Partida Rol por web

Delilah parecía ciertamente "tocada". Sandy escuchó de lo de la pesadilla, pero no acabó de entender que eso pudiera ser todo. Nadie estaba con aquel aspecto solo por una pesadilla.

-Eso es muy raro, tía. Yo he tenido también pesadillas, pero no pienso en ellas demasiado.

Pero cuando le preguntó por cómo se sentía, se le olvidó todo en un instante.

-Pues así me siento, tía. Mi padre no vino en toda la noche, una urgencia médica o algo parecido, alguien que murió de forma rara, y estuve hablando hasta las dos con ese capullo de Matt y diossss, te aseguro que me lo tengo medio loco. Me parece que mientras hablaba conmigo se la estaba cascando, fijo -te dijo en voz baja, riéndose.

En ese momento, todos se pusieron a pelearse y Sandy dejó de hablar.

-Los tíos siempre igual. Cuando no están alardeando de lo grande que la tienen están pegando a otro para demostrarlo.

Resoplando sonoramente se levantó del pupitre

-¡Mira, puto retrasado. Estaba tieniendo un día de mierda, pero parece que me lo vas a alegrar tú!

Se encaró a Randall igual que este lo había hecho con el, y, tras echar un vistazo a la navaja volvio a mirarlo directamente a él.

-¿Que se supone que vas a hacer con eso, puto blanquito? ¿Eh?- le metió un empujón -¡Vamos! ¡Demuestrame que eres más subnormal de lo que yo me pensaba! ¡Atrévete a tocarme con eso y mañana te encontrarán en un puto callejón del barrio con tres putos tiros en la cabeza!- con su mano simuló una pistola y se la llevó a la sién

-¡Venga! ¿¡A que cojones esperas!?

El DeShawn de hace un año se habría acojonado de lo lindo con aquella pequeña navaja pero el llevar un tiempo entre pandilleros lo había curtido más de lo que él se había dado cuenta.

Un día cualquiera ni siquiera se habría metido, pero la mezcla de hormonas y de adrenalina no iba a permitir que se achantase delante de todo el mundo. Y mucho menos delante de ella.

Gaspar pareció ignorar por completo la amenaza de John, o al menos eso dio a entender con el nulo cambio de expresión en su rostro; en cambio, tomó su respuesta como un "no sé" a su pregunta.

—Pregúntale a tu madre que estaba debajo. —Lo había dicho. Sus músculos ya estaban listos para lo que se venía, al igual que sus ojos, perceptivos ante el más mínimo movimiento por parte de su compañero de clase: en cuanto se abalanzase sobre él, giraría con fuerza su torso hacia la izquierda, acompañado el giro con un puñetazo que iría con suficiente fuerza como para que se enterase. Por otra parte, si no se abalanzaba sobre él, mejor aún; habría ganado sin necesidad de enzarsarse con su oponente frente a todos.

Sigo con la expresión que refleja un halo de tristeza, se nota que me afectó muchísimo las palabras de aquella mujer y lo vergonzosa que había sido la situación para mí. No obstante cojo un espejo de mi morral como algunas cosas de cosmética, una base, la máscara para las pestañas y un poquito de brillo labial. Nada muy loco, elaborado, pero necesario para que no parezca derruida. En ese momento me habla Sandy y los chicos se pelean, tanto que Shawn se está metiendo en demasiados problemas, pero no digo nada, sigo tocada con lo sucedido en su casa y me cuesta incluso hablarle. 

- Yo tampoco, pero me afectó bastante esta vez. - digo en un tono que se asemeja a una confesión.- Ya sabes cómo son los tíos, se emocionan demasiado rápido. ¿Y tú qué sientes por él? - pregunto mientras la miro a los ojos, al final estar de novia es un lío tremendo, más aún cuando eliges alguien de color. No me arrepiento de estar con Shawn, pero las palabras de aquella mujer me han dado dónde duele y es difícil lidiar con ello. - Déjalos, están liberando testosterona... -​​​​​​ Comento y le resto importancia. 

