Partida Rol por web

Marro esta vez decidió apuntar bien y con calma. Zapata le estaba propinando un buen castigo a aquella cosa y entre ambos estaba convencido de que con buena puntería y un poco de suerte, acabarían por destruir a aquella cosa. Cuando logró ajustar los elementos de puntería apretó del disparador y una bala salió volando directamente hacia el ser horrendo que amenazaba sus vidas.

- ¡Sigue disparando Antonio! - Gritó José. - ¡Joder Antonio, dale, dale!

Julián había empezado a disparar, pero en su estado, aquello era poco menos que un peligro; en realidad era una hecatombe, porque sin apuntar, movió el revolver en todas direcciones, disparándole no solo a la criatura, sino también... a vosotros. Como resultado de ello, una de las balas impactó en Teresa y la otra en Marro, causándoles un arañazo que pudo ser mucho peor.

Aún así, la mayor parte de sus disparos habían dado en el blanco, pese a lo cual, el monstruo continuaba su avance hacia vosotros, lento, pero continuo.

-¿Pero que cojones es la cosa esa? ¡Ya debería estar muerta!!!

Nuestros disparos, si bien parecen afectarle de algún modo, no terminan de tumbarlo, y eso me da muy mala espina...

En esto, Balaguer está disparando, pero sin ton ni son

-Joder! cuidado al disparar, que estamos cerca de la línea de tiro!!! Si no puedes apuntar, no dispares, hostias!!

Una bala perdida le arañó la piel. Escocía. ¡Joder como escocia! Marro se asustó bastante tras el impacto, que aunque fue de refilón, seguía siendo una herida de bala. Su primera herida de balabala y había sido causada por el llamado "fuego amigo".

Julián estaba demostrando que la situación le estaba sobrepasando y mucho. Como bien había dicho Zapata, para dispar así era mejor que se quedara con las manos en los bolsillos. Marro le lanzó una mirada de refilón pero sin dejar de mirar a aquel ser de pesadilla.

— ¡Joder Julito! — Le recriminó. — ¡Me has dado!

Por suerte aquella cosa no parecía estar reaccionando. Zapata y él estaban cosiéndola a balazos, pero aunque no caía muerta, al menos la mantenían a raya. El inspector volvió a dispar y deno nuevo la bala dio en el blanco.

Teresa lanzó un grito cuando una bala le araño la pierna. Quemaba, se llevó la mano a la herida justo debajo de la rodilla y notó la sangre. Cayó al suelo, empezó a llorar y lanzó una maldición, muerta de miedo, incapaz de verse la herida que le habían causado. Esto no tendría que estar pasando. Sollozó, se puso en pie y cogió el pico, porque no tenía más opciones. La sangre le resbaló por la pierna hasta el tobillo, se le había hecho una carrera en la media, pero eso era lo de menos. Levantó el pico y trató de hacer un agujero. 

A Lopez se le había caído el pico debido al primer impacto que hizo sobre la piedra que le dejó el miembro ligeramente entumecido. Tuvo que esperar unos segundos para frotarse y moverlo para salir de aquel impacto que había recibido al golpear mal la piedra. Escuchaba a su alrededor gritos, disparos, y todo un improperio de palabras hacia aquello que no tenía nombre, y que iba poco a poco avanzando hacia ellos.

Lopez otra vez con el brazo derecho activo, pudiéndolo mover, cogió otra vez el pico y cerciorándose esta vez que no se le desviaba arremetió contra la losa central para impactar contra esa roca maldita que custodiaba el guardián.

La criatura estaba ya a vuestro alcance. Los disparos parecían estar haciéndole efecto, pero no sabíais cuántos tendríais que darle antes de conseguir tumbarlo. Eso era lo peor.

López se quedó momentáneamente bloqueado, pero logró sobreponerse con habilidad.

Pese a todo, empezabais a quedaros sin tiempo. La criatura se giró e intentó aplastar a Julian, aunque afortunadamente, no logró su objetivo. De haberlo hecho, seguramente el joven sería ahora una nueva mancha en el suelo. Eso volvió a daros la oportunidad de hacer algo.

Marro vio como su buen amigo Julián a punto estuvo de acabar siendo una masa informe de carne y vísceras. Aquel ser era realmente fuerte, aunque por suerte parecía lento y patoso. Eso les daba una oportunidad para acabar con él, aunque sólo una. Si la desperdiciaban estaban muertos.

El inspector volvió a dispar, aunque por desgracia, en esta ocasión el tiro se fue lejos de su objetivo. Sin duda alguna, tener tan cerca a aquel monstruo le había puesto nervioso y había errado su puntería. José comenzó a retroceder ampartándose de la criatura.

