Partida Rol por web

Llegáis al país del Oro, donde directamente os dirigís a la villa más cercana donde os estableceis al margen del núcleo de ésta.

Hikari junto con Kaneko y Rida se hospedan en una pequeña habitación, lo que les obliga a tener que verse más de los que alguunos querrían.

Hikari dejó su equipaje sobre su cama y tras ésto se tiró de espaldas a ella soltando un suspiro. -No me puedo creer que hayamos llegado... ¡ha sido eterno!- Dijo cansada mirando al techo y luego a Rida.

Kaneko entró en la habitación y elegantemente se sentó elegantemente sobre una silla mientras unas cuantas mariposas blancas llevando su bolsa de viaje la dejaron caer al lado de su cama.

-¿Y bien? ¿Cuál es el plan? Luego de descansar un poco claramente...

Por fin tenían todo preparado y estaban dispuestos a comenzar la marcha de nuevo. Se le pasó por la cabeza ir a ver a la Amekage antes de su partida, pero no tenía demasiadas ganas de escuchar sus sermones, la mujer tenía demasiado trabajo últimamente y estaba bastante estresada.

Durante el camino no habló demasiado, siempre metido en sus pensamientos y tomando notas en su libreta, nadie sabía lo que pasaba por la cabeza del escritor. De vez en cuando miraba a las dos muchachas y sonreía. Era consciente de que Kaneko no le había caído bien a Hikari y eso le hacía cierta gracia, pero esperaba en el fondo que llegaran a entenderse, de ahí el haberlas elegido para esa misión.

Tras llegar a la habitación donde se hospedarían dejó sus cosas en la cama que habían dejado libre sus acompañantes. – Nunca pensé que el País del Oro se encontrara tan lejos. ¿Alguna ha estado aquí anteriormente? Yo es la primera vez que lo visitaré. – dijo tras el comentario de Hikari.

- Bien, tal y como dijo Kensaku, las noticias hablaban de un viajero que portaba un extraño rollo. Según dijo se encontraba en alguna de las posadas de esta ciudad por lo que deberíamos echar un vistazo en ellas por si encontráramos algo que nos pudiera llamar la atención. – comentó respondiendo a Kaneko. – Pero eso ya será mañana, es tarde y el viaje ha sido duro, por lo que deberíamos descansar. – Dejó su libro y los aparejos de escritura en el escritorio de la habitación. - ¿No creéis?. -

-Yo nunca estuve aquí, sólo he escuchado hablar de este sitio por algunos viajeros- Hikari contestó a la pregunta de Rida y luego comenzó a escuchar lo que éste decía.
-Como veas Rida, a mi no me importa cuando empezar, pero tal vez sea cierto que necesitemos un descanso antes de continuar con la búsqueda ¿Que os parece si vamos a algún restaurante?- Hikari se levantó de la cama de un salto y se puso a buscar en su cartera mientras los otros respondían.

Kaneko suspiró rendida.

-La verdad, nunca he tenido la libertad de viajar.Y anda más salir de Konoha, llego hasta aquí, esta sensación de libertad... ¿No te parece suficiente razón para no querer estar en Konoha?-Se quedó pensativa un rato- Odio admitirlo... pero la rubia ha tenido una buena idea, tengo algo de hambre la verdad.

- Me parece un buen comienzo. – respondió sonriente a las palabras de Hikari sobre todo tras el último comentario de Kaneko. – Vayamos pues a comer algo, nos vendrá bien… Yo invito. – añadió posteriormente.

Tomó su libro y algunos aparejos de escritura y se dispuso a salir de la habitación junto a sus compañeras.

-Hikari se ocupa de las precauciones- Dijo con tono bromista mientras ponía trampas por la habitación para luego salir de la habitación y guardar la llave en su bolsillo.
Con una alegre sonrisa y con la cara levemente ladeada a un hombro miró al resto y se pusienron en marcha al restaurante. Las escasas calles de la villa estaban llenas de vida y lo que aparenta una vida lujosa de los habitantes. Poco tuvieron que andar hasta encontrar con un restaurante tranquilo, con habitaciones privadas para poder comer tranquilos y hablar de lo que quieran hablar.
-¿Os parece bien aquí?.

Hikari, como acostumbraba a hacer, tomó la iniciativa. El lugar elegido era tan bueno como cualquier otro, así que asintió con la cabeza.  – Me parece un buen lugar, pasemos. – hizo un gesto a ambas para que pasaran delante de él y acto seguido pasó al interior del restaurante.

Una vez se hubo acomodado, tomó la carta y la echó un vistazo para ver qué era lo que tenían en aquel país, aunque como siempre hacia, al final se dejaría aconsejar por el camarero.

