Partida Rol por web

Frank suspiro de alivio o lo hubiera hecho de no saber de buena mano que el destrozo que habían provocado al coche era casi irreparable con lo que tuviera a mano. Tal vez apañar la radio para pedir ayuda, pero antes debería de poner al día al resto sin contar que había venido a por el botiquín.

Recogió lo que pudiera necesitar para curar a Gloria y de paso una gruesa llave inglesa, por si los críos volvían y pensaban que podían seguir haciendo lo que les diera la gana, seguramente una sutil amenaza con un objeto contundente era lo suficientemente disuasoria para que dejaran de romper coches ajenos.
-Vandalismo gratuito, putos críos... ¿Sus padres no les enseñan nada? -Se quejaba mientras iba cerrando el maletero, asegurarlo con llave y volver al primer asiento, recreándose penosamente en como estaba el coche, una vez mas. -Algunos no deberían de tener derecho a criar. -Molesto por el hecho de que estén incomunicados y varados en mitad de la nada, decía en alto cosas que tal vez no pensara siquiera en insinuarlas.

cogió la pequeña mochila que trajo consigo, para meter en ella el botiquín y la llave inglesa y tras cerrar de nuevo el coche, a pesar de que no sirviera de nada, emprendió el camino de regreso, pisando fuerte y murmurando palabras no actas para todos los oídos.

Tras unos minutos de espera, parece que Frank regresa con el resto del grupo, cargado con una mochila, se acerca hacía el resto de sus compañeros, parece que Gloria ha recuperado algo el color tras ser tranquilizada por el padre, de todos modos aun se le nota algo aturdida y asustada.

Frank rebusca en su mochila y saca una neceser blanco, el botiquín, tiene vendas, desinfectante, esparadrapo, antiinflamatorios y analegesicos.  

Agradezco a Frank con un silencioso gracias y me pongo a curar los feos arañazos y heridas de Gloria. Por mi mente aun siguen pasando todas las frases de nuestra escueta conversación con la pequeña Rachel y algo me empezaba a oler a podrido. No era precisamente el cadaver de algun animal salvaje, sino como era posible que nadie supiera que habia niños por alli y en esas condiciones.

-Respecto a esa traducción tan literal ¿qué cree que puede significar? 

Gloria Méndez siempre se ha considerado a sí misma una mujer de ciencia que nunca ha creído en lo sobrenatural. Lo sobrenatural no tiene explicación aparente y, lo que no tiene explicación escapa de su control. Y eso le provoca ansiedad. Es por eso que siempre le ha gustado tanto la arquitectura: el dibujo técnico tiene una explicación, las líneas siempre se trazan por algún motivo y todo converge de forma natural. Eso es bello.

Tras las visiones, el olor fétido y el ataque de cuervos, Gloria siente que le está empezando a costar mucho tomar aire. Su respiración se acelera y sólo el brazo del padre Flaherty y los cuidados de Wong consiguen hacer que no termine de ahogarse en su propio ataque de pánico.

Le dedica unas palabras de agradecimiento a ambos; agradece su preocupación. Pero, sinceramente, ahora la traducción le da igua, pues hay algo que le preocupa más que eso. ¿Dos niñas con máscara, están diciendo? No puede ser verdad. Es sencillamente imposible que unos niños puedan vivir en estas condiciones. ¡Una locura!

—Gracias, señorita Wong —sonríe forzadamente. No es que no agradezca los cuidados, es que no se encuentra con ganas de socializar—. Disculpen, ¿han dicho que han visto a unos niños? No se crean todo lo que ven, este lugar está maldito —empieza a sonar como una paranoica—. ¿Y con máscaras, dicen? ¿Seguro que son de verdad? —se estremece al recordar la visión de la decapitación que sufrió nada más pisar el pueblo—. A decir verdad, las pisadas que vi dentro de la sacristía pueden coincidir con las de estos niños —«Niños diabólicos», añade para sí, pero no lo dice—, y parece que se han llevado algún mueble. Puede que tengan un... —le cuesta buscar una palabra que no la haga parecer un monstruo— un hogar en alguna parte. 

