Partida Rol por web

(NOVATOS) Bajo el Cerro de los Buitres

Escena 11 - Y ahora... a por el hombre lobo

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17/09/2008, 23:43
Arianne

Oh, no les ensalza… respondió al clérigo con respecto a los ladrones, me refiero a la historia que se relata por ahí, la verdad es que no eran buena gente… o son, vete tú a saber… pero por un momento le pareció que quizás pudiera molestarle, de manera que se calló, ya que, por otra parte, tampoco le resultaba especialmente importante. Además no estaba como para muchos trotes, así que se giró con suavidad en la barca y sonrió pícaramente, eso sí, que nadie la acusara después de guardarse información para sí.

Cerró los ojos y meditó sobre aquello de contarles su propia vida, de eso era algo de lo que le costaba mucho hablar, una cosa era relatar historias ajenas y otra bien distinta hablar de uno mismo y a Arianne se le daba infinitamente mejor lo primero. Se le hizo un nudo en la garganta y se perdió en recuerdos de días mejores en que el camino se le antojaba más propicio, o quizás pudiera ser que en realidad no lo fuera, pero la compañía de la que gozaba en aquellos instantes hiciera que así se lo pareciese.

En el momento en que el clérigo le indicó que estaban alcanzado su destino, la muchacha pareció espabilarse, se incorporó lentamente en la embarcación y se preparó para descender de ella junto a los demás. Normalmente solía ser bastante resuelta, pero ahora mismo tenía todo el cuerpo entumecido, las articulaciones doloridas y sentía como si le faltara una chispa esencial.

Notas de juego

Siento haber dejado al clérigo con la palabra en la boca, pero ya estoy aquí, jejejeje...

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18/09/2008, 00:30
Rakas Krormar

Tras un último empujón los botes llegaron nuevamente al embarcadero contra el que chocaron de manera un tanto brusca, allí ninguno era barquero y Rakas no supo como controlar la fuerza de su palada de manera que esta última les había impulsado en demasía. Cuando cesó el bamboleo y parecía seguro salir, el bárbaro abandonó la barca y se prestó a ayudar a Arianne mientras sus compañeros iban bajando. - No hagáis caso del gruñón de Gliadel, es un buen chico pero tiene la cabeza...- Le susurró a chica haciendo un gesto con el dedo indice sobre la sien muy claro. - Creo que le han metido demasiadas cosas en la cabeza y en ocasiones esto le afecta.- El grandullón sonreía abiertamente mientras hablaba de su amigo y terminaba de sacar sus pertenencias de los botes. - A mi me encantaría escuchar la historia de estas cuevas, así podremos decir que expulsamos a los terribles ladrones, o quizás encontremos su enorme tesoro, quién sabe si lo que nos diga la muchacha pueda ayudarnos con ese pasadizo.

Rakas estaba exultante, tanto que siquiera se molestó en volver a revisar la zona por si alguien hubiera aparecido, aunque era poco probable, el bárbaro solía ser un tanto paranoico con la seguridad y prefería pecar por exceso que por deceso.

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18/09/2008, 01:29
Menzo Carabellota

-Parece que le hemos cogido cariño a este lugar...no terminamos de salir. -Menzo se retiró un poco del resto agarrando del cuello cariñosamente a la Sra Restos; sacó un cuenco de la mochila y lo colocó debajo de las ubres de la cabra. Se sentó pasando las piernas por debajo del cuerpo del animal y agarró las tetas con cariño y comenzo a bombearlas haciendo salir la leche de manera inmedianta. -Tenías las ubres llenas ¿eh cariño? Ya está aquí tu amoooo. -Una vez el cuenco lleno, dispuso de otro y también lo llenó de leche recién ordeñada. Se levantó y cedió uno de los recipientes al clérigo -¿Creías que me había olvidado? Toma, bebe y sacia tu sed ¡Es la mejor leche de cabra del mundo! -El otro cuenco se lo ofreció a la curiosa muchacha de coloridas prendas. -Tomad, también para vos; como véis -dice señalando a la Sra Restos -llevamos con nosotros un buen recurso nutritivo, además de ser una montura fiel y cariñosa. Es la Sra. Restos, mi compañera animal.

