Partida Rol por web

Regresáis al hospital de San Andrés y volvéis a contactar con el doctor Barragán. Éste, escruta a Ouail con la mirada, pero al ser informado de su condición de intérprete accede a dejarlo pasar. Llegáis ante la puerta de la celda acolchada de Al Burux.

- Cinco minutos - afirma el doctor - no les puedo dar más tiempo. Yo estaré presente por si hay problemas...

Veis que en la mano lleva una gran jeringuilla con lo que suponéis que es un sedante.

- ¿Alguna duda más, caballeros?

-Ninguna. Adelante, caballero -dice Gorka, ya impaciente.

El doctor os abre la habitación. Una bofetada de aire rancio y olor a algo que se pudre os golpea. Una cama anclada al suelo un lavabo metálico y un retrete a juego  es todo el mobiliario de la misma. Las paredes, el suelo e, incluso el techo presentan un almohadillado, que quizá alguna vez fue blanco.

En el suelo, echo un ovillo y con la mirada perdida se encuentra Al Burux, un hombre casi de edad anciana que presenta marcados rasgos árabes.  Una salmodia ininteligible sale de sus labios.

Ouail se encoje de hombros y susurra: Reza.

Gorka, intrigado y un tanto sobrecogido por el tono de Ouail sobre los incesantes rezos, intenta acercarse lentamente, sin hacer movimientos bruscos y manteniendo una distancia prudencial.

Se pone delante y se agacha, examinando con detenimiento al individuo y tratando de averiguar qué le puede ocurrir. Tras unos segundos, Gorka mira hacia la puerta, como si se le acabase de ocurrir algo y se dirige a sus compañeros:

- ¿Tenemos alguna foto que podamos enseñarle?

Antón se tensa cuando la puerta se abre, pero mantiene la compostura al ver que el hombre está relativamente tranquilo en la celda. Sin levantar la mirada de Burux​ se dirige a Ouail ​y le pregunta:

​- ¿Qué tipo de rezos? ¿Es alguna oración concreta? Se le detuvo por atacar el edificio de la Sagrada Familia, ¿hay algo de lo que está diciendo que se pueda referir a por qué lo hizo?

Ouail sonríe con añoranza y traduce las palabras de Al Burux:

“En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso.

Toda alabanza pertenence a Al-lah solo, Señor de todos

los mundos,

El Clemente, el Misericordioso,

Dueño del Dia del Juicio.

Dirigenos por el camino recto.

El Camino de aquellosa quienes Tú has concedido Tus

benediciones, de los que no hand incurrido en el enojo y

de los que no se han extraviado.”

Ouail hace una pausa casi reverencial y explica:

- Es la Al-Fatiha, el primer capítulo del Sagrado Corán. Es nuestra oración más importante. Digamos que puede equivaler a lo que para vosotros los cristianos es el Padre Nuestro. Es la primer oración que se aprende cuando niño.

Al entrar en la pequeña celda, el olor repugnante inunda mi olfato, Al Burux es un hombre enjuto acurrucado y anciano. Con un hilo de voz reza sin prestarnos atención. Le observo durante unos segundos pensando en que le habrá pasado a este hombre para terminar así.

Pero me concentro en el trabajo, por mucha pena que me dé, necesitamos obtener toda la información posible.

- Ouail, por favor, puedes tratar de entablar una conversación con él? Algo amistoso, algo que le haga estar “relajado”… y después pregúntale si recuerda la Sagrada Familia, solamente menciona el nombre del monumento. - "... y a ver como reacciona" pienso en mi interior.

Mientras digo esto, saco de mi bolsillo una agenda y boli, listo a apuntar todo lo que podamos conseguir.

Ouail asiente al comentario de Felis. Lentamente, en cuclillas delante de Al Burux, y como si éste fuera un niño, Ouail le habla en su su idioma sin que podáis entender nada de lo que está diciendo.

En ese momento, como si Al Burux despertara de un profundo sueño, levanta la mirada hacia Ouail. No le veis articular palabra, simplemente mira al anciano con un interés que no había demostrado hasta ahora.