Gloria hunde su rostro tras sus manos con sangre reseca del ataque de los cuervos. Respira hondo tres veces, como le enseñó su psicólogo, y después cuenta hasta diez. Cuando levanta de nuevo la cabeza, muestra una perfecta —y fingidas— sonrisa. Sus ojos están muy cansados.

—Pronto se hará de noche y hay un buen camino hacia el hotel, y todavía tenemos que inspeccionar las cuevas subterráneas —suspira—. Tal vez podamos volver mañana con más luz y algo de equipo de espeleología para inspeccionar las cuevas, ahora no podemos hacer un buen trabajo. Además —mira hacia el cielo, preocupada—, se está nublando. Mañana buscaremos a esos niños si quieren, no se van a mover de aquí. Dudo que hayan venido con nosotros, se conocerán esto mejor que nosotros —hace una pausa, pensando si añadir una última frase o no. Finalmente, lo hace—. No crean todo lo que ven aquí.

- Bueno la niña que se nos apareció parecía asustada, se presentó como Raquel, tendría unos diez años llevaba una máscara de madera de un zorro. Al parecer hay otra niña llamada Charlotte y le dijo que no subiera que éramos malos. Luego la niña preguntó si habíamos venido a hacer daño a mamá. Luego dijo que tenía que hacer caso a Charlotte que sino mamá se enfada y la tirará al pozo como hizo con Peter. 

Frank estaba mirando el camino hacia el coche, mientras el resto atendía a Gloria, parecia mas molesto que preocupado y sobre todo tenso, sus hombros estaban ligeramente subidos y sus puños cerrados marcando las menas de las manos. -Putos crios... -Musitaba entre dientes.

-Pues me temo que no vamos a poder hacer una mierda esta noche señorita. -Escupió con un todo áspero, claramente enfadado. -Me temo que esos críos tan reales como nosotros. Y unos expertos en ser una panda de cabrones hijosdeputa. -No pudo contener mas tiempo su rabia.

-Mientras nosotros estábamos aquí, jugando a las casitas y un par de crías nos distraían con juegos de humo y sombras, el resto se ha dedicado a destrozar el coche. -Se giro mientras hablaba poniendo al día a sus compañeros de viaje. -Han pinchado las ruedas y se han cargado la radio. Parece que esos fantasmas saben abrir muy bien puertas cerradas y vandalizar objetos físicos. -No tenia intencion de molestar a Gloria, era lo ultimo que deseaba después de la experiencia que ambos vivieron con los cuervos, pero la sangre le estaba hirviendo solo de recordar el coche y no estaba para elegir las palabras.

-Así que me temo que el hotel esta noche se va a quedar con cuatro inquilinos nuevos. Por suerte no parece que han robado nada, solo querían tocar los cojones. -Se paso la mano por la cabeza y busca suavizar su aptitud. -Creo que tal vez pueda arreglar la radio y pedir ayuda. No lo se. Pero sugiero intentarlo y mientras buscar un refugio para esta noche o hacernos fuerte alrededor del coche. -Las palabras del sacerdote, por muy interesante que parecieran, ahora mismo a Gambetta solo le interesaba coger a esos niños y darles el par de buenas tortas que su madre no les dio a tiempo.

- Deberíamos no sé... ¿visitar el pozo?, ¿creéis de verdad que esos críos son fantasmas?, yo la vi desnutrida, no creo tan de sopetón en cosas de esas, y no digamos la iglesia, si tengo que hacer un informe sobre este lugar diciendo que se encuentra embrujado... la iglesia cerrará el caso y me mandará a un pueblo mediocre y olvidado para que mi nombre se pierda allí junto a mi edad. Seamos sensatos, hay niños aquí, y uno está en un pozo que podemos buscar... 

