Marro es, decididamente, el más listo de la clase
Espero la confirmación de Calafell, Novoa y Antonio. Marro y Zapata, vosotros os quedáis leyendo comics para adultos, ¿es eso? XD
Sí a la biblioteca.
Motivo: Ciencias ocultas
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 91 (Fracaso) [91]
No había visto tu edit xD Buah, qué desastre.
jajajaja no pasa nada. Hay muchos caminos para descubrir lo mismo XD
Novoa y López asintieron y se marcharon en dirección a la biblioteca, mientras el resto os quedabais allí, en la Comisaría, discutiendo y analizando los periódicos. Solo después de un tiempo os disteis cuenta de que en realidad, nada había en ellos que fuese destacable, salvo las noticias de las muertes de aquellos pobres hombres y que Aureli se había fijado en ellos.
Así que vuestro siguiente paso fue marcharos al colegio de abogados.
Calafell, como no dices nada, te llevo con los otros dos.
El colegio de abogados se encontraba en plena ebullición. La inestabilidad política unida a la gran cantidad de opositores al gobierno actual, hacía que ejercer el derecho fuese necesario y arriesgado a la vez, pero sobre todo, intenso. No obstante, vosotros estabais allí como representantes oficiales para un asunto oficial. Eso debía daros cierta seguridad.
López y Novoa tenían el trabajo quizás más aburrido, que era encontrar información sobre un libro que no conocían y ni siquiera sabían lo que tenía que ver con todo aquello.
A pesar de todo, aquel día ya tenían más información que el anterior, por lo que al menos tenían cómo seguir. Llegaron a la Biblioteca de la Universidad de Barcelona, en donde nada más entrar a la sala principal, os encontrasteis con una bibliotecaria detrás de un gran mostrador, ordenando pilas y pilas de viejos libros con cara de estar malhumorada.
Yo voy con Marro, que s quién conozco y así me pone al día
Finalmente nadie siguió las indicaciones de Marro. Él pretendía hacer tres grupos, lo cual hubiera sido lo más óptimo al poder abarcar un mayor terreno en menor tiempo, sin embargo, al final acabaron dos por un lado y otros tres por el otro. Era evidente porque aquel inspector no ostentaba un cargo de mayor responsabilidad, todo el mundo le tomaba por el pito del sereno. Aunque a él, poco lo importaba.
Zapata se puso al volante del coche, mientras que Marro, el cual iba en el asiento trasero, empezó a explicarle todo lo que habían averiguado hasta la fecha. Le pasó a Balaguer, quien marchaba en el asiento del copiloto, el cuaderno donde habían apuntado todo lo referente a la investigación con la intención de que se empapara con ello. Si leía aquello sabría perfectamente todo acerca del caso.
- Lee las anotaciones, Julián. - Le dijo Marro. - Si tienes alguna duda me preguntas. O si tienes alguna idea, la aportas.
Mientras marchaban hacia el colegio de abogados, Marro decidió relajarse y se tumbó en el asiento trasero. Todavía tenía suelo de la noche anterior y aunque no estaba muy lejos de su destino, una cabezadita no le vendría nada mal. Por desgracia llegaron demasiado pronto. No había podido conciliar el sueño, pero al menos si que había descansado la vista. Aparcaron justo en la puerta y los tres agentes bajaron del vehículo.
Marro se acercó a la entrada del edificio. Allí se encontraba un funcionario que les atendió.
- Buenos días. - Saludó el agente. - Venimos en investigación oficial. Queremos hablar con el presidente del colegio de abogados. Es por un asunto que le atañe directamente... - Le confirmó.
Si das sobre el libro, vas al hilo de pruebas. Léelo Julián!
Mientras Marro se acercaba al ugier, Zapata se acercó a un mostrador, una especie de registro de entrada de documentos, donde la correspondencia era entregada, y remitida a los departamentos correspondientes; no había nada raro en ello, pues no intentaba entrar más allá, lo cual habría afectado a las funciones del ugier... El caso es que tenía un par de ideas que quería descartar....
