Partida Rol por web

_Suéltame..._ le susurré entre dientes a la niña vampira _He dicho que ¡me sueltes!

Mi voz suena violenta acompañada de un furioso movimiento del brazo para liberarme de la pesada carga infantil,

_No voy a comprarte nada, mocosa, ahí tienes a tu perrito faldero, así que ya tienes una mascota para tus caprichos_ la miro con ojos desafiantes _NO-VUELVAS-A-TOCARME

Me alejo de ella y escucho el comentario de Mathias, lo miro, aún con la rabia latente en mis ojos: _No es el momento, Mathias y, para tu interés, los cánones de belleza son lo que me han invitado a seguir una senda completamente diferente. más... salvaje. 

Miro a Krauser y le digo con rostro serio: _Ahora sí os aceptaría ese cigarrillo, caballero.

Krauser sacó otro pitillo y se lo entregó a la joven, luego le dio fuego con su encendedor.

- Tranquilos todos- dijo tras ver la escena entre Nédara y Darla - Procuremos llevarnos bien y cooperar, por distintas que sean nuestras personalidades. Me parece que nos jugamos mucho más de lo que creemos en éste asunto.-

les dijo. Tenían que jugar en equipo -algo que en general Krauser procuraba evitar, pues no le gustaba depender de nadie- para cumplir con su cometido. Lo último que necesitaban era llamar la atención y que aquéllo se fuera al traste.

- ¿Vamos?-

-Insisto. -

Digo tendiendo el dinero hacia Krauser, acercándome y metiéndoselo en el bolsillo de la camisa*.

Me quedo bastante impactado al ver la reacción desmesurada de la mujer ante los insistentes intentos de acercamiento de la niña. No llegaba a comprender del todo porque ese rechazo tan enérgico contra la pequeña teniendo en cuenta el alto grado de aceptación que parece tener con respecto a nuestra nueva naturaleza. ¿Tanto cambiaba que se tratase de una niña vampiresa en vez de tener un aspecto adulto? 

- Nedara, ¿no crees que estas siendo un poco dura? Aun es una niña... - Yo no podía tener otra percepción distinta de la dulce Darla. No me paraba a pensar que en realidad podría tener más años que yo, incluso el doble o el triple, incluso mas. Todos dábamos por supuesto que eramos "neonatos". 

Pienso en acercarme a la niña, pero parece encaprichada con Nedara y mis palabras no iban a conseguir tranquilizar la situación desde ese angulo. Se esperaba que la persona adulta fuera la que supiera afrontar la situación. 

- Creo que un grupo como el nuestro llamaría demasiado la atención. Si nos dieras ciertas referencias podríamos separarnos en grupos más pequeños para localizar al sujeto y si detecta a cualquiera el resto aun podrá seguir con la misión. - comento mis objeciones ante el plan con el abogado, que es quien más centrado esta en nuestro cometido. No soy un gran entendido en este tipo de... operaciones... Solo podía basarme en los libros que había leído y en alguna película. Todo poco fiable. 

Krauser no pudo evitar que Hackett le metiera el dinero en el bolsillo. Sonrió, a él tampoco le gustaba que le invitaran a nada, pero solo había sido un pequeño detalle. El tipo le caía bien, seguro que sabría salir de esa.

- Bueno... nuestro objetivo es bastante particular: joven, veintipocos, rasgos... orientales. Tiene tatuados unos gusanos en los labios, que lleva pintados de blanco. Se maquilla los ojos y tiene el pelo largo, mitad castaño mitad rubio. En cuanto lo veáis lo reconoceréis. Nuestra misión es vigilarlo, con discreción, si pasa "algo" -y por nuestro bien espero que no pase- tenemos que llamar a la operadora desde una cabina y decir que es una urgencia ebónica.-

dijo Wilhem informando a sus compañeros sobre el sujeto en cuestión.

Espero que no nos detecte y se arme un escándalo, sería lo último que necesitaríamos.

-Insisto-digo y le doy el dinero en la mano, miro a Nédara-se señoríta Nédara, no quería ofenderla siento si ha sido así,le presento mis disculpas.-

Estoy atento a la descripción del sujeto en cuestión

-bueno creo que tenemos la descripción para poder separarnos y buscar, creo que estaría bien vernos en una hora aqui mismo y decír lo que hemos visto.-

La pequeña, al ver el trato de Nedara, se queda atónita y plantada en el sitio.

