Partida Rol por web

Dios mío... DIOS FUCKING MÍO... El cómic, la realidad, esta simensión o lo que carajos sea esto ME LEE LA PUTA MENTE... En algún momento llegué a imaginar que Nueva York Nuclear podía ser una secuela putativa de mi película favorita de adolescencia:2013 RESCATE EN LOS ÁNGELES, pero el miedo a recibir una caeta de los abogados de Kurt Russell (por emplear su imagen sin permiso) o de John Carpenter (por hacerle apartarse de sus sintetizadores durante medio minuto) hizo que me lo pensase mejor. 

Tras ver Split había pensado en meter solo medio parche de Snake, en la última viñeta, más o menos como la aparición de Bruce Willis en esa peli, pero también me lo pensé mejor. Cagao que soy. Pero ahí lo tenía, disparando nano-molonadas, enganchándonos a su MOTO-ACUÁTICA-A-REACCIÓN y dándonos alas que nos recortan contra un cielo en que la contaminación ha gastado todos sus rotuladores fosforitos sobre una masa de negro irregular hecha con un rotulador Carioca negro demasiado gastado...

Fox consigue rescatar a Chipp justo cuando aquella aberración pesadillesca que responde por el título de una canción de Maniac Street Preachers versioneada por Biohazard nos lame el cogote. Un puto TSUNAMI RADIACTIVO que prácticamente me lame los nudillos y tobillos, por mucho que intente controlar los movimientos con estos chalecos alados y el cableado que nos une a una MOTO-ACUÁTICA-A-REACCIÓN. 

Casi pierdo el sentido viviendo este sin dios sin diablo y sin lo que FUCKING WHATEVER, pero miro esa monstruosidad de pis radiactivo, que nos reduciría a la NADA MÁS ABSOLUTA con solo escupir un gargajo de su cresta en nuestra dirección, y mascullo un épico pero silencioso -Mami...- para la intimidad de mi pescuezo... ¿QUIÉN DIABLOS HA PODIDO IMAGINAR O DIBUJAR ESTO? DAMN YOU!!!!!

Rook estaba aturdido por lo absurdo de la situación, de no ser porque lo estaba viviendo en carne propia éste sería uno de los momentos en que dejaría de leer el libro, quejandose del flagrante deus ex machina. Pero era real, y por suerte atinó a ponerse el chaleco antes de que la MOTO ACUATICA A REACCIÓN ^(TM) le arrancara los pies del suelo.

—¡¡¡_{aaaaaaaAAAAAAAA}AAAAAAAAA^{AAAAAAAAAAAAaaaaaah}!!!!*

El vehículo iba muy rápido, estúpidamente rápido. En cierto sentido le recordaba al supuesto autor de aquella obra, más por lo estúpido que por lo rápido. Rookie, que hasta el día de hoy solo había volado dentro de naves grandes (porque sus dedos de manazas no eran aptos para manejar los vehículos aereos unipersonales de la resistencia) había experimentado en los últimos tres minutos el paso de la gravedad cero a la velocidad del sonido. Y no le estaba gustando. Rook devolvió unas pocas krunchy-munchy a medio digerir, sumando su granito de arena a aquel tsunami de ácido, y viendose en manos del destino hizo lo único que podía hacer. Se colocó las gafas con las que solía protegerse los ojos al cabecear superficies y procedió a abrir los brazos haciendole dos dedos medios al mundo en general.
 

—¡FUCK HUDSON! ¡FUCK LOS STRIG! ¡FUCK LOS TECNOMARIACHIS! ¡FUCK KONAMI!— fue lo único que se le ocurrió gritar.

En algún lugar de otro plano existencial, la frase de Rook reverbera alterando el continuo espacio tiempo...

Hideo Kojima siente la imperiosa necesidad de gritar a pleno pulmón.

-¡FUKKA KONAMIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIUUU!-.

Mads Mikkelsen y Norman Reedus observan al creativo nipón con evidente desconcierto.

-Gomenasai...-, musita Hideo, su rostro confuso. 

Maldito Death Stranding... Me tiene loco de la cabeza, piensa el frustrado cineasta.

Volviendo a nuestra odisea radioactiva favorita, la ola dibujada por el villano J4ck13 toma tales proporciones que en este momento ha pasado oficialmente a la categoría de tsunami.

Los Mayhem disfrutan de unas vistas únicas de la devastada de icónica urbe, una vez capital del mundo. El vuelo en ala delta tirados por la espectacular MOTO-ACUÁTICA-A REACCIÓN de Serpiente resulta en cierto modo liberador tras el tensísimo incidente en el territorio de los Strigs.

