda Freak se revuelve como un sólo ser, mostrándose en un plano que se eleva desde el nivel del suelo lo descomunal de su tamaño. Cambio a un primer plano de MissPorkis, mirando fíjamente a cámara, haciendo como que mira a la horda. Vuelta a un plano americano de los freaks avanzando, todo atrezados y enrabolando sus armas de gomaespuma. Plano de detalle de los ojos de nuestro héroe, sus pupilas crecen por la tensión. Plano posterior de la marabunta de inadaptados, que corren sobre una figura que se intuye, muy vagamente, que es la del protagonista de la escena. La cámara se aleja, suena una melodía triste, y en un desenfocado progresivo se deja entrever un apalizamiento skin por parte de los letales fans hacia el pobre desgraciado mencionado en la segunda toma de esta secuencia.

Debido a sus muchos frikipuntos, la Horda Freak se revuelve como un sólo ser, mostrándose en un plano que se eleva desde el nivel del suelo lo descomunal de su tamaño. Cambio a un primer plano de Fil Ólogo, mirando fíjamente a cámara, haciendo como que mira a la horda. Vuelta a un plano americano de los freaks avanzando, todo atrezados y enrabolando sus armas de gomaespuma. Plano de detalle de los ojos de nuestro héroe, sus pupilas crecen por la tensión. Plano posterior de la marabunta de inadaptados, que corren sobre una figura que se intuye, muy vagamente, que es la del protagonista de la escena. La cámara se aleja, suena una melodía triste, y en un desenfocado progresivo se deja entrever un apalizamiento skin por parte de los letales fans hacia el pobre desgraciado mencionado en la segunda toma de esta secuencia.

Fortuitamente, la Horda Freak se revuelve como un sólo ser, mostrándose en un plano que se eleva desde el nivel del suelo lo descomunal de su tamaño. Cambio a un primer plano de Zurrón, mirando fíjamente a cámara, haciendo como que mira a la horda. Vuelta a un plano americano de los freaks avanzando, todo atrezados y enrabolando sus armas de gomaespuma. Plano de detalle de los ojos de nuestro héroe, sus pupilas crecen por la tensión. Plano posterior de la marabunta de inadaptados, que corren sobre una figura que se intuye, muy vagamente, que es la del protagonista de la escena. La cámara se aleja, suena una melodía triste, y en un desenfocado progresivo se deja entrever un apalizamiento skin por parte de los letales fans hacia el pobre desgraciado mencionado en la segunda toma de esta secuencia.

Sin prentenderlo, la Horda Freak se revuelve como un sólo ser, mostrándose en un plano que se eleva desde el nivel del suelo lo descomunal de su tamaño. Cambio a un primer plano de Urgandarinito, mirando fíjamente a cámara, haciendo como que mira a la horda. Vuelta a un plano americano de los freaks avanzando, todo atrezados y enrabolando sus armas de gomaespuma. Plano de detalle de los ojos de nuestro héroe, sus pupilas crecen por la tensión. Plano posterior de la marabunta de inadaptados, que corren sobre una figura que se intuye, muy vagamente, que es la del protagonista de la escena. La cámara se aleja, suena una melodía triste, y en un desenfocado progresivo se deja entrever un apalizamiento skin por parte de los letales fans hacia el pobre desgraciado mencionado en la segunda toma de esta secuencia.

Y pim, pam, la Horda Freak se revuelve como un sólo ser, mostrándose en un plano que se eleva desde el nivel del suelo lo descomunal de su tamaño. Cambio a un primer plano de Andrés, mirando fíjamente a cámara, haciendo como que mira a la horda. Vuelta a un plano americano de los freaks avanzando, todo atrezados y enrabolando sus armas de gomaespuma. Plano de detalle de los ojos de nuestro héroe, sus pupilas crecen por la tensión. Plano posterior de la marabunta de inadaptados, que corren sobre una figura que se intuye, muy vagamente, que es la del protagonista de la escena. La cámara se aleja, suena una melodía triste, y en un desenfocado progresivo se deja entrever un apalizamiento skin por parte de los letales fans hacia el pobre desgraciado mencionado en la segunda toma de esta secuencia.

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HOYGA AKI DEJO DE DISIR LO MESMO I DIGO COSAS HASI KOMO DIFERENTES DEJA DE ASER ESCROL
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Quien sabe, lo mismo es un rollo así en plan reflexivo sobre la levedad del ser dentro de la maquinaria social del capitalismo, la trasposición del ser como ciudadano a consumidor, ergo depredador, aunado a los ciclos vitales, sean naturales o resultantes de los artificios creados por la civilización, que resuenan dentro de una suerte de conciencia colectiva en forma de reiteraciones.

O que si a los Fruittis les valía lo de reciclar las tomas, a nosotros también. ¡Ah, la magia del cine de autor!

El caso es que para ahorrar sufrimientos, se mete a piñón una escena dentro de un complejo militar del copón bendito. En una sala repleta de explosivos, misiles, bombas quimicas, falete, armamento experimental y dos payasos, están los supervivientes de la última escena: Chucholosgüevos, Ruskitri, Geranio, Dimeperraaloido, Zurullón y el Afro Zombi. Había una escena en la que el Afro Zombi se sacaba el báculo de Rá y se lo metía al subnormal del Ayquelistosoy por la punta del ciruelo hasta sacárselo por el culo, despacito y con alegría, justificada en que 1) el afro zombi no muere nunca, y 2) El gilipollas del Ayvengayá dijo en un post suyo que para vencerle era necesario el báculo ese. Y va el gilipollas y se lo da al afro zombi. Desgraciadamente es una escena que se ha descartado porque no resulta creíble que se pueda ser tan retrasado y haber llegado a nacer.

También está el Médico, o el Profesor. El nazi ese chungo de la otra escena. Rodeado de zombis nazis militares con metralletas y cosas así en plan chungo que te rilas.

- Rammstein jaegermeister panzer tiger leopard, ojete berlin ibiza autobahn!

¡Cielos! ¡Va a liberar el virus zombi al mundo exterior! ¡Y dice que el Teto es para losers!

Notas de juego

Pues eso, que solo quedan en la escena Chuchopirado, Dimitri, Ficus, Nombre Aleatorio y Throm. El resto muertos de alguna forma desagradable.

En la base hay un número aleatorio de zombis nasis armados, que aguantan una herida cada uno. El profesor es hostiable a vuestro libre albedrío, por si queréis hacer concurso de quien le da la hostia más gorda (quien le hace más heridas). El afro zombi no. Escena final, sólo van a quedar dos, así que da un poco igual el tema táctico.

