Partida Rol por web

Pasasteis a la base dosnde la vida de los soldados era mas relajada. Tocando la guitarra, bebiendo cerveza, fumando tabaco y hierba...

Aquellos hombres tambien parecian curtidos y cuando pasabais a su lado estos os miraban, pero no dijeron nada, aunque podiais distinguir que podian pensar como los chicos de la base.

Mientras os dirigiais hacia el centro del campamento veiais la vida cotidiana de la base avanzada, incluso un soldado sentado en una caja de municiones cortandose el pelo.

Todo el mundo saludaba al sargento con una sonrisa o un gesto de cabeza, pero al veros se ponian serios.- No se lo tomeis en cuenta chicos, hasta que no tengais el bautismo de fuego no se fiaran de vosotros. Piensan que los recien llegados o "Verdes" son gafes- Os sonrio y se detuvo en mitad del campamento. Alli pudisteis ver las duchas y las letrinas al aire.- No lo tomeis en cuenta, pues muchos veteranos son supersticiosos y eso es algo que nadie puede evitar y menos en este infierno....

Podeis descansar, le dire al teniente que habeis llegado....

Las miradas de los "veteranos" asustaban, y mucho. Desde luego, eran tipos curtidos en la batalla, acostumbrados ya a esta guerra y que no iban a aceptar a unos novatos con facilidad. Ellos debían de demostrar que valían para la lucha. 

A saber cuantas veces estos tipos se habrán enfrentado al enemigo- piensa Edward.

Bueno, ya hemos llegado- dice a sus compañeros- hogar dulce hogar... o al menos, lo mas parecido que vamos a tener a un hogar en este sitio.

Hasta ahora y desde que llegamos, los demás nos tratan de la misma manera que cuando aterrizamos por primera vez. Muchas miradas, viéndonos con desconfianza, todavía no eramos uno de ellos, no habíamos pasado el  bautismo de fuego esa era la razón que nos había dicho el sargento. 

Tienes razón Jones ... nuestro hogar - digo con desilusión, al menos los que quedábamos en la unidad nos llevábamos bien, o por lo menos nos hablábamos.-Intentemos conseguir algún sitio donde dejar nuestros trastos. Vamos ... Bob tal y como están las cosas, creo que si vas tu delante conseguiremos algo más decente. 

Estaba sudando a mares. No podía entender porque nos hacían cargar con esa maldita mochila si al llegar tendriamos gran parte del material que estabamos llevando. No le veía demasiado sentido a la organización de ALICE, pero yo no había estado nunca en ninguna guerra así que tampoco tenía demasiado que opinar.

Miré a mis compañeros, algunos estaban peor que yo, otros mejor. Los veteranos ni nos dirigían la mirada. No me resultó desagradable...en un ambiente como aquel era preferible parecer invisible a que todos estuviesen pendientes de tus movimientos...y de tus errores. Sonreí levemente ante los comentarios que hacían Edward y Mark.

Si esto es lo más parecido a un hogar entonces vosotros sois lo mas parecido a una familia...-luego añadí bromeando-¡Que papelón!

Espero que estemos más unidos que en la mía

Mierda Mierda Mierda Mierda....Duchas abiertas con eso no había contado. ¿Y que mariconada acabas de decir? ARGGG Tranquila Becca ya se te ocurrirá algo...

Estaba tan cansada...Sólo tenía ganas de dormir, de tumbarme en una cama...

Quizás pueda fingir algo para voler a casa...Ryan ya estará a salvo, me he demostrado que puedo hacer cosas, me daran algo de dinero y trabajando de camarera podría pagarme el resto de la facultad....

Finalmente, me convencí a mi misma de que lo veía todo a traves de la luz del cansancio. Seguramente se me ocurriese algo para esconder mi secreto. Al fín y al cabo aquí parecían ser más flexibles con los horarios que en la academia y eso era una ventaja para mí. No podía irme. Había tomado una decisión y acataría las consecuencias. Con este hilo de pensamientos no pude evitar recordar una frase que había oido decir a Zsa Zsa Gabor en la tele: "Cuando un hombre se echa atrás, sólo retrocede de verdad. Una mujer sólo retrocede para coger carrerilla."

Solo quedan 365 días...Nada más

Llegamos al campamento, y le digo a Mark:

-Pues yo ya estoy hasta los huevos de caminar por aquí.

Me saco la mochila y la tiro al suelo.

-Puta Alice ya te he traído a wonderland -me siento en el suelo y me desabrocho un poco la chaqueta, mientras sigo golpeando a los insectos que me atacan- Malditos bichos. -finalmente me tumbo y apoyo la cabeza en la mochila- cuando vuelva el sargento, ya me avisareis. -saco un pitillo, lo enciendo y me pongo el casco delante de los ojos para que no me moleste el sol, y mientras le doy una calada al cigarrillo, murmuro - Hogar dulce hogar- giro la cabeza y escupo.