-Perdone. Policía -Enseñó la placa acreditativa- Necesito saber si Don Manuel Doménec i Carbonell está registrado en el Colegio, y si tienen biblioteca aquí, en sus dependencias....
... Nuca se sabe; quizátodo estuviese entrelazado
... Es un tiro al azar, y quizá nos salga: el amigo de "nuestro muerto", podría ser del gremio, así que... no está de más
Antonio se acercó al mostrador: - Muy buenas, vengo buscando algún libro o periódico sobre la sagrada familia, me gustaría saber si ha habido problemas en esta construcción como también saber si antes del monumento qué había en ese terreno... no sé si es el mejor lugar para indagar... Me puede ayudar.
También me gustaría saber más sobre la persona que está llevando a cabo esta construcción y quien ha dado el dinero para que se finalice con éxito.
SHHHHHH! Guarden silencio, esto es una biblioteca. - la mujer os contestó en un susurro y después os miró fijamente, como evaluando qué había de verdad en las palabras de Antonio o si se trataba de un gracioso.
-Usted quiere información sobre la Sagrada Familia? Entonces vaya al edificio a buscarla. Este no es un estudio arquitectónico sino una biblioteca. ¿Cómo quiere que tengamos aquí ese tipo de información?
Os recibe una amable y joven recepcionista, que se pone nerviosa al pedir hablar con el presidente, pero que al oír el nombre de Domenech, parece relajarse.
-El señor Presidente no está en estos momentos, pero sí el señor Domenech. Él...tiene un despacho aquí, en este edificio. Si quieren, puedo conducirles hasta él. En cuanto a la biblioteca, tenemos una especializada en derecho, por supuesto, en la primera planta.
- Lo siento señora, susurró entonces Antonio, y miró a Teresa por si quería aportar algo al asunto, o por el contrario se habían equivocado al ir a la biblioteca. Pero la mujer le había dado una pista, y también le había hecho comprender que no era el mejor sitio para investigar.
- Perfecto señorita... - Le dijo Marro. - Precisamente con él teníamos que debatir un importante tema... - Chasqueó los dedos un par de veces antes de continuar. - ¿Puede acompañarnos ante el señor Domenech?
Mientras eran conducidos al despacho del amigo del señor Aureli, Marro fue cabilando en su cabeza algunos apuntes. No parecía que aquella biblioteca pudiera contener nada interesante para el caso. Desde luego no parecía que pudiera contener ningún libro de temática religiosa, como había apuntado Zapata que podía ser el libro del que hablaba la nota del difunto señor Seguí. Pero no podían descartar una visita a dicha biblioteca hasta haber hablado con Domenech. Podía ser que tras la entrevista si tuvieran algún indicio que les invitara a consultarla.
Fiel a los buenos hábitos y costumbes, en cuanto la señorita de recepción confirmó la presencia de uno de los hombres a los que les interesaba entrevistar, y ante la aceptación por parte de Marro al ofrecimiento de guiarnos, no pudo menos que actuar con al debida cortesía...
-Después de usted
no dejaba de ser consciente de que la señorita le sindicó que la biblioteca estaba especializada, pero... nunca se sabía; cabía incluso la posiblidad de que quien estuviese a cargo de la misma, fuese una persona con amplios conocimientos y que le sonase el título de un libro bajo los parámetros de que disponían... total,.. por probar... solo dedicarían a ello unos minutos
-Bueno, verá -comenzó Teresa con un carraspeo-. Hemos encontrado esta referencia bibliográfica y nos preguntábamos si tenía sentido para usted. ¿Le suena si puede ser el código de alguna colección de libros de esta Biblioteca?
La recepcionista os deja unos minutos en una salita de espera al cabo de los cuales vuelve y os acompaña hasta un despacho en el que en la puerta se puede leer:
D. Manel Domenech. Secretario
Manel Domenech es un señor de unos 70 años, menudo y delgado de ojos nerviosos que se levanta en cuanto entráis a su despacho.
-Bienvenidos agentes. ¿En qué puedo ayudarles?