En la sala hay muchas cosas que hacen PUM. Podéis tirar 1d6 adicional por cada explosión que pongáis en el post, acompañada de un GIF de algo explotando. Esos d6 adicionales también se repiten si sacas un 6 (límite de tres 6 por dado, como siempre)

Si, vale, como hay zombis nasis indeterminados da igual tirar 1d6 o 25d6, al final van a palmar todos menos dos. Pero ¿y lo que mola tirar 25d6 zombis nasis muertos? ¿Ein? ¿Ein? Eso no os dejan hacerlo en vuestras partidas normales.

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06/05/2014, 02:02
Nombre aleatorio

Como en un videojuego en lo que todo se va enalteciendo y desbordando hasta límites insospechados, habíamos acabado cayendo en el interior de aquella base militar secreta a la que teníamos la posibilidad de acudir desde la primera escena, en esta macabra sucesión de tortuosas pantallas al más puro estilo de los videojuegos de terror, o de las películas de miedo. Miré a ambos lados, y exhalé un profundo suspiro, intentando mantenerme en calma. Un sudor frío recorría mi más que nunca pálida piel. Mi corazón había intentado, desgarrando la piel, rompiendo hueso y rasgando músculo, salírseme del cuerpo en numeradas ocasiones. Ninguna, no obstante, como esta en la que estábamos ahora. Mi corazón había adoptado el movimiento de un doble bombo de batería, y repiqueteaba mi caja torácica con gran velocidad y fuerza, haciendo que mi respiración fuera errática, mi sensación de nervios mayor, y la adrenalina fluyera como la droga en las fiestas de pueblo. Había vivido mucho, eso nadie podía negármelo. Pero la extraordinaria vorágine de circunstancias y acontecimientos sucedidos en las últimas horas, probablemente las últimas de mi vida y en las únicas en las que me he sentido nuevamente vivo y he dado un verdadero sentido a mi existencia, había terminando dinamitando mi forma de pensar y mi sentido de la supervivencia hasta límites insospechados, hasta el punto de ser capaz de superar situaciones en las que, si hubiera ocupado el papel que solía ocupar en muchas de las películas en las que participaba, no habría sido capaz de atravesar jamás en la vida.

 

Si había algo en los personajes secundarios que morían en las películas americanas, axioma que podía ser aplicado de forma correcta en diferentes países a parte del ya mencionado, es que por lo general solían ser los negros1, o bien eran los más vacilones, o bien los más precavidos. Y esto era lo más parecido a una serie de terror de serie J. En este Reino del Terror en el que estábamos atrapados, la ley del más fuerte no sigue los mismos patrones que en la selva y generalmente suele ser el más loco2 el que sobrevive. Lo más inusual sucede, y las situaciones más esperpénticas3 y ridículas dan lugar, en un tipo de películas de bajo presupuesto, a unos patrones que se repiten: Regueros de sangre; personajes secundarios muertos de múltiples maneras, y el protagonista de la historia y la rubia liándose o abrazándose, generalmente cubiertos en sangre u otros fluidos como lluvia o benceno. Si por algo extraño estábamos dentro de una película o el desenlace iba a terminar de esta forma, esperaba que, en vista de que mis compañeros eran los que eran, fuera el papel que me tocara jugar en The Big Final Scene, acabara sucediendo lo segundo. Bueno, si moría, prefería que sucediera lo contrario, que el protagonista y la rubia se liaran. Así me descojonaría de ellos desde mi tumba. Al fin y al cabo, no me iba a importar en lo absoluto una vez muerto, y si sobrevivía alguno de nosotros, cosa casi improbable, no creía que a mi amigo Throm4 se le atrevieran a acercarse para liarse con él.

 

Dejando las cavilaciones atrás y volviendo al tema que en ese momento era preferente y sumario, la verdad es que estábamos metidos en un pozo de mierda hasta las cejas. Y, para colmo, eran nazis, militares, y armados. Era como si hubieran juntado todo lo peligroso posible y lo hubieran puesto en una maldita escena final. Era como si me hubieran forzado a tener relaciones sexuales con Carmen de Mairena, siendo gráficos.

 

Mi ser, mi cuerpo, mi mente, y todo lo que hacían de mí lo que soy -y quién sabe si seré- se encontraban al límite de la extenuación. Físicamente estaba exhausto, mis piernas me dolían, los brazos estaban cansados, prácticamente tenía agujetas en cada recóndito rincón de mi cuerpo. Psíquicamente mi cabeza era un mar de dudas, ideas por encontrar y resolver, unas puertas y unas llaves, y como el gato de Schrödinger5, podía ser que ninguna llave abriera ninguna puerta, que una las abriera todas, o alguna combinación de llaves que haría que algunas o todas se abrieran. Mentalmente estaba bajo mínimos, hasta el punto de entablar una curiosa amistad con un ser de dudosa inteligencia y reputación y, lo que era menos importante y el causante de ello, que había perdido a muchos de mis compañeros. Digo que es menos importantes porque a muchos de ellos ni los conocía, otros tenían la marca del Destino Funesto Que Te Cagas sobre ellos desde un primer momento, y muchos parecían no entender lo que estaba sucediendo hasta que ya era demasiado tarde. Volví a asegurarme de que quedábamos los mismos cinco y no habíamos muerto, aunque estábamos hechos polvo. Nos encontrábamos, por suerte o por desgracia, el bardobaro, el loco del vodka, el meta-humano, el ficus, y yo. -¿¡Qué!?-, exclamé indudablemente, sorprendido al ver las ramas de la aparentemente tranquila planta entre los que podían considerarse afortunados o desafortunados de estar aún vivos según su capacidad para resistir la locura, la cordura, y las secuelas psicológicas y majaderías de cada uno. ¿Cómo podía seguir viva, la planta, si muchos no lo habían logrado? Desde luego, la tenacidad de la planta en cuestión era admirable, y la capacidad para pasar desapercibida cuando se avecinaban problemas era todavía más codiciable. Musicalmente, se trataba de una maldita pesadilla. Cuantitativamente, éramos superados en número de una forma amplia y evidente, y realmente estábamos jodidos. Irónicamente, había muchas cosas que podían hacer PUM en una Base Militar Secreta. Estadísticamente, éramos del selecto grupo de la minoría que todavía no se había dado cita con el Destino Funesto que Te Cagas. Eventualmente lo haríamos, drástica y brutalmente. Estaba seguro de ello. Porcentualmente... -¡¡¡ESPERA!!!-, grité a los cuatro vientos. Eso era, ¡porcentualmente no era capaz de saberlo porque no lo había calculado por ahora!