Como indica Gloria el sol empieza a caer, acercandose poco a poco a las colinas del oeste, quizá os queden un poco menos de dos horas de luz antes de que la oscuridad cubra por completo Nazarene`s Lot. 

Nada ha ido bien desde que llegasteis a este apartado lugar, quizá podáis descansar dentro del coche, pero no resultara nada cómodo. La única casa habitable del lugar parece la sacristía donde os encontráis, es un lugar húmedo y nada acogedor, aunque podéis utilizar alguna de las dos estufas de metal que hay en las habitaciones superiores, madera no os va a faltar en los alrededores. De todos modos ninguno de vosotros puede ignorar las cosas extrañas que pasan allí, aunque quizá solo sea cosa de esos niños gamberros, aun así vuestro instinto os dice que una noche en ese lugar puede ser francamente aterradora.

Por otro lado esos dos niños deben haber ido hacia algún lugar, parece que cruzaron el rio a través de un puente, en dirección a la iglesia. Una de las estufas del piso superior ha desaparecido, y por lo que podéis deducir es para calentar algún lugar cercano.

Además como bien indica el padre y Sharpay esa niña no parecía estar bien cuidada, si hay mas niños puede que alguno este enfermo, y tampoco podéis olvidar a ese crio en el pozo, ese muchacho puede que corra peligro, aunque al igual es solo una mentira de esa niña misteriosa.

—¡No me lo puedo creer! —exclama Gloria, perdiendo los papeles. Intenta morderse la lengua, pero está muy cansada—. ¿Que esos niños nos han destrozado el coche? ¿¡Y ahora cómo volvemos!? —dice alzando un pelín demasiado la voz. Se da cuenta de ello y baja el volumen antes de proseguir—. No sé qué hago aquí, menos mal que éste es mi último trabajo y luego me voy a Nueva York —trata de consolarse—, no voy a echar nada de menos Boston, de verdad...

Gloria se está haciendo a la idea de pasar la noche en Nazarene's Lot y valorando las opciones.

—No creo que sea buena idea ir a la Iglesia ahora mismo, padre —apunta—. Está claro que esos niños no están bien de la cabeza y... —se estremece, recordando la visión que tuvo nada más llegar al pueblo— a saber qué hay detrás de esas máscaras. Sugiero hacer noche en la sacristía, ya la hemos investigado y más vale malo conocido. Sin embargo —entorna los ojos—, si nos vamos a quedar aquí, mejor deberíamos inspeccionar primero el sótano para asegurarnos de que no corremos peligro. En cuanto salga el primer rayo de sol, iremos hacia la iglesia y a esas malditas cuevas subterráneas.

—Frank, ¿cuánto tardaría en arreglar el coche? —pregunta, esperanzada. Con un poco de suerte, mañana al mediodía ya estarán lejos de aquí—. Tengo en el maletero el equipo de espeleología, lo necesitaremos.

Frank se rasco la nuca un tanto nervioso, parece que al cura no le importaba quedarse encerrado alli, por suerte Gloria parecia mucho mas sensata, aunque sus preguntas le obligaron a chasquear la lengua un tanto molesto por tener que repertise, aunque lo dejaria pasar por la situacion actual tanto de la mujer como de ellos mismos.

-Ese es el problema, como ya he dicho, arreglar cuatro ruedas, va a ser un tanto imposible a no ser que este pueblo en ruinas tenga un taller o neumáticos de repuesto... Lo que tal vez si pueda lograr es arreglar la radio para pedir ayuda. -Suspiro amargamente recordando el estado del coche. -Se han cargado la antena y "jugueteado" con la radio y sus cables, pero con suerte y tiempo tal vez podamos usarla para pedir que nos recojan o yo que se. Y por sus pertenencias no se preocupen, que siguen intactas, los cabrones eran vándalos no ladrones, pero por si acaso lo he cerrado con llave para evitar que intenten abrir el maletero mientras no estamos.

