Partida Rol por web

Noche sobre Venecia

La Tempestad tras la Mentira

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14/04/2008, 23:18
Signore Gino Murano

-Magnífico, siempre me ha encantado quedarme dormido sobre los papeles en los que he estado trabajando toda la noche para que luego me recriminen que no trabajo lo suficiente. Gracias por avisar, Luigi, voy en seguida. Ah, y advierte discretamente del humor del señor al resto. Yo haré lo que pueda por calmarle A continuación recogió sin apresurarse tanto como para cometer algún fallo y los ordenó lo mejor que pudo sin perder un minuto. Se dirigió a buen paso hacia las estancias donde le esperaba el señor, ensayando mentalmente las réplicas, más sugeridas que planteadas directamente que tendría que emplear para calmar los ánimos de su desagradable señor. Se detuvo ante la puerta, recobró el aliento, se compuso mínimamente y entró en la sala tras anunciarse.

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16/04/2008, 18:17
Dama Luchia Briani
Sólo para el director

Vaya … que cosa mas extraña! ¿Qué será lo que se trae mi adorado esposo entre manos. Luchia pensó que sería imposible que ella pudiese enterarse directamente de ello, pues los caballeros se habían dirigido al despacho y aquel no sería el lugar adecuado para ir sin ser invitada por él, y menos teniendo compañía. Así que llegó a la conclusión de que podría enviar a la criada a que los atendiera para así poder tener noticias. No sería una idea tan descabellada que pudiesen necesitar algo, ¿verdad?

-Marinna, preséntate ante el señor, es posible que necesiten algo. Ofréceles algo caliente con lo que calmar sus estómagos, pues quizás aún no hayan cenado, o bien algo fresco con lo que relajar sus gargantas. Haz que revisen el fuego de la habitación para que puedan estar cómodos y no te vayas de allí hasta que tu trabajo finalice o hasta que el señor Briani te despida e intenta aprovechar tus quehaceres para que cuando subas a ayudarme puedas informarme con todo detalle de cuál es la situación.

Espero hasta que la criada se hubiese marchado para acercarse a la venta y meditar sobre la excusa que podría utilizar en caso de que ésta no hiciese bien su trabajo.

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22/04/2008, 19:04
Director

La criada se inclinó ante su señora y se dispuso a marcharse. Sin embargo, antes de cerrar la puerta se detuvo y se giró.

-Señora, os ruego me disculpéis el atrevimiento pero... ¿querríais escuchar lo que el señor Pietro habla con esos caballeros en su despacho? Si es así conozco una manera. - la sirvienta hablaba con temor. Se había atrevido a pensar por sí misma y tuvo la osadía de tener una idea. Por descontado que de no ser del agrado de su señora se metería en graves problemas, pero había decidido jugársela.

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22/04/2008, 19:06
Iacomo Slanciato

-Ah, Gino. Pasa, pasa. - el señor Slanciato ojeaba unos papeles y tan sólo levantó la mirada un instante para identificar a aquel que entraba -. ¡Anoche te estuve buscando pero habías desaparecido como desdichado que lleva el diablo! ¡Necesitaba que me acomapañases a un recado, pero no estabas! ¡Al final tuve que ir sólo! ¿Pero donde demonios te metiste durante toda la noche insensato?

Realmente Iacomo estaba molesto, enfadado.

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22/04/2008, 21:43
Signore Gino Murano
Sólo para el director

-A menos que alguien fuera capaz de hacerse pasar por vos y ordenarme algo, estuve cumpliendo el cometido que me encomendó, signore -dijo Gino, cubriéndose las espaldas, su rápida mente acudiendo a su rescate, siempre hablando en un tono tranquilo y con gesto plácido, sin inmutarse ni dejando apreciar su nerviosismo interno.

Está convencido de no saber dónde estaba. No es posible. Si no lo sabe entonces ¿quién me envió al Palazzio Briani? Si las cosas se tuercen peligra mi posición y mi cuello. Debo averiguar qué ha sucedido.