Sigo con la expresión que refleja un halo de tristeza, se nota que me afectó muchísimo las palabras de aquella mujer y lo vergonzosa que había sido la situación para mí. No obstante cojo un espejo de mi morral como algunas cosas de cosmética, una base, la máscara para las pestañas y un poquito de brillo labial.

Nada muy loco, elaborado, pero necesario para que no parezca derruida. En ese momento me habla Sandy y los chicos se pelean, tanto que Shawn se está metiendo en demasiados problemas, pero no digo nada, sigo tocada con lo sucedido en su casa y me cuesta incluso hablarle. Sigo con mi amiga conversando, sin darle mayor importancia a lo otro. 

- ¿Que narices está pasando ahí?- Mascullé por lo bajo  mientras oía ese pequeño griterío desde fuera.

Revok iba delante mía, y no saber que pasaba allí dentro me ponía de los nervios, así que aceleré el paso, adelantando al chico y empujándolo un poco, como si me molestara que estuviera en medio, a un lado.

- Apátate, pringáo!- dije pasando a duras penas entre Eddy y el marco de la puerta.

Justo para encontrarme con la escenita de machos alfa jugando al "pincho moruno".

- Benson, Tom!- Grité desde la puerta. Miré por encima de mi hombro y oí los pasos por el pasillo, seguramente del profesor. Chasqué la lengua en señal de molestia y me acerque hasta Tom, bastante malhumorada.- Trae eso idiota!- Me interpuse entre Shawn y el pandillero, a la vez que le quitaba de la mano la navaja - ¿Es que quieres que te echen? Está el profe al caer. Déjalo para la salida!- Manejar a estos idiotas era ya el colmo. ¿Tanto tonto había el instituto? Menos mal que una tiene bajo control muchas cosas, como por ejemplo, a los matones de clase.

- Benson!- Miré, solo girando la cabeza, con cierto enfado.- Deja al friky y siéntate. Ahora!- Ordené como la jefa de la pandilla.

Al apretar las manos me di cuenta de que tenía la navaja de Tom en las manos y la miré fijamente. Eso me recordó al sueño e, inconscientemente, como si quemara, la solté, dejando que cayera al suelo con sonido metálico. Allí de pie, casi atemorizada, me sentía como una idiota. Miré a mi alrededor para mirar a todos, con el rostro algo asustado. Un par de segundos mas, quizá, y entonces reaccioné, como alguien que se ve acorralad por las miradas de todos.

- Que estáis mirando, capullos!-

Me dirigí a mi sitio, en la parte trasera de la clase y suspiré de cansancio. Y el día no ha hecho mas que empezar.

Las palabras de Sam significaron el final de toda la trifulca. Tom guardó la navaja y agachó la cabeza como si estuviese avergonzado; John Benson simplemente, apretó la mandíbula y se dio la vuelta; y el resto de la clase empezó a hablar en voz baja, mientras se dirigían hacia sus asientos. Era como si aquella chica fuese la jefa de todo y nadie se atreviese a responderle.

No obstante, Benson todavía tuvo una mirada de odio hacia Gaspar. En ella podía verse con claridad que todo aquel asunto no había quedado zanjado y que continuaría más adelante, quizás... fuera.

Mientras tanto, los pasos que se oían en el pasillo estaban cada vez más cerca y alguien se asomó y regresó de nuevo corriendo al interior de la clase.

-¡Es el director y no viene solo!

Miré la hora, mientras sentía como Sam caminaba al mismo paso que yo. Si no corría, llegaría tarde y acabaría castigado durante una hora más en el aula de lo peor del instituto... acompañado de Sam. No lo iba a permitir. Eso me hizo correr el último trecho hacia el instituto y ella hizo lo mismo o al menos debió hacerlo, puesto que llegamos casi al tiempo a la clase.

