Partida Rol por web

Yo prefiriria una casa... con una mama....- susurro sentandome y encojiendome abrazandome a mis piernas, pero solo me lo digo ami misma porque no espero nada de los policias.

-Me parece bien que la niña del gorrito se quede con el chico un tiempo...

 La policía se desentiende un poco de vosotros. Pasan unos 20 minutos, fuera repiquetea la lluvia. Lo cierto es que llueve bastante en esta ciudad. La puerta se abre y entra una señora bajita y regordeta. Tiene el pelo castaño cobrizo y nariz ganchuda, como el pico de un loro; lleva un abrigo rojo tipo trenca y un paraguas goteante le cuelga de una mano. Os saluda con la mano libre e intercambia unas cuantas palabras con los policías con los que hablasteis y un minuto después se pone junto a vosotros.

—Hola, hermosos —dice con voz aflautada y melosa—. Me llamo Clarice, porque a mi madre le gustaba mucho una película, y he venido a llevaros a vuestros nuevos centros, ¿vale? Acompañadme al coche, niños.

El coche es amplio y cómodo con asientos blandos.

—Poneos los cinturones —os sonríe.

—Hola— saludo a la señora con un susurro.

Me pongo un poco más contenta cuando nos suben a todos juntos en el coche. Parece que al final no nos van a separar. Y eso nos hace más fuerte. Como un equipo de Batman, Robin y otro más.

«Me pido Batman, que lleva gorro, como yo» pienso mientras me siento en el medio de Raquel y Gari «después se lo comentaré a los otros »

No me gusta demasido la señora esta, con su nariz de bruja y su paraguas como una escoba para volar, pero es mejor aguantarla a ella que estar separador y ser comida de las sombras de Señor Malvado.

Subo sin decir nada, parece que la niña del gorrito tonto esta muy contenta. Es tonta, nos van a separar para que no podamos ponernos de acuerdo y contar la misma mentira... no me importa mucho porque lo que dije solo hace falta que yo lo mantenga, no les necesito para eso, pero me molesta mucho que se siente entre mi y el niño.

Siempre se pone en medio... siempre veo a alguien en medio entre el niño tonto y yo... eso no me gusta. Con voz de niña buena y despues de que el coche se ponga en marcha pregunto.- ¿Nuevos centros?.- Recalcando mucho el plurar para que la niña del gorrito se de cuenta de que de verdad es tonta sin remedio.- ¿Nos van a separar?

He oído con los otros lo de los nuevos centros pero por el momento prefiero dejarlo pasar. Si sacamos el tema igual comenzamos a discutir o algo y ya me preocupa un poco la forma en la que Raquel se toma las cosas. Es un poco rara desde hace un rato.

Rachel...que tal esta Gol?. Hace mucho que no lo veo. Si algo puede distraerla es el perro seguro.Y a nosotros también.

Clarice sonríe con gesto inocente e informa con voz indiferente.

- Oh, ¿no os han avisado? - en realidad, su tono parece indicar que conoce este hecho perfectamente -. Han decidido separaros por no sé muy bien qué. Amanda y Garikoitz irán a un orfanato en el centro; Raquel, tú irás a uno un poco lejos pero que está muy bien. Es de los mejor equipados. No te preocupes, te encantará el sitio.

Cuand Garikoitz empieza a hablar sobre el perro, Clarice devuelve su atención al completo a la carretera.

¿mejor equipado y mas lejos? no me gusta como suena...pongo tono de niña buena, asustada para mayor efecto.- ¿Son carceles de niños?.- pregunto ignorando la pregunta del niño.-El policia que me grito me amenazo con que me iban a enviar a una....

Comienzo a plantearme mis opciones, si no me gusta como van las cosas le tapo los ojos y a ver como conduce Clarice....

Me callo cuando la adulta comienza a hablar. Me alegra de que no nos separen a Amanda y a mi, aunque me da algo de pena Rachel y su perro. Eso de un orfanato mejor equipado suena mal. Los frailes siempre decían que la policía estaría mejor preparada para tratar conmigo cuando fuera mayor, y esto suena parecido.

En silencio estrecho la mano de Amanda por el lado en el que nos rozamos sin que nadie pueda vernos.

 —Oh, no, no, no, querida; claro que no es una cárcel. Es un orfanato algo alejado del centro, pero es precioso y tiene mejor equipamientos. No te preocupes —sonríe Clarice dirigiéndote una mirada a través del retrovisor interior.

Respondo muy tranquila a la señora que conduce.

—Pero no pueden separarnos. Nosotros vamos juntos. Somos como los refrescos de cola, vamos en pack. Y ya está— digo con voz convencida.