Berrinche en Tres... dos....uno.....

Escucho la descripción que da Krauser del sujeto que debemos encontrar, sin duda es un tipo peculiar. Pero mientras grabo todos los datos en mi memoria el gesto de Darla en mi visión periférica hace saltar un resorte en mi cabeza, aquello ya lo había vivido en muchas ocasiones.

- No. - digo, girándome directamente hacia ella y con gesto severo. - No. - repito, acercándome y poniéndome de cuclillas. - No puedes atosigar a la gente, todos estamos nerviosos con nuestra nueva situación y no respondemos de la mejor forma. - La verdadera cuestión no era que entendiera mis palabras y argumentos para razonar con ella, era transmitir un tono adecuado para calmarla y que no siguiera adelante con su pataleta. - Si quieres el helado tendrás que portarte bien, nos jugamos mucho. - ¿Y podíamos ganar algo? Al menos ella ganaría un helado... - ¿Quieres uno?- Hablaba con ligera seriedad, tampoco quería mimar a la niña, pero no sería una mala toma de contacto. Y aquel no era momento de permitir que se alargara con un berrinche.

Mira al hombre, desconfiada y luego le da una patada en la espinilla.

- Erez idiota, zi quiero un helado, lo cojo... ez ella la que no me quiere.

Y te saca la lengua, mientras se va muy digna, como si no hubiera estado a punto del frenesí, caminando por la calle del centro comercial, toda señorita de buenos modales, apretando su muñequita contra si.

La patada resulto molesta, por el punto escogido por la pequeña, pero no dolorosa. Alguien tenia que poner en cintura a Darla, aquella actitud podía ser desagradable para una niña, pero podía llegar a ser peligrosa en una... vampiresa. Peligrosa para esa "Mascarada" que oculta a los muertos de los vivos. Solo esperaba que, de romperse esa frágil mentira, no pagáramos todos por su error.

- Iré con ella. Dividiros... o separaros.- 

No estaba muy seguro de cual era la mejor estrategia pero me parecía que en números reducidos seriamos mas eficientes al pasar más desapercibidos. De momento solo teníamos que identificar y seguir al objetivo. 

- Nos vemos. Suerte. -

Gire hacia el centro comercial y me encamine tras los pasos de Darla para alcanzarla, esperando que no diera grandes problemas. En principio me mantendría en silencio a la expectativa de su conducta y sus reacciones. No prestaba toda mi atención a la misión que nos habían encomendado, pues me preocupaban más las consecuencias que podrían conllevar las acciones de la niña. 

Hackett y la pequeña Darla se alejan sin remedio hacia el centro comercial. Ahora solo estáis vosotros tres. Parece que la idea de separarse ha salido forzosamente, por lo que ahora solo queda adaptarse a lo que está por venir.

A medida que el tiempo avanza, vais viendo cómo las familias de más de edad empiezan a abandonar el centro comercial, dejando la noche para los jóvenes.

En seguida llegáis a las puertas del Olympia. La gente no os presta demasiada atención, aunque alguno sonríe cándidamente a la pequeña vástaga que va por delante hasta que el hombre consigue alcanzarla. Por suerte el tamaño de ella le impide ir muy deprisa.

Cuando finalmente entráis, para Darla el lugar es una maravilla. A pesar de la hora que es, todavía hay bastante gente, sobretodo jóvenes. El edificio es gigantesco, con una segunda planta por encima de vuestras cabezas. Una visión magnífica. Muchas de las tiendas ya están cerradas, pero siguen abiertos varios restaurantes y las discotecas.

Krauser vio alejarse a Hackett y a la niña, suspiró.

- Esa... cría va a traernos más de un problema. Seguro.-

comentó con Mathias y Nédara.

- Vamos, el trabajo espera. Hay que buscar a nuestro objetivo y controlarlo. Procuremos no llamar la atención, demos un paseo por el centro comercial mientras observamos escaparates y tiendas.-

les sugirió mientras les señalaba la enorme mole a la que debían dirigirse y comenzaba a andar hacia ella. Al menos, tenía la relativa seguridad de que sus dos compañeros sabrían comportarse como era debido, con la cría no estaba tan claro, no sabía por dónde podía salir en un momento de crisis.