 

Ni aleatoriamente ni porcentualmente conocía cual era mi situación, y como estábamos en una Base Militar Secreta y había muchas cosas que hacían PUM (por no hablar de la marabunta de seres que se nos venía encima) y lo más probable es que acabáramos asesinados, gang-rapeados hasta morir, degollados, comidos, explotados, disparados, acuchillados, calcinados, nazificados, exterminados, aplastados por escombros o con hipo de por vida, abrí mi mochila poco a poco, disfrutando de ver cómo se deslizaba poco a poco hacia delante mío y desde el hombro hacia la mano. Pronto abrí el bolsillo grande y deposité el dado de cien caras gigante y macizo en el suelo. Hacia arriba se encontraba el uno fruto de la más irónica de las casualidades. Era, paradójicamente, mi más preciada posesión, pues los amigos que había tenido durante toda mi vida habían acabado haciéndose viejos y muriendo, y no quería hacerme amigo de nadie porque al final morían y me dolía mucho tener que acudir a entierros; había decidido, pues, que solo acudiría, de ahora en adelante, al mío. La verdad es que el dado era mucho mejor que un perro, o mascota en general: no tenía que alimentarlo; no tenía que recoger sus mierdas; no tenía que escucharlo ladrar; no tenía que sacarlo a pasear; y podía jugar con él cuando me diera la puta gana. Y -ahora es el momento. O ahora o nunca-, murmuré, para mí mismo, mientras asentía, y daba un par de pasos. Un par de pasos hacia atrás, coger impulso, prepararme a ello. Con un grito de guerra impropio en una persona que siempre había estado a la sombra de los protagonistas principales en decenas (¡quién sabe si centenares!) de ocasiones, di un paso hacia adelante, largo, y aproveché el impulso del mismo para chutar el dado de cien caras hacia el General Nazi con todas mis fuerzas. Claro está, aquél hecho tuvo tres consecuencias inmediatas: la primera, y el más inmediato y negativo para mí, la casi instante inflamación del pie derecho, palpitándome durante diez segundos como un verdadero cabrón y conmigo cagándome en la puta madre que parió al dado quejándome amargamente por ello; la segunda es que grabé, gracias al relieve de los números dispuestos en el casi circular dado, un precioso 736 grabado en la vomitiva cara del General; y la tercera consecuencia fue que, como si el dado proyectado hacia la cara del General se hubiera convertido por algún motivo no conocido de cristal, estalló en mil pedazos, que se clavaron en muchos de nosotros.

8

Mi cara pasó de ser una sonrisa a un poema al ver el dado desintegrarse, y en un instante mis ojos se abrieron intensamente, abriendo incluso la boca un poco debido a la sorpresa provocada por el suceso. Todo lo que tenía, todo lo que poseía, me había sido arrebatado. Ya no me quedaba nada, lo había perdido todo, excepto tal vez la vida. En aquél momento, ya todo daba igual. Yo era una pluma sin tinta, una canción sin nombre. Una muerte en vida, una paradoja viviente. Y es que en realidad, los héroes perfectos, que no sufren por ningún motivo y a los que todo les sale bien9 existen en cero ocasiones. Y obviamente, yo no iba a ser el primero en tener ese dudoso honor o esa suerte.

 

Mientras las dos primeras lágrimas protagonizaban una triste carrera por mis mejillas, todo mi cuerpo empezó a temblar y a enrojecer fruto de la rabia, la desesperación, el odio, y la impotencia que sentía. Aquello, definitivamente, no era justo. Tan solo había un vínculo que me unía a la vida y ahora mismo se había convertido en virutas de cristal ante mis ojos. Me mordí el labio inferior con fuerza, y un pequeño hilo de sangre resbaló desde el labio hacia la barbilla, mientras me movía hacia atrás un par de pasos tambaleante, hasta que mis manos toparon con una caja. Metí la mano dentro del mismo, para conseguir y hacer girar una granada, arrancarle la anilla y lanzarla con rabia hacia la multitud, junto a un grito desgarrador -¡¡¡TODO ESTO ES CULPA VUESTRA!!!-, antes de dejarme caer sobre mis rodillas, poniéndome las manos en la cara y perder poco a poco el color y las fuerzas, y apagarme paulatinamente en un llanto silencioso ensordecido por la explosión de la granada.

Con los ojos cerrados, esperando el peor de los destinos, tan solo pude reflexionar en qué cantidad de locura da sentido al mundo tal como lo vemos, y en cómo las cosas más buenas pueden convertirse en las peores en un súbito momento.

- Tiradas (2)

Motivo: Grabado

Tirada: 1d100

Resultado: 73

Motivo: To the Ghetto of the Nazzi

Tirada: 4d6

Resultado: 13(+5)=18

Notas de juego

((El dado es el arma especial, y da +5 al golpear In the Ghetto del Nazi General. +2d6 por explosiones, +1d6 por arma de campo, +1d6 del principio (4d6+5) porque para matar a muchos nazis, le intento hacer "Overkill"10 al proyecto de Hitler y dejarle una bonita marca. Sé que podía separar los dados, pero no he pensado a tiempo para separarlo, no me he acordado, y además quería acabarlo hoy, son las 2:42 AM, y mañana tengo clase.))

1: Como cualquier otra
2: ¿Es el más loco el más cuerdo? ¿Es el cuerdo el loco por creerlo diferente?
3: En el Openoffice, la primera sugerencia es "espermáticas". Ahí lo dejo.
4: "Trompo", según Openoffice.
5: Para este ya no hay sugerencias. Normal, con ese nombre tan Nazi...
6: El numero 73 es el 21° de los números primos y 37 es el 12°, por tanto son primos permutables. 73 también es el número estrella que representa el centro del hexagrama, como el de las damas chinas, por ejemplo. Setenta y tres en binario, 1001001, es un palíndromo7. Además, de los 7 dígitos binarios que representan el 73, hay 3 unos. Sumando, 37+12 = 49 (7 al cuadrado) y 73+21 = 94 = 47 * 2, 47+2 también es igual a 7 al cuadrado. En base 5, el primo más pequeño con una suma compuesta de dígitos es 73. Y finalmente 73 es un repdigit en base 8 (111). 
7: Según Openoffice, esta palabra debería ser palisandro.
8: He creído conveniente explicar esta imagen. Se trata de una dispersión (por tanto de una explosión) de los tonos de gris, que es, a mi parecer, lo que mejor ilustra a miles de trocitos de cristales desperdigados por doquier.
9: También llamados Mary Sue, Marty Stu, Gary Stu...
10: Overkill: Situación de violencia en la que se aplica una fuerza desmesurada para la consecución de los objetivos.
 

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06/05/2014, 15:51
Throm el bardobaro

Throm contempla la escena con mirada de fundición dúctil. La de las farolas, inculto. Yerro de ese negro y rugoso. Ahí las dao.

Su coleguilla de fatigas hace cosas molonas y jevis con un dado, provocando en el potente bardóbaro la necesidad de ser épico. Inspira, y... un tipo se le acerca con una revista maquetada con el ojete.

