Partida Rol por web

The Thirsty Black Cat (Pub)
East End - Londres

Día 2

Una llovizna lenta pero constante bañaba Londres desde la tarde aumentando la saturación de los tonos de la ciudad. Un baño de color para los sentidos recién despiertos de un vampiro. Whitechapel era uno de los barrios más ajetreados de Londres así como el más cosmopolita. Predominaban los establecimientos indios y las calles estaban abarrotadas a esas horas. Sin embargo, aún mantenía el encanto de patios traseros verdes y aislados, enmarcados por altos edificios y por los que se podía transitar casi en soledad.

Conocías el lugar en el que se iban a reunir. En el plan original sólo Lisandra se reuniría con el tremere y Linn. Sin embargo, desde el momento en que desembarcasteis los acontecimientos distaban mucho de aquella planificación que ahora se te antojaba muy lejana.

Nadie deparaba en tu persona y las sombras allí eran abundantes. Llegaste sin problema a la entrada trasera del The Thirsty Black Cat. Uno de esos locales que aún conservaban el encanto de antaño. Salvando algunos detalles era como si el tiempo se hubiera detenido en una taberna de principios de siglo XX. En su parte trasera había un par de mesas pequeñas y una tercera improvisada con un barril, redondas, con sillas negras de respaldar con filigrana de hierro que simulaba el forjado. Se acumulaban grupos de fumadores. Te movieras por donde te movieras siempre había mortales dándote la espalda. Tres grupos de 7, 4 y 5 personas fumando, la mayoría de pie, en torno a las mesas abarrotadas de vasos vacíos. Los camareros salían muy poco por allí. El interior estaba aún más abarrotado, las conversaciones a voces ahogaban la música étnica, rítmica y tranquila que emergía desde algún punto tras la barra. Un buen lugar para no ser visto pero muy malo para localizar a alguien en la distancia.

El olor a cerveza, tabaco, sudor, encurtidos y madera, desagradable y con un punto de atractivo nostálgico. Te encontrabas aún mirando al personal que por allí deambulaba cuando la viste. Linn, Greta. Vestía pantalones pardos, camisa blanca bajo un chaleco también pardo con cuadros negros. Tenía la cabellera rubia recogida bajo una boina marrón claro a juego con su atuendo. Ibrahín no está con ella. Tampoco Lisandra y, sin embargo, no estaba sola. Hablaba con un tipo de traje caro, bien vestido, pelo engominado, algo amanerado pero de mirada dura y mirada felina... apestaba a Toreador a la legua.

Tras unos minutos observando ves que se hacen compañía mutua pero no hablan entre ellos más que un par de palabras. Están esperando.

No tenía ni idea de quien diablos podía ser el Toreador, pero lo que si estaba claro es que podía llegar a ser un problema. Krampus analizó su bestia tratando de quedarse más tranquilo*, aunque en una noche como aquella iba a ser jodido de cojones. Todo el castillo de naipes se había ido a tomar por el culo desde que los antiguos habían metido mano a sus planes, alguien la había cagado a lo grande y ahora Aloisiues sabía que estaban aquí. El Viejo podía ser muchas cosas, pero no era gilipollas y si sus viejos "amigos" estaban allí todos juntitos de la mano era solo para joderle, hasta un neonato podría apreciar eso sin esforzarse demasiado.

Por un momento llegó a pensar que el desconocido Toreador era Totemtaz con el aspecto cambiado, pero descartó esa idea rápidamente. No tenía sentido, ¿sino a quien cojones estaban esperando?. Aquello iba a ser un intercambio, el Tzimitce tenía algo de mercancía caliente, algo que podría joder a Aloisious, pero que él no sabía interpretar o que pasaba en enfrentarse directamente al Viejo. En cambio Linn siempre había estado algo más loca, además de que todo aquello era personal para ella; entre el Viejo y la Camarilla la habían jodido bien. Krampus podía oler desde aquí la sed de venganza de Linn mezclada con su sangre, algo que Arnold el Tremere de las mil identidades bien se habrá encargado de alimentar para sus fines.

