Partida Rol por web

Comienza la partida.

Te encuentras paseando por el barrio de la esperanza, por la zona que limita con el barrio de los jardines. En estas calles puedes observar como poco a poco se va degradando el barrio de la esperanza conforme te vas acercando a la zona fronteriza. Observas un gran número de tiendas cerradas, con los escaparates y las puertas rotas y quemadas, montones de basura apilados en varias esquinas y un número cada vez menor de ciudadanos.

Gracias a la Desert Eagle, con un cargador de 8 balas, que escondes debajo de tu ropa te sientes mucho más seguro por esta zona casi desierta y de aspecto peligroso.

A lo lejos ves a varios ciudadanos trabajando con paso ágil, varios policias en diferentes intersecciones y, adentrándote aun más en la zona fronteriza, casi llegando al barrio de la esperanza, observas a varios niños jugando con latas aplastadas y grupo de jóvenes fumando y bebiendo en corros de unas tres o cuatro personas.

Damian paseaba por la calle con mirada distraida, hacía tiempo que no visitaba la ciudad, y no sabía si le alegraba ver que no había cambiado nada desde que se fue, como tampoco sabía qué le había impulsado a volver, ¿tal vez la esperanza de recordar viejos tiempos más fáciles?¿O tal vez la intuición le decía que podía encontrar algún trabajo?

En cualquier caso no se encontraba cómodo con la presencia de los policias, y eso sabía cómo evitarlo, con paso rápido pero armonioso, se fue adentrando en el barrio de los jardines, una zona que aunque fue su hogar durante un tiempo, le parecía totalmente diferente, tal vez era porque los negocios cambiaban rápidamente de dueño y de nombre, o porque la basura se amontonaba en lugares diferentes, sin embargo estaba seguro de que había algo que no cambiaría jamás.

Se acercó a los chavales que estaban fumando sin decir palabra y se sentó junto a uno de ellos, sacó un paquete de cigarrillos y se encendió un pitillo, luego ofreció el paquete a los presentes. ¿Queréis uno?

Sabía que no lo rechazarían, en este barrio nunca se rechazaban los vicios gratis, incluso cabía la posibilidad de que lo atracaran, pero estaba preparado y alerta, algo que no se reflejaba en su postura y expresión.

Cuando todos hubieron cogido, seguramente hasta dejar el paquete vacío, Damian cogió una de las botellas de los jóvenes y bebió un trago. ¿Sabéis? Cuando tenía vuestra edad yo vivía aquí, tal vez podáis ayudarme a encontrar a algún viejo conocido, alguno que pueda ofrecerme trabajo, ya sabéis a que me refiero.

Los jóvenes se sientan a fumar y a beber contigo, sin sentirse intimidados y poco vigilantes de tus acciones. Te das cuenta de que alguno de ellos está tan borracho que apenas se sostiene en pie.

Pufff, aqui hay bastantes trabajillos -te dice uno de ellos entre sorbo y sorbo de su botella- pero nosotros no nos rebajamos ha hacer esas mierdas, somos más autónomos, nos buscamos nuestros propios encargos.

Si buscas un trabajo he odio algo de unas bombas en la ciudad -te dice otro de los jóvenes.

Yo escuche que Jimmy el puños busca a alguien que mate a Frederich, el hermano del que se volvió loco el otro día y se cargó a la madre y a la tia de Jimmy- contesta otro sin prestar demasiada atención.

También se ha oido algo de armas robadas, de robar alguno de los animales del circo ese que ha venido a la ciudad y ya los típicos ajustes de cuentas más normales- contesta una vez más el primero de los jóvenes que te habló.

Gracias por la información, si necesito veros vendré aquí. Dio un último trago a una de las botellas y tras preguntar por dónde ir, buscó a Jimmy. Como pensaba, esto no ha cambiado nada. Sonrió para si mismo y siguió caminando, con total tranquilidad, directo a un trabajo sucio de asesinato, pero eso a Damian no le importaba.

Atraviesas las calles del barrio de los jardines, palpando la tensión que se cuece en él.

Por fin, tras media hora de camino y de algunas preguntas a los habitantes del barrio llegas al edificio en el que se reunen Jimmy y su banda.

Te acercas a la puerta en la que un matón está apoyado fumando.

Aqui no entra nadie ¿Que quieres tu? te dice el pandillero mientras expulsa varias bocanadas de humo.

 Yo, solo soy un VIP, apártate o te enseñaré lo que aprendí hace años aquí.  Se preparó para pelear si el matón daba indicios de violencia, aunque en este momento no tenía muchas ganas de bronca quería el trabajo y no quería interferencias.