Alzo la mirada entonces para ver el edificio donde estaban y de paso una rápida panorámica del lugar.
-Lo mas sensato es quedarse y pasar la noche en un sitio que ya conozcamos o en el propio coche, porque no pienso trabajar en la radio de noche, solo y sin que nadie me alumbre. Así que decidan rápido a donde moverse, porque creo que si esos críos de los que hablan y su madre siguen por aquí, viendo lo que le han hecho al coche, no parece que vayan a darnos la bienvenida a su casa para cenar y darnos una cama caliente. -Sobre lo del niño en el pozo no dijo una sola palabra, de todo aquello era totalmente ajeno y ademas después de saber como se las gastaban los niños del lugar, seguramente fuera una broma o un engaño para seguir torturándolos física y mentalmente.

-Joder yo cuando era crio no era tan capullo, creo.-Quedo mirándose los pies distraído.

- Vale vale analicemos la situación compañeros, no perdamos los nervios, según usted Gloria los niños pueden presentar una amenaza, en este caso visitar el sótano durante la noche queda descartada, como ya comenté en el sótano hay al menos una de las niñas y la otra la que apareció creo que volvería al sótano así que no es recomendable debido a la situación. En este caso solo nos queda el coche, volvamos al coche e intentaré ayudar a Frank con la linterna, mientras usted Gloria vigila cualquier ruido que sea de esos niños por si se acercan. También deberíamos tener algo con qué defendernos no sé si usted Frank tendrá algo en el coche... 

- No, los niños se alejaron por el camino hacia el río. Creo que si conseguimos atrancar la puerta de abajo, podrías dormir en la planta inferior.
Además no creo que esté en el sótano, estará en el pozo. Otra cosa es que el pozo esté en el sótano y no seria de cristianos dejarlo allí abajo, como sus llamémosles amigos. - murmuro mientras vuelvo a recorrer la sala con la mirada, este es un buen lugar para pasar la noche, pero preferiria una chimenea y una cama mullida

Gloria no puede creer lo que está escuchando. Y mucho menos lo que está pensando. Esta tarde, el pueblo abandonado ha hecho tanta mella en ella que no puede más que sorprenderse de haber deshumanizado completamente a estos supuestos niños que ella misma no ha visto todavía y no tiene ninguna gana de ver. A Gloria nunca le han gustado los niños y eso ha sido el motivo de más de una ruptura en el pasado, así que mucho menos van a empezar a gustarle ahora.

—Mierda... —resopla—. El coche tampoco es el más cómodo del mundo, pero a estas alturas puede que la de Gambetta y el padre Flaherty sea la mejor idea —se retracta, mirando al cielo que ya ha terminado de oscurecer—. Recojamos el equipo de espeleología, traje linternas y cascos que nos pueden servir también para inspeccionar el sótano. Supongo que por la mañana tampoco habrá mucha luz... Y las herramientas del señor Gambetta también nos pueden servir para defendernos, por supuesto.

Satisfecha con el plan, se levanta de un salto y da una palmada, tratando de animarse. Su tripa ruge, pero lo ignora vilmente. No es la primera vez que se acuesta sin cenar.

- Vale entonces ha sido confusión mía, mil perdones, vayamos entonces y sigamos la idea del sótano. Será bueno ir siempre acompañado que nadie vaya solo, aseguremos entonces primero la zona. Luego escuchó a Gloria, - de acuerdo recojamos todo el equipo del coche nos va a hacer falta, mejor ir todos juntos. Ya de por si esta casa parece siniestra y ataca a los sentidos, solos puede ser peligroso, aunque tardemos más vayamos seguros. Comentó el cura que se quedó pensativo recordando lo que sucedió con la niña, - ¿cómo había confundido de esa forma tan garrafal los hechos? Si su profesor de historia estuviera ahí presente se hubiera arrepentido de darle un notable en dicha asignatura.

