Partida Rol por web

- No, ¿por qué ahora?.- Lym pronunció sus pensamientos mediante un susurro al girarse para ver la aparición de los hombres.- Y yo que pensaba que nos esperarías en el primer callejón que encontrasemos.

La presencia de los maleantes infundía miedo en la taberna. Pese a que Ainia mantenía la fuerza de su personaje, ver cinco hombres armados sin que tuvieses armas, podría romper su voluntad. Lym apretaba su puños, mientras contemplaba sus opciones. Si todo el grupo se mantenía unido, podrían plantar cara. Pero estando desarmados, el combate sería injusto y se decantaría hacia el lado de los malos; por otro lado, correr hacia la puerta en busca de ayuda sería una estupidez, puesto que los bandidos la bloqueaban.

- Maldita sea…

Fue en ese momento cuando Lym cayó en la cuenta de las palabras que Ainia le había dicho sobre Elenaide. Quizá ella… La elfa se giró de nuevo hacia la mujer con la expresión decidida y con el mismo tono de voz con el que les había hablado la extraña elfa.

- Elenaide, os lo ruego, ayudadnos.- le imploró Lymsleia. Sus ojos cristalinos volvían a brillar.- Nosotros tan solo queríamos pasar desapercibidos y no causar problemas. Si nos ayudáis, os devolveremos el favor de algún modo, os ayudaremos en lo que sea necesario. Por favor...

Lym sabía perfectamente que pedir ayuda a una desconocida era arriesgado. Pero, ¿de qué forma podrían resolver los graves problemas? No tenían armas, no tenían nada con lo que defenderse. Kyle sabía perfectamente que no permitiría que la tocasen, ni que se la llevasen. Si sus palabras no surtían efecto con la mujer, decidió que ayudaría a Ainia como fuera. Jamás permitiría que calaña como aquella hiciese daño a su amiga.

Los problemas no tardaron en llegar. Alguien reclamaba a Ainia, su amigo elfo... menudo marrón.  Y menudo discursito. Aquello era la típica pelea de taberna. El elfo había venido con unos cuantos amigos matones y gorilas, para llevarse a Ainia. En un primer momento pensó en no hacer nada pero , si estuviera en su situación, ¿no le gustaría un poco de ayuda de sus compañeros? De mientras, discursito y más blabla. Le costaba un poco decidirse, pero ni su personaje ni él mismo, se achantaban, en la vida real ya había tenido un par de peleas en discotecas con.. Lym, bueno con Kyle.

Además, seguro que si la reforzaba, alguno más les ayudaría... u otro de los aventureros, les flanquearía algo así. Además, si quería tener un poco de orgullo masculino, no podía dejarlo pasar, que sino sus compañeras se reirían de él. Seguro que un tipo desarmado, no les parecería gran cosa... Se levantó de la silla, lentamente, casi teatralmente y dijo:

-Vamos, la amazona ya ha pedido disculpas... ¿no hay manera de solucionar esto amistosamente?

Estaba seguro que Lym o Navi hubieran estado en problemas, hubiera sido más diligente, porque eran sus conocidas y amigas...

Tampoco Alice pensaba dejar vendida a la amazona, allí, en aquel lugar extraño, el grupo de personas que la acompañaban era lo único que tenía, así que no pensaba dejar que a ninguno de ellos le pasara nada si podía evitarlo. 

Su primera idea fue la de pedir ayuda a Elenaide, pero justo cuando iba a volverse, escuchó a Lym hacer justo eso, pedir ayuda a la mujer de la katana. Realmente, aquella elfa y ella pensaban de modo muy parecido, eso era bueno, esperaba.

- En ocasiones merece la pena dejar de lado las diferencias en aras de un bien común. La unión hace la fuerza - Dijo lanzando una significativa mirada de soslayo a Elenaide desde debajo de la capucha- Nuestro amigo Twint parece tener clara esta idea.

