Partida Rol por web

Con admirable precisión Yador dispara una flecha contra el goblin que iba montado, dándole en el pecho y haciendo que callera muerto. Su montura siguió corriendo, enfocada en encontrar a la presa que se había creído cazador al matar a su dueño. El elfo era bueno ocultándose pero no tenían nada que hacer con el olfato y el oído superiores de la rata gigante. Soltó unos gruñidos indicando su posición al resto de los goblins cuando lo encontró.

Al fin el goblin que regresaba a la torre llegó junto a su somnoliento compañero, y le dio una patada para despertarlo. Ahora que habían localizado al elfo debían eliminarlo. Por suerte contaba con cobertura gracias a la puerta, pero los goblins lo veían gracias a la altura, el resultado del intercambio de flechas dependería de sus habilidades. El primer disparo falló, no por la mala puntería de este, gracias a la cobertura. El segundo tirador, quizás por no estar adormecido, acertó en el blanco.

El otro goblin que estaba en el elevador ordenó salir a su montura y empezaron la carrera para enfrentarse a los intrusos, su plan de acorralarlos había salido bastante mal. Cada vez eran menos y no habían causado ninguna baja a los intrusos.

—Sólo digo lo que dicen mis palabrras orrco—respondió con sorna a las palabras del semiorco, después señalo con el martillo al goblin que se había quedado fuera de la empalizada—¡ENCARRGÁOS DE ÉSE! ¡YO IRRÉ A AYUDARR A YADORR!

Y dando una vez más esas largas y a la vez cortas zancadas, el enano fue junto al elfo cruzando las puertas de la empalizada, dispuesto a luchar codo con codo con ese elfo. Ver para creer.

Sobre el animal se creó un vórtice que dejó escapar más de aquel fuego sagrado. La rata sufrió quemaduras en la mitad de su cuerpo y cargó el ambiente con un olor desagradable a pelo de rata quemado.

Disparo una nueva flecha, esta vez al perro... rata... cosa esa (F). Tras eso, si muere intento volver a esconderme de la vista de los goblins. Si no, sabiendo que ese... ser les dirá dónde me encuentro uso mi movimiento para ponerme a cubierto dentro de lo posible, buscando cobertura. De no encontrar hago un cuerpo a tierra y me quedo tumbado, por si llueven proyectiles que no sean los míos.

Con un certero disparo Yador mata en el acto a la repulsiva criatura, silenciando sus chillidos de agonía. Tan rápido como lo eliminó desaparece de la vista de los goblins, haciendo honor al misticismo de los elfos exploradores, siendo la realidad menos elegante pues se estaba revolcando por los suelos.

Daini y Zwak emprendieron una carrera pues ya podía seguir avanzando y el único enemigo al alcance de sus espadas era un durmiente goblin. Zawk encabezó la marcha, siempre delante de su compañera para ser él quien recibiera la carga del jinete con su bestia, y así fue. Las bestia era rápida y en poco tiempo se encontraron cara a cara. El jinete goblin le propino un tajo en el pecho en la ya estropeada armadura, pero era una herida superficial con la que sería capaz de lidiar.

Mientras tanto los goblins de la torre centraron su atención esta vez en Daini, la causante del sopor mágico que les había afectado a todos, por no decir que al no estar oculta o con cobertura como otros enemigos resultaba un objetivo tentador. El primer disparo falló, pero el segundo tiro lo compenso causando una grave herida que atravesó el bíceps de la muchacha de lado a lado mientras corría.

Mi cara se torció. Iba como una niña alegre por el campo corriendo cuando me clavaron las dos flechas. ¿Es que no me podían dejar en paz? Dolía, y mucho.

Hizo un contacto visual agresivo con los goblins y musité una palabra. No más flecas de arcos mágicos, simplemente, os dormís y punto pelota.

Con el mismo hechizo camuflado de canción de cuna, los goblins caen en un estado de coma mágico, perdiéndose a la vista al caerse y soltando las armas.

El enano avanzó un poco más, aunque no tanto como Daini y Zwak. Las piernas del Pueblo Robusto daban para lo que daban. Pero teniendo de su lado al Forjador de Almas, tampoco necesitaba correr como un galgo. Eso era  para esa gentuza como... goblins o orcos o elfos o... o cualquier cosa que no fuera enana.

—¡PORR EL MARRTILLO DE MORRADIN!

Por mi parte, viendo que el enano ataca a la montura decido atacar al goblin (D), disparando una flecha desde mi escondite, tratando de segar su vida con el dulce silbido de una flecha.