Pero el maremoto radioactivo se cierne sobre nuestros héroes con implacable cólera y es evidente que, si no alteran la trayectoria de huida, será imposible esquivar una muerte que, cada segundo, parece más y más segura.

Pero eh.

El que conduce es el jodi%& Serpiente.

¿¡LO HABÍAIS OLVIDADO?!

Serpiente no pierde la concentración y acelera su fiel motocicleta personalizada para misiones de infiltración náuticas. Los Mayhem pueden creer que va a velocidad vertiginosa, pero lo cierto es que el ejército de un solo hombre aún no ha activado el turbo. 

Se lo está reservando.

El soldado rebelde es de ese tipo de hombres que sólo se siente vivo en la guerra. Cuanto más cruenta, mejor. Nueva York Nuclear es el pu%& paraíso para él. Ver el tsunami a su espalda sólo le estimula su virilidad. Pero Serpiente no es ningún estúpido. Ha estado esperando el momento de girar y tomar tierra.

¿Tomar tierra? 

Oh, sí, nene. 

Serpiente acciona el transformador. Ese botón rojo con forma de misil. Su pequeña comienza a transformarse mientras mantiene la velocidad de crucero. Dos turbopropulsores emergen de la parte trasera del vehículo y vomitan dos llamaradas azules. El óxido nitroso inunda el ambiente mientras la motocicleta se eleva sobre el nivel del mar.

ES UNA MOTOCICLETA.

ACUÁTICA.

A REACCIÓN.

ROCKET DELUXE EDITION.

Sólo existe una en circulación.

¿Sabes a quién pertenece, chico?

-Llámame Serpiente...-, susurra el soldado universal mientras un corrosivo solo de rock n' roll martillea los oídos de los lectores de este cómic imposible.

La pequeña ardilla recobra la consciencia durante el vuelo.

-WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGGGGG*!!!-.

Sólo para perderla otra vez.

Fitz air guitarrea poseído durante toda la escena.

-¡AMO A ESTE TÍO! ¡EN SERIO! ¡AMO A ESTE HIJOP%&$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$! ¡ROOOOOOOOOOOOAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRRGGGGGGGHHHHHH! ¡ESTOY VIVOOOOOO! ¡ESTOY VIVOOOOOOOOOOOOOOOOO! ¡JUAAAAAAAJUAJUAJUAAAAAAAAA! ¡UK UK UUUUUK!

-¡Esto va a ir de muy poco, Mayhems! ¡AGARRAOS CON UÑAS Y DIENTES! ¡NNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNGGGG!-.

El sargento contempla la ola devoradora alcanzarles. 

¿Es el fin?

NO.

El vehículo y su cometa humana formada por los Mayhems y el bueno de Jimmy logran esquivar con el vuelo más espectacular e infartante jamás concebido por una mente asolada por los psicotrópicos el impacto de la ola corrosiva, que sacude los restos de la Gran Manzana devorando escombros a su paso como si fueran mantequilla sobre una sartén al rojo vivo.

Serpiente maniobra con destreza innata derrapando y permitiendo a todos los Mayhem aterrizar con inusitada suavidad sobre asfalto.

Son peregrinos llegados a Tierra Santa en ese mismo instante.

Planeando por sobre las letales aguas del río y con un aterrador tsunami lamiéndoles las puntas de los pies, Ruby echó un vistazo hacia atrás, intentando parecer despreocupada. Luego miró hacia abajo y le gritó a su salvador.  

“¡Oye! ¡Serpiente! ¿Crees que puedes acelerar un poco?”

Vaya que sí podía. Como respondiendo a su pregunta, todos salieron disparados hacia adelante a una velocidad alucinante y Ruby apretó los dientes intentando aguantar la acelearación.   

Maniobrando con destreza, Serpiente consiguió hacerlos aterrizar sanos y sobre un suelo asfaltado.

Ruby se sentía rara y no era por la reciente experiencia cercana a la muerte. Eso para ella era el pan de cada día. Sentía que algo no estaba bien. No es que fuera desagradecida, no que va. Apreciaba que ese tal Serpiente los hubiese salvado de las aguas corrosivas, pero… algo estaba fuera de lugar. Se suponía que ella era la… bueno la encargada de salvar el día. Siempre había sido así. Hasta ahora. El tío ese era impresionante, había que admitirlo. Hasta se le resecaba un poco la boca al mirarlo y sentía un calorcillo por…

Sacudió la cabeza para despejar esos pensamientos. Este no es el momento teniente, se dijo. Estas en medio de una operación de vital importancia. Un poco de profesionalismo co&0.