- Señó direstó, señó direstó, que ya salió la revit-ta, que ya pué hacé lo quiba a hacé de ponerse ahora de malo, que loh actores ya salabrán leío.

Throm mira alternativamente al despreciable hombrecillo y a la rosada revista que éste le tiende. ¿Es acaso un truco, un maleficio? ¿Realmente Throm no es Throm, sino Korsacrom? ¿Korsathrom? ¿Debe aceptar esa oscuridad en su corazón y convertirse en un villano recurrente? ¿No tiene derecho, acaso, a rebelarse y mantenerse puro, siguiendo la sencilla (y no por ello menos noble) vida del bardóbaro?

- Throm estar rallado que te cagas, tronco.

Arcanas energías nacen de su ser, mientras se enfrenta a sus propias tribulaciones mentales de si es él mismo o sólo una invención. En algún lugar, un director de juego resacoso aporrea el teclado comprendiendo que el puto personaje se le ha ido de las manos. Al mismo tiempo, en otro lugar, la Yeni se queda embarazada en una piscina, a pesar de que la Yoli le dijo que el cloro mataba tol veneno que le dejara el Yonathan. Se da también la coincidencia de que, en otra dimensión, a Blancanieves le estalla la puta cabeza.

Throm alza su martillo. Por última vez, quizás. Nada importa ya, ni siquiera la posibilidad de jugar al Teto en Vivo. Sólo importa vivir y morir según los dictados de su conciencia. Una conciencia que le berrea a voz en grito un sencillo mensaje: aplasta.

Da un salto del copón, y al caer golpea el suelo con RAZOR, derribando en la onda expansiva a una piara de zombis nasis.

- THROM NO SER TITERE, THROM PENSAR Y TENER RAZON

La crisis de identidad se agrava, y por un instante deja de parecer lo que es, convirtiéndose en un señor calvo con bigote. Con un un pony. Total, puestos a mezclar mierdas, hagámoslo a tope.

- Esto no es un puto pony, y yo soy el que llama, Escailer, coño, que no tenteras.

Throm está hecho un lío la criatura. No es un Nombre Aleatorio acostumbrado cual putilla a ser lo que diga el pagador. No es un alcoholico de mierda como Dimitri. No levanta la pierna derecha al mear, como Chuchopirado. Y desde luego que no hace la fotosíntesis como Ficus. No encuentra la salida a su problemática, encerrado en una cúpula inexpugnable de dudas color caca.

Cuando todo parece perdido, las palabras de Throm el Viejo resuenan en su cabeza. Cosas del eco.

“Cuando no sepas que hacer, usa la RAZON”.

- Throm siempre preguntarse por que Throm el Viejo llamar a RAZON “la”. RAZON ser martillo, martillo no ser chica. Dar igual. Throm usar RAZON. Además, Throm el Viejo estar muerto.

En la explosión cataclísimica resultante, otros tantos zombis nasis que contemplaban estupefactos el monólogo interior de aquí el greñas mueren (otra vez). Los nasis mueren como judíos, hechos ceniza. Throm también sabe hacer humor negro de doble tirabuzón.

Alza su testa. Ya sabe lo que se espera de él. Conoce su Destino.

- THROM SABER QUE ESTAR HACIENDO COSAS CHACHIS PARA QUE GENTE RANDOM PARTIRSE LA POLLA. THROM AHORA PELEAR EN PLAN EPICO CON ZOMBI NAZI GIGANTE Y THROM DEJARSE PEGAR UN POCO PARA QUE SER TODO MAS EPICO AL FINAL DE COSA ESTA DONDE THROM ESTAR METIDO

Una lástima que el presupuesto para cromas se haya ido al cuerno entre unos y otros. La caída le había quedado resultona, casi se intuye como el zombi nazi gigante le pega con un panzer agarrado. Tu ya te lo imaginas si eso.

Throm se levanta tras el golpe, limpiándose la sangre de la boca con el dorso de la mano. Todo épico, todo potencia, todo con el fondo azul.

- THROM REVENTAR PUTA CABEZA DE NAZI HORMONADO Y HACER COSAS JEVIS CON SU CULO. PERO DESPUES DE QUE RESTO DE COMPAÑEROS RAROS DE THROM HAGAN SUS COSAS RARAS.

ENTONCES THROM JUGAR TETO CON TU PUTA TRAQUEA

- Tiradas (1)

Motivo: Reflexiones filosóficas sobre el ser

Tirada: 6d6

Resultado: 1, 2, 4, 2, 5, 5

Notas de juego

19 zombis nasis muertos. Puta mierda de crisis existencial. Ni un puto 6, el perroloco ma pegao la sarna o algo.

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07/05/2014, 15:09
Ficus

Dioses misericordiosos, a ver si acabamos con esto, que ya ni el leon de la Metro aguanta la sarta de paridas y desvarios.

Pero Ficus tiene mucho mas aguante que el leon capado ese. La vida en el despacho de Ralf McAnnaman ha sido entrenamiento suficiente como para aguantar las visiones mas horribles. Ralf no solo tenia un perturbado gusto para elegir peliculas, si no que dado que su despacho podia ser cerrado, el tio disfrutaba del onanismo como si le pagaran por ello. No, unos cuantos zombis nazi no van a alterar a Ficus, quien les contempla con una mirada dura como el frio acero, listo para la accion.

El poder del carisma de Ficus deslumbra a la horda de ululantes caminantes.

Que quedan cegados, sus ojos, al explotar en sus cuencas oculares, dejan regueros de sangre putrida y humor vitreo por las caras de todo zombi que le contempla. El dolor, que a cualquier persona incapacitaria, llega hasta los atrofiados cerebros de los cegados alemanes no-muertos, quienes entran en un frenesi de destruccion, intentando huir de esa agonica sensacion que les invade, golpeando a todo a quien se interpone en su paso, lo que probabilisticamente les lleva a golpear a sus propios camaradas de redivida:

Uno se acerca peligrosamente a Ficus, pero comer verde es peligroso.

Afortunadamente para nuestra heroica planta decorativa de interiores, un becario que trabajaba para la empresa de cine pornografico que habia enviado a Ficus a grabar la KDD amateur de teto se sacrifica, impidiendo que el zombi muerda a la planta, y acabando con el susodicho con una escopeta.

Desgraciadamente al salvar a Ficus, ha sido mordido y en poco tiempo pasara a formar parte de la menguante y, recordemos, autodestructiva horda. Sin embargo, es consciente de su aciago destino y decide, que antes de ser parte del problema sera parte de la solucion y se autodispara con un cañon contra el grupo de zombis nazi.