Al asomarme en clase y ver la que tenían montada, no pude hacer más que quedarme mirando sorprendido. En ese momento sentí como Sam me empujaba desde atrás, sintiendo como su pecho se rozaba con mi cuerpo. La hubiese dado un codazo, por semenjante atropello, pero disfruté de aquel roce y en ese momento, sentí como mi cuerpo reaccionaba. - Mierda. -Mascullé por lo bajo, sintiendo la presión en mi pantalón.

Por fortuna todos estaban demasiado ocupados con aquella pelea para darse cuenta de lo que me pasaba. Así que me senté en mi sitio. La bronca no iba conmigo y no me apetecía nada tampoco que se diesen cuenta de lo que me acababa de pasar. - ¿Por qué no pensé en la pesadilla en lugar de dejarme llevar por sus pechos? - Pensé para mí, sintiendo un escalofrío al recordar al tipo de las cuchillas y la cara quemada.

Casi instintivamente, llevé mi mano a mi cara, tocando el corte con el cual había despertado, sintiendo que seguía allí. Luego busqué la marca en mi cuello, la cual dolía también mientras Sam se lucía haciendo de... ¿jefa? - ¿Cómo pude perder la cabeza así por ella?

Iba a sacar de mis bolsillos el esparadrapo y la venda, para terminar de cubrirme la herida del brazo mientras los demás se terminaban de matar allí mismo, cuando anunciaron que venía el director. Miré a los demás y me quedé tranquilo en mi sitio. Fuese lo que fuese, yo tenía la conciencia tranquila en aquel momento. Solo tenía aquel problema entre las piernas, el cual bajaría en breve y el miedo en el cuerpo por una ridícula y realista pesadilla.

El director del Centro apareció en la puerta de la clase, lo que provocó que con unos últimos movimientos vertiginosos y desesperados, todos cuantos aún estaban de pie, terminaran de sentarse. Satisfecho, pero sin exteriorizarlo, caminó hasta el centro del aula, delante de la mesa.

-Qué no haya ningún profesor en el aula no les da motivo suficiente como para organizar su propia fiesta particular. Esta clase, al completo, permanecerá una hora más cuando terminen las clases, aprendiendo a guardar el debido silencio, o de lo contrario, sus familias serán advertidas acerca de su mal comportamiento y todas sus calificaciones sufrirán las debidas consecuencias.

Karlson esperó a que sus palabras hicieran efecto y cuando vio que esto ocurría, pasó al siguiente punto.

-Su profesor de Literatura estará de baja por tiempo indefinido pero afortunadamente, su sustituto ha llegado ya. Este es el profesor Critter.

Todos los ojos se giraron hacia el recién llegado.

-Ahora procuren comportarse como deben, o de lo contrario, recibirán sanciones más severaa -os advirtió, retirándose y cerrando la puerta, dejandoos a solas con vuestro nuevo profesor.

El profesor Critter se quedó a sola con vosotros. Estaba de pie, en mitad de la clase, mirandoos como con miedo y con mucha timidez. Llevaba bajo su brazo un fajo de documentos que colocó encima de la mesa, antes de volverse hacia vosotros con la intención de hablar.

-Ho-hola. Yo-soy el profesor... ejem... Critter. Creo que p-podemos hacer grandes cosas mientras esté pooor aquí, así que, por qué no empezamos con l-lo básico. ¿Cuál es vuestro libro favorito d-de todos los t-tiempos?

A pesar de que daba la sensación de estar a punto de desmayarse en cualquier momento, el profesor se mantuvo de pie y logró hacer la pregunta. Claro que todos os mirasteis, conocedores de cómo solíais tratar por allí a los profesores sustitutos. 

No precisamente bien ni tampoco recibiéndoles con confeti.

Justo cuando algo iba a suceder, Samantha había llegado con los avisos de que venía el profesor, aunque por la mirada que John le había dedicado, algo iba a suceder de todos modos, tarde o temprano. Luego de devolverle la mirada a Benson Gaspar tomó asiento y se dispuso a al fin terminar el párrafo que el matón no le había dejado terminar de leer, e incluso luego de haber entrado el director a dar su pequeño sermón y el profesor de presentarse, siguió leyendo, sin importarle demasiado la clase.