Mirando hacia otro lado, restandole importancia, Kaneko asintió y pasó observando detenidamente como era aquel lugar.
Se sentaron en una de las mesas más privadas privadas par poder comer a gusto y hablar sobre sus planes sin que nadie se enterase.

Comenzáis a comer tras un rato mientras charlabais de vuestros asuntos.

- Yo tomare Ramen. – le comentó cortésmente al camarero una vez se hubo acercado.

- El hombre al que buscamos fue visto en una taberna en no muy buen estado, según dijo Kensaku, así que un buen sitio de partida seria el hospital, si es que este pueblo tiene, si no algún sanatorio o algo parecido. – dijo a sus compañeras con tono calmado. Rida era una persona a la que no la gustaba dar rodeos ni perder el tiempo, cuanto antes encontraran a aquel hombre, mejor. – Pero disfrutad de la cena, no quiero agobiaros. – sonrió.

- Cuéntanos algo más de ti Kaneko. – comentó para cambien drásticamente de tema. - Ya que vamos a pasar un tiempo juntos, me gustaría saber algo más sobre ti. Lo que dijiste en la cueva y nada es lo mismo. -

Kaneko miró sorprendida a Rida. "Que raro..."

-No entiendo el por que empezar por ahí, pero supongo que por algún lado habrá que empezar. Sobre mi... ya doje que debido a mi situación en Konoha no es que tuviese mucha libertad pero una de las cosas que me gusta hacer es leer e investigar, soy bastante curiosa la verdad.

Sonrió dulcemente tras la última afirmación.

Hikari pidió lo mismo que Rida y le dedicó una cálida y hermosa sonrisa.
-¿Descubriste algo que podamos utilizar en tus investigaciones? Quizás podríamos aligerar el paso antes que los de Konoha se den cuenta de nuestros planes-
Tras decir esto puso sus manos en las piernas aguardando a la respuesta de la aburame.

No se esperaba la pregunta de la rubia la verdad.

-Pues no mucho, en Konoha no tenía la suficiente libertad que necesito, puede que sea por eso por lo que estoy aquí ahora, en parte sigo los impulsos de la vida, puede ser curioso donde te llevan estos. Por cierto, ¿cuales son esos planes?

Aquellas últimas palabras le llamaron la atención, ¿se refería a los de esta misión o había algo más?

-No creo que sea buena idea ir contando los planes a todo el mundo y menos en un restaurante, de todas formas eso no depende de mi, sino de Rida.- Hikari lo miró rápidamente para luego volver su mirada a Kaneko.
-En principio deberiamos empezar a buscar a ese tipo del que ya hemos hablado-

Os llega la comida pedida. Antes de marcharse os pregunta si estáis a gusto a lo que obviamente respondéis que si.
Tras terminar de comer y dar unos rodeos sobre el mismo tema decidís que es hora de volver a vuestra habitación.

En la calle
Caminando por la calle os dais cuenta de que hace mucho frío para ser por la tarde y que unas nubes se acercan por el norte de la región.

Escuchaba la conversación entre ambas mujeres mientras saboreaba su plato de comida el cual, cabía decir, estaba delicioso. Al notar la mirada de Hikari sobre él alzó la cabeza. – Si, como bien dice Hikari, todo se contará a su debido tiempo. No seas tan impaciente Kaneko, lo principal ahora mismo es dar con ese hombre. – comentó a su nueva compañera.

Una vez se terminó la cena Rida, como tipo caballeroso que era, pagó la cena de los tres y se dispusieron a salir poniendo dirección a su habitación, el día había sido largo y necesitaban descansar.

El repentino cambio de temperatura lo llamó la atención pareciéndole algo anormal, pero no conocía que tipo de temperatura era la normal en aquel lugar, así que no le dio demasiada importancia. – Una cosa ya sabemos de este lugar. – comentó para acabar con el silencio que había. – En este lugar se come bien. – una leve sonrisa se dibujaba en su rostro. Rida había aprendido a disfrutar de todas estas pequeñas cosas que otorgaba la vida. – Bueno, y que hace un frio de narices… - concluyó.

- Y bien señoritas, ¿algo que quieran hacer antes de ir a descansar a la habitación?. -

Hikari bostezó descaradamente dando a entender que tenía ganas de descansar un rato antes de continuar, hacía mucho que no andaba tanto y tan lejos, su pobres piernas lo demostraban tambaleando de vez en cuando de un lado a otro mientras sus ojos entrecerrados miraban adelante.
-Yo no se vosotros pero creo que me iré a descansar un rato-
Hikari les adelantó y se dirigió al lugar donde se hospedaban dejando a los dos solos.