Partida Rol por web

- Deja que te eche una mano- dijo Baghi- dos cabezas siempre piensan mejor que una.

Bastante confundido pero anhelante de nuevas cosas por hacer Smirnoff se alejo de aquel sitio donde ahora estaba y en pos de averiguar qué novedades tenia para comunicarle el CAMARADA CAPITAN SNOW.

Una vez estuvo junto a este le pregunto aquello que había venido repitiéndose mentalmente desde el mismo momento en que dejo la sala misteriosa hasta cuando hubo puesto uno de sus pies en el nuevo sitio donde ahora estaba.

(Y se lo repetía sin cesar porque si no iba a olvidarse)

QUENOVEDADQUIERECOMUNICARMECAMARADACAPITANSNOW,QUENOVEDADQUIERECOMUNICARMECAMARADACAPITANSNOW,QUENOVEDADQUIERECOMUNICARMECAMARADACAPITANSNOW...

Entonces llego allí, donde estaban todos reunidos y vio a la CAMARADA HIKARU – la cual era de las que menos en gracia le caia la verdad sea dicha -, y algo en su postura le dio un repelús.

QUE NOVEDOSA COMUNICACIÓN CAMARADA CAPITAN QUIERE COMUNICAR SNOW?, pregunto sin prestar una real atención y con los ojos fijos en la pequeña recluta.

En su mente imaginaba haber realizado la pregunta correctamente pero todos sabemos que OSO no podía pensar en dos cosas al mismo tiempo y resultado de ello fue la forma en que hablo.

!Qué diablos!, si la frase le salió como el culo repleto de hemorroides de un OSO pero él no se percato de ello.

Desconexión.

De la realidad artificial.

De la respuesta anhelada.

Del viejo triste y su sombrero de paja.

De la mente viva y sus pretensiones.

De ella, de ello, de eso, de algo.

Desconexión.

Hikaru se sentía desconectada, ¿de qué?, no podía explicarlo o si, pero no ahora, no cuando sentía esa extraña sensación pocas veces sufrida y nunca ansiada.

Ese calor, ardiente en los ojos y mientras los vellos de la piel se le erizaban antes de que el pecho comenzara a sacudírsele por los temblores musculares.

Llorar.

Hikaru pocas veces lloraba pues era un signo de debilidad solo permitido a los bajos y simples, a los burdos y deshonrosos.

Hikaru nunca lloraba pero cuando lo hacia su llanto era suave y sentido, “silencioso” y por ello mas sufrido. Con finas lágrimas y los ojos brillantes parecía volverse incluso más pequeña de lo que era. Frágil, como un papel de arroz, como un pétalo de flor de cerezo, como una pluma de cisne.

Y ahora eso hacía, llorar, aun sentada en la silla de conexión interface, con una mano abierta sobre la otra y ambas apoyadas en sus muslos, con el rostro apoyado en el pecho y sintiéndose perturbadoramente triste y sola.

Pues la perdida era abrumadora.

- Esto no parece que haya sido casual- dijo Baghi señalando los restos orgánicos- todo lo que estamos viendo me sugiere que alguien intencionadamente ha tratado de crear problemas. La pregunta es quién, porqué y hasta qué punto pretendía estropear los sistemas.

Siguieron indagando y, desde el terminal, llegaron hasta el holoproyector que parecía que trataba de mostrar algo sin éxito. Baghi se inclinó, retirando uno de los paneles que cerraban el acceso a los circuitos internos, mientras Tournevis trataba de manipular los controles.

- Parece atascado- comentó- trata de reproducir algo pero la memoria debe estar afectada. Tal vez podríamos intentar recuperarla. Si hay algo que nos puede indicar que ha pasado aquí, está en esta memoria.

Después de un minuto andando, Snow desembucha.

- Pues poca cosa Oso, vamos camino al puente para ver si Hikaru y Tic-Tac no se han matado mutuamente. Necesito que les separes si hacerles daño si es que se están peleando, y por eso he tardado un poco en contártelo. Es una información delicada y prefiero que pocos y de confianza la sepan, ¿sí? -

Snow empieza a andar más rápido, casi una carrera.

- Y ahora vamos deprisa Oso, como si llegáramos tarde a una ronda de vodka. -

- No, no lo es. - Confirmo la primera deducción de Baghi. - Y creo que podemos imaginar el motivo. Han intentado borrar lo que esta memoria contenía por todos los medios. Será mejor que cortemos la corriente de la sala. Es mejor que no funcione nada a que sea inestable. Después extraeremos esa memoria.

