Partida Rol por web

Pavel sale, por instinto natural, de su cubículo al oír como alguien habla mal. (Capullo ha sido como un resorte para el prostético)

Al ver a Willis, lo repasa de arriba a abajo, y aunque le pasa unos 20 centímetros, no se siente intimidado, posiblemente por ignorancia o estupidez (incluso por las dos cosas a la vez).

- Perdone, ¿no seré yo? Es que no me manejo demasiado bien con la tecnología, ¿sabe? Soy un poco, digamos, primitivo, ¡jeje! - el fornido realiza una mueca deliberadamente falsa, como para dejar claro que esa actitud no le gusta nada. - Intentaba ver unos vídeos de las directrices de la DPS en las operaciones de campo y me estaba haciendo un lío. ¡Es que estas manazas! - Pavel lo acompaña con un gesto de tensionar los puños, abriéndolos y cerrandolos, como si fuera un tic habitual en él, pero con la clara intención de hacerse respetar.

¿Qué, Pavel, haciendo amigos el primer día? Es que me ponen de los nervios los chulos. Aunque no he saludado al chico oriental, no me ha caído mal. Y si la ha fastidiado; pues es su primer día, o es que ¿no hay un primer día para nadie? Bah, igualmente, estaba sentado mirando las alturas del edificio. A ver por dónde me sale el larguirucho.

- Ummm... - murmura Gao mirando a Svetna, claramente sorprendido de que cuenten con el - Si por supuesto, vamos.

Se levanta hacia los dos guaperas y cuando ya esta a varios pasos de distancia parece recordar algo y se gira hacia Scott:

- Señor, gracias por su ayuda. Continuaremos con la charla más adelante, es realmente interesante. Me encantaría que el señor Willis se nos uniera. Parece un hombre de grandes recursos. - añade lanzando una mirada de reojo al protesico.

Vaya, que fastidio ...

De reojo miro mi dedo, pulsando el botón que mantiene las puertas abiertas. La idea de soltarlo y dejar aquí al Sr Gao es tentadora. Muy tentadora pero ... una molesta vocecilla aparece en mi cabeza para ponerme freno. - Si si ... Seré buena y no lo haré, pero como se me estropee el plan por su culpa, te vas a enterar.

En cuando el Sr Gao entra en el ascensor, le sonrío y suelto el botón - Vámonos ...

...

Ya en la planta baja, salgo del ascensor con el paso decidido habitual. Sin prestar mucha atención a la gente que se encuentra en el "hall" del edificio, me voy hacia las grandes puertas de la entrada.- Es por aqui Sr Pearce - Comento sin mirarle y enfatizando mis palabras con un gesto de mano. Me voy hacia la salida, la calle y a unos 50 metros, me paro para observar a mi alrededor, en busca del taxi al que he llamado.

Daniel sigue a Svetkana mirando para todos lados y dando la sensación de estar un poco fuera de lugar.

Willis observa a Gao largarse sin apenas prestarle atención luego mira a Pavel con una mueca de disgusto.

No estaba hablando de alguien que no sabe abrir el word. - Dice tercamente y encarandosele por si tiene que ponerse violento. - Pero si quieres hacerte el machote por mi encantado.

Willis se le acerca a Pavel, casi a punto de tocarse la frente (la suya es muy abultada y algo deforme como se be en la imagen, pues lleva demasiadas placas de titanio encima).

Las puertas del ascensor se cierran y perdéis de vista a los demás.

Déjalo Willis. - Dice Scott entrando en su despacho. - Sabes que ha sido el mas joven que ni te ha mirado. Está tanteando la red para saber si es segura ... no te pongas nervioso.

Las palabras de Scott parecen calmar a Willis, quizá se conocen de hace tiempo por la forma familiar en la que se hablan.

Joder, me pone de los nervios que los niñatos se pongan a trastear con los firewalls. - Dice negando con la cabeza y apartándose de Pavel ya mas tranquilo. - Nunca puede salir nada bueno de ello. Recuerdas Icarus?

Scott sonríe ante el comentario del jefe técnico.