 

Al caer golpea con la cabeza un misil que habian dejado ahi tirado unos operarios a quienes les habia llegado la hora del bocadillo mientras transportaban el dicho proyectil de destruccion masiva.

 

La explosion resultante es inmensa, sangre, visceras y astillas de hueso vuelan por todas partes. Hay tanta destruccion que la tarjeta grafica del IMac del chico de los efectos especiales no puede soportar tanta profusion de graficos y revienta.

Que se joda, que hubiera usado un ordenador con Linux, que la tarjeta grafica estaria en la torre y no integrada dentro del monitor. Asi se hubiera evitado el tener esquirlas de cristal clavadas por toda la cara y estar desangrandose encima del teclado.

El cientifico que habla raro se monta en un reno volador artillado, primo de Rudolf, para bombardear a nuestros rebeldes heroes, que no ceden ante su destino y siguen luchando y digo en un primo y no en Rudolf, porque Rudolf sale en la cuarta pelicula de Motel Gore y este reno volador no saldra de una pieza de aqui, ya que el misterioso cientifico no es aleman(para ser nazi y hablar aleman no es necesario ser aleman y si no que se lo digan a Hitler), es Serbio, de Belgrado para mas señas, el muy mamon es Novak Djokovic y el reno no saldra de una pieza porque Rafa Nadal, cual Chuck Norris en "los Mercenarios 2" aparece para salvar el momento.

Para que luego digan que sirve mal...

Su ayudante, una enana, aria pura, que debe su enanismo a la endogamia que ha garantizado su pureza aria, esta en su despacho desarrollando la formula del virus zombi definitivo, pues ha encontrado un defecto fatal en el virus zombi de su mentor, Herr Doktorr Djokovic, que hace que la enfermedad no se propague tan bien sobre tierra batida.

Afortunadamente, Ficus aparece a tiempo de acabar con ella y poner fin asi a una evolucion del virus zombi que hubiera hecho que esta plaga fuera imparable.

Aun queda esperanza para la ficusicidad...y bueno, para la humanidad tambien.

- Tiradas (2)

Motivo: Muerte y destruccion

Tirada: 6d6

Resultado: 1, 3, 2, 3, 6, 3

Motivo: Repeticion

Tirada: 1d6

Resultado: 1

Notas de juego

19 ostias, repartidas equitativamente entre zombis, cientifico tenista nazi y ayudante enana aria 

Cargando editor
07/05/2014, 22:18
Dimitri Vodkariniy

Después del hábil uso del martillo-nunchaku, nos vimos obligados a retroceder, contra nuestra voluntad, desde la tienda de ultramarinos de Johnny Melavo hasta la Base Militar Secreta, cosa que a mí, a nivel personal, no me hizo ninguna gracia, pues no me gustaba ceder terreno a los alemanes, ya que estos siempre querían más y más y luego acababa pasando lo que pasaba. De todos modos, cabe decir que en la Madre Patria esta sorprendente Blitzkrieg1 habría sido detenida o frenada hasta la llegada del duro invierno y allí el enemigo tenía las de perder y acababa por rendirse, sucumbir al poder de los nuestros, o perder en Stalingrado y acabar retrocediendo hasta Berlín. Claro es que, en Faquindamnedtrashtown los inviernos no eran como en el país del que provengo, y no éramos tantos como los que eran en Stalingrado, pero no pude evitar sentirme humillado y decepcionado conmigo y con mis compañeros por no haber sido capaces de mantener la posición hasta morir como sí habían hecho, aunque de una forma en que el honor y orgullo no habían quedado intactos (si es que, a esas alturas, todavía poseían un poco de ello), nuestros difuntos e inertes compañeros vilmente sodomizados por friki-zombies y/o el Afro Zombie, que por cierto nos había seguido. Nuestros compañeros habían tenido unas muertes de forma horrible, y no parecía que nosotros debiéramos correr una suerte diferente. No obstante, si algo nos caracterizaba a nosotros, los rusos, a parte del vodka, el frío, los cócteles Molotov2, la homofobia, la ensaladilla, Demis Roussos, los vídeos en Youtube de locuras al volante y los polvorones de la Estepa, era que por muy oscuras que viéramos las cosas (más si era de noche que de día) nos defendíamos, como ya habían hecho nuestros antepasados contra los nazis panza arriba, y extraíamos hasta la última gota de sudor, sangre, lágrimas y/o otros fluidos que el enemigo nos libraba (ya fuera por propia voluntad o por la fuerza) aunque el último ápice de esperanza nos hubiera abandonado del todo.

 

Nuestra situación era irónica y paradójica: Todos nosotros habíamos, bajo unas circunstancias y propósitos diferentes, ido allí a jugar al Teto en Vivo. Muchos de nosotros habíamos terminado siendo víctimas de una sodomización y/o asesinato3. Parecíamos hormigas siendo aplastadas bajo un poder superior, como si ése poder escogiera a dedo quiénes de nosotros íbamos a perecer y quiénes iban a sobrevivir, bajo las recomendaciones de un consejo también superior de jueces4 afiliados al Destino Funesto Que Te CagasTM.

 

Por otro lado, la situación hizo que esbozara una sonrisa de psicópata. Me sentía lleno de energía. Quizá yo iba a morir en la Base Militar Secreta. Era casi curioso, cuando más avanzábamos y más difícil era la situación, de más armas disponíamos. Parecía un videojuego. Tanto si iba a morir como si no, iba a llevarme a cuantos más pudiera conmigo, para poder abrir una vía de escape para el que la necesitara, ya fuera yo mismo o alguno de los cinco que nos encontrábamos en esa lamentablemente miserable situación. Parafraseando a lo que dijo una vez un sabio5 en un momento que quedó inmortalizado en muchas de nuestras retinas, -Hay que provocar una puta masacre, para poder escapar como maricones-. Bueno, la frase original no decía esas palabras porque se trataba de una película de Disney y aquello hubiera traído problemas a la entidad. -Qué fastidio-, me quejé mientras me crujía los dedos. -Me voy a manchar la ropa de sangre. Y la sangre es difícil de quitar de la ropa-. Recordé que ya tenía sangre en la cara y en el cuello de la camisa, provocados por el uso del doble nunchaku-martillo que con tanto orgullo había blandido en la batalla de la escena anterior. Cuánta lucha, parecía Pokémon al entrar en cualquier cueva. De nada servía limpiarme ahora (dónde están las tintorerías cuando las necesitas), y además seguro que las manchas de sangre en la camisa me servían para intimidar a mucha gente o resolver de forma automática frases incómodas como “¿Dónde has estado?” o “¿A ti tu madre no te enseñó a comer, verdad?” o “Tienes un poco de Ketchup ahí, ¿lo sabías?”. Pero con ellos la intimidación no servía. Debido a mi vasta experiencia con los nazis sabía que éstos no se rendían jamás, y menos con un líder chalado, un Adolf HitlerTM 2 con el mismo liderazgo, el mismo nivel gramático de alemán, y la misma mala leche. Si algo podía reconocerle a mis archienemigos6 alemanes era su carácter y su tenacidad, fuertes como un roble, o como una de sus bombas nucleares, o sus genocidios, o su acento. No me importaba. Este era mi momento, el momento de mi venganza personal. E iba a disfrutarlo más que nadie. Herr Doktorr bajó y volvió a formar filas. Aquél cabrón era fuerte y no se rendía, había sobrevivido a una explosión de cristales y a varias explosiones, incluso una provocada por Rafa Nadal7.