Alli sentados en mitad del campamento escuchabais al soldado que tocaba la guitarra y cantaba imitando a John Lee Hooker.

Hablabais, cambiabais impresiones y alguno intentaba hacer mas a meno esto que por lo que veiais no era tan bonito como lo habian pintado en los cuarteles de reclutamiento.

Sentado en el suelo, encendí un cigarrillo y empecé a fumarlo lentamente mientras observaba el campamento con una expresión resignada. Desde luego aquello no era como nos lo habían pintado ni muchisimo menos: letrinas y duchas al aire, tiendas cochambrosas y con aspecto de derrumbarse en cualquier momento, las más variopintas improvisaciones...¡Si había hasta un tipo secando los calcetines en su casco!

Y seguro que la cosa se ponía peor, especiamente cuando llegase la hora de entrar en combate.Combate. Una sola palabra con un significado abrumador. Hasta aquel momento no me había puesto a pensar realmente en ello. La gente moría allí y la gente mataba... La diferencia era que, con suerte, podiamos salir ilesos de aquella aventura...pero en cambio nada nos libraría de matar. Sonaba sencillo pero llegada la hora, ¿Seriamos capaces de hacerlo?

No te sirve de nada pensar ahora en eso

Y  bien..¿Qué opinaís?- pregunté con el cigarro en los labios, haciendo un gesto con la cabeza a mis espaldas señalando la base

Nunca he llevado demasiado bien el calor. Puede parecer una paradoja viniendo de alguien que se ha criado en Savanah, una de las principales ciudades del Sur, y especialmente si añado que en ciertos aspectos mi juventud ha sido como un eterno verano de fiestas y puestas de largo y presentaciones en sociedad de señoritas a las que desflorar. Algo que debo reconocer —espero que por aquí no esté el hermano de ninguna— se me ha dado siempre bastante bien aunque imagino que en este infecto lugar lo voy a tener muy jodido para poner en práctica los trucos de tiempos pasados. Quizás no hubiese ningún tipo de estrategia; en el fondo bastaba con decir que era el hijo del senador para conseguir meterme en las bragas de cualquiera.
—¿Qué opino? —Sacudo la cabeza escupiendo de medio lado—. Pues que me jode un poco asumir que los únicos traseros que tendré a tiro serán los vuestros... apestosos culos peludos.
Una media sonrisa hacia quienes me escuchan y a continuación una disculpa por el susto que les di a todos hace unas horas.
—Prometo no volver a cagarla así, colegas.

En la jungla,  en medio de la nada, ahí estamos un puesto militar donde los lujos brillan por su ausencia. Al menos estamos juntos los que empezamos marginados por los veteranos hasta que demostremos algo. Sonrío ante el comentario de Bentley, y después pasa a excusarse sobre lo que ha pasado de camino.

no te preocupes Bentley, aquí todas las cosas son muy diferentes de como nos han adiestrado. - miro cabizbajo - Además yo también la cagué y hubiera puesto en peligro al sargento.

Al darme un golpe en la pierna noto mi vieja armónica que me había regalado mi padre, mirándola les digo a mis compañeros, 

Sabéis hace siglos que la llevo encima pero desde que mi padre falleció no la he vuelto a tocar. -mientras sigo mirando la armónica recordando otros momentos muy diferentes.

Mark tiene razón. No  le des demasiadas vueltas. -añadí quitando hierro al asunto.- Que esa sea la mayor de las cagadas que hagamos...

Para ser sinceros me había asustado más oir llamar al sargento por su cargo que el aviso de Bentley sobre el ruido. Si hubiese sido "Hatman" en lugar de una mirada y una amenaza nos habría caido una tanda de flexiones y quizas alguna hostia...y quizas habría sido mejor. Las ocasionales miradas del sargento me ponían los pelos de punta, igual que la de los veteranos. Tratando de alejar de mí esos pensamientos miré a Tills y le pregunté con algo de asombro

¿Y sabes tocarla? Yo para la música soy un poco inutil. Lo más que aprendí fueron un par de canciones de Dylan con la guitarra de mi hermana...y volviendo loca a mi familia en el proceso. ¿Podrías tocar algo?

La verdad no se tocarla demasiado bien, y hace mucho tiempo que no la toco, siempre la llevo para recordar de donde vengo ... pero sabes, qué diablos vamos a ver que tal suena después de tanto. -digo, acariciando la armónica esperando no desafinar demasiado

Levanto un poco el caso al escuchar una armónica, y miro de reojo a Mark con media sonrisa en la cara. No estaba molesto por que no me dejasen dormir, todo lo contrario, me parecía muy bien que tuviésemos el ánimo levantado, no como los veteranos, que parecía que estuviesen en un camping.