Aunque habían algunas personas que le caían bien como Delilah y Shawn en menor medida, no consideraba a ninguno un amigo como tal y lo cierto era que, de hecho, le daban bastante igual sus compañeros. No era que nunca hablase o bromease con nadie, ni que fuera un excluido social, sino que por caprichos de la vida simplemente no había nunca llegado a formar ningún tipo de lazos con nadie de allí, y teniendo un cercano grupo de amigos en su vida, tampoco nunca había sentido realmente la necesidad de tener más.

Una vez hubo terminado de leer la última página del tercer capítulo y sin tampoco poder concentrarse demasiado por la adrenalina aún presente en su cuerpo, se quedó mirando por la ventana, mientras pensaba en dónde, cuándo y cómo lo emboscaría John para terminar lo que habían empezado... o si debería ser él quien tomase la iniciativa. Aunque se sentía confiado para una pelea a puño limpio, de no ser porque en el momento no le estaba prestando atención a su alrededor, ver al amigo de Benson sacar la navaja posiblemente le habría hecho pensar dos veces antes de desafiar tan abiertamente a aquel idiota.

- Oh, vamos... - Bufé en un susurro ante las palabras del director. No podía creérmelo. Había llegado a tiempo a clase, lo suficiente como para no tener que ser castigado y por culpa de los mamelucos aquellos y su alto nivel de estupidez, acababa de ser castigado junto con todos ellos. No era justo, pero sabía que me tocaba joderme y tragar con ello. Quejarme más solo haría que la situación se agrabase, al menos para mí.

Entonces nos presentó al nuevo profesor de literatura, sin decir que le había pasado al anterior. Tampoco es que me importase demasiado, no había conectado con aquel hombre como con otros profesores de aquella asignatura y quizás con el suplente...

De hecho en su rostro había algo familiar para mí*.

El director se marchó y el profesor se presentó ante toda la clase. No sabía si era tartamudo de verdad o si solo estaba nervioso, pero sabía lo que iba a ocurrir con él. No se podía ir así a una clase llena de adolescentes. - No nos dura ni un solo día. - Pensé para mí al ver el miedo reflejado en sus ojos. Pero literatura era una de mis asignaturas favoritas ** y no quería que se lo cargaran sin darle la más mínima oportunidad.

Alcé mi mano y esperé a que me dejase hablar.

- Bienvenido, profesor Critter. Soy Edward Revok. - Me iban a comer todos... como todos los años. - No sabría decantarme por uno en concreto, pero quizás el que más me impactó fue el de "Helter Skelter: La verdadera historia de los asesinatos de Manson", de Vincent Bugliosi y Curt Gentry escrito en 1974. La primera vez que lo leí, tendría unos catorce años y me impactó mucho. Este verano volví a leerlo y, cuanto más lo hago, más detalles descubro que en lecturas previas pasé por alto, quizás por no tener un nivel de madurez o entendimiento como el actual.

» También incluiría "La condesa sangrienta", de Valentine Penrose de 1962. Aunque ese ya es para mentes más maduras y formadas que las que va a encontrar en este instituto. - Le dije al profesor en un acto estúpido de valor desmedido. No sabía si Critter estaba familiarizado con ese tipo de literatura o si la aprobaría para chicos de mi edad... pero algo me decía que no tardaríamos demasiado en descubrirlo.

Por fin todo había terminado y no pude evitar guiñar un ojo a Sam por su temple, esa actitud que destaca sobre los demás. Al margen de ello, sigo evitando descaradamente a Shawn por más que me cueste la vida en ello, sigo dolida y no sé cómo mirarlo a los ojos con todo lo que hay en medio tras lo sucedido media hora atrás. 

No obstante prefiero centrarme en la clase, más ahora que apareció el Director y ha presentado al profesor suplente. En apariencia el hombre me resulta un poco gracioso, pero soy incapaz de reírme sobre ello, así que me mantengo recta en la silla, ahora que estoy arreglada y ante su pregunta, el primero en responder es aquel chico, por lo cual aguardo paciente y tras terminar, prosigo yo. 