Ahora tocaba la parte jodida, esperar, no a que todo sucediera sino a que la cosa estallase. Porqué estaba claro que si Aloisius había olido movimiento bajo sus propias narices aquella reunión no le iba a pasar por alto, así que el Nosferatu estaba más atento que nunca a la situación. No confiando solo en su ofuscación sino en su capacidad para pasar desapercibido entre la gente. Él era joven, su aura era débil, su maldición tenue, un chaval más embozado en una sudadera tomando copas y bailando ligeramente colgado. Poco a poco se ocultaba en el banco de peces observando a Linn a través de algún cartel, espejo o reflejo en la ventana para no llamar la atención mientras se movía levemente al ritmo de la música con un vaso vacío en la mano. Tocaba esperar a que empezara la fiesta...

-...ya te digo yo que no.- Tajante, seca. Mi tono reflejaba la contundencia de mi carácter -Nos quedamos aquí y punto. Seguro que hay putitas por los rincones esperando que nos vayamos a un lugar apartado para jodernos. No. Tú te quedas aquí y no te vas hasta que me digas todo lo que tienes que decir. ¿Entiendes?- Mi mirada se cruza con uno de los chavales que hay detrás, fuera de la vista del toreador. El chaval asiente.

Automáticamente informa a la banda con miradas suspicaces. -Todo bien. Siguen adelante- 

El portero asiente, el camarero asiente, el pijo que apesta a gomina, el de la chupa de cuero, el friki de gafas y granos... -¿Qué cojones era aquello?- Un chaval con camisa de leñador abierta sobre camiseta de AC DC va a uno de los grupos de las mesas de atrás y estos se apiñan junto a la puerta, bloqueando una salida rápida.

En la puerta delantera pasa lo mismo. Adviertes que un tipo alto, delgado, con el pelo engominado a pincho y los ojos pintados de negro te mira con el ceño fruncido. No dice nada, pero sabe que no eres de por allí. Le das la espalda y vuelves tu atención a la mesa de Linn.

-Vamos tía, soy Víctor...- extiendo las manos luciendo la camisa más cara que todos las prendas de ese bar juntas y mucho más limpia. Me acerco para susurrar -Escucha. Ayer llegaron al muelle y se lio parda. Yo mismo llevé a dos de ellos para que recogieran a los otros pero esa Gangri está mal de la cabeza... en fin... tengo a un hombre dentro.- Sonrío con superioridad. Linn no se inmuta -Dentro, mujer, dentro de las filas de Aloisius. Mira, intenté ayudar a esos tres pero son demasiado inestables, no tienen ni idea de cómo funciona el mundo. La van a cagar, el viejo se los va a merendar y no quiero que me salpique.- Linn asiente -¿Sigues queriendo lo mismo?- me pregunta -¡Claro joder! ¿Y quién no?- Hago como que bebo del whisky pero sólo me mojo los labios y paso la lengua por ellos para estimular mis papilas gustativas. Estoy seguro que Linn sabe como este whisky. -Sabes quién soy, mi reputación me precede. ¿Sabes a cuantas putitas he matado ya? No me vengas con dudas- Linn se impacienta pero no se amilana. -Cada vez me gustas más- la miro de arriba abajo, le incomoda. Es el momento de seguir -Mi hombre está en el grupo dirigido por Cathrain. En el muelle no iban a hacer nada. Tienen a una...- miro en varias direcciones -...una bruja. Enviada de la bruja mayor. Sabe... seguir a la gente solo con haberla visto una vez. Querían pillar al antiguo...-

...tu espalda roza dos cuerpos. O más bien ellos se chocan contigo. -Tú no eres de por aquí. ¿Verdad?- Escuchas que dice uno de ellos. El friki de las gafas -¿Puedes venir un momento? Sin problemas, despacio. Por esa puerta.- Su tono es cordial, nada amenazante. Están relajados y no hay signos de armas ni intención de usar la violencia... por el momento. Pero al señalar la puerta ves el tatuaje en el dorso de su mano -anarquistas-. En sus rostros no hay sonrisitas de superioridad, no hay burlas, sólo seriedad. Te están analizando. -¿No te quitas la capucha?¿No me miras a la cara? Tranquilo, está bien. Por esta puerta.-