Las palabras de Katsu le llegaron desde varios metros más allá. Esperó la reacción de los aludidos.

El elfo y sus acompañantes escuchan a la amazona con una sonrisa en los labios, entonces dice:

- Claro y todos felices, acaso crees que somos tontos? mira le has gustado a mis amigos y nos vamos a ir a dar un paseo, se todo se pudiera arreglar con una simple disculpa no existirían las guerras verdad?

Los matones parecían con ganas de tener pelea y sobretodo de tener a una mujer cerca, cuando Katsu habla uno de ellos se acerca y dice:

- Vaya así que aquí tenemos a un chico gallito, quítate de aquí enano que seguro que puedes llegar a hacerte daño

El tipo se ríe con una gran carcajada ante todos, otro de los hombres mira a Alice y dice:

- Vaya otra muchachita apetecible mas, que alegría, y esa elfa que esta a tu lado también quiere tener un poco de esto?

Y empieza a hacer varios movimientos bastante obscenos. El elfo da un paso al frente y con un tono de voz autoritario dice:

- Bien, se acabaron las tonterías, dadles su merecido, yo me ocupo de la amazona

Todos los matones tienen dadao, uno de ellos esta frente a Katsu, otro frente a Alice, el tercero frente a Lym mientras que los otros dos están preparados mirando a todos los de la taberna y el elfo se encara hacia la amazona mientras dice:

- Vamos, ya sabes cómo parar esto

Elenaide cierra los ojos y dice:

- Porque debería de inmiscuirme en una lucha que no es mía?

Lo dice bastante tranquila aunque podía verse que no dejaba de mirar de reojo la escena

 Estábamos hablando cuando el Elfo de antes volvio a entrar en la posada acompañado de cinco personas mas. Todos hombres que no tenían cara de muy buenos amigos.

El posadero parecía asustado.

-Genial son Profesores , vienen a enseñarnos, nos nos libramos de ellos ni en otro mundo. Pensé irónica.

Escuche a Aine. La verdad es que esto no se iba a arreglar hablando. Si salia fuera estaba muerta.

Mire al grupo seria. Total no seria mi primera pelea de bar.

-Pues solo queda batirnos. Mientras me preparaba para la pelea.

"Maldita sea… ¿ahora me vienes con esas?"

Elenaide respondió a la petición de Lym con otra pregunta, la típica pregunta que en momentos claves algún NPC te hacía y cuyo objetivo era ponerte nervioso. Al menos, no se había negado, ni siquiera había cerrado la posibilidad de ayudar al grupo. Eso era importante.

La escena se tornaba más y más tensa, a medida que pasaban los minutos. El semielfo Twint parecía obcecado con tener su pequeña victoria a manos de su amiga Ainia. Ni siquiera las palabras de Katsu parecían surtir efecto, salvo una mofa sobre él. Los otros esbirros esbozaban malignas sonrisas y a juzgar por su pose ardían en deseos de tener una trifulca en el bar. Y para complicar más las cosas, querían trofeos, para hacer vete a saber qué.

Lym contuvo el aliento cuando uno de los esbirros la mencionaba. Un escalofrío recorrió su espalda al sentir la mirada del bandido recorrer todo su cuerpo. Suspiró.

"Genial, primer día como mujer y ya me quieren violar".

Lymsleia ni se dignó a girarse para contestarle. Empezaba una carrera contrarreloj de segundos y necesitaba encontrar las palabras adecuadas para que Elenaide los ayudase. Notaba que su corazón bombeaba con más fuerza.

- Porque sería deshonroso no ayudar a gente indefensa ante una lucha desigual.- Lym dijo automáticamente. Tales palabras salieron de lo más profundo de su ser, lo que sorprendió a la elfa. Pese a no haber nacido junto a los elfos grises, ¿poseería algún tipo de espíritu de caballerosidad que odiase lo injusto?.- Además, no creo que pudieras quedarte sentada viendo cómo unos indeseables se llevan por la fuerza a varias mujeres, causando daños y problemas allí donde estuviesen.- Lym cogió por primera vez la taza del te y le dio un pequeño sorbo para saborearlo.- ¿Permitirías que tan terrible acción se llevara a cabo sin que nadie hiciese nada por detenerla? Ayudadnos, os lo ruego, dama Elenaide, y prometo compensaros de algún modo.