- Buenos días Profesor, soy Delilah Michels. - me presento sonriendo. - Mis libros favoritos, son: Alicia en el País de las maravillas, de Lewis Carrol. Cómo así también algunas obras de Stephen King, por ejemplo Carrie y El Resplandor. - respondo contenta, al menos centrarme en la clase me anima lo suficiente y mantengo la actitud en apariencia hacia el resto. Aunque por dentro si que estoy afectada, muy muy afectada. 

Cruzado de brazos y recostado sobre su asiento de tal forma que podría parecer que se estaba escurriendo del mismo, en actitud visiblemente malhumorada se limitó a alzar la voz para decir -Viernes, de Robert  Heinlein.

Aquella novela que había caido en sus manos por pura casualidad el curso pasado había marcado a DeShawn justo en su metamorfosis personal. En la novela se describía como Viernes, una humana artificial que en todo superaba a los humanos biológicos debía luchar constantemente contra los prejuicios y era justo por ese argumento por lo que le gustaba tanto aquel libro, puesto que en su ingenuidad adolescente se veía reflejado en la protagonista

Hummmm. Sin duda s-son libros muy... interesantes, todos ellos. Podemos empezar c-con Viernes, ¿de acuerdo, s-señor... cómo se llama usted? .... Sí, eso. Señor Lawrence.

El profesor se paseó un poco cerca de la mesa, intentando ordenar sus pensamientos y también decidiendo qué decir.

-V-viernes es un libro muy curioso. Para aquellos que no lo hayan leído, trata sobre un mujer diseñada genéticamente, es decir, una mujer artificial, mejorada con respecto a los humanos, que ha de enfrentarse con el rechazo generalizado de todos aquellos que le rodean. ¿Por qué le gusta tanto, señor Lawrence? ¿Es que se siente usted... marginado? También pudiera ser que al señor Lawrence le interesara el hecho de que fuese una mujer. De haber sido un hombre, quizás ni siquiera lo hubiera leído -comentó el profesor, disfrutando de las risas de muchos alumnos, que sin duda, opinaban justamente eso -. Seguramente el hecho de que sea un poquitín erótica le ha ayudado más de una noche, ¿verdad, señor Lawrence?

Critter se puso entonces algo más serio.

-También es muy interesante el mundo que propone, totalmente fragmentado y al borde de la destrucción. Quizás estemos viviendo un momento así ahora mismo, con la Guerra Fría entre el Este y el Oeste y la amenaza nuclear constante. Es un libro de muchas lecturas.

Después, se giró hacia Ed.

-En cambio, sus libros son muy diferentes. Todo un regalo para los sentidos, diría yo -comentó, sintiéndose más seguro a medida que iba hablando -. La historia de la condesa Báthory, que asesinó a más de seiscientas mujeres y fue condenada a morir emparedada allá por 1610... no, 1611, me parece recordar. Me quedo con la interpretación que hizo posteriormente la poetisa argentina Alejandra Pizarnik, que escribió sobre el mismo personaje un ensayo,creando una suerte de conexión entre escritora y personaje que le llevó a la conclusión de que la melancolía y la soledad se vinculaban definitivamente con la demencia, la tortura y la muerte.  Por nombrar algo más reciente, todos llevamos un "pasajero oscuro" dentro de nosotros, que a veces toma el control de nuestras acciones, que nos obligamos a mantener oculto de todos los que nos rodean, sobre todo, de aquellos que nos aprecian, porque representan la parte más amoral de nuestro ser, aquella que carece de reglas y que por lo tanto, es completamente libre. Pero recordad. Como dijo Pizarnik pensando en la condesa, aunque en realidad lo hacía en ella misma, libertad absoluta de la criatura humana es horrible. Seguramente por ese motivo, al ver lo horrible que era su pasajero oscuro, acabó suicidándose con solo 36 años.

La clase estaba completamente en silencio, aunque Critter esperaba que cualquiera comentase lo que fuese acerca de sus reflexiones.