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28/04/2008, 17:01
Dama Luchia Briani
Sólo para el director

Luchía escuchó a su criada pero aunque la idea sonaba realmente tentadora, sus años de escuchar a hurtadillas ya habían quedado muy atrás (junto con su inocencia y los lazos en las coletas). Además, ¡ella era la señora de la casa! ¡Como se le había ocurrido tal cosa a la sirvienta! Le gustaría ver la cara de su madre si hubiese escuchado tal proposición, pobre criatura.

Así que optó por lo mas correcto.

-Marinna, realmente espero que no estés perdiendo el tiempo todo el día buscando recovecos desde donde poder escuchar conversaciones que no tienes por qué oír. Así pues, después de tu osadía, dirígete y haz el trabajo que se te he ordenado.

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29/04/2008, 05:21
Jacques Bunsen

Algo en su plato atraía por completo la atención del hombre. Algo le impedía alzar la mirada y vivir. Vivir como hasta ahora había decidido hacerlo. Aunque quizás realmente no era lo que había en el plato, sino lo que le aguardaba fuera de él.

Cuando al fin levantó la mirada, sus ojos estaban cargados con algún tipo de determinación, pero Alexandrya pudo ver algo más en ellos, algo que no supo identificar.

-Antes de nada, necesito que me prometas una cosa. He de pedirte que me des tu palabra de que obedecerás todo cuanto te pida y no es negociable. Lo necesito Alexandrya.

La seriedad y severidad de Jacques impactaron a la joven, haciendo temblar hasta la útima fibra de su ser.

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29/04/2008, 05:31
Iacomo Slanciato

-¡¿Pero qué clase de insensatez estás diciendo Gino?! - Iacomo explotó de rabia por lo que consideraba no era más que una burda mentira para eludir su responsabilidad -. ¿Acaso me tomas por un estúpido que no recordaría haber encargado algo? ¡Anoche pedí que te localizaran y nadie sabía donde estabas! Tuve que salir sólo. No quiero que se repita.

Miró con severidad a Gino, tratando de decidir si debía tomar alguna otra determinación.

-Sólo por curiosidad... ¿Cual fue ese encargo al que dices que te envié?

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29/04/2008, 09:30
Signore Gino Murano
Sólo para el director

-Vos me pedísteis que fuera al Palazzio Briani a entregarle a la Dama Luchia Briani un pequeño cofre y una nota en sobre cerrado, signore. Dijísteis que debía identificarme convenientemente y dejar claro que tanto el cofre como la carta procedían de su marido. Me extrañó sobremanera, pero no se me ocurrió dudar de sus órdenes. Me temo que debí ser engañado. Lo lamento, pero si consiguieron engañarme a mi, pueden engañar a cualquiera y eso os coloca en una situación harto difícil. ¿Tal vez un doble perfecto? Y a parte está lo que hubieran tramado con el cofrecillo y la nota -dice Gino con voz calmada y sopesando las implicaciones de todo ello- Le expresé mi incertidumbre sobre todo el asunto a la Dama, que también pareció extrañada por las altas horas a las que había sido molestada, pero la señora Briani finalmente abrió el cofre y leyó la nota haciéndome salir de la cámara y me pidió que expresara su sincero agradecimiento al emisor del cofre y de la nota. Dada mi precaución, puede que todavía pueda arreglarse el entuerto. Os ruego que, como medida de protección, de ahora en adelante acordemos una seña que sólo vos y yo conozcamos -añade súbitamente al ocurrírsele una posible solución para impedir que vuelva a suceder algo semejante.

Pero el daño está hecho, será difícil convencer a la Dama de hablar a solas y dudo que el signore Briani, por mucho que sea su socio comercial, se fie mucho de esta rata. Y Iacomo nunca revelaría una debilidad tal como el que hallan encontrado un doble para él. Quién sabe, tal vez caiga en desgracia y yo pueda sacar algo de todo esto. En fin, ahora falta el estallido de ira irracional de este impío esclavista. Veamos -pensó para si.