Y tu de donde eres grandullón. - Dice Willis dirigiéndose a ti en tono mas amigable y dándote un golpecito en el hombro.

- Bueno, vale, quizá me he pasado un poco. ¿Willis? Soy Pavel y nací en Etíopia, pero me he críado en Qatar - intentando quitar hierro a la primera mala impresión.

- No me molesta que digas que no sé ni abrir el Word, que por cierto, no se dejó de utilizar hace ya 60 años y ni mi abuelo lo utilizaba. Soy un tipo al cual le han críado más con los valores de finales del siglo XX, a pesar de los defectos que todos conocemos de esa época. Pero sí que me molestan los insultos y los malos modos. Al fin y al cabo, siempre en un primer día puedes cometer pequeños fallos. Y si el chico oriental, lo ha hecho, hay que darle el margen suficiente para remendarlo. A fin de cuentas, todos vamos a formar parte de este equipo.

- Además, creo que compartimos más cosas - Pavel se abre el chándal y deja al descubierto la carcasa de su prótesis, total en el tronco, extendiéndose también a los brazos.

Mientras el ascensor baja la mirada del joven oriental se dirige tanto a sus compañeros como al vacío. Finalmente suspira, parece fijar su atención en su compañía y dice en un tono tan bajo que suena demasiado timido:

- Por cierto, ¿a donde vamos?

Creo que nos vamos de paseo a buscar algún tipo de alojamiento, Sr. Gao. No se si soy el único, pero en estos momentos estoy alojándome en un hotel y preferiría encontrar un sitio con más intimidad.

Ryan sigue a Svetkana y sube al taxi detrás de ella.

... mmmmhhh...

Una vez ya en camino, con bajo tono de voz pregunta a sus compañeros:

Por cierto, por lo que parece vamos a formar equipo. Creo que sería interesante que nos conociemos un poco más. Ya saben, contar quienes somos, de donde venimos y qué sabemos hacer... No se si este es el sitio más adecuado para ello, quizá no. Además falta el Sr. Kadeev, que seguro tiene mucho que contar. Más tarde podríamos hablar de ello ¿No creen?

Vamos a ... la Avenida Esperanza con la calle Pau Casals por favor. - Indico con fría educación nuestro destino al conductor. No me gusta llamarles taxistas. Creo que cualquier persona que sepa apreciar un buen chófer, entendería el porque.

Quería llevarle a la inmobiliaria de un amigo de mi padre. Bueno, no es un amigo-amigo, es mas bien un conocido, socio o algo por el estilo. Realmente no lo se ni me importa. - Anuncio sin reparos. - A mi me ayudaron con la búsqueda y compra de mi piso. De esto ya hace algunos meses, pero con suerte aun tienen disponibles un par de pisos que vi en su catálogo. Creo que podrían ser de su agrado, Sr Pearce.

Después, si queréis, por la noche podríamos ir a cenar y a tomar alguna cosa. Voy a hacer una reserva para ... cuatro, en el Saint Leaurice. - Podría haber sido para dos, maldita sea. Hoy voy a matar a alguien. Mientras saco mi teléfono celular del bolso, marco algún contacto de la agenda y mientras espero a que me atiendan sigo charlando con una afable sonrisa. - Ciertamente vamos a formar un equipo y no estaría de mas conocernos un poco. Aunque ya esta todo en las fichas de personal, siempre se agradece oír las experiencias en primera persona.

Por mi forma de hablar, aunque muy educada y melosa, pero parece mas como si anunciara los planes que ya están decididos en lugar de preguntar si os gustan ^_^.

- Yo me alojo en el edificio de Felternational - comenta Daniel - el presidente era amigo de mi padre.

- He estudiado ingeniería electrónica e informática y no carezco de habilidades en infiltración y robo de información. Tengo a mi disposición un cuerpo protésico con la mejor tecnología de Felternational. - se nota que el joven no se encuentra cómodo hablando sobre si mismo e intenta durante el viaje hablar lo menos posible

- Nací en Nueva York, soy americano, aunque llevo unos años viviendo aquí. - el final de la frase es brusco y tosco, como si quisiera dar a entender que la conversación llega hasta ahí.