-La literatura no consiste en leer... sino en conocernos a nosotros mismos. Cuando leemos las aventuras de Alicia, nos imaginamos a nosotros mismos en el universo maravilloso pero retorcido y cruel de Lewis Carroll. Si pensamos en Carrie White, nos vemos a nosotros vengándonos cruelmente de aquellos que nos hacen daño cada día, los que nos ignoran y también los que se burlan de nuestro pelo, nuestra manera de vestir o simplemente, nuestra sonrisa; en definitiva, de los que no nos aceptan tal y como somos. 

Critter caminó hasta la mitad de la clase y entonces se detuvo ahí para continuar su charla.

-¿Y qué decir de Jack Torrance, un pobre hombre que encuentra la salvación a su anodina vida en la violencia, pero no contra su familia, sino contra él mismo. Él es el verdugo y la víctima al mismo tiempo. Y por supuesto, de todo lo que habéis nombrado, llegamos a la joya de la familia, esa profunda investigación sobre el crimen de Manson. Unos crímenes carentes de sentido... para todos nosotros, pero ¿qué hay de Charles Manson y sus seguidores? ¿Qué pasaba por sus enfermizas cabezas cuando estaban cometiéndolos? Manson, siguiendo la estela que dejamos con la condesa, es uno de los hombres más libres de nuestro mundo. ¿Por qué lo hizo? Porque quiso. ¿Por qué quiso? Simplemente, porque podía. ¿Acaso nos preocupamos cuando aplastamos una mosca que nos molesta? ¿Por qué hacerlo con alguien a quien consideras inferior, como aquellos hombres y mujeres cuya anodina vida consistía únicamente en ir de fiesta en fiesta y en algún caso, hacer películas para entretener a otros? 

Critter reanudó su marcha por toda la clase, que no apartaba su vista de él, de cada uno de sus movimientos y profundas ideas. Muchos parecían a punto de hablar, pero no se atrevían. Otros, simplemente, ni siquiera podían parpadear.

-En realidad, Manson logró desarrollar en la mente de sus acólitos la insólita idea de que ellos, y solo ellos, eran los elegidos, y debido a ello, podían decidir sobre la vida y la muerte de otros, así como que estaban libres de las ataduras morales del resto de los mortales. Es la eterna y fascinante idea de Frederic Nietzsche sobre el superhombre,  el fiero león que no teme a la muerte ni al dolor y reina entre todos los animales porque su fuerza le lleva a afirmar su poder sin necesidad de plantearse cuál es su deber. Pero al final todo regresa al mismo punto. Quien busca evadirse es porque se siente esclavo en la vida real. ¿Cuántos de vosotros os sentís esclavizados por todo aquello que os dicen que no podéis o debéis hacer, o simplemente porque no os veis capaces de llevarlo a cabo? Estos libros, todos ellos, tratan sobre estos temas tan interesantes. Son una muy buena elección todos ellos.

Finalmente, el profesor regresó a su lugar original, delante de su mesa.

-Por cierto, podéis hacer comentarios en cualquier momento, sobre lo que opináis. Esta es una clase abierta.

Parecía un corderito en un matadero.

Así me recordaba a mi el profesor sustituto. Sonreí con malicia como la que ve a una de sus víctimas. Recordé como al Profesor Jobs lo habíamos puesto pintura roja en la silla, tan solo por putearle un poco.

Este tío no nos va a durar ni una semana.

Ese hombre quiso hacerse valer preguntando por los libros de cada uno, y después haciendo alarde de sus conocimientos literarios. Estaba claro que entendía un huevo de libros. por su pinta, desde luego eso era un tema que controlaba. Estaba segura que otro tema sería el pajearse con la Penthouse escondida bajo su cama, en un sótano de la casa de su madre. Bueno, seguro eso era algo en común con Revok.

Sentía como las miradas de los malotes se clavaban en mi para decir algo ingenioso para poner al profesor en algún compromiso. Y sin embargo hoy estaba un poco... como ida, y a la defensiva. Por fortuna. Pero aún así no podía dejar de ser un puto grano en el culo para alguien.