-¡Simon!- es la voz de Linn al otro lado de la estancia. -¡¿Qué pasa?!- Escuchas su silla al arrastrarse. Se hace el silencio en el local. -Creo que es una rata, jefa-

Linn parece tener el local controlado con su banda de anarquista, al menos eso saca de la ecuación a la gente de Aloisius por le momento. Ese tal Victor no le da buena espina a Krampus, no porqué sea Toreador sino porqué juega a dos bandos y por ahora que él sea Aloisius paga mucho mejor que ellos. Los ghouls de Linn se acercan para destapar el pastel, bueno no es demasiado problemático, pero todavía es pronto para levantar la liebre. El Nosferatu se vuelve hacia los dos tipos sigue haciéndose el borracho, simulando como si fuera a vomitar; en verdad se ha metido una copa en la boca ante de darse la vuelta. Así como entra sale con algo más de teatro, esa es la distracción, todos le miran agacharse. Sin embargo Krampus se sujeta la tripas con una mano y la otra saca de su bolsillo un reloj, uno muy característico, el reloj de Øystein.-Una rata no, un amigo. Tú jefa ahora esta en un meollo muy importante, yo puedo esperar; pero no nos conviene a ninguno que sepan que ando por aquí. Ella lo entenderá, tú solo pégame.-le susurra Krampus al ghoul justo antes de encajar el golpe y acabar de manera patética de rodillas sobre su propio vomito.-¡Tío, no me jodas devuélveme el peluco! Esta bien, esta bien todo tuyo, pero no me jodas más hombre. - De un modo tan convincente como solo un Nosferatu podría hacer, se incorpora como puede para apoyarse sentado en la esquina de la puerta, si esta se abriera le cubría por completo, allí semitendido espera no atraer la atención de Victor. Sencillamente ellos saben que está allí y él deja que le observen, sin aspavientos, ni armas ni gestos raros el Nosferatu también sabe ser un profesional cuando la ocasión lo requiere.

El friki se queda pensativo con tus primeras palabras, es su colega el que tiene el puño rápido y te asesta un buen golpe en la boca del estómago. Aquello no hace reaccionar a su compañero pese a tus palabras, al menos no momentáneamente pero, tras un par de segundos de tu actuación y sintiendo la mirada de Greta en la nuca -Seeeh, es un peluco precioso y sabemos que no es tuyo.- Se gira hacia ella -No pasa nada. Se nos ha colado en el local un carterista con las manos muy largas. Ja. Un puto aficionado. ¡Anda entra ahí que te vamos a desplumar!-

Te conducen a la parte de atrás. Una habitación cerrada con olor a madera y humedad. Viejos barriles tapan los estantes bajos de botellas polvorientas. Esparcidas hay mesas pequeñas y sillas de madera amontonadas. Alguien se levanta de una de esas sillas y llega hasta ti. Sientes su mano en tu barbilla y te alza la cabeza.

Me sorprende ver a Krampus allí. -¿¡Tú!?- comento. Me habría gustado decir a sus acompañantes que este nosferatu está de nuestro lado pero hacía mucho tiempo que no nos veíamos y, realmente, no puedo estar seguro de nada -Cerrad la puerta- comento mientras cojo la silla paticoja y se la acerco. -¿Tienes idea de dónde te has metido?- pregunto mirándolo muy serio y haciéndole un gesto para que se siente sobre el tablero inestable. -Sí, claro que la tienes. Y ahora que estás aquí vamos a charlar y sacar provecho de la situación. Luego... ya veremos-

Resulta chocante ver allí a un Contacto de Berlín cuya única función es hacer identidades falsas. Sí, he sido un cliente suyo habitual y aquello puede forjar cierta relación entre ambos. Relación que se rompe en una situación tan fuera de contexto como esta.

