Partida Rol por web

Eldarian volvió a entrechocar sus talones para detener la magia que sus botas contenía. Destensó el arco y miró a su compañeros Nenfirien. Al entrarse sus miradas el elfo asintió agradeciendo y aprobando la poderosa magia que había utilizado.

Después miró al techo para verificar que aun le quedaban una estancia más que ver.

¿Y ahora? dijo Aire mientras evitaba bostezar. Aquí ya no hay nada. ¿Hay pisos más altos? ¿O hay que bajar?

- Yo creo que podríamos subir a terminar de explorar la "torre" subterránea. Lo mas seguro es que la torre termine aquí mientras que las catacumbas seguirán hacia abajo... mucho más abajo.

Tras estas declaraciones Illvander esperó a sus compañeros en la sala central, examinando el modo de seguir subiendo.

Esta torre está invertida así que hay que bajar si queremos subir.

El hechicero de la tierra sonrió ante su ocurrencia. 

En toda torre de mago, sus aposentos están en la parte superior

El drow muere. Su piel se congela y la vida lo abandona.
no estoy acostumbrado a una tracción violenta de estas características., normalmente el frío, el agua en calma y la observacion habian sido los pilares de mi forma de actuar. Las tormentas eran el disfrute de la fuerza controlada y todo venia de un estudio detallado de libros y pergaminos, esto es distinto. Poder natural, de herencia, sin control. Solo furia.

un nuevo pinto de vista siemepre es interesante y los objetos que poseo adquieren una nueva función

Salgo con el resto a la habitación central y aunque permanezco ensimismado, asiento ante has palabras de mis hermanos. Hay que continuar.

- Sigamos descubriendo los mistetios que hay en esta torre. Si la despejamos de enemigos tal vez nos sirva como cuartel general donde refugiarnos- propuso el elfo mientras miraba al techo tras el que se abría el siguiente piso.

Bueeeeno dijo Aire llevándose las manos a la espalda y balanceándose. ¿Nos movemos? Podemos ir a la planta de abajo, que no la hemos visto

Ya que hemos invertido energías en subir un nivel, yo continuaría hacía arriba. Después bajar será cuestión de baja por una cuerda y con paciencia.

Vayamos hacia arriba, si me dejáis una cuerda puedo subirla hasta el piso superior, aunque mi destreza con los nudos deja mucho que desear.

Valduane, creo que de esta aprendemos a trepar por las cuerdas- digo confirmando que estoy conforme con seguir subiendo, aunque cada vez que lo tenemos que hacer la tarea me resulta de lo más complicada. No tengo manos para agarrarme a una cuerda y los nudos nunca han sido mi pasión.

Tengo ganas de avanzar, me encuentro bien y decidido, tanto que ni me paro a pensar en la desventaja de tener la planta baja sin investigar, ya que nos podríamos encontrar en apuros en caso de que tengamos que retirarnos...

Vaaaale, pues vamos a subir dijo la muchacha. Comenzó a caminar hacia la salida mientras un viento parecía azotarla en el rostro. Sus pies empezaron a difuminarse y así, lentamente, todo su cuerpo se deshizo en el aire. La joven se había fundido con su elemento.

Eldarian apretó los labios. No tenía muy claro si subir o bajar o salir de esa torre. Se había esforzado mucho en quitar la ilusión que se cernía sobre el segundo piso y que escondía a sus enemigos. Lo peor es que no se sentía con fuerzas para volver a pedir a su Dios que disipara otra quimera.

Aun así sabía que debían seguir, por lo que asintió cuando el grupo decidió seguir hacia arriba en la exploración de la torre. 

Pero había otra pega. El elfo miró a Jai. Podía volver a "encoger" al tremendo tigre para acarrear con él en la subida, pero no estaba muy cómo do con esta situación.

Encogiéndose de hombros, se acercó a su amigo y le susurró.- Amigo mío. Te voy a reducir de tamaño nuevamente. Si no te sientes cómodo dímelo y te quedas aquí, si no déjame hacer y te subiré a la siguiente planta- y tras esto esperó unos segundo y al ver que el tigre no decía nada continuó conjurando el hechizo que lo reduciría de tamaño.

Illvander vio como sus camaradas subían hacia arriba mientras esperaba en el piso inferior con Valduane y Dimitri.

- No seréis los únicos que aprenderéis a escalar, no señor...

Aire ascendió hasta la segunda planta, seguido de Asmodeo que se movía por las paredes con gran soltura y habilidad pues era capaz de andar sobre ellas. De hecho tomó a Jai para subirlo consigo y así transportarlo hacia el siguiente piso.

Pero el resto se quedaron abajo, pues no parecían capaces de encontrar la forma para subir.

Asmodeo, Aire y Jai fueron los únicos capaces de ascender a la siguiente planta, para encontrarse la misma situación que habían encontrado en la parte inferior. Aquella primera sala daba lugar a una oscura bruma que dificultaba la visión a un palmo de la propia cara. Un lugar peligroso hasta para estar formado de gas.

Quizá pudieran seguir subiendo, o bien bajar y buscar a Eldarian para que disipara la magia evidente.

Cuando Asmodeo dejó a Jai en el suelo, el tigre, que ahora era del tamaño de un gato grande, miró la niebla con desconfianza, echando sus orejas hacia atrás y mostrando sus dientes temeroso.

Olfateó el ambiente y puso toda su atención en sus oídos por si detectaba algo que su vista, mermada por la niebla, dejaba pasar por alto.

Tras dejar a Jai a Asmodeo para que éste le subiera, el elfo buscó una cuerda y se la tendió a sus compañeros. Ellos harían la magia que la mantuviera erguida y pudieran subir al siguiente nivel. 

Luego se puso nuevamente la mochila y esperó su turno para subir.