-Bue bueno yo me separo creo que podemos vernos en una hora por aqui, espero que tengan suerte.-

Camino tranquilamente entrándo al centro comercial, estoy contento por habérme quitado por fin al tipo ese de delante aunque sea por una hora.

Entro oteándo el centro comercial intentándo quedárme con cualquier pequeño detalle y mirándo a las personas, aprovecho ser un pusilámine que pasa siempre desapercibído, mis años maquillándo me hace quedárme con los rasgos de la gente.

Camino junto a la niña mientras me surgen varias preguntas acerca de su situación y de como pudo habérselo tomado. Pienso en indagar, realizando alguna pregunta, pero no confió en que Darla responda con la misma discreción con que yo pregunte y lo desecho. No quería llamar la atención y, menos aun, romper la Mascarada. No sabía que me pasaría si lo hiciese, pero no tenía ningún interés en saberlo. 

Continuo al lado de la pequeña en silencio y atento a sus movimientos. La habían presentado como si no fuera una carga y que no nos dejásemos influir por su edad, pero a mi me resultaba imposible no sentir su necesidad de protección... No debía olvidar que ahora podía ser realmente peligrosa, era una vampiresa...

Mientras camina hacia el puesto de helado mira hacia atrás con chuleria. Ese lugar era fascinante para todos sus sentidos, por supuesto, Qué centro comercial no colapsaría la mirada de una cría?

Entonces, ves que se te escapa un segundo dirigiéndose a uno de los restaurantes. Una vez dentro, como si fuera una nena buena, te toma de la mano y busca una camarera.

- Holaaaaaa - le dice ella muy contenta - Eztoy buzcando a mi padrino. Me ha prometido que me compra un pony de fubete - le dice - Le haz vizto?

Persigo a la niña con cierto nerviosismo y me pilla por sorpresa cuando me agarra la mano para hablar con la camarera.

- Ehh.... Darla, cariño, vamos a buscar el pony que te gusta antes de molestarle. Disculpe señorita. - 

Era impredecible, por eso preferí no arriesgarme a decir que su padrino no trabajaba allí. No era buena idea que la niña contradijera mis palabras frente a nadie. Tire de su mano con delicadeza.

- Venga, vamos a ver que encontramos. - 

- Pero nozotroz buzcamoz al padrino. Mamita lo dijo - indica molesta por que la menosprecies, como solo un crío podría molestarse - Ya ze que mamita no me quiere , pero yo zeré buena y encontraré al padrino. Y entonzez me quierá mucho! - entusiasmada

Mira a su acompañante con gesto inocente

- Dice como ez - te indica - Zeguro que ella zabe. A que zi?

El centro es grande. Estáis en la planta baja y podéis ver cómo la gente se mueve desde el piso superior, donde están la mayor parte de la tiendas, ahora en su gran mayoría cerradas. Prácticamente sólo quedan abiertos los restaurantes y las discotecas, y la mayoría de público visible es gente joven.

Con gesto serio, Mathias se aleja por uno de los pasillos.

- ¿Su padrino? - La camarera, una chica joven de aspecto medio, miraba con una sonrisa pero algo desconcertada. - Pequeña, no te entiendo. ¿Tu padrino trabaja en este restaurante? - Mira a Hacket. - ¿Es usted el padre? ¿Vienen a ver a algún familiar?

Sin terminar de comprender lo que pasa, hace ademán de ir a avisar al supuesto padrino.

Krauser observó cómo Mathias se marchaba. Al parecer, no le había caído muy bien, bueno, tampoco podía ser simpático a ojos de todos, el abogado tendría que adaptarse para salir con bien de aquélla y de la mejor manera posible.

Luego miró a Nédara.

- Señorita...-

le dijo con una sonrisa mientras le ofrecía su brazo.

- Lo mejor será pasear distraídamente mientras buscamos a nuestro objetivo. Una pareja que da una vuelta por el centro comercial en una agradable noche.-

le sugirió.

Puede que ahora fuera un vampiro, pero no dejaría de comportarse como un caballero. Eso lo tenía muy claro.