-Los antiguos que están de nuestro lado han cambiado sus planes sin avisar, y como no están acostumbrados a los tiempos que corren el Viejo les ha enviado un comité de bienvenida. Como soy un puto neonato he podido hacerme el muerto con facilidad, a nadie le importo, de momento es la mayor ventaja que tengo sobre Aloisius y voy a usarla hasta que este no tenga tiempo para reaccionar. Así que ya sabes, si preguntan tú no me has visto.-chasqueo la lengua negando con la cabeza.-Además el tipo que esta hablando con Linn es tonto del culo o se la está intentando pegar con queso. ¿qué coño va a tener el un topo en el grupo de un antiguo cómo el Viejo? Venga no me jodas, si eso es así es porqué Aloisius quiere, y si eso es así vosotros estáis jodidos. Ahora desembucha ¿cómo ha ido el tema en Venecia? sería muy gilipollas por mi parte si te pidiera la localización de las cajas. Con lo cual te pediré solo la de una y que me expliques para qué cojones sirve su contenido, así si esto se va a tomar por culo me comprometo a poner esa a salvo. Estamos todos en el mismo barco, así que te toca aflojar y si me mola lo que escucho igual te cuento un par de cosas muy interesantes sobre Ldescu, tu sire y tu chiquillo.

Totemtaz ya no es de utilidad para nosotros ¿qué vais ha hacer con él?. Imagino que no está invitado solo a tomar algo sino "intercambiar" algo, cosa que no me perdería por nada del mundo. Para ser un primer acercamiento no está mal la cosa, por cierto yo también me alegro de verte y toda esa mierda de formalismos baratos mi querido Arnorld.-Krampus no se llamaba mal con el Tremere, pero este le debía muchos favores. Demasiados para alguien que puede explotar en cualquier momento o incluso desaparecer. En aquel tugurio Arnold pudo notar que Krampus ya no era el neonato que había conocido en Berlín, la sociedad vampírica le había hecho crecer a marchas forzadas. Era eso o morir entre las conspiraciones de los Anarquistas, la Camarilla y el Viejo.

Tuerzo el gesto. Es en ese momento en el que hago un gesto a los dos mortales para que salgan -Ese tipo de ahí es Víctor Vargas.- Hago una pausa para que se percate del tono de respeto en mi voz -Aloisius delega demasiado y todos siguen su ejemplo. Todos quieren mostrar lo que valen o lo que valen sus chiquillos.- Sonrío -El grupo donde afirma tener a alguien dentro ha sido aceptado por un brujah novato que ni siquiera preguntó por las credenciales de los que llegaron, asumió que todos los vampiros que se "unían" a su cruzada contra vosotros- me acerco a Krampus -porque os conoce y va contra vosotros, no en defensa del viejo.- Vuelvo a mi lugar -El chiquillo de una informática.- Me encojo de hombros.

-Víctor Vargas es un toreador. Si a todos los toreador pudieras adjudicarle un arte el suyo sería el arte de la guerra. Estuvo en Nueva York cuando el sabbat... bah, al grano. Su problema no es que no tenga a alguien cerca de Aloisius, es que ostenta una posición de poder que le permite tener peones a un bando y otro, que le permite decidir estar de un lado u otro.-

Dicho aquello, abordo por orden el resto de puntos

-Totemtaz tiene que estar a punto de llegar. Le preguntaré directamente- sostengo la mirada de Krampus evaluando sus reacciones.

-Y Venecia. Es una maravilla. Allí maté a Marcus, la mano derecha de Aloisius en el Mediterráneo. Sí, el viejo tiene muchas manos derechas, pero ese fue el responsable de que mataran a la antigua coterie de Linn, de Greta.

De mi sire y mi chiquillo no me vas a contar nada aquí. Me puedes decir qué tal os ha ido en Berlín.- Mi rostro se ensombreció. No me importaba una mierda lo que hubiera ocurrido en Berlín, sólo quería saber una cosa -Alex- pronuncié su nombre con respeto. Sabía que había muerto, tenía muchos vínculos con esa ventrue y su destrucción destrozó buena parte de mis relaciones con otros vástagos que no confían en mí. También quería saber qué había sido de Raider, dónde estaba y, por supuesto, eludí la pregunta sobre el contenido de las cajas por el momento.