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01/05/2008, 15:14
Alexandrya Erlenmeyer
Sólo para el director

Cada palabra nueva de Jacques impactaba contra Alexandrya, y se acumulaba como sedimentos en lo que era su preocupación. No podía entender en qué estaba metido; tampoco podía entender por qué estaba tan preocupado. Jacques nunca se había comportado así. ¿Lo estaban amenazando? Ya lo habían hecho muchas veces. ¿Lo estaban coaccionando? Jacques no temía exactamente morir. ¿Le habían ofrecido una fortuna? Jacques ya la tenía, pues el maestro asesino de una de las familias más poderosas no suele vivir en harapos.

Los ojos de Alexandrya no se despegaron de los de Jacques. Él estaba... ¿sufriendo?

- Por supuesto - dijo suavemente. - En lo que quieras, y sin preguntas. Nunca he hecho lo contrario, Jacques. Sólo dime qué hacer.

Sólo infórmame ya qué es aquello que te está matando, para que yo pueda tratar de matarlo.

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06/05/2008, 18:31
Jacques Bunsen

-Mañana por la noche, durante la fiesta en el Palacio Briani... o con posterioridad, en cualquier momento... si yo llegase a pronunciar las palabras: "la noche aún es joven". Quiero que me prometas que al escucharlas te marcharas de allí y desaparecerás como un fantasma, de forma que nadie, ni incluso yo, pueda encontrate hasta el alba. No quiero que salgas corriendo, eso llamaría demasiado la atención sobre tí, pero sí debes retroceder a las sombras, de inmediato. Retroceder y esconderte. Si me escuchas pronunciar esas palabras márchate de allí. Te pido ahora que me lo prometas. - la seriedad de Jacques caía sobre ella como un mar embravecido.

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07/05/2008, 11:34
Iacomo Slanciato

Iacomo miró escéptico a Gino, tratando con los ojos de discernir la verdad de la mentira.

-Gino, ¿eres consciente de que eso que dices suena al delirio de un demente? No se si, por lo increíble de la situación que planteas, ésta podría llegar a ser cierta, o si por el contrario, se trata del peor desvarío que me hayan podido contar para justificar una ausencia como la tuya de ayer – por sus palabras, el señor Slanciato aún estaba meditando si creer la historia de Murano -. Dime, ¿Cómo puedo creer que sea posible que exista alguien tan fielmente parecido a mí que llegue a engañarte con su aspecto?

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07/05/2008, 11:59
Signore Gino Murano
Sólo para el director

-Signore, no soy un hombre estúpido, lo sabéis. Hubiera sido mucho más sencillo deciros que me ausenté para acostarme con una furcia. Me hubiérais creido, aunque os hubiérais enfadado (y con razón) y se hubiera dado por zanjado el asunto. Os he dicho la verdad, por extraña que parezca. Os toca decidir a vos qué hacéis con ella. Sigo a vuestra disposición, como siempre -dicho lo cual Gino se dispone a retirarse a menos que el señor Slanciato disponga otra cosa, pero se lo piensa, ya comenzado el giro y añade- Fuera lo que fuera que se propisieran, esta noche hay una fiesta en la que seguramente se descubra todo... -y ahora sí aguarda a que el signore añada algo de su cosecha, algo parecido a una idea, buena o mala, que llevar a cabo, de manera que su decisión sea la culpable de lo acaecido y no la mía.

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08/05/2008, 01:33
Alexandrya Erlenmeyer
Sólo para el director

- ¿A las sombras, para que ni tú puedas encontrarme? Pero Jacques, tú siempre...

Alexandrya dejó de hablar, sin que él tuviera que interrumpirla. Mantuvo la vista fija en sus ojos hasta donde pudo soportar cómo la intensidad de Jacques se le echaba encima, y la desvió hacia sus manos. Luego hacia el costado. Finalmente, volvió a levantarla, sin miedo, pero con preocupación.