-¿En serio Shawn?¿Sabe leer?- Opiné por lo bajo seguida de una risilla.- Que tierno... Alicia y su "conejito"- Sonreí con malicia a Delilah, aunque era mas bien para sacarla una sonrisa que para dejarla mal.- Friky...- solté cuando oi lo de Manson.  Además de un masturbador compulsivo era un desquiciado psicópata. No me hubiera resultado extraño que añadiera a sus lista de escritores favoritos a Anton Szandor Lavey.

Y el profe para todos tenía respuesta. Y yo sin libro favorito sin incluir el Kamasutra.

-Samantha Carrigan.- Levanté la mano desde atrás para llamar la atención del lila del profesor.- No es que me importe, especialmente, pero... ¿cual es el suyo?¿Peter Pan?¿Como no ca-ca-cagarse en los pantalones al hablar?

Aunque las palabras de Sam hubieran hecho retroceder a cualquiera, sobre todo a un profesor sustituto, aquel tal Critter no lo hizo. En lugar de eso, miró de reojo a Sam y sonrió con una mueca casi demoníaca.

-No, señorita... ¿Carrigan? Aunque Peter Pan no deja de ser una obra tremendamente interesante. No debe dejarse guiar por la edulcorada e idealizada película de Walt Disney. Tan solo voy a recordarte un párrafo que dice mucho del personaje: 

"Los chicos de la isla varían, por supuesto, en número según van muriendo. Cuando parece que están creciendo —lo cual va contra las reglas—, Peter se deshace de ellos, pero en ese momento había seis de ellos, contando a los gemelos como dos"

Critter se acercó a Sam.

-¿Qué significa esto? ¿Significa que Peter no quería crecer... o que no quería estar rodeado de adultos? Mas bien esto último, ¿no pensáis? ¿Y quién quiere estar rodeado de niños si no es algún tipo de mente enferma. Peter es un chico frustrado, incapaz de aceptar la realidad, que odia a los adultos y todo lo que representan, porque muy a su pesar, él mismo se transformará en uno. La prueba de que les odia es este otro párrafo:

Tan pronto como volvió dentro del árbol, intencionadamente empezó a respirar con aspiraciones cortas, como cinco cada segundo. Lo hacía porque hay un dicho en el País de Nunca Jamás que dice que, cada vez que se respira, un adulto muere. Peter quería ejercer su venganza lo más rápidamente posible.

-A mi entender, es el mismo tiempo de perversión que tienen los pederastas. Sí, esos hombres que violan a los niños por dos razones: primero, porque son incapaces de aceptar la vida tal y como es; segundo, porque los únicos sobre quienes puede presentarse con la suficiente fuerza son los niños. Pero eso solo significa que en verdad, Peter Pan, es el antecesor del asesino en masa de niños por excelencia. Así que yo te pregunto, Sam Carrigan. ¿Crees de verdad que mi libro favorito sería Peter Pan? ¿Cuál es, en todo caso, el tuyo? Porque a menudo, nuestros libros favoritos son aquellos que representan los deseos más oscuros y profundos. Cada vez que dices un libro... me estás hablando de una parte de ti.

Critter volvió a mirar a todos con gesto de saberlo todo, pero sobre todo, de satisfacción por llevar la razón. Cada libro era un universo en sí mismo y para aquellos que lo leían con placer, un fragmento de su propia alma. Lentamente, se giró de nuevo hacia Samantha.

Me sorprendió que Michels leyese ese tipo de literatura. Pero quien me sorprendió verdaderamente fue DeShawn. No le hacía con un libro en las manos, salvo para usar las hojas para hacerse un porro con ellas. Y como no Sam abrió la bocaza. De ella si que me sorprendió que supiese que era un libro y más aún que supiese que había uno de Peter Pan.