Alice sintió que la sangre le ardía en las venas tras escuchar los comentarios poco educados de aquellos tipos. Nunca había sido una persona especialmente orgullosa, ni le habían ofendido los comentarios sexistas o sexuales que hubieran podido lanzarle a lo largo de su vida; cuando era Alice la chica guapa del instituto de hecho le encantaba que se lo hicieran saber de una forma o de otra, pero allí, en aquella taberna, en aquel sitio extraño y remoto, y vistiendo aquel cuerpo, no le daba la gana dejar que unos cerdos como aquellos aludiesen a ella de aquel modo despectivo y soez. 

"Muchachita apetecible"... ¿Pero qué se habían creído aquellos sacos de estiércol? Cerró las manos en puños hasta sentir que se clavaba las uñas en las palmas lo que le reportó un ligero dolor, era consciente de que su expresión ya no era tranquila y que miraba a los tipos con una ira fría y apenas contenida. 

- ... O para saciar tu curiosidad y divertirte un poco - Añadió a las palabras de Lym sin girarse a mirar a Elenaide- Nos habéis puesto la vista encima nada más entrar, el elfo y tú, apuesto a que os gustaría mucho saber quiénes somos y qué hacemos aquí. El que algo quiere, algo le cuesta, y de verdad parece que te aburres mucho ahí sentada, además, el elfo nos dijo que no sirves más que para espantar a la clientela. Después de todo, puede que ésta también sea tu lucha ¿No crees? 

No tuvo oportunidad de ver qué cara puso la mujer de la katana ante aquellas palabras, esperaba conseguir que se pusiera de pie y sacase la espada contra alguien que no fuese ella, sin esperar una respuesta, se encaminó en dirección al elfo rubio y se plantó delante de él, mirándole a los ojos. No pensaba, se limitaba a actuar para ganar algo de tiempo, para que sus compañeros se posicionasen y quizá el hada... ¿Dónde demonios estaría el hada? Hacía ya un buen rato que no la veía.

-  ¿Por qué no aceptaste que pagase tu cena, Twint? ¿Es que no te fías de mí? - En su tono inquisitivo no había recriminación alguna pero sí parecía algo afligida, como una niña a quien su papá no acepta conceder un capricho.

Sus compañeros comenzaron a intermediar con el elfo, lo que Ainia agradeció profundamente: no sería la primera vez que la vendían de cabeza de turco cuando las cosas se ponían feas para escaquearse otros, aunque es cierto que nunca fue a unos tipos enormes, bien armados y en un mundo que nadie conocía. Ese grupo de “Frikis” que se habían reunido para jugar una simple partida eran mucho más valientes de lo que esperaba. Se sintió cada vez mas aliviada conforme interrumpían sus diferentes compañeros haciendo que dejara de temblar, desvió la mirada del elfo al resto de la taberna y vio como algunos se levantaban para encararlos. –No, no estás sola. – Pero su alivio se esfumó cuando volvió a hablar el elfo.

Ainia frunció el ceño y apretó los dientes hasta casi hacerlos rechinar mientras ellos insultaban a sus compañeros, los que pretendían protegerla - Desde luego no me equivocaba, el elfo es despreciable. – No dijo nada, la sentencia estaba echaba, había que luchar, miró de reojo la barra de la taberna en busca de algo que poder usar como arma.

En ese instante Alice se interpuso entre ella y el elfo, sorprendida retrocedió un paso para dejarle paso y aprovechó para acercarse más a la barra en busca de alguna botella, plato, jarra, cubierto; lo que fuera, para acercárselo y poder usarlo si la situación lo requería. – Espero que esté muy segura de lo que hace – Junto a Alice se preparó para luchar, por si necesitaba protección.