¿ Te refieres al Sr Bohler ? ... Oh si, un momento - Interrumpo mi pregunta para atender al teléfono, levantando un dedo para pedir un instante de silencio.

Si ...

Para cuatro personas, alrededor de las ... - observo a mis acompañantes con mirada interrogativa. Pero antes de que puedan sugerir algo, tomo yo la decisión - ... a las 8:50 pm.

Efectivamente, soy la Srta Strahovski.

No ...

No.

Vale gracias ... - Pongo cara exagerada de agobiada mientras con una mano realizo el gesto de "bla bla bla bla bla".

Si, mejor ...

Gracias. - Me despido colgando el aparato - Odio cuando se les nota tanto que te hacen la pelota.

Así pues, ¿ El Sr. Mikkel Bohler lo conoces ? - Me reengancho a la anterior tema de conversación sin problemas. - Un hombre, asi. Alto, un poco flacucho y con un color de pelo muy peculiar. Una mezcla entre castaño y pelirojo.
No es que yo le conozca como si fuéramos amigos del alma, pero hemos coincidido algunas veces.

Si básicamente Svetkana se está inventando todos los nombres posibles. No es que me importe (por la poca transcendencia de la escena) pues sirven para transmitir una situación y no me voy a quejar por si los nombres son los correctos o no.

- Ehhh... si claro, ese es Mikkel. Sin él no sería nadie, ni tan siquiera tendría una vida digna de ser vivida. - Daniel permanece callado unos segundos - Ummm... estoy leyendo unas reseñas muy malas del restaurante en la red. No pidáis pescado.

Con un discreto resoplido hago evidente lo que se me pasa por la cabeza ante el comentario de Daniel. Acto seguido intento expresarlo omitiendo los descalificativos.

¿ Sabes ? ... En la edad media se decía que si querías convertir una mentira en verdad indiscutible, bastaba con lograr que la cantaran tres trovadores. A medianos del segundo milenio, se decía que para lograr eso tenias que escribirlo en un libro. Ahora basta con colgarlo en la red y nadie pondrá en duda las sandeces que digas.

Sr Gao, tendría que poner usted un poco en tela de juicio las reseñas que se encuentra tiradas por ahí. El Saint Leaurice no es un restaurante cualquiera.

Nota: Me supongo que en términos actuales, se podría decir que es un restaurante en donde una cena te sale por 50 o 60 € por cabeza (Claro que puede depender mucho de que vino pidamos ;D). Los hay mejores, pero Svetkana es consciente de que no todo el mundo se puede permitir gastar 300€ en una "simple cena".

Cita:

Daniel lanza una mirada ofendida a Svetkana - El articulo tienen 13.285 enlaces, esta en una página con 5.897 de google rank, y en el puesto 89.972 de Alexa, el 82.87% de los 251 comentarios coinciden en la apreciación, y de los que no están de acuerdo un 50% se pueden rastrear a una IP relacionada con el restaurante - parpadea - En realidad el 89%, si mis suposiciones acerca de la IP de la casa privada del gerente son correctas. - suelta los datos a chorro, mucho más rápido de lo que una persona normal podría digerirlos.

- Me ofende que tengas ese concepto de mi - añade con cierto tono ofendido. - Siempre valido mis fuentes.

Sr. Gao, no pongo en duda sus habilidades en la red. De no ser suficientemente buenas, no formarias parte de la DPS. - Respondo a portesta de Daniel sin inmutarme por su aparente enfado y sin dejar de mirar al frente. - Lo que pongo en duda es lo que pueda encontrar en ella. Me importa poco lo que digan 250 y tantos anónimos o lo que alguien con demasiado tiempo libre se haya dedicado a publicar. Conozco el restaurante en el que vamos y por eso mismo se por experiencia propia que sus reseñas están equivocadas.
Supongo que se necesitan papilas gustativas para comprenderlo.

Pero si quiere, le podemos dejar en el próximo MacDonalds que veamos.