-Aloisius delega mucho pero paga muy bien, ahí esta el error, cuando los pagos dejen de llegar se quedará sin aliados. Si, se de quien me hablas le conozco a él y a su sire. El neonato es fruto de la venda en los ojos de la maquinaría de la Camarilla, solo puedo culparle de ser bobo y corto de midas. El podre desgraciado se traga a pies juntillas todo lo que viene de arriba, no tiene criterio. He oído que trabaja con unas ¿brujas? capaces de rastrearte ¿sabes algo sobre como funcionan sus poderes?-en ese momento Krampus deja la conversación a medias y se sienta tranquilamente.-No eres malo en el juego de las palabras Arnold, podrías haber sido un buen Nosferatu, no me contando una mierda y quieres que me quede satisfecho; va a ser que no. Lo de Totemtaz me quedaré a verlo en asiento de primera fila, lo de Venecia bien por ti, aunque se te olvidan ciertos detalles sobre lo que el Viejo se olvidó por ahí abajo ¿no crees?-las venganzas personales no era algo que le interesase especialmente. Krampus sabía por Zarza lo que habían ido a buscar aquel par en las catacumbas, por tanto le jodió el intento de Arnold de ocultarle información y tomarle el pelo. A él, un jodido Nosferatu ¿con quien coño se creía que estaba hablando? estaba claro que el neonato ya no era el partido que había conocido en Berlín.-Bueno, entonces será mejor a esperar hablar. En cuanto hablemos de cajas estaré encantado de responder a tus inquietudes, aunque por mucho que te prevenga las noticias no te van a gustar lo más mínimo.-aquello era un punto y final, una declaración de intenciones el Tremere se estaba quedando sin aliados. Si no decidía confiar en él era su puto problema, lo que no iba ha hacer Krampus era tirarse a la piscina sin más por un tío que ya le debía toda una retaíla de favores.

The Thirsty Black Cat (Pub)
East End - Londres

Día 2

Una llovizna lenta pero constante bañaba Londres desde la tarde aumentando la saturación de los tonos de la ciudad. Un baño de color para los sentidos recién despiertos de un vampiro. Whitechapel era uno de los barrios más ajetreados de Londres así como el más cosmopolita. Predominaban los establecimientos indios y las calles estaban abarrotadas a esas horas. Sin embargo, aún mantenía el encanto de patios traseros verdes y aislados, enmarcados por altos edificios y por los que se podía transitar casi en soledad.

No es la primera vez que vas al garito anarquista. Son de los mejores clientes para el contrabando de casi todo y una visita en persona podrá aclarar lo ocurrido en el muelle mejor que una llamada. Un acto de buena fe.

Fuera, junto a la puerta principal están los mismos mortales estereotipados de siempre con algún vampiro oculto, observando, acechando. Intercambiáis una mirada, él se gira para mirar hacia el interior y asiente.

Una vez dentro frunces el ceño. El dueño habitual ha sido relegado a un segundo plano y, en su lugar, hay una mujer rubia hablando con un tipo trajeado y refinado que apesta a Toreador. Se están despidiendo.

Aguardas a que el trajeado se marche sin deparar en tu presencia*. Le hacen un gesto a la rubia que te mira. Alguien se acerca y le susurran al oído. Ella asiente, te sonríe.

-Estás acostumbrado a hablar con él- señalo a mi segundo tras la barra -Pero ahora estoy aquí. Agradezco tu presencia y conocerte al fin. Lleváis mucho tiempo trabajando con nosotros y por eso estoy sorprendida sobre los rumores ocurridos ayer noche. ¿Qué me has traído?- pregunto con picardía sin esperar una respuesta. -Ven, hablaremos dentro. Quiero presentarte a alguien.-

-Has cambiado, Krampus. Y, aunque ahora nos sitúe en una situación complicada debo confesar que lo has hecho para mejor.- Asiento -En este mundo o te quitas rápido la venda o terminas mal- no iba a tener miramientos por el brujah, ni por su sire, por muy corto de miras que sea. -La noticia desagradable ya la he recibido. Ahora busco los detalles.

