Helena recordó las palabras de Bavarica: "Si conocen mi corte, sabrán que muchos seres acuden aquí en busca de información, consejo o ayuda. Como pago, unos resuelven las tareas de los otros, de modo que todos salen beneficiados. Por lo que deberán pasar la noche en un claro del bosque de los alrededores de la ciudad, sin abandonarlo en ningún caso, para vencer a los hados del destino aunque sea por los pelos"
- Probemos estas dos opciones... la primera, ayudar a este enanito con su misión o la segunda vencer a los hados del destino. Pero....- reflexiona.- ¿Quiénes son los hados del destino?
He visto lo de la tirada y lo he dado por si puedo aportar más luz. Si no lo siento.
Anna escucha atenta las palabras de Helena, sin llegar a comprender.
¿Ayudar a ese? -pegunta confusa-. ¡¿Pretendes que nos ataquemos entre nosotros para ahorrarle trabajo o algo así?!
A medida que pronuncia sus palabras se da cuenta de la tontería que acaba de decir…
«Bueno, ya era hora de que metiera la pata…», piensa resignada, tratando de pasar el bochorno lo mejor posible.
Quiero decir, que no podemos abandonar el claro… -se corrige-. Verás, no entiendo qué podría necesitar este de nosotros.
En realidad, al plantear vuestra inspiración en voz alta, os dais cuenta de que la misión de la "fábula" propiamente dicha es la segunda parte, "Por lo que deberán pasar la noche en un claro del bosque de los alrededores de la ciudad, sin abandonarlo en ningún caso, para vencer a los hados del destino aunque sea por los pelos". Eso os concuerda bastante más sobre todo dada la hostilidad y nula colaboración del enanito.
Mientras el enanito, exasperado por su mala fortuna al intentar dar una paliza a Pedro, se para unos segundos intentando buscar una estrategia mejor, mientras pasea su mirada furibunda sobre el resto de mortales del grupo...
Anna se acerca a Helena tratando de no llamar la atención del enano.
Pish… -llama a la joven en un susurro-. Qué crees que debemos hacer ¿Proponerle nuestra ayuda a saber para qué? ¿O seguir peleando hasta que despunte el alba?
Tú eres la que más sensibilidad imaginaria tiene de aquí, así que la decisión también debería ser tuya, ¿no te parece?
La situación le pillaba de sorpresa, divagaba con las palabras de Babiera. Pelos eso lo tenia confuso como siempre. Pero no era el momento de divagar. Al ver que el intruso se ponía tan agresivo con Pedro tenía que ayudarlo.
-Tu patán deja de molestar al alba nos iremos. Y somos mucho trabajo para una noche.
Pelo eso le tenia obsesionado y si podía coger al enano por el pelo. Me acerco mientras hablo; trato de agarrarlo por los pelos.
Mientras el doctor se acerca al imaginario para intentar agarrarle del cabello, Pedro sigue al alcance de sus pequeños puños. Aunque ahora tiene dos blancos, por su orgullo herido decide intentarlo de nuevo con el español para que aprenda lo que es meterse con alguien como él...
Nota: Torak, haz una tirada de pelea para agarrarle por el pelo, usa dificultad Normal que yo ajustaré el resultado. Porchot, ya puedes esquivar/detener la torta legendaria que te acaba de atizar, por lo que te conviene!
Helena se encuentra en un dilema ante la propuesta de Anna de que ella sea la que elija la mejor opción.
- La verdad es que yo no sé que es un hado del destino, así que no puedo decidir entre esas dos opciones puesto que si Bavarica dijo que vencieramos a los a¡hados del destino se refiriría a más de uno ¿no?-piensa.- Será mejor averiguar rápido que es un hado del destino, ya sea preguntando a este enanito o con nuestros conocimientos de criaturas imaginarias.... ¿me equivoco?- preguntó a Anna.