— ¡Replegaos! — Gritó asustado el agente. — ¡Replegaos y seguid disparando! — Matizó.

Poco más podían hacer... si dejaban de disparar, esa "cosa" vendría a por ellos, y acabarían como el pobre desgraciado, hecho pulpa sanguinolenta; si paraban de disparar para echar manos a la obra con el pico,... tal vez diesen con la piedra, pero a costa de sus vidas.

Solo podían rezar y pegar tiros... Y en eso seguía Zapata... El siguiente disparo volvió a impactar en ese ser, pero sin hacerle, aparentemente, un gran daño... Eso sí, ya llevaba una buena ración de plomo en su cuerpo, y si no avanzaba a por ellos, es que, en el fondo, le hacía algún tipo de daño

-¡Vamos! ¡no podemos parar!

Eso estaba demasiado cerca, pero es que no tenían muchas mejores opciones que seguir disparando

-¡Joder!

Exclamó cuando la cosa fué a por Balaguer; por fortuna, se zafó, pero.... ¿por cuanto tiempo más?

Novoa no tenía éxito en su empresa, a su alrededor seguía escuchando gritos y disparos y estaba cada vez más nerviosa. Pero no por ello iba a dejar de hacer lo que estaba haciendo. No era racional, pero nada lo estaba siendo.

-¡Qué alguien me ayude a cavar! -gritó desesperada.

Mientras Novoa intentaba seguir excavando, la criatura se acercó a López, levantó lo que podían ser unos pesados brazos, y en medio de un descomunal grito, los hundió sobre el cuerpo del policía.

El cuerpo humano está formado por 206 huesos, y la mayor parte de ellos quedaron astillados y aplastados por la descomunal fuerza de aquella criatura. Fragmentos de piel, sangre, órganos, cabello, e incluso de sus ojos, saltaron en todas direcciones, llenado de fluidos y restos a todos, y dejando en forma de charco semi-sólido en el suelo, lo que una vez había sido vuestro compañero.

Acompañando al horror de aquella visión, todos gritasteis descontroladamente, aunque unos más que otros.

Marro contempló con horror como el cuerpo de su compañero, el novato, era reducido a una masa informe y más bien líquida. Había perdido antes a otros compañeros, Alberto el Buitre en un tiroteo y a Miguel Ángel, el Pon Pon, arrollado por.un coche de caballos, pero nada comparable con la terrible forma de morir del pobre López. 

Aunque pudo aguantar el duro golpe y no sucumbió directamente a la locura, el.trágico hecho que acababa de contemplar fue suficiente como para que su disparo se fuera lejos, muy lejos de su objetivo y que casi hiriera a un compañero, a Zapata en este caso, en vez de a la bestia. PeroPor no retrocedió. El deber era el deber.

— ¡Mátalo Antonio, joder, mátalo! — Le gritó a Zapata.

-¡López!!!

Apenas tuvo tiempo para más, antes de ver como esa cosa acababa con Antonio López Guillén, Policía. Muerto en lo mejor de la vida, por algo que no sabríamos definir ni aun viviendo otros 100 putos años....

Enrabietado, poco más puedo hacer sino seguir disparando, aunque el tino me va fallando...

-¡Leches! ¡Alguien tiene alguna otra idea?????!

Pues me está descorazonando el hecho de ver como las balas no terminan de parar al engendro de la puta que lo parió. (Y con todos los respetos al gremio de lumis, pajilleras, felatrices y alcahuetas variadas)

Novoa gritó de un modo agudo y doloroso. Aquello no había sucedido, aquello solo era cosa de sí cabeza . Levantó el pico y descargó pero golpe contra la piedra.

-​​​​​​-Maldita piedra del demonio -​​​​​​-chilló horrorizada.

-¡Por todos los demonios del inframundo!-gritó entre tartamudeos mientras volvía a abrir fuego indiscriminado en dirección a la criatura, si bien la mano le temblaba tanto que los disparos fueron en todas direcciones excepto de la correcta.

-¡Aléjate de mí, demonio! ¡No te acerques!-Julián parecía absolutamente ajeno al resto de cosas que le rodeaban más allá de él y aquella imposibilidad tácita que se acercaba más y más. Sin embargo, ante el estallido de su compañero, sus ojos se abrieron de tal forma que cualquiera diría que podrían haber llegado a salirse de sus órbitas.

Tras aplastar a López, la criatura se giró hacia los demás, en concreto, hacia Zapata, pero pareció quedarse inmóvil, sin hacer nada, lo que os volvía a dar un respiro.

A la vista de lo que le había sucedido a López, no os quedaba demasiado tiempo y el próximo final podía ser el de cualquiera de vosotros.