Las cajas son Tremere, Krampus. Pertenecen al clan y están en mi poder.- Aquello revelaba una información que no estaría dispuesto a compartir con terceros. Las cajas estaban en mi poder y yo estoy aquí, en Londres. Casi era una invitación. Casi.

-Puedo romper el sello de la caja importante pero necesito sangre de un Tremere más importante que yo. Mi sire valdría, pero está demasiado lejos.- Sostengo su mirada y asiento -Lía- comento su nombre con mezcla de asco y respeto. -No he llegado a ver su interior pero según los informes de la otra caja que completé en Venecia, alberga algo que sirve para comprender secretos de sangre antigua pero la objetividad...- niego con la cabeza -...hay papeles que hablan de pergamino, otros de piel, otros de tablillas de cerámica.- 

Iba a decir algo más pero guardé silencio. Miré a los ojos a Krampus y extendí una mano dispuesta a un apretón que sellaría lo más parecido a una alianza que en estos tiempos pueden tener dos vampiros de mundos tan distintos.

-Si vamos a colaborar quiero tu palabra. Estás conmigo, con Linn, con los nuestros. La seguridad de los nuestros es lo primero. No quiero que se repita lo que ocurrió en Venecia hace tantos años. Terminaremos la investigación que empezamos. La seguridad y la información por encima de todo. Si aceptas no podrás contar nada a tu clan hasta que todo esto termine. Después, te invito a que lo pregones. Cómo parte de la Camarilla traicionó a los suyos para su beneficio, cómo no les importó mancharse las manos por la avaricia y el ego de unos pocos. De uno. Qué hubo de cierto en los rumores, qué había en la caja, qué hacía y qué ocurrió. Todo.

Para muchos la palabra no vale nada. pero no pienso eso de ti. Creo que sí puedo confiar en tu palabra.-

Escucho cómo alguien se acerca a la puerta pero no muevo ni un músculo. Mantengo mi mano extendida hacia Krampus con el gesto congelado.

-No me han quedado más cojones, no voy a volver a pasar por todo lo que pasé bajo el yugo de mi sire. La venda hacia tiempo que no la tenía, lo que pasa es que en esta ocasión en lugar de esquivar la mierda el cubo de ha dado de lleno. Hay que joderse, en este baile nos ha tocado bailar con la fea Arnold.-el Nosferatu le dio la mano mientras acababan de hablar.-Da igual a quien pertenecieran las cajas, lo importante es quien va a darles un buen uso y quien no. Los tuyos te han puesto en el punto de mira, estas bajo caza de sangre en toda Europa. Estamos del mismo lado, básicamente porqué ahora entiendo la situación antes no lo hacia.-Ahora mismo mi único interés es que esas cajas no las recuperé el Viejo, como está la situación si a ti te pillan se llevan el premio gordo. Me pides que confíe en ti, bien me parece justo pero te voy a pedir lo mismo a cambio. Deja que esconda la caja menos importante, por lo que me cuentas para abrir esa no hace falta nada especial. Razón de más para tenerla más escondida.-Krampus correspondió a la seriedad del Tremere con la suya propia.-La seguridad lo primero, ya me ocupé de poner al chiquillo de Linn a salvo. El reloj que tienen sus ghouls es prueba de ello, su teléfono va rumbo a Oslo para que puedan seguirlo. A él le dije que no me contará a donde iba, mejor así, espero que se haya puesto en contacto con ella. Le ayudamos a fugarse de la Camarilla siendo un rehén ¿qué crees que pasará si me pillan?. Joder, por supuesto que estamos en el mismo bando y no voy a meter a nadie más en esta mierda, ni de mi clan, ni de otros.- le miró casi con lastima antes de decirle lo que quería.-Tú sire quiso seguir confiando en su clan, pero Ldescu es implacable y no quiere cabos sueltos, desde que se lo llevaron no se le ha vuelto a ver. Despertó confuso y no quiso escuchar mis advertencias, se aferró a la lealtad de la pirámide que os ha traicionado a ti y a toda tú sangre. Los detalles son que fue Ldescu quien ejecutó a Alex aunque ese hijo de puta estuvo presente se ocupó de que el verdugo fuera tú propio chiquillo, lo tienen a prueba o le meterán una caza de sangre a él también. No es más que su peón, Ldescu lo retiene como un as en la manga, si esto sale mal lo ejecutará por tus pecados. Si tú te pones a tiro te ofrecerá resolverlo de puertas para dentro, como si de un asunto interno del clan se tratase. Me sabe mal decírtelo así, pero dalos por perdidos tú mejor que nadie conoce la maquinaria Tremere, les has jodido donde más les duele, en sus secretos. Que le hayas pasado por delante a Ldescu es algo que no te perdonará nunca.-una vez Arnold se marche el Nosferatu dejará la puerta entornada para poder escuchar la conversación con Totemtaz.-No cierres la puerta al salir, y recuerda, oficialmente estoy muerto a tiros en el muelle. Incluso para Linn, tú ya sabes lo que se tiene que saber. Necesito una manera de contactar contigo por si consigo sangre de Tremere antiguo.-ahora mismo Krampus le daba vueltas a todo aquello, por el momento no se le ocurría nada, sin embargo no era de los que se rendía fácilmente.