Tras una tensa discusión en la que afloran los nervios debido a la situación en la que os encontráis, alejados de la civilización y sin manera de comunicaros con el exterior, parece que finalmente tomáis una decisión, volvéis al coche y comprobáis que lo que les ha contado Frank es cierto, las ruedas del coche están pinchadas, la antena de la radio arrancada y tirada en el suelo, y la propia radio parece que ha sido saboteada burdamente arrancando cables y golpeada.

Agarráis el equipo del maletero sin problemas, nadie os molesta, falta poco para que el día termine y parece que finalmente la noche os alcanzará en ese pueblo perdido. Pasar la noche en el coche no parece ser lo mas cómodo del mundo, y la sensación de estar expuestos a cualquier peligro tan solo protegidos por un cristal es algo que seguramente os inquieta. Parece que la sacristía es la mejor opción, sin embargo, no podéis dejar de sentir que ese lugar tiene un aura misteriosa y de maldad que os pone los pelos de punta.

Atravesáis la plaza en silencio, sumidos en vuestros pensamientos, con el material que habéis recuperado de vuestro vehículo, todavía queda el sótano de la cocina por explorar en aquel edificio, que mas cosas puede ocultar una construcción como esa, los sótanos siempre son lugares inquietantes.

Fueron al coche para recuperar objetos que pudieran necesitar para poder abrir las puertas y encerrarse a pasar la noche... Parecía que era una locura, pero al parecer era mayor locura pasar la noche en el coche o en el exterior. 

Una vez devuelta Arnold se dirige al gran tocón de piedra e intenta sacar el hacha clavada... - Si queremos pernoctar en la sacristía, y mirar el sótano, que no lo recomiendo, necesitaremos utensilios, esta hacha nos puede venir bien, aunque las construcciones sean de piedra... Un buen filo puede romper una cadena, o romper el trozo de madera que atranque una puerta.

Gloria se horroriza al ver el coche saboteado. Sin embargo y aunque resulte irónico, eso también le proporciona cierto alivio, pues quiere decir que los niños extraños y las visiones son reales y ella todavía no se ha vuelto loca. Hace años que dejó de tomar medicación y temía que las alucinaciones estuviesen volviendo.

Con estos bonitos pensamientos, se recoge la bonita melena rubia —ya algo despeinada— en un práctico moño y se pone el casco de espeleología del maletero, ajustando la linterna de la frente para comprobar que todavía funciona.

—Tengo un casco de respuesta —anuncia—. Señor Gambetta, puede que a usted le sea más útil. Es el más fuerte de los cuatro –observa, mirando sus musculosos brazos. De haberse conocido en otro momento y en otro lugar, seguramente Gloria ya habría hecho que Frank la invitase a un par de Martinis—. Será mejor que coja el hacha y vaya el primero. Yo iré detrás —mira al resto del grupo antes de añadir—. Si les parece bien, claro.

Busca en el maletero si puede haber algo más de utilidad y coge una gran llave inglesa de las herramientas de Frank a modo de arma por lo que pudiese ocurrir. También recoge su mochila, que contiene un kit de análisis geológico para utilizar mañana en la cueva, lápiz y papel para hacer algún boceto si fuera necesario, compás, etc, y probablemente alguna cantimplora de emergencia. Se ata el cinturón de la mochila en el pecho para que no le moleste lo más mínimo y se echa a un lado no sin antes dar un largo trago de la cantimplora, pertrechada por completo. El agua está caliente pero es mejor que nada.

El hacha parece atascada y oxidada hace mucho tiempo ya, pero zarandeandola un poco y con un esfuerzo finalmente consigues arrancarla, la inercia hace que alces la herramienta por encima de tu hombro.

De pronto el ambiente parece cambiar a tu alrededor, el aire parece mas pesado, escuchas gritos, insultos, alrededor de la plaza ves una multitud que lanza improperios, y arroja huevos, tomates podridos. Van vestidos con ropajes antiguos, de otra época, visten como los primeros colonos ingleses que habitaron estas tierras.

-¡Brujo! ¡Muere! ¡A la hoguera, quemadlo! - grita toda esa gente.