Se volvió a mirar a su escuadrón.

“¿Estáis todos bien?”

Se acercó a Serpiente y le tendió una mano, con gesto tenso.

“Soy la teniente Rose. Gracias. Debo admitir que eso estuvo….” Vaciló un instante. “… eficiente.”

Cuando le dio la mano, la teniente no pudo evitar la tentación de apretarla con toda la firmeza de la que fue capaz.

Tras pisar tierra, Rook se miró los brazos y las piernas, como queriendo comprobar que efectivamente había salido de esa locura vivo y además entero. Por fortuna, todo estaba en su lugar. Lo único que faltaba era Chipp, que en lugar de estar en su arnés estaba colgando de los brazos del zorro. Parecía vivo, y hasta había recuperado durante unos instantes la conciencia, asique suponía que iba a estar bien. Además, no quería mostrarse preocupado ante Serpiente, que emanaba un aura de genialidad casi contagiosa.
Rook se quitó las gafas protectoras con lentitud, y haciendo un gesto de cabeza que habría sacudido al viento radioactivo la enorme cabellera que no tenía. Dio un largo silbido de admiración mientras trataba de asimilar los 10 minutos más intensos de toda su vida.

El subidón de adrenalina y la posterior calma tras la desaparición del peligro inminente casi lo había hecho olvidar cómo habían terminado ahí. Casi. Rook miró a su alrededor, como intuyendo la aparición de aquella máquina gigante que los había mandado bajo tierra en primer lugar. Nada... aún.

El rinoceronte hizo la venia para saludar al hombre del parche.
—Rook Fury, Mayhem 5— se presentó. Había mil cosas por preguntar ¿Quién era realmente? ¿Cómo había sabido dónde estaban? ¿Con quién habló por radio? ¿Cómo se había ganado ese parche? ¿Por qué era el único que llevaba nombre de animal si era humano?... pero Rook era el nuevo, y era mejor conocer su lugar. Confiaba en que la agudeza de Lucius, la tenacidad de la teniente, o la inocencia del ICC eventualmente formularan esas preguntas por él. 

Con los cojoncillos desplazados desde la entrepierna hasta el cogote, desde el que trataban de abrirse camino para salir de allí, me veo sobrepasando la amenaza amarilla de aquella ola ácida, como un Mountain Dew bebido y vuelto a mear por generaciones y generaciones de rednecks hasta ocupar las alcantarillas de toda Nueva York, antes de ser depositado en tierra firme con mis nuevos ¿`Camaradas´? Creo que los tarados de los Mayhem se podrían sentir un poco insultados por tal osadía.

Cuando Snake se marca un pulso volador con Ruby noto una cierta dureza ahí abajo que soy incapaz de precisar-barra-aceptar (Tengo que hacer un  fan fiction con estos dos de fin de semana montándoselo en la Tierra Baldía, empleando sendas motos para marcar sus movimientos de acometida, o ella en el capó de un coche grafiteado con un cráneo y él en su moto...), poco más puedo soltar que un 'hola' que suena demasiado aniñado hasta para mi, casi como si me hubiese quedado sin vocales y todas sonasen como 'ies' por mucho que me esforzase en darles un trasfondo más masculino.

Para no quedar aún más en ridículo, miro en todas direcciones tratando de pensar cuál puede ser nuestra próxima acción, dónde ponernos a salvo... O para esperar a que se me baje la erección, vamos.

Nuestros héroes disfrutan de un brevísimo instante de calma, ajenos al titán cromado que camina, imparable, atravesando los restos de los edificios de Nueva York con un único objetivo.

EXTERMINAR A JIMMY TURNER.

“Soy la teniente Rose. Gracias. Debo admitir que eso estuvo….” Vaciló un instante. “… eficiente.”

Serpiente mantiene su único ojo fijo en Ruby Rose. Su pupila es una llamarada azul. El hombre huele a bestia vieja, de las que tienen la piel curtida por los golpes, los balazos y las cuchilladas. Todo un maldito cabr!?"$%, en resumidas cuentas.

Lo llamativo del personaje es que la Teniente y sus Mayhems jamás han escuchado hablar de él.

¿Un agente de operaciones encubiertas rebelde?