La tensión se palpaba en el ambiente, estaba claro que aquello iba a terminar mal, para quien? realmente nadie sabía para quien terminaría mal, sin embargo, parecía que los atacantes que contaban con armas tenían las de ganar, Aina puede ver como hay una jarra en la barra llena de agua y una tetera metálica a su alcance, algo más lejos puede ver un cuchillo. El elfo habla con un tono brabucón:

- Vamos chicos, parece que mas chicas se quieren unir a nosotros, vamos servíos.

Parecía que fue la indicación para que todo empezase a desatarse, los dos hombres que estaban junto al elfo mira a Aina y a Alice, mientras se acercan dice:

- Vamos pequeñas, no seremos malos con vosotras, si no queréis tener un agujero mas en vuestro cuerpo venid

El hombre frente a Akesha sonríe y dice:

- Lo siento pero esto te va a doler

El hombre lanza un ataque con su arma directo y realmente torpe contra la elfa la cual con un simple salto a un lado logra evadirlo ante la molesta mirada del matón. El resto de matones se pone en tensión y se preparan, pero parece que alguien más se une, Elenaide la mujer que momentos antes estaba hablando con dos de los miembros del grupo se pone de pie mientras dice:

- Estáis causando una conmoción innecesariamente

La mujer pasa caminando junto a uno de los matones con sus armas envainada, el hombre dice en tono socarrón:

- Vaya así que quieres...

No termina de decir la frase cuando cae al suelo con los ojos en blanco inconsciente

Varios matones mas se acercaron para encararse con nosotras. Uno de ellos dijo la frase ingeniosa del día y se lanzo con un arma directa hacia mi. Por fortuna no era el mas hábil de la taberna y con un movimiento ágil pude esquivarle.

El desgraciado me había ataco con un arma.

-¿Un Arma? ¿Que fue de la pureza del combate sin armas? dije enfadada mientras lo esquivaba. Desde luego esto iba en serio. Si nos acojonabamos ahora estábamos muertas.

Por lo que rápidamente le lance un puñetazo y me puse a mirar que podía usar de arma improvisada.

Pues empezaba el baile. Por suerte para Katsu, el ya tenía algo de experiencia en combate real, además había hecho unos años de artes marciales. Su personaje debía parecerse un poco a él en ese aspecto. Podría lidiar con uno de esos matones sin problemas.. y si ellos no sacaban un crítico.  Bueno, se puso en defensa y llamó la atencíon del que estaba cerca de él, para que se enfadara y bajara la defensa:

-Eh, mono de feria... creo que he visto a tu madre yacer en una cochiquera jajajajja

Dicho eso, se esperaría a que el matón se acercara a él y le pegaría un buen puñetazo. Era un buen plan, sencillo pero bueno... a ver como salía la cosa, que era muy diferente. Si acababa con uno de los matones rápidamente, podría ir a ayudar a una de sus compañeras...

Y justo cuando las cosas se empezaban a torcer, cuando la batalla campal dentro de una taberna era inevitable, cuando parecía que los hombres de Twint iban a llevarse a la fuerza a las mujeres del pequeño grupo, sucedió.

Elenaide se levantó de su asiento y con la misma tranquilidad con la que había hablado, se encaró a uno de los matones. Lym sonrió para sus adentros, mientras volvía a sorber un poco del té. Gracias a la presión y a las palabras que tanto Alice como ella habían proferido, Elenaide reaccionó justo a tiempo. La joven elfa se giró y observó la marcha de la mujer contra el bandido.

Ella profirió una amenaza disfrazada en un tono suave para disuadir en vano al matón que tenía ganas de juerga. En un abrir y cerrar de ojos, el hombre de Twint que a punto estuvo de burlarse de la misteriosa mujer cayó al suelo, víctima de vete a saber qué. La elfa gris levantó la cabeza para intentar ver qué le acababa de pasar al hombre cuyas palabras desaparecían sin dejar rastro.