Porque da igual lo que digan los mayores, no nos van a separar, no pueden. Somos Los que Sobrevivieron al Señor de Negro. Por lo tanto, no pueden separarnos.

No Amanda... vosotros sois como los donnuts. Os gusta estar juntos pero nadie quiere estar conmigo... Es mejor asi... estareis mejor sin mi pero tendreis que tener mucho cuidado por si... ya sabeis.

 El coche se detiene ante el portón de un viejo edificio decimonónico en una calle amplia y muy iluminada. Un hombre y una mujer de rostro amable se acercan al coche y abren la puerta.

—Gari, Amanda; estos son el señor Ramírez y la señora Hernán; dueños del orfanato Nuevo Hogar. Acompañadlos —dice sonriéndoos—. Tienen mi número de teléfono, así que si necesitáis cualquier cosa, llamadme. Un beso, muchachos.

Tomo el numero cuando nos lo da, pero antes de salir miro un rato el lugar y las personas que se encargaran ahora de nosotros. No es que no me fíe, pero después del ultimo sitio, casi tengo ganas de regresar con los frailes, por muy estrictos que fueran.

Salgo del coche en silencio con cierto cuidado, preguntándome si tendremos que ir a por nuestras cosas al sitio horrible.

Me giro para mirar a la señora y carraspeo para aparentar timidez.

Y...y nuestras cosas, señorita?. Nos las traerán mañana?.

Por el momento evito mirar a Raquel, me da pena que la lleven a otro lado, aunque seguro que pronto se reúne con nosotros.

Me quedo sentada en el coche, mirando muy tranquila a la Señora Chófer.

—No, esto está mal. Raquel tiene que venir con nosotras, no puede quedarse solita. Es mejor que estemos todos juntos— digo mientras me agarro a uno de los brazos de Raquel.

«Y ahora no podrán separarnos e iremos todos juntos a pelear contra el señor malvado»

 —Oh, corazón —le dice a Amanda— eso no es decisión mía. Lo siento mucho, cariño. Pero intentaré que os reúnan pronto, ¿vale? Tras todo lo que ha pasado... yo también creo que es mejor que estéis juntos —añade guiñándole un ojo.

Luego girándose hacia Gari, esboza un gesto dubitativo y, tras un instante de vacilación, añade sin gran convicción:

—Puede que vuestras cosas hayan llegado ya, no sé cómo estaría el tráfico. Pero, si no, llegarán a media tarde; antes de las noches las tendréis, ¿vale?

- No te preocupes Amanda. Ya nos veremos pero... por si el hombre malo me encuentra.- digo sin importarme que la mujer lo oiga.- Prometeme que cuidareis vosotros a Gol.

Despues miro al chico.- Tu protege a Amanda, aunque nadie nos crea... puede que no estemos a salvo ni lejos de ese lugar horrible. Al menos hoy no dormiremos alli.

Me agarro más fuerte a Raquel, negando con la cabeza.

—No, no, no. No podemos separarnos. Somo Los que Han Sobrevivido al Señor Malvado. No podemos estar solos. Es la segunda vez que viene a por mi, y no hubiese sobrevivido sin vosotros. Además, ahora ya no sólo quiere mis dedos. Tenemos que convencerla de que nos deje juntos. Tú puedes Raquel, engañas a los mayores mejor que nosotros. Yo sólo se decir la verdad— susurro.

 —Niñas, pero eso no lo decido yo, lo siento mucho, de veras —se la nota nerviosa, y tal vez, aunque de esto no estáis tan seguros, triste—, venga, bajad e intentaré que os reúnan cuanto antes. Si os portáis mal ahora me pondrán todavía más pegas para conseguirlo... sólo actuaréis en vuestro perjuicio...

Asiento a lo que dice Raquel, Amanda parece convencida de que nos pasara algo malo. Ella parece creer que el hombre oscuro la sigue, aunque solo lo he visto en el otro lado. Quizás solo este en aquella casa.

Me acerco a Amanda le le apoyo la mano en el hombro.

Vamos Amanda. Cuanto antes vayan al otro orfanato antes podrán dejar venir a Raquel. Luego me dirijo a la señora. Señora...como se llama el orfanato al que llevan a Raquel, tal vez podamos llamarla mas tarde.

 Clarice os sonríe afablemente y dice: 

—Se llama O.E.M., creo que viene de Orfanato de la España nosequé; el número aparece en la guía telefónica, así que no tendréis problemas. Un beso, mozuelos.

Se despide con la mano y el coche arranca sobre el asfalto húmedo dejando una estela blanca debido a las ruedas. Pronto se pierde en la distancia y los dueños de Nuevo Hogar os invitan a pasar.