El hombre mantiene el pulso a Ruby a medio gas. Ni siquiera hace fuerza. Sólo observa un largo instante a la amazona.

-Me limito a cumplir mi misión. Soy un soldado. No un pu&% héroe.-. Puede que sea un soldado... Pero vale más que muchos regimientos juntos.

-El comandante Reinhardt contactó conmigo hace escasas horas. Misión secreta, código speed run. Salvar al Escuadrón Mayhem. Tenía un 25% de posibilidades de encontraros en esta colmena de muerte que es Nueva York. Pero eh, sois afortunados. He dado con vosotros a tiempo. Aunque parece que habéis sufrido... bajas.-. Serpiente enciende un cigarrillo usando una cerilla que restriega levemente contra su mejilla. Podría haberlo hecho centrando la mirada en el filtro, pero no ha querido abusar.  Mira el bulto con inconfundible forma de gallo que va a espaldas del sargento Sharp.

-No hay tiempo de enterrar a los muertos, sargento. Tenemos un jod%&$ problema...-.

Lo que Serpiente dice a continuación pilla por sorpresa a Jimmy. No así a los demás.

-El general J4ck13 ha desplegado su arma definitiva y va a barrer Nueva York hasta que encuentre la base secreta de la Resistencia. Si eso ocurre, la Guerra habrá acabado.-.

¿Desde cuándo J4ck13 es general de algo?

-Mi hermano de armas puede que haya caído, pero su espíritu guerrero acompañará a este escuadrón hasta la muerte. Recibirá sepultura cuando esta guerra haya acabado. Y aún no hemos terminado nuestra misión... Serpiente.-. El sargento no parece afectado por el torbellino de testosterona que emana del soldado solitario.

-El general J4ck13 no tiene que buscar a la Resistencia... Ya basta de esconderse. ¡Vamos a descabezar a esos Tecnomariachis reventando a su jefe en el campo de batalla! ¡Somos Mayhems! ¡Sembramos el caos en las líneas enemigas!-.

Chipp se acerca tímidamente a Jimmy y tira de sus pantalones para captar su atención.

-Psh, eh, Jimmy. Como estuve... eh... fuera de combate un tiempo, no pude decirte que encontré dos cosas para ti en ese subterráneo infecto.-.

Te tiende una cucharilla de postre algo oxidada con la mejor de sus sonrisas psicóticas.

-Podría salvarte la vida. Nunca se sabe.-. 

De forma paradójica, la pequeña ardilla te tiende a continuación el arma de destrucción definitiva en este, tu mundo fantástico e imposible.

-No sé qué es esa chusta, pero igual te lo puedes comer. ¡Qué sé yo!-.

La manita de Chipp deposita en tu palma temblorosa un sacapuntas.

EL CURSO DE LA GUERRA ESTÁ A PUNTO DE CAMBIAR.

-¿Has dicho... arma definitiva? ¿Esos hojalatas tienen un nuevo arma? ¿Y con qué vamos a combatirlos? Estamos secos de munición.-.

El inmenso gorila se sienta en el suelo y apoya el dorso de su descomunal mano en su mentón con gesto pensativo y algo cómico.

-Necesitaríamos algo realmente grande para acabar esta guerra... algo como...-. Los ojos de Fitz se abren súbitamente. -...¿¡ESO?!-.

Retumba Nueva York.

Desde varios kilómetros de distancia, divisáis un temible armatoste de metal que no os resulta tan desconocido como desaríais. Un coloso de acero de más de 12 metros de altura cuyos ojos bullen con el insensible fulgor de las máquinas que odian a la humanidad.

Jimmy conoce bien a este bastardo. Una antigua creación, tan poco carismática que fue destinada a la papelera, o algo peor.

EL GRAVIS.

Lamentablemente, el Gravis difiere en su opinión con respecto a su creador. Y cuando sumas a un gigante robótico el rencor por ser destinado al cajón de los bocetos descartados, tienes un serio problema si estás atrapado en la misma viñeta que él.

El androide parece emitir un aterrador rugido. El aire queda inundado con él.

-TUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUURRRRRRNEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEERRRR...-.

El Gravis arranca a correr a plena potencia. Su visión destrozando TODO a su paso con el sol emergiendo en el horizonte devastado os sobrecoge.

Se acerca el titán que destrozó vuestra nave.

Se acerca el ogro que os quitó vuestro hogar.

Su protocolo de combate es sencillo: NO MORE MR. NICEGUY.

IT'S PAYBACK TIME, MAYHEM.