Cita:
Creí que había quedado claro que bajábamos.
Tras vuestras respectivas indagaciones os volvéis a reunir en la planta baja de la catedral, donde podéis poner en común lo poco (o mucho) que habéis averiguado. El reloj, no obstante, sigue corriendo, implacable.
Helena consigue llegar por fin con sus compañeros y casi sin aliento se incorpora para no demostrar agotamiento alguno.
- No, no hay gran cosa allí arriba. Lo único que me ha llamado más la atención ha sido un lecho improvisado fabricado con unas mantas y una almohada, que parecen llevar poco tiempo allí. ¿Qué hacemos ahora? ¿Lo investigamos?
Asiento a lo dicho por la señorita Middlecasthe y sin saber muy bien que hacer comienzo ha andar arriba y abajo por la plaza.
-Demonios no se me ocurre nada pero...algo hay que hacer. El tiempo corre.
-Por lo visto hay una historia curiosa sobre esta catedral. Se dice que el constructor engañó al diablo y este dejo la Teufelstritt o pisada del diablo. Nunca mejor dicho Pedro. El caso esta que esta se supone que era una iglesia sin ventanas, mejor dicho, que desde la entrada hay un Angulo que hace que las torres tapen las ventanas, ese fue el engaño de Halsbach al demonio.
Después se queda mirando a los compañeros a ver si les suenan las palabras dichas.
A decir verdad, la leyenda contada por el párroco no os suena de nada, parece algo meramente folklórico, aunque en cuestro campo de experiencia eso suele tener una base "real"...
En verdad espero que el lecho que habéis encontrado pertenezca a Udo… -suspira Anna, pensativa.
Durante unos minutos, la joven inglesa permanece en silencio, meditando sobre todo lo que han averiguado hasta el momento.
Creo que tengo una hipótesis -dice finalmente, con timidez-. Bueno, haber si me explico… El fuego es el elemento de los demonios por antonomasia, ¿no? Y, bueno, la casa estaba quemaba… Y sabemos que Udo persigue algo… Si ese “algo” es demoníaco, ¿Qué mejor lugar para descansar y protegerse que una catedral? Este sitio está vedado para el mal.
-Su teoría es del todo aceptable y mas que posible...mientras digo eso me meso el bigote pensativo. pero...¿quien nos dice que no lo hemos espantado y por tanto no volverá aquí? Señores tenemos que tomar una determinación y rápido. ¿Esperar aquí o salir a buscarlo?
Helena recupera el aliento y añade.
- Dejemos de una vez la charla y vayamos a investigar el lecho.- Comienza a andar sin esperar a los demás.- Vamos, la oscuridad se aproxima a gran velocidad.
Mientras tus compañeros dudan, emprendes con ánimo la subida de nuevo a la alta torre. Tras el breve debate en la planta baja, la caída de la noche despejó bastante (por no decir del todo) a los visitantes de la catedral, con lo que no tuviste problemas para colarte en la estructura y empezar el largo ascenso por las escaleras.
Agotada, respirando pesadamente y con punzadas en las piernas, llegas a lo alto de la torre, buscando en la semioscuridad de las alturas la localización del lecho, pero algo llama tu atención, semioculto entre las campanas que bloquean la vista casi de un extremo a otro. Alguien se mueve entre ellas, alguien que intenta esconderse pero que ante tu escrutinio se asoma brevemente tras una de las monumentales estructuras de bronce. Es una mujer mayor, de unos 50 y tantos, vestida adecuadamente y arrebujada en un chal de lana.
"¿Eres tú otra vez, criatura? ¿Por qué me atormentas?" dice, con un cierto deje de temor en su ajada voz.
Ante la decisión unánime de ir tras el lobo por parte del grupo, Anna se limita a asentir. Coge las escasas pertenencias que lleva en cima y se dirige hacia la salida del templo.
Quizá estamos actuando con demasiada temeridad -murmura poco convencida-. Debemos ir tras Udo, claro. Pero no creo que esté de más investigar un poco.
