Partida Rol por web

          Después de haberse acercado lo mas posible a Elroy en el turno anterior, en este busca el predicador Dewey llegar a este discretamente para tomarle por sorpresa aprovechando la distracciòn de la explosión; entonces aparece en el escondite donde se cubre el hermano Pinkerton Sobreviviente con el cuchillo en mano para enterrarlo de ser posible.

Como un guepardo te acercas en sigilo hacia Elroy y de un salto te plantas delante de él cuchillo en mano. Su cuerpo está tendido contra la roca, agujereado docenas de veces por donde las piedras impulsadas por la explosión han logrado penetrar en su carne quemada.
Elroy, ahogándose en su propia sangre, gasta sus últimos segundos de vida incapaz de mover un dedo a causa de sus heridas.

Habiendo terminado con Elroy el predicador reza por su alma o la de ellos después de guardar el cuchillo en la funda oculta de la pierna, recoge la escopeta que tenia el hermano Pinkerton y busca entre sus ropas mas municiones y otras cosas de valor además de sus identificaciones antes de salir corriendo de allí en búsqueda de la salida, no sin antes decir a los demás en voz alta:
" Hemos terminado con los Pinkerton señores, ahora tengan cuidado con quien fue Barton "

Quizás incitado por el disparo de Willis, Barton Duvall salta desde las alturas hacia el joven pistolero y le clava su deforme garra en la pierna izquierda. Corta el pantalón y la carne a la altura del muslo y parte del hueso queda a la vista. La sangre empieza a manar como si de una fuente se tratara mientras Willis cae al suelo.

Willis consigue mantener la consciencia a pesar de la terrible herida en la pierna, pero la mala fortuna lo ha dejado debajo mismo del cúmulo de burbujas, que en seguida intenta adherirse a él.

Aturdido y con la pierna herida, Willis se arrastra como puede huyendo de ese extraño horror flotante. En medio de las cacerolas y los enseres del campamento minero, intenta darse un último impulso para protegerse, pero su pierna le falla y queda totalmente a merced de su destino.

Cuando la primera de las esferas se alarga agónicamente para tocar su cara, un gran desprendimiento de rocas se desploma encima de las burbujas. La última creación de Llewellyn Jackson desaparece y sin poder creer su suerte, Willis se arrastra lejos del derrumbamiento.

Mientras tanto, decenas de rocas grandes o pequeñas empiezan a desprenderse por todas partes. Algunas columnas y estalagmitas, después de milenios imperturbables en su lugar, se rompen y caen cual gigantes muertos.

Ben desvía la mirada al sentir parte del techado desprendiéndose, ante el súbito temor de contemplar el final de Willis... Pero, por una vez, parece que la suerte está de su parte, y el derrumbe se desploma sobre el conglomerado de burbujas que se cernía sobre él. El polvo entre en sus ojos y en su garganta, obligándole a toser desesperadamente. La caverna se viene abajo y deben salir de ahí.

—¡Hay que salir de aquí! —Exclama al aire, con la esperanza de que sus compañeros le oigan.

Con una cojera notoria por la herida de su pierna, Ben corre hacia Willis, le pasa un brazo por encima de su cuello, y lucha por levantarlo. Tras ello, se dirige a la salida más próxima, realizando un gran esfuerzo, bufando a cada paso y con el rostro rojo por el esfuerzo y sucio por el ambiente.

Willis y Rumson avanzan juntos y con mucho esfuerzo hacia la salida, pero el muchacho casi no se puede tener en pie él solo. Salir de aquí va a ser complicado para todos.

Barton, al que casi alcanza también el derrumbe de piedras, ha quedado tapado momentáneamente por la cortina de polvo que se ha levantado, pero un grito de rabia y frustración revela que está muy cerca.

Cuando pasáis cerca del sitio donde estaba resguardado Elroy podéis ver su cadáver tumbado boca arriba. Decenas de agujeros ametrallan su ropa y su piel, y tiene una segunda sonrisa dibujada en el cuello.