Asustado bajas la mirada y ves el tocón ensangrentado, sangre fresca resbala por el borde del mismo. Un cuerpo decapitado a tus pies, arrodillado frente al tocón. Pero lo mas horrible es lo que sujetas en tus manos, agarrando la cabellera de una cabeza, que gotea sangre, sus ojos abiertos, brillantes fijos en los tuyos, una sonrisa escalofriante mostrando sus dientes, uno de ellos parece una prótesis de marfil. Sientes como algo gotea en tu hombro, mientras sostienes el hacha en alto.

-Puedo verle... padre.. ¡JAJAJAJA! - dice con una voz gutural escalofriante.

Y todo vuelve a la normalidad, vuelves a estar en la plaza, sosteniendo el hacha oxidada con tus compañeros, Frank maldiciendo a esos niños, Gloria rebuscando en el maletero del coche buscando herramientas mientras te habla, y Sharpay preocupada mirando el sol que comienza a bajar por el oeste. 

En tu hombro derecho, una mancha oscura, rojiza..

La simple idea de ir al sótano, para hacer... bueno, ni siquiera sabia porque el resto deseaba bajar el sótano y menos después de lo ocurrido en el ático momentos antes, pero que no se diga que Frank no apoya la puta democracia y un tres contra uno era un resultado que le obligaba acatar.

Volver al coche y verlo en ese estado... Aun no había asimilado todo aquello, pero lo primero que si hizo fue guardar la antena rota en el propio maletero, así como todo aquello que pudiera ser recolocado o necesario, no fuera que la noche o sus habitantes terminaran por sabotear lo poco que les quedara. Tras abrir el maletero y dejar que los demás recogieran sus bártulos, él hizo lo propio y volvió a cerrarlo a cal y canto.

-Gracias... Si voy a ir primero. -Una decisión para nada agradable, pero que asumió sabiendo quien era. -Lo agradezco. Pero no pienso usar un hacha, con mi suerte me clavare una astilla o algo peor, se la cedo al padre y que Dios guie sus brazos. -Intento bromear un poco harto de toda aquella tensión, aunque no fuera el mejor de los cómicos. -Tengo mi llave inglesa a buen recaudo, si hubieran ratas o parecidos, esta vez no me pillaran desprevenido. -Intento hacer un símil con los cuervos, pero no estaba seguro de haberlo dejado claro.

Aprovecho como el resto para prepararse y colocar la mochila en su espalda, ademas de acomodar un sueter en la cintura de la manera que no se soltara por mucho que se moviera, puede que fuera menos cómodo, pero la comodidad se fue a la mierda hacia mucho. Así que termino por soltarse un segundo botón de la camisa y quedo esperando al resto.

-Cuando quieras Sharpay, creo que tu fuiste la primera en ver la entrada, ¿Estaba donde? -La verdad es que esperaba que todos aquellos hubieran olvidado la ubicación de la entrada al infierno, pero sabia que tendría que hacer acopio de fuerza y forzar una puerta una vez mas, solo que esta vez llevaba sus guantes de electricista.

Creo que el famoso pozo, podría no estar en ese sótano y sé que podría equivocarme. Lo más lógico es que esté en el exterior, en una zona cercana a las casas y que hubiera mas de uno.

Creo que sería mucho mejor una palanca que un hacha que puede estar desafilada, pero no voy a discutir con el cura.

-Frank, ¿tendrías una palanca? Nos sería de gran utilidad. Nos podría servir la llave para el gato a malas - murmuro mientras coloco mi mochila a la espalda, tras comprobar que no falta nada - Seguidme, estaba en la primera habitación si no recuerdo mal. Pero tendremos que tener cuidado, el suelo podría estar en mala condiciones y acabar con una pierna rota. Volver a la civilización sin el coche y así, será difícil.

Sigue oliendo tan mal como cuando vinimos y sí..., prefiero no pensarlo y que sea el cadáver de ese niño pudriéndose en ese pozo, hinchado en el agua estancada a la que a terminado por contaminar.