Después se levantó y se puso al otro lado de la mesa para tener una visión más grande sobre lo que estaba pasando en la taberna, aunque su intención iba mucho más allá. Quería buscar algún tipo de arma improvisada por las mesas más próximas, no quería pelearse sin tener algún tipo de arma con la que defenderse.

Lymsleia terminó de beberse el resto del te, dejó el vaso en la mesa y se crujió los nudillos.

- Un te delicioso.

Akesha tenía frente a si a uno de los matones, la elfa aprovechando que era más rápida que le matón le da un puñetazo en la cara, sin embargo, no lo hace con mucha fuerza y el hombre sonríe, este con la mano libre agarra con fuerza la mano de la elfa y acerca su cara a la de ella mientras dice:

• Eso no me ha dolido pequeña, pero lo que te quiero hacer te va a doler

El hombre aprieta con fuerza la mano apresando a la elfa y haciéndole daño, comienza a apretar con fuerza y dice tras acercarse a la cara con su arma bien aferrada.

• Si te estás quieta te dejare marcharte después de violarte, si sigues moviéndote te matare

Por otra parte Katsu tenía frente a si a uno de los matones, este lanza un torpe ataque que el chico esquiva con facilidad estampándole un puñetazo en el estomago, el matón le mira y dice:

• No está mal, pero esto te va a doler mas

Se dispone a descargar un ataque con su espada. Lym por su parte coge la taza y uno de los matones sonríe y dice:

• Me vas a invitar a un te pequeña?

Y corre hacia la elfa preparado para asestarle un espadazo. Mientras tanto Elenaide sigue caminando y se dirige hacia el Maton que estaba junto al elfo, este la mira y dice:

• Puta que le has hecho?

Pero la mujer no se inmuta ante las palabras y sigue caminando

La elfa puede ver con dificultad como Elenaide en un movimiento realmente rápido ha sacado la katana con la funda y ha lanzado 4 golpes con la funda puesta en el estomago del hombre para justo después guardarla de nuevo en su obi

Me paralizo ante la situación, mi primera pelea de verdad, no sé que hacer, todos están atacando/defendiendose y yo quieta debajo de las mesas.

Miré alrededor, intentando ver con qué podía ayudar, pero todo era demasiado grande.

Maldito momento en el que no me cogí un Golem todopoderoso que suelta rayos por los ojos. Encima me escogo al más "débil" y pequeño. Bien por ti.

Tenía que actuar, y ya.

Parecía que los demás, medianamente, se las podía resolver, pero me fijé en el hombre que tenía atrapada la mano de Akesha y le decía cosas indecentes.

- ¡Suelta a mi amiga!.- Volé lo más rápido que pude y tiré, con toda la fuerza que tenía, del pelo del hombre*.

Todo pareció explotar de golpe: Todos los hombres atacando y sus compañeros defendiéndose como podían, pero ella tenía sus propios problemas por lo que no se podía preocupar por ellos, tenía que actuar lo más rápido posible. A su alcance solo tenia una jarra con agua y una tetera sobre la la barra. Miró de reojo a Alice no le gustaba tener que dejarla atrás pero necesitaba un arma.
- Alice, ten cuidado.
Sin pensárselo 2 veces cogió la jarra con agua e intentó tirársela completa con el agua a la cabeza del hombre que se encontraba frente a ella, sin otra intención que intentar desconcertarle para ganar tiempo y alcanzar el cuchillo que se encontraba más retirado.

Intentó correr para coger el cuchillo y volver para colocarse junto a Alice plantarle cara al hombre, ahora armada, o todo lo armada que se puede estar con un cuchillo de cocina, con suerte la jarra le había dado más ventajas además del tiempo.

Centrada en librar su propia pelea ni siquiera se percató de que la elfa de la katana les estaba prestando su ayuda.