           El predicador Dewey sale corriendo del lugar hasta salir de la caverna y a unos metros fuera de la salida se deetiene para esperar que los demas salgan y ayudar a alguno si que queda atorado, en caso contrario le apunta con la escopeta a la criatura que antes fue Barton antes de decirle en voz alta:

           " Señor Barton aún tenemos que llevarlo ante la justicia de Tombstone por haber matado a una inocente niña de allí, así que como le prometí le iba a ayudar a llegar allí para ser enjuiciado y si no opone resistencia yo mismo tratarè de ayudarle con su defensa, pero debemos curar las heridas de todos, icluyendo las suyas antes de partir de regreso a casa "     

Coulon está detenido, la escena ha ocurrido delante de sus ojos a tremenda rapidez. Barton ha aparecido entre restos de piedras y ha atacado a Willis, mientras que la entidad burbujeante también ha intentado hacer lo mismo pero ha sido aplastada.

-¡Willis!

Corre hacia él pero Rumson llega antes e intenta ayudarlo

-Tranquilo chico, te sacaremos de aquí ¡Vámonos!, predicador, tenga a mano ese cuchillo

Coulon salió corriendo delante, hacia el lugar dónde estaba Elroy, pero pudo comprobar que había sufrido el mismo destino que las esferas

-¡Un cabrón menos!

Sigue caminando, vigilando hacia todos lados, esperando ver a Barton o a la otra criatura contra la que se enfrentaba. Cuando escucha al predicador dirigirse hacia Barton con la intención de llevarlo a Tombstone, se queda atónito

-¡Está usted loco!, ¿como pretende llevar a una criatura así a Tombstone?, el hombre que era Barton ya no existe, sólo un monstruo sediento de sangre, del cual hemos de huir, o intentar acabar con él si vuelve a aparecer y no nos queda más remedio. Si cree que no será capaz de usar el cuchillo, déjemelo a mí

Coulon se queda rezagado, siguiendo a sus compañeros, vigilando por si detecta alguna señal de Barton

Ben está cansado. Está harto de todo. Ha pasado un día entero persiguiendo a un asesino que ha resultado ser un monstruo abominable de una naturaleza infernal; Se ha enfrentado a dos Pinkerton capaces de hacer magia... Y casi se las ven con su horrible... Lo que quiera que sea aquella cosa que ha tenido el encontronazo con Duvall.

Sólo quiere salir de allí. Oye los gritos de sus compañeros, pero no los escucha. El sonido reverbera dentro de su cabeza y se va tal como ha entrado. Puede distinguir palabras inconexas.

...Cuchillo...

...Monstruo...

...Tombstone...

...Cuchillo... Cuchillo afilado... Envíalo al templo profundo...

Jadeando y con la pierna doliendo como si de mil diablos se tratara, sigue cargando a Willis hacia la salida, refunfuñando. Sólo quiere salir de allí. Ya no importa Duvall, que disfrute de las toneladas de roca que le caerán encima.

El grupo avanza corriendo a toda prisa entre casquetes, rocas y columnas de piedra que se vienen abajo. Ni el terreno resbaladizo ni las grietas en el suelo son capaces de frenarlos. La escalera de madera que marca la salida al exterior ya no está lejos.

Willis y Rumson, que está haciendo una demostración de fuerza impresionante, avanzan un poco rezagados de Coulon y Dewey. Parece que lo van a conseguir cuando de repente y al bordear una gran estalactita…

Una neblina azul emerge de un rincón en el suelo, los brazos largos y delgados de Duvall tiran de él hacia fuera, arañando el suelo. Su cabeza, coronada apenas por cuatro mechones desgarrados mira con sus extraños globos oculares hacia los fugitivos y en un segundo salta hacia Coulon, con sus enormes fauces abiertas.