La joven inglesa sigue apresurada los pasos de Pedro, el más ágil de todos.
Quizá deberíamos dejar a la señorita Middlecastle y al profesor recopilando información -propone, al escuchar la fatigada respiración de ambos-. Necesitamos saber... Bueno, necesitamos algún conocimiento que nos ayude en nuestros propósitos.
Además, me temo que ellos no van a poder seguir su ritmo tan bien como yo -susurra con un hilo de voz, a penas audible, mientras adelanta con paso presuroso al español.
Unanimidad quizás no fue la palabra más exacta, dado que la condesa hacía un par de minutos que se había encaminado de vuelta a la torre aprovechando la caída de la tarde y el escaso número de visitantes restante, dejando al resto prácticamente solo en la planta baja.
-Los planteamientos parecen lógicos; deberíamos ir a por Udo y ver esa marca.
Que podrá significar esa marca, seguro que tiene algo que ver en todo este asunto. Pero hasta que no investiguemos y tengamos controlado a Udo, no podremos descansar.
-Bien vamos a ver esa marca y a encontrar a Udo.
Se encamina a la salida de la iglesia.
Después de las palabras del doctor miro a las señoras y después de un Despues de ustedes me encamino a seguir sus pasos en ultima posición.
Nota: hace un rato que Helena se escabulló de vuelta a la torre, a inspeccionar el lecho allí situado... :P
Entonces, supongo que la esperaremos, ¿no?
Al poco de hablarte, la mujer parece relajarse al no reconocer en ti a esa criatura de la que habla. No obstante, al acercarse a ti, parece molesta con tu presencia, como una persona arrugando la nariz ante un montón de estiércol hediondo o apartando la cara ante una brillante luz repentina.
"No eres esa criatura, ¿pero quién eres, muchacha? ¿Y qué haces aquí?"
Mientras la mujer se acerca a ti, empiezas a tener un mal presentimiento, o quizás es sólo que tras el contacto inicial no te cae bien del todo, con sus preguntas impertinentes.
El caso es que no tenéis que esperar mucho (más), porque al reagruparos en la salida os encontráis de bruces con Udo, que acaba de colarse por la puerta de la catedral olisqueando concentrado el aire hasta que casi choca con vosotros.
"¡Perra suerte la mía!
Esta noche mi misión termina.
Así que hagan el favor de apartarse
o tendrán problemas hasta hartarse"
Por su expresión entre furiosa y preocupada, deducís que aparte de estar molesto por encontraros de nuevo muestra una cierta ansiedad, que debe venir causada por su cercano objetivo, según sus propias palabras.
perdonsa pero estoy un poquito perdida, que mujer me esta hablando?? Lo siento pero creo que me falta un post para entenderlo... ¿me equivoco?
Mientras tus compañeros dudan, emprendes con ánimo la subida de nuevo a la alta torre. Tras el breve debate en la planta baja, la caída de la noche despejó bastante (por no decir del todo) a los visitantes de la catedral, con lo que no tuviste problemas para colarte en la estructura y empezar el largo ascenso por las escaleras.
Agotada, respirando pesadamente y con punzadas en las piernas, llegas a lo alto de la torre, buscando en la semioscuridad de las alturas la localización del lecho, pero algo llama tu atención, semioculto entre las campanas que bloquean la vista casi de un extremo a otro. Alguien se mueve entre ellas, alguien que intenta esconderse pero que ante tu escrutinio se asoma brevemente tras una de las monumentales estructuras de bronce. Es una mujer mayor, de unos 50 y tantos, vestida adecuadamente y arrebujada en un chal de lana.
"¿Eres tú otra vez, criatura? ¿Por qué me atormentas?" dice, con un cierto deje de temor en su ajada voz.
Qué raro, estaba posteado exclusivamente para ti pero no debe haberte salido. Yo lo veo como publicado para ti, eso explica porqué no reaccionabas X-D
Te lo reposteo, a ver si esta vez lo puedes ver. Es el post anterior al que te acabo de subir.