Esta bien, voy a llamar al jefe - te dice mientras coge un móvil de su bolsillo -será mejor que no busques problemas. Nadie se mete con nosotros.

Lo oyes hablar con el móvil mientras te mira a los ojos fijamente. Al acabar se guarda el móvil y se vuelve a apoyar en la puerta.

A los pocos minutos ves como abre la puerta un hombre armado con una escopeta.

¿Tu eres el que me busca? - te dice colocándose cara a cara contigo, manteniendo la escopeta por encima de su hombro- ¿Que es lo que quieres?

 Vaya, un vaquero al que se le ha olvidado cómo disparar. Damian empujó suavemente a Jimmy para apartar la cara de la suya antes de hablar. Me han dicho que tienes trabajo, y yo busco trabajo, a lo mejor podemos hacer un trato.

Un tipo directo, asi me gusta -te responde Jimmy bajando la escopeta de su hombro y guardándola en su funda- hemos tenido demasiados problemas recientemente. Ataques a nuestras familias, desapariciones y asesinatos de nuestros miembros, robos de nuestro dinero y armas- guarda silencio durante unos segundos con actitud pensativa y acercándose más a ti te dice -incluso algunos de nuestros miembros se han vuelto locos y han matado a sus compañeros.

Saca de su chaqueta un paquete de tabaco y te ofrece uno mientras te toca un hombro con su otra mano -me gustaría que investigaras sobre -comienza a decirte pero se detiene al oir unos disparos que provienen de la puerta a sus espaldas.

¡Que cojones! -ruge mientras saca su escopeta y corre hacia el portal acompañado por su compañero.

Ves como suben unas escaleras dentro de la vivienda y mientras tanto se oyen más disparos que resuenan por el hueco de las escaleras.

 Damian se apoyó al lado de la puerta fumándose el cigarro que le había ofrecido Jimmy, mientras sujetaba su pistola, ahora desenfundada, esperando a que se oyera el crujir de unos cristales o unos gritos desesperados por las escaleras, en cualquier caso, si alguien quería salir se encontraría con la presencia del mercenario, dispuesto a repartir plomo a cualquiera que se lo pidiera.

Escuchas más ruidos de disparos, algunos insultos y el grito de alguien herido. Pasado unos momentos escuchas varios golpes y el ruido de una ventana al romperse y ves un cuerpo colisionar contra el suelo justo enfrente de ti.

Tal y como Damian se esperaba, un cuerpo había salido por la ventana, tiró el cigarrillo y apuntó al posible cadáver. No te muevas o te acribillo hasta convertirte en pulpa.

La figura que ha caido desde la ventana es la de un hombre, sangrando por varias heridas de bala en el pecho y con el brazo izquierdo destrozado. Pero lo que más te llama la atención es la herida causada por un disparo de escopeta que le ha arrancado prácticamente media cara y que el hombre comienza a levantarse mientras coge un trozo de cristal con su mano sana, lo que hace que un cierto temor recorra tu cuerpo de pies a cabeza.

El hombre esta medio levantado, mirándote fijamente con un trozo de cristal en su mano mientras sangra y babea de forma continuada.

 Damian no lo pensó dos veces, alguien que sobrevivía a un daño semejante no podía ser normal, con un gesto de rabia apretó el gatillo y se alejó un paso del individuo.

Tu disparo le arranca media cara al hombre, haciéndolo tropezar y dar un pequeño giro. Sangrando y rugiendo se tira hacia ti pero antes de llegar es derribado por varios disparos realizados a tu espalda desde un piso superior.

El hombre cae en el suelo pero continua intentando levantarse mientras le siguen disparando hasta que finalmente una bala se introduce en su cabeza y lo mata.

Desde encima tuya oyes una voz que te grita -¡Chico, sube aquí para hablar!

Ese cabrón era resistente. Damian enfundó su arma de nuevo antes de subir, en este barrio no tendrían problemas con la policía, sin embargo no era agradable estar cerca de un cadáver tan deformado por los disparos, por lo que se apresuró a subir para recibir los términos del trao y acabar el trabajo cuanto antes.

Subes dos pisos y llegas a un pasillo en el que se ven impactos de bala. Sigues andando y te cruzas con un pandillero muerto tirado en el suelo.

Finalmente entras en la habitación desde la que fue arrojado el hombre y ves gran cantidad de sangre en el suelo, vasos y botellas rotas por el suelo, una escopeta partida, agujeros de balas y algunos folios desparramados. En medio de esta escena ves a tres pandilleros en el suelo, dos con aspecto herido y otro que parece estar muerto. Otros cuatro pandilleros y Jimmy están tapándoles las heridas, vendándolos y dándoles medicinas.