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18/09/2008, 04:19
Director

Notas de juego

Pues... yo los sigo leyendo. No tiene sentido que intervnga hasta que se metan en problemas nuevamente ;-)

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18/09/2008, 19:04
Menzo Carabellota

Menzo observaba con orgullo cómo tanto el clérigo como la muchacha saboreaban la exquisita leche de cabra. Con una sonrisa se señalaba a sí mismo la parte entre la nariz y el labio superior indicando a Gliádel que se limpiara el falso bigote blanco que se le había formado. Satisfecho por el éxito por el sabor de la leche de su cabra, se puso de cuclillas sin dejar de mirar a la colorida invitada y sus armas -¿Sabes cómo usar eso? No nos hubiera venido nada mal si te hubieramos encontrado antes ¿sabes? En esta cueva hemos luchado contra orcos sarnosos y pustulentos, perros que ardían, trolls y un mago orco que casi me mata, sin olvidar las babosas de abajo y los lobos y ¡el hombre lobo! Que era el principal motivo de esta misión...luego pasa lo que pasa...ves una cueva y empiezas a entrar y a entrar... ¿Sabes? ¡Hemos encontrado un botín! Que por cierto compañeros, sería buena cosa decidirnos a ir ahora a por él. El caso es que estamos aquí por unos sueños...pesadillas que tuvimos y el que manda sobre Gliadel, ese tal Calabazas…Cabezas…¡Galezas! Nos dijo que esas pesadillas eran premonitorias de un mal en esta zona y que si le hacíamos el favor como bravos héroes que somos de venir e investigar…Sólo hemos encontrado orcos pustulentos que llevaban este símbolo, mira éste – El explorador aún llevaba el símbolo de los tres dedos colgado del cuello y estirando de él se lo muestra a Ariane. –También ese mago orco que casi me mata llevaba un libro que creo que aclarará algo a Galezas. Bueno, bueno, bueno, como ves, has ido a topar con un grupo de valientes héroes ¡Has tenido mucha suerte! JAJAJAJA…esa araña tenía pinta de alimentarse más o menos tan bien como lo estás haciendo tú ahora. –Nuevamente la lengua de Menzo se soltó sin ningún miramiento y sin ninguna prudencia, contándolo todo tal y como iba pasando por su enorme cabeza aceitunada.

Notas de juego

Pues yo sigo hablando y si me dejáis planto aquí un campamento, una buena fogata, una buena cena, música, baile... ;)

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18/09/2008, 19:19
Gliadel Filkzem

Toma el cuenco que le tiende Menzo entre las dos manos, se lo acerca a la nariz y respira su aroma con los ojos cerrados. – MMMH, ya te digo si es la mejor leche… - Un sonoro rugido de su estómago reafirma su parecer. Sin poder (ni querer) esperar un segundo más, se lleva el borde del cuenco entre los labios, y levanta el otro extremo hasta su frente, a medida que va engullendo su contenido con sendos tragos. - AAAAAH – Exhala satisfecho tras vaciar el recipiente y devolvérselo al explorador. – Gracias Menzo. - Un hilillo de leche nace de la comisura de sus labios y recorre el camino hasta su barbilla. – También nosotros llevábamos rato sin llenar el estómago, perdona mis modales. Tanto tiempo entre hombres acaba embruteciéndole a uno. – Se limpia el hilo de leche con el dorso de la mano. Las amistades salvajes del chico parece que empiezan a pasar factura en su carácter, en el monasterio donde se crió ese gesto le hubiera costado una buena colleja. – Confieso que nunca fueron conmigo los remilgos innecesarios, pero si te incomoda algo dilo tranquilamente. Yo mientras voy a buscar algo para hacer una hoguera. Me muero por secarme un poquito.

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18/09/2008, 19:22
Gliadel Filkzem

Ahora vuelvo, entonces.- Dice al ver al pequeño mediano dando coba a la invitada. - Otra cosa no, pero entretenida vas a estar. - Sonríe mientras sale a buscar algo de madera para una hogera. -

Notas de juego

Bueno, el anterior soy yo.

Cruce de posts y deslogueo raro. Es que lo tengo todo ;)

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18/09/2008, 19:54
Director

Notas de juego

Corregido el des-logueo

Supongo que el único lugar donde encontrarás leña es en donde estaban los barracones de los orcos. Vas allí?