Al finalizar, creo un gran gargajo:

¡GGGGRRRH GGGRRRH PUAJ!

-El sargento "malaspulgas", debería estar contento de que estemos alerta, cualquier día se cuela un enano de esos con un kalashnikov y les lía una tangana de dos pares de cojones. Por cierto, he oído que no tienen mucho pelo los amarillos, igual su culo puede servir para vuestro deleite JAJAJAJA. Además, debería habernos dejado matar al bicho que fuese, desde que estamos aquí tengo un picorcillo en este dedo... -levanto el dedo índice-, lo único bueno que he sacado desde que estamos  aquí, es que con tanto pinchazo en la enfermería se me ha ido el picor de la punta del..., bueno, mejor os explico la sensación de mear fuego otro día JAJAJAJA, y mira que parecía estar sana la muy ...

Brrrrr

Aunque Bob podía ser divertido, en ocasiones había algo en él que me ponía los pelos de punta. El hombre no era precisamente lo más agradable de este mundo,cierto, pero cuando se ponía a hablar de mujeres... Cada vez que surgían esos temas me preguntaba cuanto iba a durar sin que me pillasen. Afortunadamente, era bastante habil a la hora de esquivar temas y rápida a la hora de inventar si hacía falta. Por otra parte la música de Mark me calmaba los nervios.

Hombres...siempre pensando en lo mismo. Que bien toca la armónica este chico

Puse los ojos en blanco con media sonrisa ante el comentario de mi compañero sobre la densidad capilar de los culos orientales. Apuré el cigarrillo mientras sacaba de Alice un desgastado cuaderno con el que había sustituido uno de los libros que cargabamos y un lapíz mordisqueado pero aún perfectamente funcional y me apoyé en esa maldita mochila para descansar la espalda mientras comenzaba a dibujar. Me había propuesto retratar a todos mis compañeros y alguna de las escenas del campamento y en aquel momento Mark estaba lo suficientemente a su rollo como para que saliese un dibujo natural.

Sonrio ante lo que dice Bob, saco un paquete medio vacío de cigarrillos, miro y quedan justo uno para cada uno de los que estamos, los comparto con mis compañeros y estrujo el paquete vacío. Ahora mismo no parece que estemos en una guerra sino más bien en una acampada, sino fuera por todas estas armas.

Bob, ten cuidado con las de aquí porque con lo que dicen ...

Haciendo un gesto de agradecimiento, recogí el cigarro que me ofrecía Mark y me lo coloqué en la oreja mientras seguía dibujando. El casco reposaba a mis pies dejando al descubierto mi ya no tan pelado craneo.

Así que por eso te rascabas tanto al principio ¿eh Bob?

Seguimos bromeando un rato mientras Mark tocaba a ratos y yo seguía dibujando. En aquellos momentos la base no parecía un lugar tan atemorizante y desagradable. El único que parecía de mal humor era Meyers, pero eso era habitual en él, asi que no me preocupaba demasiado. Finalmente, dejé el lapiz en el suelo mientras con la mano difuminaba algunas de las partes de la ilustración que estaba casi terminada.

Listo

Escucho las palabras de Ryan, mientras cruzo una pierna sobre la otra, intentando tapar el sol lo mejor que pude para que no me molestase en los ojos, cuando le contesto:

-Pues no, arreglé lo de los picores con jabón y una cuchilla de afeitar.

Giro la cabeza, y les pregunto a los compañeros:

-Oye, el sargento "malaspulgas", ¿dónde se ha metido al final?

Ryan deja de dibujar, y lo demuestra con un gesto de satisfacción. Mientras Bob pregunta por el sargento Stone aunque el le llama malaspulgas.

Pues ni idea Bob, puede que en algún lugar desplumando a alguno al poker como vimos en la cantina-miro a Ryan, y le pido el dibujo que ha hecho -¿Nos enseñas lo que has hecho?-mirando la lamina -No os lo decía yo, un artista, demasiado bien me has dibujado. Mirad, mirad-mientras les enseño la lámina a los demás.

Gracias, espero que los de admisión de la universidad piensen lo mismo- respondí halagado por los comentarios mientras pasaba el cigarro de la oreja a uno de los bolsillos delanteros y guardaba el cuaderno. Despues me tumbé en el suelo imitando a Bob y recordé su pregunta.

-Creo que ha ido a decir que habiamos llegado. Aunque viendo lo que tarda no descartes la teoría del poker.

Mientras reposaba movía los dedos despistadamente para descansarlos

Espero que no se le escape el llamarle malaspulgas cuando esté delante