- De hecho no lo ha leído y existe: Frankenstein o el moderno Prometeo. Pero como bien dice, no salen mujeres exuberantes en ella. - Respondí al profesor tras alzar la mano frente al tema de Viernes. - Fue de las primeras novelas que leí, junto con las de Stephen King y otras de terror. Hasta que descubrí que habían libros basados en hechos reales cuya realidad superaba la ficción... haciéndome ver hasta donde puede llegar la perversidad del ser humano.

- Pero debo rebatirle la historia de Erzsébet Báthory, profesor Critter. La condesa fue investigada, enjuiciada y encarcelada... por decirlo de alguna manera, donde murió con 54 años de edad, tras pasar 4 años encerrada en su propio dormitorio en su castillo. Mujer que por cierto, contaba con Vlad III ‘Draculae’ Tepes, El Empalador como antepasado. Y además, no fue hasta la muerte de su marido, El Caballero Negro de Hungría, quedando viuda a los 44 años, cuando comenzó a sacar su lado más sádico y cruel... Así que "su pasajero oscuro" no acabó con ella, sino la vejez y el encierro. Pero vamos, no me veo yo dándome baños de sangre de doncella para conservar mi juventud ni mi belleza, eso seguramente le pegue más a Samantha. - Dije sin pensar en las consecuencias de mis palabras para con ella y soltanto una breve risa.

- En cuanto a los Manson, no quiero ahondar demasiado en ese tema, porque nos daría para todo el trimestre incluso el curso, pero realmente me sorprende como un tipo logra convencer a tanta gente y manipularlos de esa manera. Estoy empezando a leer ahora libros de psicología, pues me interesa saber que hay en esas cabezas. Tanto en las que se dedican a manipular con esa facilidad a los demás, como los que le siguen y darían su vida por él.

Pero mi rostro se tensó cuando el profesor dijo básicamente, que aquellos libros nos representaban, más aún cuando nos destripó de aquella manera Peter Pan. - ¿Está diciendo que soy un psicópata porque me interesan esos temas y sus mentes perturbadas, profesor? - Le pregunté antes de que alguno más jugase con ello. - Y cuidado con su respuesta, no sea que le guste a mi... "pasajero oscuro". - Bromeé dibujando una sonrisa en mi rostro, sabiendo cual sería su respuesta, pues a todos nos estaba llamando algo, que si lo pensábamos bien, nos debería avergonzar e incluso molestar.

DeShawn simplemente dejó correr las pullas del profesor como si ni si quiera las hubiese escuchado. Hizo igual con la de Samantha, puesto que el interés que le causaba aquella zorra blanquita y su manada de perritos falderos era cercano a la nada más absoluta.

A decir verdad si el instituto le solía causar desinterés y apatía, aquel día aquella sensación aumentaba exponencialmente y no veía el momento de que acabase para salir de aquel edificio. Cada vez estaba más convencido de escaquearse en cuanto terminase aquella clase para ir a buscar a sus colegas.

Solía soportar el suplicio de las clases símplemente por Delilah, pero no le pasó por alto la actitud que había tomado con él desde lo de la mañana y aquello le dolía e indignaba a partes iguales. Probablemente ese fuese el motivo de sus ganas de poner tierra de por medio de manera inmediata y, en principìo, temporal.

Al principio, parecía como si se fuesen a comer entre todos a aquel bollito de crema que era el profe nuevo, pero la cosa no tardó en cambiar completamente. ¡Aquel tío... sabía de verdad! ¡Incluso le supo responder a Sam y a ese pedante de Ed! Con eso se había ganado su respeto, al menos hasta que terminase aquella hora.

En ese momento, el propio Ed no tardó en responderle, como siempre fingiendo que sabía más que todos. Si era tan listo por qué no se iba y hacía una carrera antes de tiempo. Menudo insoportable estaba hecho.

-Pero profesor... no puede ser. Yo he visto la película muchas veces y nunca se dice nada de eso, y el libro... me lo han leído también. Es infantil. Usted es más retorcido que Edward -dijo, despertando las risas entre la clase.

Además, dice que no le interesa... pero lo lee varias veces, y ahora se queja de que podamos pensar que es un psicópata... ¡pues claro que lo es!