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18/09/2008, 20:06
Gliadel Filkzem

Notas de juego

Si, voy allí

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18/09/2008, 20:15
Director

Notas de juego

OK... el clerigo se separa del grupo...

No lo incluyan hasta tanto el relate que vuelve con la madera

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18/09/2008, 20:17
Director

Notas de juego

No hay problema, no pasa nada... pero para asustar un poco al resto... sinó me aburro

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18/09/2008, 20:15
Menzo Carabellota

-No deberías ir solo Gliadel, esta cueva está llena de sorpresas y aunque creamos haber limpiado la zona...recuerda el sacerdote ese que mencionaron los trolls -Menzo, aunque exausto por toda la retaila de información soltada por su lengua, estaba a todos los detalles y al ver cómo su amigo el clérigo se decidía a ir solo, su advertencia no iba carente de preocupación.

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18/09/2008, 20:38
Gliadel Filkzem

Tranquilo Menzo. – Para en seco al oír la voz preocupada del mediano. Le escucha y levanta la mano en un gesto apaciguador. – No es que no me guste ir acompañado, al contrario, pero tampoco hay que pasarse. Si alguien quiere venir conmigo que sea por que quiere, no nos pongamos neuróticos ahora. – Echa a caminar, con total desenfado, hacia los barracones de los orcos. Una sonrisa granuja ilumina su cara al visualizar la escena. Él, maza en mano y una habitación entera por destrozar ---- Lo que me voy a divertir haciendo leña Jujuju ----

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18/09/2008, 22:22
Dramir

El hechicero se encamina hacia el clerigo.

Espérame, te acompaño.

Sin decir ni una palabra mas sigue a Gliadel con semblante serio y calmado.

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18/09/2008, 22:45
Director

Notas de juego

Bueno... entonces son dos a los que tienen que desmarcar de sus post... por lo menos hasta que vuelvan

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18/09/2008, 22:46
Director

Notas de juego

No pasa nada, solo rompen maderas y las traen de vuelta... pero si es por "asustar" un poco al resto ;-)

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19/09/2008, 00:12
Rakas Krormar

Ya que sus compañeros se encargarían del fuego, Rakas se sentó y revisó sus pertenencias en busca de las raciones, la hidromiel y la piedra de afilar. - A grandes rasgos el pequeño Menzo te ha contado nuestras andanzas en esta interminable cueva y hasta que no terminemos con el lider de esos orcos no pienso dejarla.- El bárbaro no dejaba de sonreir mientras hablaba y afilaba su espadón, tendida la guja a sus pies a la espera de su turno, de cuando en cuando paraba para mascar una de las raciones secas que mojaba gustosamente en un cuenco lleno de hidromiel. De momento prefería no contar demasiado sobre aquel tesoro que habían descubierto, no sabía como de fiar sería la muchacha, además de momento no tenía ningún derecho a recibir parte del botín que habían encontrado.

- No te cortes y come lo que quieras, puedes elegir entre, raciones de viaje, raciones de viaje y... más jodidas racines de viaje, bien sequitas y saladas. En cuanto regresemos a Casi el Mar pienso comerme un buey entrero y un caldero de caldo.- Mientras hablaba tendió a sus compañeros su bota con Hidromiel saltandose al druida con cuidado de que no se diera cuenta.

Una vez tanto Gliadel como Dramir habían pertido y se habían perdido nuevamente en aquellas cavernas en busca de algo de madera para la lumbre.-Por qué no aprovechas para contarnos esas historias sobre ladrones antes de que nuestro amigo el integro regrese.

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19/09/2008, 00:44
Arianne

Agradeció la ayuda del bárbaro para bajar de la embarcación y se decidió a descansar a un lado sobre la roca, hasta que Menzo le trajo un cuenco de leche de su cabra, uhmmm… gracias… estaba templada y le sentó estupendamente, al igual que las explicaciones del mediano que le relató de cabo a rabo todo lo que les había acontecido hasta entonces en aquel lugar. Arianne terminó escuchándole con la barbilla y parte del rostro apoyados en ambas manos, la verdad, os diré que lamento haberme perdido todo eso, debió ser de lo más interesante… luego señaló a sus armas y respondió al explorador, conviví durante un tiempo con alguien que gustó de enseñarme a usarlas y desde entonces intento en la medida de lo posible hacer honor de aquellas enseñanzas… asintió, es una pena no haber podido ayudaros con tanto impedimento, pero me temo que lamentablemente me hallaba retenida, entretenida, o mejor dicho, almacenada en una especie de despensa… sonrió.