 

Como ya tenía la conciencia de que había que luchar hasta perecer y además parecía que se atacaba por turnos, no tenía ninguna prisa. Ya encontraría un camino de salida. Me puse manos a la obra, y me senté tranquilamente sobre una caja cuya etiqueta rezaba “Cuidado. Frágil. Metralletas y fusiles de asalto” en rojo, Comic Sans 72. Muy discreto todo. Alcancé una pistola con la mano y lancé un cigarrillo de la caja de CamelloTM del bolsillo hacia arriba. Apunté con la pistola y disparé, escuchando la explosión que producía el mecanismo interno de la misma. El cigarrillo me cayó en la boca, y como todo lo que sube baja, la bala también fue hacia mis enemigos tras rebotar en el techo.

Eché un par de caladas al interesante contenedor de cáncer y suspiré, echando el humo por la boca, haciendo anillas, lazos, perritos salchicha y letras con el humo, formando la frase “Nazis, hijos de puta, vais a morir”. Me llevó mi tiempo, pero como supuse, al acabar todavía era mi turno. Al lado de la caja de metralletas sobre la que estaba sentado había un horno, y al lado unos huevos que creía frescos. Supuse que alguno de los nazis tendría hambre, y aproveché para lanzar huevos hacia ellos, jodiéndoles la merienda y haciendo que su interior estallara en su cara. Además, resultaba que no eran frescos, sino podridos8, y maté a unos pocos nazis con ellos.

Y es que eso no era todo: al lado de los huevos había un cetáceo. Un cetáceo muerto, un cetáceo inmenso, un cetáceo voluptuoso, incluso. Total, si iba a morir, mejor sería follando que no sodomizado. Como ya todo da igual y según el dicho popular “cualquier agujero es trinchera en tiempos de guerra”, fui a hacerle un agujero con las pinzas de sacar y poner las nuggets9 en el aceite. Lo que no imaginaba es que el cetáceo explotara, y la explosión fuera dirigida hacia los nazis, matando a algunos de ellos.

Además de los dos productos animales, se encontraba una sandía. De pequeño ya había jugado con ellas y sabía cómo hacerlas explotar, así que aprovechando unas gomas de pollo que habían para cerrar el defectuoso cartón de huevos, usé las gomas en la sandía y la lancé contra los nazis, impregnando de esta fruta a la que los militares nazis eran alérgicos y matando a unos pocos de ellos en el acto.

Descorché dos botella de vodka. Una de ellas, la aproveché dándole un trago inmenso. -Si muero, que sea bebido-, me justifiqué, con una frase que hacía honor al más puro y destilado cliché de los rusos. Todos, sin excepción, estaban esperando esta escena. Introduje un trozo de tela húmeda en la botella, le prendí fuego, y lo lancé contra los nazis. Era una botella de vodka desperdiciada, pero me había servido para deshacerme de unos pocos nazis. Porque, aunque fuera en el último combate, el ruso tenía que lanzar un cóctel molotov.

Llamé a mis amigos, a un amigo italiano experto en poner minas personas y a unos raritos que parecían sacados del grupo de música Parchis. El primero, el italiano, de nombre Giuseppe Panzatto, había sido jugador de futbol, y vino porque pensó que había un partido y quería participar. Venía con la equipación segunda de la Juventus, y cuando le dije que no había venido para un partido no se le ocurrió otra cosa que chutar una mina antipersona hacia los nazis, haciendo que ésta estallara, muriendo en el acto y reventando a unos cuantos nazis por el camino. Los segundos no entendían muy bien lo de las explosiones así que llamaron a un monstruo muy feo que les tiraba rayos que explotaban. Como que las explosiones que les lanzaban a los aliados también servían, les di la orden y éstos se mezclaron entre los nazis, haciendo que con las explosiones también murieran enemigos a parte de ellos. Hicieron bien su servicio y debían ser recompensados con máximos honores, pero como ya estaban muertos no les iba a importar mucho.

Mi cerebro parecía a punto de estallar por el ruido, las explosiones, las luces, las cámaras, y la acción del momento. Llevaba mucho tiempo dándole vueltas a la cabeza a esta situación tan jodida en la que nos encontrábamos. Quería escapar ya, pero no parecía que fuera a poder por el momento. Me dolía la cabeza, y cuando me terminé el cigarrillo y la botella de vodka, que los terminé al mismo tiempo, estrellé la segunda con furia contra el suelo. El dolor de cabeza que sufría me recordó al anuncio aquél en que el cerebro estallaba. Esperaba que con mi cerebro no fuera a pasar lo mismo.

Sí, el gif anterior era una gilipollez, pero no obstante, gracias al humo inhalado y al vodka consumido, pude percibir como el cerebro dejaba de atosigarme y me relajaba mucho. Tanto, que ya estaba dispuesto a hacer y a usar cosas, materiales e instrumentos altamente peligrosos. Me levanté de aquella caja, y, recordando que el turno se iba a acabar dentro de no mucho, me alejé un poco hacia una caja solitaria. La abrí. Era una caja de explosivos, de fuegos artificiales, de TNT, de nitroglicerina, y de las tan conocidas por todo el mundo como peligrosísimas piulas verdes en cajas de 72. Primero, para conocer el alcance de su poder explosivo, lancé uno hacia la multitud. Al caer al suelo y permanecer quieta, ésta explotó. Pese a ser una explosión pequeña, mató a nazis, por lo que por pequeña que fuera, era bienvenida. Como decía el dicho, "las mejores fragancias vienen en frascos pequeños".

En el mismo instante en que vi aquella última explosión, me entró la locura. Todo sucedió muy rápido. Mi cuerpo y mi mente iban reaccionando poco a poco a las explosiones, una vez tenía una quería más y más y no me cansaba hasta destruirlo todo, y parecía que había llegado a ese punto de “no return, no regrets” en el que iba a acabar por derrumbar el edificio entero. Encendí la caja de piulas con un lanzallamas que había casualmente por ahí, y la arrojé contra los nazis. Una de ellas incluso cayó en una mierda que había casualmente por ahí y explotó llenando de mierda a unos nazis que había casualmente por ahí.