- Será como tú digas, Jacques. - dijo, en voz baja pero muy clara. - Te lo prometo. Lo haré lo mejor que pueda.

Suspiró profundamente. Quería saber qué era lo que le estaba afectando tanto... cruzar la distancia de la mesa y abrazarlo con fuerza, a ver si algo de sus brazos lograba darle alguna seguridad, o al menos un momento de descanso. Pero eso Alexandrya nunca iba a hacerlo, al menos no conscientemente, y se conformó con no molestarlo, no acumulando más preocupaciones sobre él.

Se puso de pie.

No puedo verte así. Estás sufriendo... ¿Qué te aqueja? ¿Qué es lo que has visto? ¿Por qué no lo dices?

- Si no hay nada más que quieras decirme por ahora... recogeré esto, e iré a dormir.

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16/05/2008, 11:05
Director

La criada regresó al dormitorio tras lo que a Luchia le pareció un tiempo excesivo, aunque quizás el motivo es que hubiese transcurrido demasiado lento para ella. La falta de noticias y la incertidumbre por saber qué es lo que estaba ocurriendo le jugaron un mala pasada a sus nervios.

Marinna entró visiblemente nerviosa, el color había abandonado su piel. Sus manos temblaban ligeramente al sostener la jarra de agua que había utilizado como excusa para volver a subir al dormitorio de la Dama Briani.

-Señora... yo.. ¡es horrible!

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16/05/2008, 11:20
Iacomo Slanciato

-Sois muchas cosas Murano, pero efectivamente no sois un hombre estúpido. Tampoco os considero tan dado a la bebida como para confundirme con cualquier otro y caer en un engaño como éste. Así pues he de considerar que es cierto cuanto decís. – tras admitir las palabras de Gino, el señor Slanciato meditó durante unos instantes la situación, rascándose la verruga de su frente en un gesto ya característico en él. Retomo la conversación con gesto de seriedad -. Dos cosas. La primera es que necesitamos conocer el contenido de lo que entregaste a la Dama Briani para poder cuantificar el peligro al que nos enfrentamos. ¿Quizás sería posible que vos ya lo supierais, Gino? No claro que no. No os atreveríais a curiosear un encargo que yo os hiciera, ¿o sí? Y lo segundo es que… a esa fiesta de la que hacéis mención, estoy invitado a acudir mañana. No puedo faltar, pero me acompañaréis a la misma e iréis bien armado.

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16/05/2008, 11:20
Jacques Bunsen

-Hay algo más... – casi un susurro, únicamente palabras pronunciadas lentamente, desde el interior del pecho, como un lamento. Un lamento al que siguió un largo silencio, un tiempo de incertidumbre y desasosiego. Jacques introdujo la mano izquierda dentro de su chaqueta y extrajo despacio un fajo de papeles enrollados, cerrados en su parte central por un cordoncito rojo. Los depositó sobre la mesa y los acercó con la punta de los dedos hacia Alexandrya – Quiero que te quedes con esto. Son pagarés a tu nombre que podrás hacer efectivos en Milán. Diez mil ducados. Más que suficiente para que puedas elegir tu propio rumbo, tu propia vida.

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16/05/2008, 13:01
Signore Gino Murano
Sólo para el director

-Como ordenéis mi señor -dijo Gino, no revelando en su apariencia serena lo aliviado que se sentía de que el propio signore se adelantara a las incómodas respuestas que habría conseguido, esquivando así su terrible mal humor. Con una educada y servil reverencia, abandonó la sala, cerrando la puerta tras de sí.

Bien armado, dice, ni que fuera un sicario... -pensó para sí sin dejar traslucir dichos pensamientos- Ahora sólo queda un detalle pendiente, uno que tal vez me salve a mi y condene a mi "estimado señor", Enzo Cutello, aquel que "mi" señor quiso que investigara. Lo haré, vaya que si lo haré...