Al ver que el clérigo y otro de los miembros del grupo desaparecían añadió, repasando con la mirada al resto de los allí presentes, por lo que veo, en realidad sabéis mucho más que yo sobre esta cueva, que solo puedo relatar unos cuantos versos aprendidos en una de las aldeas más cercanas a esta zona, estaba animada, la comida y la leche caliente le habían templado los ánimos, aunque todavía se sentía bastante resentida y dolorida, pero ante la petición del bárbaro se decidió: Veamos, si soy capaz de recordarlos… en otro momento, hubiera aderezado su exposición con algo de teatrillo, o quizás con alguna que otra pirueta, que alegrara una puesta en escena en profundo agradecimiento por haberla rescatado, pero no se sentía capacitada físicamente de levantar el culo del asiento, por muy frías y rugosas que resultaran las piedras que lo hospedaban. Aún así su voz se alzó clara y diáfana en la cueva, entonando rítmicamente unos versos con toda la precisión que fue capaz de imprimirles en las circunstancias en las que se hallaba.

Unos dicen que eran diez, mientras que otros tildan de veinte,
a todos los que aparecieron a dejarles sin sus bienes,
bandidos a fin de cuentas, que sin recursos dejaron a un sin fin de buenas gentes.

En plena sierra moraban, almacenando tesoros, holgando y alardeando,
las cuevas que la tajaban en su hogar se transformaron y el río que las bañaba
en un medio de transporte de botines, arrancados junto a vidas y lamentos.

Hizo una pausa, tomó aire y continuó.

De su líder se pensaba que respeto no albergaba y compasión denegaba,
Portius le renombraban y a sus armas se temía como a nada,
A su espada danzarina, la avispada la llamaban,
y de su baile se huía, aunque nadie la portara.

Su daga ponzoñosa, de veneno revestida,
fue culpable de envenenar las muertes de aquestas gentes.
Un día sin rastro quedaron, liberándose caminos, y nadie observó de nuevo
sus siniestras siluetas recortarse de repente bajo el manto de la noche…

Alzó una mano, extendiéndola y girándola, como quién hace un gesto cortés, mientras cabeceaba en señal de saludo, bueno, pues eso es todo… sentenció, dicen que desde hace 10 años nadie les ha visto salir de estas cuevas, puede ser que de alguna forma hayan muerto, a lo mejor a manos de sus actuales moradores… asintió, encogiéndose de hombros, recostó su cabeza sobre la mochila, descansando, y continuó, quizás ese botín del que habláis sea suyo… Se preguntó si sus armas, avispada y ponzoñosa, andarían por ahí medio perdidas también.

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19/09/2008, 11:04
Ecthelion Númenessë

Se buscó un lugar lo mas cómodo posible y se sentó a descansar mientras esperaban que la nueva invitada se recuperase. Sacó una ración de la mochila y le fué dando bocados mientras escuchaba a los demás, agradeció la invitación de Rakas y tomó un buen trago de hidromiel.

Dramir y Gliadel se habían ido a buscar leña, aunque realmente no entendía muy bien para que, ¿cuanto tiempo pretendían quedarse aquí?, -bueno, parece que tienes mejor aspecto, en cuanto te sientas con fuerzas debemos decidir que hacemos, tal vez quieras que te llevemos hasta la salida de la cueva o quizás hasta el pueblo, o quizas prefieras seguir con nosotros mientras terminamos de revisar la cueva pero entonces no podemos asegurarte que no vaya a pasarte nada.- siguió comiendo su ración mientras esperaba la respuesta de Arianne

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19/09/2008, 15:35
Director

Mientras hablaban y se contaban mutuamente sus desventuras, escucharon en la distancia el sonido de una serie de golpes y chasquidos. Venían de la dirección hacia donde habían partido el clerigo y el hechicero y no escucharon ningun grito ni interjección que los acompañara. Solo el ritmico golpear de algo pesado sobre algo que se rompía