Como el turno era muy largo, muchos de los nazis se habían puesto a holgazanear e incluso algunos de ellos habían caído rendidos por la sarta de gilipolleces y muertes por estupideces varias, y el lanzamiento de petardos masivo sirvió para que algunos de ellos despertaran. No solo eso, sino que incluso diversos nazis cayeron nuevamente al suelo, fulminados de un infarto al corazón derivado del susto de despertarse con petardos.

La acción de los petardos estaba a punto de finalizar, pero antes de acabar con la misma uno de los petardos que arrojé hacia los enemigos cayó en una caja de cartón solitaria, que se prendió fuego y ardió, ardiendo también el contenido de esta. Se trataba de fuegos artificiales, y una vez se encendieron salieron disparados hacia todos los lados, asesinando cruelmente a unos cuantos nazis por el camino y consiguiendo una bonita representación fálica fidedigna en el cielo que ahora se podía ver gracias a los agujeros que habíamos provocado.

-Será una mierda cuanto todo esto se acabe-, espeté, dejando ir las piulas y centrándome en una furgoneta que había entre los nazis. ¿Qué hacía una furgoneta como esa en un lugar como ése? ¡Si los militares, por general, tenían tan poca inteligencia que conducir una furgoneta era imposible para ellos! Entonces vi la matrícula. Era de italia. ¡Era de mi amigo Giuseppe! Nada lo hacía más feliz que asesinar a nazis (y era curioso, porque por lo general los italianos estaban del lado de los nazis en todo), excepto quizá el fútbol. Pero ahora no tenía piernas, ni brazos, ni cerebro funcional, así que abrí la caja de metralletas y fusiles de asalto, escogí el más tocho y disparé repetidamente contra la furgoneta, hasta que ésta estalló como en las películas.

Disparé hasta que no quedaron balas en el cargador ni en la recámara, y el famoso “clic”TM se escuchara en el arma. La lancé contra los nazis y escogí armas más grandes. Cada vez, el tamaño iba siendo mayor, primero de todo, llamé por teléfono a Aleksey, un amigo de la infancia, que vino, cómo no, en un instante. ¿Por qué había ido en bus si Aleksey pilotaba un caza y me podría haber traído en un momento? Quizá por la emoción del momento. Aleksey trajo su C4 y su martillo +3, y además sus granadas de humo y de mano. Se alejó de mí, pues sabía que no era muy diestro con el lanzamiento de granadas, su gran especialidad era el martillo. Primero intentó lanzar dos granadas que, después de rebotar en los nazis volvieron a él y lo hirieron.

(Aviso: La segunda escena contiene extras que murieron en la realidad en el lanzamiento de la granada y que, como no importan y no iban a cobrar, no mencionaremos a lo largo de este post. esta escena es una recreación en que todos se salvan, porque si no se nos querellan y no queremos eso)

Después, como si la cosa no fuera con él y sabiendo que sus heridas eran mortales me miró y sonrió, agradeciéndole la oportunidad que le había brindado de matar a cuantos más nazis posibles fueran. No quería que Aleksey muriera, pero él parecía determinado. La situación era dramática, y la canción también, y Aleksey gritó cuando lanzó el C4 y lo aporreó salvajemente, desintegrándose en el acto junto a unos cuantos enemigos.

-Adiós, Aleksey-, dije, mientras apretaba mis puños con fuerza, haciendo que éstos se volvieran rojos. No moriría en vano, Aleksey no iba a morir para que yo ahora muriera. Me aproximé a una caja extremadamente larga y con forma de consolador gigante y extraje un lanzacohetes del mismo. Tanta era la rabia que cuando cargué el primer cohete por poco se me escapa de las manos al ser disparado.

Pero aquello no era suficiente, los nazis muertos no eran suficientes para vengar a Aleksey, así que cargué un cohete +4 con extra de pólvora y lo disparé cerca de los nazis, que veían que les estaba destrozando y se comenzaban a acercar. El disparo fue más fuerte de lo que pensaba, pero el resultado era magnífico: no había más cohetes que pudiera cargar y el aparato sería un estorbo, y ya me había deshecho de él y de algunos nazis más.

Aquello, no obstante, no bastaba para crear un camino de salida. El olor a pólvora era impresionante, y el olor a mierda, sangre, y nazis, era insufrible, como los niños pequeños. Iba a acabar con esos hijos de puta. Con los nazis, claro. Luego ya me ocuparía de los niños. Estaba convencido en mis posibilidades, aunque claro, luego de haber matado a tantos nazis me sentía como en la película de Esto es Esparta. Me di cuenta que había una caja con algo que parecía llamarse El gordo10 (no, no se trata del cómico y actor argentino Jorge Raúl Porcel), y unas municiones llamadas Minibombas Nucleares. Me equipé con él desde el menú pulsando el tabulador. Sabía por experiencia que, aunque no disponía de Pipboy, la durabilidad del objeto hacía que cuando menos durabilidad y más cerca de romperse estaba el arma, menos daño hacía. Como no tenía Pipboy, simplemente cargué una minibomba nuclear y la disparé contra la multitud.

Resulta que a El Gordo le quedaba tan poca durabilidad que con el primer disparo del mismo se desintegró en mis manos. Miré un trozo de chatarra que se había quedado en mis manos, como si tuviera la culpa. Miré al cielo, con los brazos alzados, quejándome amargamente. Cada vez, las armas que usaba eran más grandes, y como la historia parecía acercarse a su retorcido final*, cerré los ojos. Cuando los abrí, reparé que la Base Militar Secreta se situaba debajo de un puente de proporciones épicas. Miré a mi alrededor, y vi en una caja una etiqueta que me llamó la atención. En su interior había un botón rojo con unas explicaciones básicas sobre cómo hacerlo funcionar. “Aprételo, no sea gilipollas”, decía el mensaje. Como no me sentía gilipollas y no quería serlo porque un botón me lo dijera, lo pulsé. El puente dejó caer una bomba antes de estallar en mil pedazos sobre el edificio, destruyéndolo en gran parte.

Me cubrí bajo una mesa al ver el techo del edificio caer sobre nosotros, llevándome a todos los personajes bajo ella conmigo, salvaguardándonos de las piedras, tejas, cristales, y trozos de puente que caían del techo como si fueran mierdas de paloma en la Plaza Catalunya de Barcelona. Después de ello, miré al reloj y el tiempo bajó a cero. Había acabado mi turno, posiblemente el último de mi vida. Y cómo había disfrutado ese turno, pues, como dice el dicho, “vive cada turno como si fuera el último”.