La verdad es que en mitad del tumulto cuesta concentrarse, aunque no dejas de pensar que la referencia a los hados del destino no es más que una metáfora en este caso. Por otr parte, los hados del destino no son más que una referencia al destino como objetivo ineludible, ¿o puede que en este caso aluda a la dificultad casi imposible de derrotar al salvaje enanito?
El enanito por fin se sale con la suya y de un salto consigue impactar a Pedro en el abdomen propinándole un terrible cabezazo. El pobre español cae derribado varios metros atrás mientras todo el aire de sus pulmones sale expelido en un segundo por la violencia del impacto, quedando tendido boca arriba aparentemente inconsciente pero con los ojos abiertos como platos.
Mientras el doctor se abalanza sobre el enano intentando agarrarlo, pero éste le esquiva con soltura. "¿Tú también quieres jarabe de palo, bastardo bigotón?" le espeta mientras recula.
Nota 1: si voy muy deprisa con los posteos, no respondáis tan deprisa. Ahora coincide que estoy en casa y a medida que mandáis cosas puedo responder... :)
Nota 2: Porchot, yo me plantearía gastar puntos Fudge (salen en vuestras hojas) para mejorar tu tirada. 1 PF ignoraría los dados y sumaría un +1 a tu pelea, dejando tu tirada a Grande, que de todos modos por la fuerza que ha mostrado el imaginario puede significar una herida grave fácilmente. 2 PF ignoran tu tirada y suman un +4 a tu pele, lo que es más que suficiente para ignorar el ataque tremendo que has recibido. Dime qué decides cuando puedas. El gastar puntos Fudge suele significar que un gran golpe se revela como que era menos serio de lo que parecía, por eso de momento lo voy a narrar de esa forma.
Nota 3: hacedme una tirada de Empatía, dificultad Grande, cuando podáis.
Cada vez siento mas que me va a doler, cuando me calce el enano.
Gasto un punto Fudge.
Helena se percata de una cosa, parece que el intento del doctor Stein de agarrar al enanito por los pelos le ha preocupado más que los múltiples golpes que Pedro le ha intentado colocar...
Mientras tanto el aturdido Pedro se levanta y con una mueca de dolor intenta golpear de nuevo a su atacante que le evita sin problemas (aunque no pierde de vista a su nuevo enemigo, el otro mortal con bigote).
¡Maldito! -exclama Anna ante el certero golpe dirigido contra Pedro.
Confusa por la agitación del momento, y por la celeridad de la situación, la joven londinense decide apartarse brevemente del combate y buscar entre sus cosas ALGO con lo que poder ayudar a sus compañeros en el combate.
Sr. Master, dame algo con lo que atacar!!!
Entre tus pertenencias tienes una daga afilada que en alguna ocasión te salvó el cuello (en otra en concreto no), y en el claro puedes armarte o bien con alguna piedra medianamente grande o con una rama, si consigues partirla...
No obstante algo te dice... que el doctor va bien encaminado... crees por bizarro que parezca que deberías hacer como en tus antiguos años "profesionales" y agarrarle del pelo, mejor sobre todo que intentar combatir con él dado su habilidad de lucha.
Entre sus pertenencias, Anna encuentra la vieja y desgastada daga que en más de una ocasión le ha salvado la vida en las duras noches de las calles de Londres.
No obstante, reacia a iniciar un derramamiento de sangre, la joven la arroja a un lado y decide lanzarse contra el gnomo con las manos desnudas. Algo en el rostro del hombrecillo ante el ataque del doctor, le indica que le produce más terror un tirón de pelos que cualquier leñazo que se el pueda atizar…
Anna se lanza sin temor, confiando en su tamaño superior y en que sus compañeros tiene al gnomo rodeado.
¡¡Agh!! -grita al caer a varios centímetros de distancia de donde se encuentra el imaginario, manchando sus ropajes de barro y hierva, y arañándose el codo izquierdo en la caída.
¡Maldita sea! -exclama furiosa, ante la tremenda velocidad de su oponente.