Y con estos pensamientos fue a sus aposentos, preparó varias bolsitas de tela con monedas, que guardó cuidadosamente, y atravesó las diferentes salas para dirigirse directamente a la zona de criados, donde localizó con premura al barquero que debía llevarme al palacio ducal en ese mismo momento. Una vez embarcado y habiendo llegado al embarcadero, instruyó al barquero: "id a la armería del Perugino, en la judería y pedidle al armero una buena daga, para mi, que pueda pasar disimulada. Es muy importante. Dadle esta bolsita -una bolsita que además del precio de una buena daga incluía varias monedas para un soborno generoso dada la situación- y decidle que yo he estado allí discutiendo por los precios durante un buen rato. Esta es para vos -le dijo alargándole una propia del soborno de un criado fiel- que estuvísteis contemplando la discusión -y le guiñó un ojo. Volved a mediodía a recogerme".

Notas de juego

Como te comenté, el segundo contacto sería el condestable del palacio ducal, con el que ahora Gino va a tratar de hablar para averiguar algo del tal Enzo Cutello.

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20/05/2008, 22:41
Alexandrya Erlenmeyer
Sólo para el director

Apenas sus ojos se posaron sobre el delicado fajo de billetes, Alexandrya supo que todo se había ido al infierno.

Observó aquello como si se tratara de algo que pudiera incendiarse en cualquier momento. Su mirada no dejó lugar a dudas, transparente cuando no necesitaba actuar; incluso sus hombros se tensaron, a un límite insoportable, por la profunda incredulidad. Alexandrya levantó la cabeza, y fijó sus ojos en Jacques, que no se movía, que nunca hablaba de más, esperando que siguiera. Que le aclarara. Que se decidiera a decir de una buena vez qué era todo aquello, y si era alguna especie de broma.

Jacques gustaba de las bromas pesadas: pero ella, por algún motivo, sabía que eso no podía serlo.

Habían matado a muchos. Él había sido el asesino de grandes mecenas, molestos obispos, el torturador de descarriados científicos, y el exiliador de familias del poder. Nunca había vacilado frente a un trabajo, aunque hubiera tomado todos los recaudos posibles e imposibles de pensar para un hombre. Era su carácter: la cabeza fría, helada, conteniendo el fuego dentro de su cuerpo, aquel ardor que era lo que lo hacía inmenso. Y ahora, por algún motivo, innecesariamente, Jacques le estaba diciendo que no iba a salir vivo de lo que fuera que iban a hacer en ese lugar.

- Yo... - atinó a decir Alexandrya, con las pupilas contraídas. Aún trataba de aclarar algo, del mar turbio que eran los ojos negros de Jacques. - Yo no podría...

Quiso seguir hablando, pero la garganta se le había cerrado. Las cuerdas vocales dejaron de responderle. Un pánico incontrolable había empezado a recorrerla desde los pies hasta la cabeza, convulsionando su estómago; aquel miedo irreverente, su único miedo: perderlo. Jacques le estaba anunciando que algo terrible iba a sucederle a él; y Alexandrya no podía creer que realmente esperara que tomara el fajo de billetes y se fuera con toda tranquilidad. No justamente con ese tema de por medio.

- ¿Qué va a pasar mañana? - logró decir, y sus dedos sobre la mesa se apretaron. - ¿Qué va a pasarte, Jacques? Por favor, contéstame.

Por favor, no te niegues a decírmelo... Yo no podría vivir con esa duda. Ni sin hacer algo para tratar de evitarlo.

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03/06/2008, 12:30
Dama Luchia Briani
Sólo para el director

Por un momento Luchia no supo que pensar … estas criadillas se asustaban fácilmente de todo, es como si en su vida hubiesen escuchado la palabra coraje! No obstante con tono paternalista la instó a que le contase que era eso que a su parecer era tan “horrible”.

-Marinna tranquilízate y cuéntame que es eso tan horrible.