- Tiradas (2)

Motivo: Explosiones + dado por consenso por turno

Tirada: 22d6

Resultado: 6, 3, 3, 3, 1, 4, 5, 3, 2, 5, 2, 3, 2, 4, 4, 1, 4, 4, 5, 3, 5, 5

Motivo: Su puta madre, solo uno

Tirada: 1d6

Resultado: 4

Notas de juego

Ale, pues. Finished. Me ha llevado lo mío. :3

Cuento a 81, porque lo he sumado en Google.

1: Guerra relámpago. Como Thor.
2: Llevábais toda la historia esperando a que lo dijera, ¿no? Ahí lo tenéis.
3: En vivo y en directo, también.
4: ¿Han sido capaces de apreciar la sutil metáfora, el imperceptible guiño dedicado a los jueces de la partida? Porque yo no.
5: Jack Sparrow, el Señor de la Piratería del Mar Caribe.
6: ¡Joder, Openoffice, no es encharcamientos, hijo de puta!
7: Que, como todos sabe, es conocido por su emoción al dar ruedas de prensa.
8: Como en Resident Evil 4. Fíjate tú.
9: No confundir con muffins. Una muffin es una puta magdalena, y una nugget es un puto trozo de pollo empanado pero en versión mini.
10: Como en Fallout 3. Fíjate tú.

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09/05/2014, 19:37
Chuchopirado

Por fin llegaron a la base militar donde por endes del destino estaba una vez mas aquel viejo entrañable contando su plan malvado rodeado de discapacitadas nórdicos. Su trabajo era loable, no solo quería acabar con los Teto y toda su progenie, ademas daba trabajo a tantas personas que era difícil no llorar, por suerte el MedioChucho era en parte metal por lo que lo heavy no llora eso lo saben desde Thorn a la tostadora. Pero dejando atrás difícil metáforas por comprender, Chuchopirado sabia lo que tenia que hacer y por suerte solo quedaban cuatro mas con ellos, quien diría que su pedorrea acabaría con el rallao de Ares, pero esa es otra historia que mejor contar en la escena anterior.

Tras el segundo speech del científico amable, CA para abreviar, El excreminador del futuro tenia claro que debía hacer, aliarse con CA y su panda de subnormales. Primero acabaría con los grosos y después a por lo mas débiles, eso era esencial en todo juego de rol, pero por desgracia, algo sucedió mientras cargaba su balas explosivas. Su archienemigo del pasado, aquí el ahora, quien salio de plano hará dos escenas estaba de vuelta: era la rueda humillada, quemada y disparada, esa que de pasar a no moverse empezó a rodar y a odiar por igual, y no venia sola

Chuchopeligro, como su mote de este párrafo cuenta, sabia que antes de empezar a hacer su misión debía acabar con ella, como Goku, Neo, la ultima de Carrie vs Vegeta, Elronds, esa Fulana rubia., por lo que no hizo esperar al publico que debe de estar hasta los cojones de chorradas.

El primer petardazo* fue directo, al estomago al grueso del enemigo, y por la explosión estaba clara una cosa, o ChuchoMinador estaba mal del estomago o esas ruedas estaban llenas de alucinógenos, pal caso patatas, porque las que lo sufrieron volaron en dirección a los nazis.

El prota chisto.-Chiisst.-Por lo ocurrido pero no se dejaría ganar, salto como un gato hasta las ruedas y empezó una competición de empujones y culazos, no mentiré que algún mensaje subliminal también, entre ellos. Esa lucha fue tan encarnizada y había tanto gas entre ambos bandos que no se pudo evitar una descomunal explosión*

Por suerte ChuchoM tenia tantas vidas como su enemigo aferrimo y salio victorioso, pero aun le quedaba cosas por hacer, como acabar con los Tetistas, malnacidos locos por los culos, pero la sorpresa fue !! cuando Rubber la rueda salio aun entera. Mosqueado no tenia mas que agacharse, apuntar y tirar de su indice para que su arma secreta, el monstruo del Golgota, saliera y acabara con ella en una explosión sin paragón*.
Y aunque en cada una de estas explosiones* Morían "innumerables esbirros del CA" no tenia mas remedio si deseaba acabar por su enemigo actual, el pasado para él.

¡PERO! (No tengo mucho léxico que pasa), La rueda odia metaperros aun estaba convida, si a eso se le puede llamar vida claro. Sonrió y alzo la vista al cielo, desde el suelo donde estaba. ROTA Y de dentro un agujero dimensional o alguna pollada parecida, apareció el aferrimo enemigo del presente de Chuchopirado, AKA del futuro, ¡¡La sodomita máxima!!. ¡¿Que podía hacer el al respecto?! NADA.

¡SIN EMBARGO! (Lease a modo épico todo) Nada mas sacar su cabeza exploto* sin previo aviso y de entre los cascotes de ella lo único que vino fue un mensajero del futuro, o su jefe según como se vea, en ropa interior, surfeando por el surco que había dejado la Gran Sodomita al entrar en nuestra, Su era.

Él era, el gran ¡SPACE DANDY!

Con ojos como colegialas estúpidas beliebers ChuchoPirado sonreía al ver a su salvador, poco importaba los numerosos discapacitados alemanes muertos por los millones de cascotes, ese era el momento de su salvador.
-Chuchopirado, nena. No te olvides de tu misión: Las boobies son lo mejor. ¡Good Boing!-Grito su salvador y volvió a su era, el futuro, por la raya dimensional.

El prota, victorioso al fin y enérgicamente alegre, se acerco a la rueda, apaleada y derrotada y levanto la pata para mear en ella. Cerro los ojos y disfruto del momento. ¿Pero que había pasado con el resto: los nórdicos idiotas, el CA y sus planes, la enana nazi, el ficus, la imagen distorsionada del héroe legendario ruso, las chifas de Thorn o ese fulano llamado Mel? ¡A QUIEN LE IMPORTA! SPACE DANDY le había hablado tíos.

- Tiradas (2)

Motivo: ataque personal

Tirada: 1d6

Resultado: 3(+5)=8

Motivo: John Explosion

Tirada: 5d6

Resultado: 1, 3, 4, 1, 3

Notas de juego

*Y ahora lo que todos esperaban ¡¡desnudos pronograficos Las explosiones en vivo!!




Las explosiones aquí expuestas son las que están a lo largo de mi épica campaña contra la rueda y su reina sodomita.
El Golgota es mi arma +5 :D,

Todo esto a sido patrocinado por:

-Space Dandy, nena.

PD: Thor2 tio, no puedes decirme eso cuando tienes al mas de un 1 o un 2 ¬¬...

PDD: ¡¡¡GUAU!!!!! E echo al menos un 4!! ¬¬... Ya que no podía cargarme a mis "compañeros" por eso de ser el mas vago en responder 20 Heridas para los idiotas nazi, zombies de CA