Con la elegancia y la precisión de alguien que ha hecho el mismo movimiento millones de veces, saco el estuche de herramientas que contiene toda mi colección de destornilladores y otras cosas útiles, y lo coloco sobre la superficie más limpia que encuentro.

- Karl, por favor, ve a llamar a Parches. Dile que necesito su opinión sobre algo.

El primer impulso de Snow es agarrar a Tic-Tac por el cuello, estrellarle contra la pared y darle de ostias mientras le pregunta que qué coño le pasa. Pero afortunadamente Snow sabe qué ha pasado (o al menos sabe que no es culpa del negro).

Una mirada interrogante al piloto, precede sus acciones.

- Oso, ayuda a Hikaru a moverse y vamos a ir a la sala de donde venimos, pero los cuatro. - Snow respalda al fornido Oso mientras le dirige unas palabras de calma a la llorosa mujer.

- Vamos, vamos, no pasa nada mujer, tengo una botella de algo fuerte que te calmará esos nervios y todo lo verás de otra manera, venga, no te preocupes Hikaru, ya verás como todo se arregla... - Ese tipo de palabras de consuelo salen de la boca de Snow, sin percatarse mucho en el contenido, como cuando hablas con un animal nervioso o asustado, siendo el tono de voz lo importante en estos casos.

 Mientras Oso ayuda a la mujer, Snow agarra el brazo de Tic-Tac con fuerza.

- Vamos, ahora es cuando me cuentas que cojones ha pasado aquí. - Espeta, mientras se retrasa un poco pero sin perder de vista a la pareja de delante, que abre camino hacia la sala "rara".

Tic-Tac se quedó en silencio, aquello estaba mal. Simplemente no pasaba. Se pellizcó, estaba pasando. Hikaru estaba llorando y él no sabía que hacer. Por suerte para él el capitán Snow apareció en escena y tomo control de la situación. 

- Anubis, activa protocolo de piloto automático. - dijo el piloto. - Si detectas cualquier anomalía, por pequeña que sea avísame al instante y vendré cagando leches. - se quedó un momento pensando. - Y no quiero chorradas como las de antes, nadie va a sabotearte abuelito. - dijo bromeando pero con sinceridad. 

Cuando caminó junto a Snow, Tic-Tac se encogió de hombros. - Nada que no te haya dicho en la comunicación. El cabrón de Anubis ha accedido a nuestros historiales, nuestro pasado no militar. Creo que le ha enseñado algo a Hikaru que le ha afectado más de lo que debería. - susurró con gesto serio. 

El automático está activo piloto, no se preocupe, les llevare de un modo seguro y avisaré de cualquier anomalía. Anubis parecía molesto, como si le ofendiese que se dudase de su profesionalidad.

Son ustedes los que activan la seguridad. Dejen de planear excursiones a mi núcleo. La soldado Mizaki, ¿está bien? Sonaba preocupado.

Mientras recorremos el camino hacia la sala, Snow escucha la pregunta de Anubis.

- ¿Si está bien? Eso lo tendrá que decir la Doctora. Hasta nueva orden queda revocado el permiso de conexión sináptica con Anubis. Confirma que bloquearás cualquier intento Anubis, y me reportarás de ello. -

Snow presta atención de nuevo a Hikaru y a los hombres que van con él de camino al camarote "fantasmal".

- Todos tranquilos, haremos que la Doctora le examine en el lugar de dónde venimos. - La mentalidad de asedio de Snow ya estaba buscando cómo sacar provecho de aquel incidente. Si después de que un miembro de la tripulación quedara herido o afectado por tratar con la IA, el buscar un lugar donde estar fuera de su "radar" en la nave, podría parecer un paso lógico.

El soldado Grimm, conocido como Predicador, se apoyaba de manera algo indolente en la pared mientras daba vueltas a una especie de collar de cuentas del que pendía un crucifijo. Pasaba las cuentas con un ruido seco "clac, clac..."

- ¿No creéis que están tardando demasiado? Esto me da mala espina. -

El seco y nervudo hombre echaba miradas de reojo a la sala medio abierta arrugando la nariz, como si un tufo saliera de su interior.