El doctor Barragán sorprendido, saca una pluma y toma notas apresuradamente en una libreta que extrae del bolsillo de su bata..

Ouail sigue  hablando a Al Burux en un murmullo que os suena a extraña letanía. En un momento distinguís,  en castellano, dos palabras del discurso del improvisado intérprete: Sagrada Familia.

Por unos segundos que se os hacen eternos el silencio se extiende por la habitación. Luego, con una voz gutural, como si llevara siglos sin usarla, Al Burux responde algo a Al Burux, que asiente comprensivo.

Gorka, bastante molesto por no entender nada, cuando sabe que estan hablando de algo muy importante para la investigación, frunce el ceño.

-Ouail, ¿qué está diciendo? -exige.

En ese momento, antes la brusca intervención de Gorka, la mirada de Al Burux vuelve a perderse. Rápidamente vuelve a encogerse en el suelo y recitar la oración que Ouail os había traducido antes.

 Ouail intenta volver a hablar con él, pero no consigue sacarle del ensimismamiento en el que se halla.

El anciano, sonriendo siempre y disculpando a Gorka con la mirada os habla:

- Este hombre está seriamente trastornado. La petición de auxilio es sincera. Dice que, hace unos años, hurgando en la Biblioteca de la Universidad de Barcelona encontró un manuscrito del "Confesor Imperial" en el que habla de templos construidos bajo inspiración diabólica. Creo que este pobre hombre cree que la Sagrada Familia es uno de ellos.

¿E intentaba destruir el supuesto templo entero a martillazos? Si no loco, al menos este tipo es muy poco eficiente.

Descolocado, es evidente que Oscar se refugia en la broma ante una situación tan extraña.

Además, si hubiese un templo como ese debajo de la Sagrada Familia, los trabajadores lo sabrían, ¿no?

Antón asiente, a Rivas no le falta razón al decir que el modus operandi de Burux no tiene mucho sentido.

- Además de que si dice haber encontrado esa información, ¿por qué reaccionar ahora? ¿Qué ha cambiado para que se decidiera a atacar el edificio con un martillo? - Dirigiéndose de nuevo a Ouail pregunta - ¿Usted sabe algo de ese manuscrito?

El árabe niega con la cabeza.

- No sé nada. No sé ni siquiera si es real. Lo que le he entendido es que él cree que la Sagrada Familia está inspirada por el demonio y por eso hay que destruirla. Pero, la verdad, no me parecen más que los delirios de un pobre hombre.

Entonces la sagrada familia ha tenido un arquitecto interesante aparte de Gaudí. Me gustaría echar un vistazo al manuscrito ese.

- Ouail, cree posible volver a entablar conversación con Al Burux? Quizá si le habla de alguna historia infantil árabe le haga retornara su infancia y tras esto, pueda preguntarle más…

Observo nervioso a Ouial y Al Burux. Mi libreta llena de garabatos me tiembla ligeramente en la mano por la excitación de por fin, encontrar una pista.

- Si llega a ese punto, pregúntele si sabe cómo se podemos acceder a ese templo maldito…

Nervioso, me pongo al lado del Ouail, tratando de presionarle ligeramente para que siga la conversación.

Gorka, como siempre que encuentra una nueva pista de la que tirar del hilo, deja de escuchar. Su instinto le dice que no van a encontrar nada más de utilidad aquí y, tras más de veinte años dejándose guiar por él, no va a cambiar ahora.

Se mantiene en silencio durante la conversación, hasta que finalmente interviene, alzando un poco la voz.

- Muy bien, señor Ouail -no sabía ni cómo se apellidaba, y eso le daba mala espina-, muy amable. Ya puede volver a su... trastienda, a seguir perpetrando actos de dudosa legalidad, o lo que sea que hace la gente de tu raza. Nosotros tenemos que -hace una breve pausa, buscando el aprobado de sus compañeros a través del contacto visual- volver a la comisaría. Muchas gracias -despide, asintiendo con la cabeza.