El tremere correspondió al apretón de manos y media sonrisa por tus comentarios. Maduró las implicaciones de haber "salvado" al chiquillo de Linn, Holtet y asintió -No tienes que volver ahí. Este sitio tiene dos salidas más.- Comenta, señala una esquina abajo a vuestra izquierda. -Es muy estrecho y excesivamente largo pero llega a la línea de metro cerca de East India- Muy pocos vampiros se atreverían a seguir a nadie por aquella sección. -Tras esta estantería, ahí arriba está el tragaluz que da al techado junto al callejón contiguo. Te resultará fácil saltar a éste o a la parte trasera detrás de la valla de madera. Si sales por ahí ojo a los cristales rotos en techo y suelo.- Una alarma común y efectiva.

Avanza hasta la puerta sosteniéndola para que nadie entre y baja mucho, mucho la voz. Te entrega su tarjeta blanca, de pasta rígida, con dos números muy largos y excesivamente pequeños en una de sus caras. -Esas coordenadas llevan a una trampa y la muesca sirve de abridor. Coge los seis primeros números según la serie de Fibonacci y añade el prefijo de Londres. El teléfono lo cogerá uno de mis discípulos: Esteban o Valeria. Da igual quien lo coja, pide hablar con el otro diciendo su nombre e insiste. Así sabrán que vas de mi parte. Dame una hora antes de llamar para avisarles te dirán dónde recoger la caja con los documentos sobre la investigación.-

Ante de que nadie intente abrir la puerta y casi sin darte tiempo para ocultarte abre a Linn que viene acompañada de Martin Kresse. Lo recuerdas perfectamente del ferri.

Sonrió. Me alegro de conocernos también. Te traigo algo interesante y que seguro te gustará saber.

​​​​​​digo mientras la sigo junto a mi nueva compañera

Sonrío a Martin -Ya veo- digo abriendo la puerta de la parte trasera. -Yo también tengo a alguien que presentarte- Le digo guiñándole un ojo. Tras ello me detengo en el umbral de la puerta. Miro al que se encuentra en el interior y percibo algo... distinto a la última vez que estuve aquí. Sostengo su mirada por unos minutos y continúo como si nada.

-Víctor se ha marchado.- Le digo pensativa -Ha sido... interesante. Parece muy preocupado por buscar aliados fuera de los dominios de La Camarilla. No me gusta.- Cambio el tono y me aparto dejando entrar a los dos invitados -En cambio, aquí está Martin kresse y "algo interesante que me gustaría saber"- hago un gesto a él y su acompañante para que pasen y cierro la puerta.

Siempre me gusta percibir el absoluto silencio que se produce en el interior cuando esa puerta se cierra. Aislando del sonido del pub.